Efemérides del 1 de septiembre de 1913
Lunes 1
Máxima 27,4º
Mínima 14,2º
Contenido:
Antes de comenzar las efemérides de este día del mes de septiembre, las habituales predicciones astrológicas centenarias del Almanaque Bailly-Bailliere.
Pena de muerte. Indultos denegados
Mucho tiempo hacia que de hecho se había abolido en España la pena de muerte en el orden civil. El partido liberal no la había aplicado ni una sola vez durante esta etapa de Poder, pero en esta ocasión, fuerza le fue al Gobierno aplicarla, pues la opinión la demandaba, por el horror de los delitos penados.
Se reunió el Consejo de Ministros, y de cuatro expedientes con ocho reos de pena capital que se estudiaron, sólo pudo aconsejarse el indulto respecto a seis reos; los dos restantes no pudieron ser.
En la sentencia pronunciada por la Audiencia de Gerona contra Jacinto Bruguera, el hecho fue el siguiente:
Jacinto Bruguera y Antonio Giner se encontraban en un bosque inmediato a Baga deu Ferreires, cuando vieron a la niña Carmen Sabater, de seis años, que con otra un poco menor recogían leña.
Cayeron sobre ellas, las violaron, y después cada uno mató a una de las niñas.
La otra sentencia recayó sobre el crimen de Gador, que fue como sigue:
El condenado Ortega, alias el Moruno, estaba enfermo desde hacía tiempo. Agustina le aconsejó que para curarse bebiera un vaso de sangre caliente de un niño que fuera muy sano; que sacara a éste las mantecas y se las aplicara, al pecho.
Aceptó el Ortega el consejo, y entre él, la Agustina y el amante de ésta, el Leona, que murió en la cárcel, concertaron en 3.000 reales la realización del crimen, planeándolo durante un mes en todos sus pormenores, asesinando al niño de siete años Bernardo González, que ora sano y robusto, con toda clase de refinamientos crueles.
Fiestas de San Martín de Valdeiglesias
"La Correspondencia de España" anuncia este día el programa de festejos de las fiestas de San Martín de Valdeiglesias en honor de su patrona Nuestra Señora de la Nueva.
El Ayuntamiento no había omitido sacrificio alguno para dar a las celebraciones del año 1913 el mayor esplendor posible, organizándolas en la forma siguiente:
Días 6, 7 y 8 de septiembre, feria de ganados en las eras de Santa Lucia, con aguas abundantes, facilitándose pastos gratis en la Dehesa de la Mata, otorgándose premios en metálico al dueño o dueños de los mejores ejemplares que se presentasen.
En las noches del 6 y 7, cinematógrafo al aire libre, quemándose en los intermedios una vistosa colección de fuegos artificiales, bajo la dirección de un reputado pirotécnico.
Día 8, a las once, misa mayor, con sermón a cargo de un elocuente orador sagrado. Por la tarde, procesión de la sagrada imagen.
Todos los festejos serían amenizados por la banda municipal, que dirigía el reputado maestro Ocaña.
Dianas, conciertos, bailes y teatro por una compañía de las de Madrid.
Durante los días 9, 10 y 11 se verificarían (si el tiempo no lo impedía) una gran corrida de toros y dos de novillos.
En las calles de Madrid
Bazar del Obrero
En la calle de Santa Engracia, número 98, estaba ubicado este bazar benéfico para ayuda de los obreros sin trabajo.
Allí se recibían todo tipo de objetos viejos o rotos que eran desinfectados, restaurados y arreglados por los obreros, a quienes se les pagaba su trabajo.
La Señora condesa de San Rafael, que vivía en la calle Tudescos, número 2, era la encargada del bazar.
En un anuncio decía sobre las reparaciones que se realizaban en el establecimiento:
"Todo es en este Bazar de utilidad: desde los clavos y tornillos viejos, hasta los remates y molduras que se desprenden de los muebles; desde los trapos para remiendos, hasta las cerillas usadas; los corchos de botellas y las barajas viejas y descabaladas, con lo que se hacen lamparillas."
Hallado un petardo en la calle de la Florida
En la Comisaria del distrito del Hospicio se supo este día, por una confidencia, que en la obra de una casa en construcción de la calle de la Florida, esquina a la de Beneficencia, el guarda había encontrado un petardo junto a la valla de madera que rodeaba el edificio.
Para poner en claro lo que hubiera de cierto en la confidencia, el comisario de dicho distrito ordenó que un inspector a sus órdenes, acompañado de dos agentes, hicieran las necesarias investigaciones.
Interrogado el guarda de las obras de la citada casa, propiedad de D. Guillermo Garda, llamado Medardo Martínez Criado, de veinticuatro anos, manifestó que un niño, que suponía era hijo de la portera de la casa número 5 de la calle de la Florida, le avisó de que junto a la valla, y ya casi esquina a la calle de la Beneficencia, había una cosa envuelta en unos papeles y que del envoltorio salía una mecha encendida.
El guarda cogió el envoltorio, que contenía un bote de los de pimientos en conserva, totalmente lleno de pólvora.
Se limitó a quitar la mecha y en la casilla donde guardan las herramientas los obreros, dejó el bote.
El periódico que lo envolvía estaba impregnado en petróleo.
La Policía se hizo cargo del petardo, que era un bote de unos diez centímetros de altura, lleno de pólvora y con algunas balas de revólver Velo-Dog.
Estaba tan mal cargado, que seguramente no hubiera conseguido sus deseos alarmistas el que lo colocó, pues aunque la lumbre de la mecha hubiera llegado a la pólvora, la detonación apenas habría sido perceptible y además no hubiera causado daño alguno.
Declararon en la Comisaría la portera del núm. 5 de la calle de la Florida y su hijo, que es el niño de ocho años que, jugando con otros de su edad, descubrió el petardo.
La brigada de investigación criminal realizó gestiones encaminadas a descubrir a los autores del hecho.
Vándalos en El Retiro
En el Parque de El Retiro varios jovenzuelos, entre los que figuraba Segundo Hernández Benítez, de dieciocho años, mecánico de oficio, decidieron meterse en los macizos de flores, sin duda con el solo objeto de hacer todo el daño posible.
El guarda núm. 59, Pedro Sanz, les llamó la atención, pero los maleducados mozalbetes, lejos de obedecer, la emprendieron a pedradas contra él.
Llamó el guarda a otros compañeros, y entonces huyeron los agresores; pero Segundo fue detenido. Al ser conducido a la Comisaria agredió al guarda Pedro, intentando quitarle la bandolera.
Desde la Comisaria fue trasladado al Juzgado de guardia.
Explosión en el Campamento de Carabanchel
Por la excesiva reserva guardada en los centros oficiales, no se supo hasta el día de la fecha un desgraciado accidente, ocurrido el sábado en el campamento de Carabanchel.
Dicho día, y ante la Comisión de Experiencias del Arma de Artillería, se realizaban pruebas de tiro al blanco con cañones por parte de las fuerzas de dicha Arma, allí acampadas.
De repente, y sin que nadie pudiera sospecharlo, estalló un cañón por la caña, alcanzando un casco al soldado Antonio Coloma Cuenca, que sufrió grandes heridas en una pierna.
Conducido al Hospital Militar, los médicos estimaron necesaria la amputación del miembro lesionado, lo que efectuaron inmediatamente; pero a pesar de todos los esfuerzos realizados, el desgraciado Antonio falleció el domingo.
Otros dos soldados y un sargento fueron atendidos en el Hospital por quemaduras y heridas leves.
Amigos hasta la muerte
Eloy Caballero, amigo del fallecido soldado Antonio Coloma Cuenca, enterado del triste suceso, salió inmediatamente rumbo al Hospital.
Durante el trayecto desde el Campamento de Carabanchel, el joven soldado Eloy sufrió un accidente en el que recibió un fuerte golpe en la cabeza. Socorrido por otro militar fue llevado al Hospital, donde nada pudo hacerse por su vida.
Una peseta por un Goya
Una pobre mujer vendió a un trapero un cuadrito por una peseta.
Dos horas o tres después pasaba la mujer por la calle del Prado, y en un establecimiento de cuadros y objetos antiguos vio, con sorpresa, el cuadro que había vendido al marchand de la Cruz del Espíritu Santo. El cuadro llevaba en su pie un letrero que decía: "Original de Goya.—7.000 pesetas".
Sin titubear penetró la mujer en el establecimiento, y reclamó el cuadro.
—Es mío. Yo lo he vendido un trapero por una peseta.
—Señora, nosotros no tenemos nada que ver en ello. Acabamos de comprarlo también a un precio bastante alto.
Al cabo de pocos momentos se había promovido dentro del establecimiento un gran escándalo, en el que tuvieron que intervenir varios agentes de Policía.
El asunto fue confiado al Juzgado, y mientras unos decían que el cuadro estaba todavía en poder de aquél, otros creían que la mujer se había puesto de acuerdo con el anticuario.
Es claro que lo primero que trataron de comprobar las autoridades fue si el cuadro era de Goya, lo cual parecía dudoso, o de una imitación que se quería hacer pasar por obra original del insigne autor de Los caprichos.
El Canal de Isabel II por Aguinaga (Segunda parte)
En las efemérides del 14 de agosto de 1913 transcribimos un artículo sobre el Canal de Isabel II que publicaba "La Construcción Moderna". Se trataba de un interesante trabajo realizado por el ingeniero de caminos y director del Canal, D. Ramón Aguinaga.
Hoy publicamos la segunda parte, como lo hiciera la prestigiosa revista del gremio de la construcción.
Desde mediados del siglo XVIII empezó a preocupar la idea de dotar a Madrid de una conducción de aguas para su abastecimiento; muchos fueron los proyectos o estudios preliminares presentados, unos proponiendo el aprovechamiento de las aguas del río Jarama, otros las del río Lozoya, algunos las del Guadalix y Manzanares, y, por último, otros las del Guadarrama, sin que se llegara a un resultado práctico.
A mediados del siglo XIX, es decir, después de un siglo de dudas y discusiones, el año 1848, el eminente hombre público D. Juan Bravo Murillo fue quien acometió, con verdadero entusiasmo, el problema del abastecimiento de aguas de Madrid.
En esta fecha, Madrid contaba con una población de 200.000 habitantes y con un caudal de agua de unos 2.000 metros cúbicos por día suministrados por los llamados «Viajes antiguos», que representaban una dotación por día y habitante de 10 litros; cantidad insuficiente, distribuida por aguadores, que en número de 1.000, próximamente, repartían algo más de 1.000 metros cúbicos, resultando el precio del metro cúbico a unas 2,00 pesetas.
La resolución del magno problema de dotar á Madrid del caudal de agua que le era necesario, fue encomendada a los eminentes Ingenieros de caminos canales y puertos, Don Juan Rafo y D. Juan de Rivera, quienes en el plazo de nueve meses llevaron a cabo el correspondiente estudio, practicando una minuciosa y detenida investigación de todos los ríos
que rodean a Madrid.
Verificados los aforos necesarios, dedujeron que las aguas que debían utilizarse eran las del río Lozoya. Los ríos cuya situación topográfica permite que sus aguas puedan ser conducidas rodadas a Madrid son el Guadarrama, el Manzanares, el Guadalix, el Lozoya y el Jarama.
Del examen del plano, se deduce que estando situados en la cuenca del río Lozoya los picos más elevados de la Sierra del Guadarrama, donde se acumula mayor cantidad de nieve, a igualdad de extensión superficial de cuenca debe recoger el Lozoya mayor caudal de agua que los demás ríos.
La relación entre la extensión superficial de las cuencas de estos ríos es de 782 kilómetros cuadrados la del Lozoya, 352 la del Jarama, 252 la del Guadalix, 219 la del Manzanares y 257 la del Guadarrama, medidas a partir de los puntos situados próximamente a la misma cota que la presa del Villar.
Los aforos que diariamente se practican en el río Lozoya, en Vinaderos, agua arriba del embalse del Villar, a partir del año 1900, han demostrado que el caudal medio mínimo en la presa del Villar puede tomarse de 6.000 litros por segundo, porque siendo el caudal menor el del año 1903, que fue de 5.758, teniendo en cuenta que los aforos han sido hechos unos 11 kilómetros agua arriba de la presa del Villar, sumado a la cifra anterior el caudal que afluye a la presa del Villar en esta zona, puede, sin temor alguno, tomarse como base para el caudal medio mínimo el de 6.000 litros, existiendo años en los que el caudal medio excede de 15.000 litros por segundo.
Los terrenos que constituyen la parte alta del valle del Lozoya pertenecen al estrato cristalino y son impermeables, resultando un vaso inmejorable para la regularización del régimen del río.
Estas condiciones del terreno hacen que la composición química de sus aguas sea inmejorable, como se ha comprobado por los análisis practicados, que acusan dos grados y medio hidrotimétricos.
Primer período de la construcción de las obras
El 18 de Junio de 1851 se acordó que el Estado procediera a la ejecución de las obras proyectadas por aquellos Ingenieros, bajo la denominación de Canal de Isabel II.
En 8 de Julio de 1851 fue nombrado Director facultativo de estos trabajos el Inspector general del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, D. José García Otero.
Comprobados los datos consignados en el estudio hecho por los Ingenieros Sres. Rafo y Rivera, el 1° de Agosto de 1851 se organizaron los trabajos para la formación del proyecto definitivo, y elegido el punto llamado Pontón de la Oliva para situar la presa de elevación y embalse, el 11 del mismo mes tuvo lugar la inauguración, habiendo el Rey Don
Francisco de Asís, en nombre de S. A. la Reina doña Isabel II, colocado la primera piedra.
A la elección de este punto como toma de agua, indujo sin duda alguna, la masa de roca caliza dura que atraviesa el río en el mismo, cuyas condiciones como base para fundar una presa no podían ser mejores; pero no se tuvo en cuenta el que este emplazamiento se hallaba ya en el terreno cretáceo, quedando la formación primitiva a unos 600 metros agua arriba del punto elegido.
Para más fácil comprobación de la descripción que vamos a hacer de los trabajos realizados para la conducción de aguas a Madrid y de los que están hoy en curso de ejecución aparece en el plano acotado con curvas de nivel de 20 en 20 metros, el trazado del canal, y unido esto a una colección de fotografías de las obras más importantes, dará una idea de la importancia del problema resuelto, más que la descripción detallada que pudiéramos hacer.
Como hemos indicado, las obras dieron comienzo el 11 de Agosto de 1851, en el punto llamado Pontón de la Oliva, donde se construyó una magnífica presa que tiene 26,68 metros de altura, de los que 30 son de elevación de aguas, y 6,68 metros de embalse, almacenando un caudal aprovechable de 3.000.000 de metros cúbicos.
La forma y disposición del embalse y la presa, se ve en los grabados números 1, 2 y 3 que se acompañan. En el número 4 se ve la toma de aguas, y en los números 5 y 7 la entrada del agua en el canal o acueducto cubierto.
A partir del Pontón de la Oliva, el trazado se desarrolla en la forma que se indica en el plano, donde va señalado con traza doble azul continúa el acueducto construido a cielo abierto, sobre obras de fábrica o sifones, con trazas de puntos la parte de acueducto en mina, y se ve además en el plano el camino de servicio que sigue todo el curso del canal, y que está señalado con línea de carmín.
La longitud total del trazado, a partir del Pontón de la Oliva, es de 70 kilómetros, y de ellos 11.741 metros en mina o túnel distribuido en 36 túneles, siendo el mayor de 1485 metros y el menor de 65.
el acueducto se adoptaron tres secciones, siendo la mayor la del acueducto general.
Pendiente..... 0,0002
Ancho......... 2,22
Alto............ 2,78
Las otras dos secciones adoptadas, una para el acueducto en túnel y otra para el acueducto que va sobre las obras de fábrica, son menores, pero tienen mayor pendiente con el fin de que las tres den igual gasto, permitiendo, antes de ponerse en carga, el paso de 4.000 litros por segundo.
El caudal de agua que puede conducir el acueducto da idea de las excepcionales condiciones de los ilustres Ingenieros que realizaron los trabajos. Madrid contaba en aquella época con 200.000 habitantes; veintiocho años después, el año 1879, se promulgó la ley de Aguas, y en ella se consigna y considera suficiente el caudal de 50 litros por día y habitante para el abastecimiento de poblaciones: por lo tanto, es indudable que en la época en que se dio comienzo a las obras se consideraría suficiente un caudal menor; pero aun admitido el de 50 litros por día y habitante, como Madrid tenía una población de 200.000 habitantes, el caudal necesario hubiera sido de 115 litros por segundo. A pesar de esto, los Ingenieros que se ocuparon de resolver este magno problema, adoptaron para el canal dimensiones que permiten el paso por él hasta 4.000 litros por segundo.
Gracias a esta previsión, verdaderamente excepcional, Madrid deriva hoy del río Lozoya un caudal de 2.000 litros por segundo para su consumo, que teniendo en cuenta que el número de sus habitantes es de 600.000, corresponde a 287 litros por día y habitante.
El terreno que recorre el trazado es muy accidentado, y esto ha exigido la construcción de un número extraordinario de muros y puentes acueductos, algunos muy importantes, cuya situación hemos procurado indicar en el plano, y reproducir los más notables en la colección de grabados que acompañan a estas líneas, y esto mejor que una descripción de ellos, dará idea de la magnitud de la empresa llevada a cabo.
Sifones
Los cuatro sifones que hay en el trazado de la conducción constituyen obras de verdadera importancia si se tiene en cuenta que el material de tubería procedía de Inglaterra y que los medios de transporte en España eran deficientes en aquella época.
Para los cuatro se adoptó la misma disposición; estan constituidos por cuatro filas de tubos de 900 milímetros de diámetro interior cada uno, que dan un gasto que excede de 3.000 litros por segundo. Los grabados números 38 y 39, reproducidos de fotografías hechas en la época de la construcción, dan idea de la disposición adoptada, y los números 16 y 41 hechos ahora indican la disposición del desagüe de fondo.
Al final del Canal, o mejor dicho, al principio, teniendo en cuenta la kilometración adoptada en el plano, se construyó la obra llamada Partidor, que es donde se distribuyen las aguas que vienen por el Canal (grabado núm. 40).
El caudal mayor se utilizó para el abastecimiento de la población por medio de un acueducto que se llama de Villa y que conducía las aguas al depósito núm. 1, de una capacidad de 56.000 metros cúbicos.
Arrancan además del Partidor tres acequias, del Norte, del Sur y del Este, que se construyeron con objeto de utilizaren riegos las aguas sobrantes.
Esta disposición se ve en el plano.
Del primer depósito de distribución arrancaban las arterias principales de alimentación, que tienen un diámetro interior de 850 a 450 milímetros y que van alojadas en galerías cuyas secciones se ven en las figuras números 42 y 43.
Las aguas llegaron a Madrid por primera vez al depósito número 1 el 24 de Junio de 1858, verificándose la inauguración en presencia de SS. MM. la Reina Doña Isabel y el Rey Don Francisco.
Humor centenario
Las fotos
De los reportajes gráficos que Alfonso publicaba en "El Liberal" le tocaba hoy a los artistas de la Compañía Granieri que actuaban en los Jardines de El Retiro.
Pasarela Cibeles
La revista "La Moda Elegante" se anticipa al otoño con unos modelitos de trajes de tarde y otros para comidas y reuniones. Mucho glamur, sombreritos, pieles y plumas, en esta entrega de nuestra pasarela.
Recetas de la bisabuela
PARA EL MES DE AGOSTO (I)
Gazapos al natural
Doce gazapos. Doscientos gramos de aceite.
Por gazapos se entienden los conejos recién nacidos. Se limpian y lavan muy bien, y partidos en pedazos y sazonados con sal y pimienta negra, se fríen en aceite hirviendo. Se sirven bien calientes.
Coste aproximado, 8,25 pesetas.
Conejos en parrilla
Tres conejos. Cien gramos de manteca de cerdo. Cincuenta gramos de manteca de vaca. Doscientos gramos de tomates. Dos anchoas.
Despelléjanse los conejos, se limpian, se parten en cuatro pedazos y se tienen en agua unos veinte minutos; pasado este tiempo, se enjugan perfectamente con un paño, se espolvorean con sal y pimienta negra y se envuelven en un papel blanco empapado en manteca de cerdo derretida. Se asan en la parrilla a fuego lento y se sirven, quitándoles el papel, sobre la salsa siguiente:
En manteca de cerdo, se fríe el tomate, pelado y partido. En la manteca de vaca se rehogan, aplastándolas y deshaciéndolas con el tenedor, las anchoas, y se mezclan bien al tomate; se pasa la mezcla por el colador sobre la fuente donde han de servirse los conejos.
Coste aproximado, 4,50 pesetas.
Ajo blanco
Doscientos gramos de almendras crudas. Ciento cincuenta gramos de aceite. Cien gramos de vinagre.
Peladas las almendras en agua hirviendo, se machacan en el mortero en pequeñas cantidades, añadiendo á cada una el aceite y una pizca de ajo, formando una pasta que se deshace en agua fresca y se va poniendo en la sopera, agregándole unas gotas de vinagre.
Este gazpacho queda como una horchata espesa, y poniéndole en hielo ó en sitio muy fresco es sumamente agradable.
Coste aproximado, 1 peseta.
Predicciones astrológicas - Pena de muerte. Indultos denegados - Fiestas de San Martín de Valdeiglesias - En las calles de Madrid - Explosión en el Campamento de Carabanchel - Una peseta por un Goya - El Canal de Isabel II por Aguinaga (Segunda parte) - Temporada de otoño en Pasarela Cibeles.
1913 | ||||||
SEPTIEMBRE | ||||||
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Antes de comenzar las efemérides de este día del mes de septiembre, las habituales predicciones astrológicas centenarias del Almanaque Bailly-Bailliere.
Pena de muerte. Indultos denegados
Mucho tiempo hacia que de hecho se había abolido en España la pena de muerte en el orden civil. El partido liberal no la había aplicado ni una sola vez durante esta etapa de Poder, pero en esta ocasión, fuerza le fue al Gobierno aplicarla, pues la opinión la demandaba, por el horror de los delitos penados.
Se reunió el Consejo de Ministros, y de cuatro expedientes con ocho reos de pena capital que se estudiaron, sólo pudo aconsejarse el indulto respecto a seis reos; los dos restantes no pudieron ser.
En la sentencia pronunciada por la Audiencia de Gerona contra Jacinto Bruguera, el hecho fue el siguiente:
Jacinto Bruguera y Antonio Giner se encontraban en un bosque inmediato a Baga deu Ferreires, cuando vieron a la niña Carmen Sabater, de seis años, que con otra un poco menor recogían leña.
Cayeron sobre ellas, las violaron, y después cada uno mató a una de las niñas.
La otra sentencia recayó sobre el crimen de Gador, que fue como sigue:
El condenado Ortega, alias el Moruno, estaba enfermo desde hacía tiempo. Agustina le aconsejó que para curarse bebiera un vaso de sangre caliente de un niño que fuera muy sano; que sacara a éste las mantecas y se las aplicara, al pecho.
Aceptó el Ortega el consejo, y entre él, la Agustina y el amante de ésta, el Leona, que murió en la cárcel, concertaron en 3.000 reales la realización del crimen, planeándolo durante un mes en todos sus pormenores, asesinando al niño de siete años Bernardo González, que ora sano y robusto, con toda clase de refinamientos crueles.
Fiestas de San Martín de Valdeiglesias
"La Correspondencia de España" anuncia este día el programa de festejos de las fiestas de San Martín de Valdeiglesias en honor de su patrona Nuestra Señora de la Nueva.
El Ayuntamiento no había omitido sacrificio alguno para dar a las celebraciones del año 1913 el mayor esplendor posible, organizándolas en la forma siguiente:
Días 6, 7 y 8 de septiembre, feria de ganados en las eras de Santa Lucia, con aguas abundantes, facilitándose pastos gratis en la Dehesa de la Mata, otorgándose premios en metálico al dueño o dueños de los mejores ejemplares que se presentasen.
En las noches del 6 y 7, cinematógrafo al aire libre, quemándose en los intermedios una vistosa colección de fuegos artificiales, bajo la dirección de un reputado pirotécnico.
Día 8, a las once, misa mayor, con sermón a cargo de un elocuente orador sagrado. Por la tarde, procesión de la sagrada imagen.
Todos los festejos serían amenizados por la banda municipal, que dirigía el reputado maestro Ocaña.
Dianas, conciertos, bailes y teatro por una compañía de las de Madrid.
Durante los días 9, 10 y 11 se verificarían (si el tiempo no lo impedía) una gran corrida de toros y dos de novillos.
En las calles de Madrid
Bazar del Obrero
En la calle de Santa Engracia, número 98, estaba ubicado este bazar benéfico para ayuda de los obreros sin trabajo.
Allí se recibían todo tipo de objetos viejos o rotos que eran desinfectados, restaurados y arreglados por los obreros, a quienes se les pagaba su trabajo.
La Señora condesa de San Rafael, que vivía en la calle Tudescos, número 2, era la encargada del bazar.
En un anuncio decía sobre las reparaciones que se realizaban en el establecimiento:
"Todo es en este Bazar de utilidad: desde los clavos y tornillos viejos, hasta los remates y molduras que se desprenden de los muebles; desde los trapos para remiendos, hasta las cerillas usadas; los corchos de botellas y las barajas viejas y descabaladas, con lo que se hacen lamparillas."
Hallado un petardo en la calle de la Florida
En la Comisaria del distrito del Hospicio se supo este día, por una confidencia, que en la obra de una casa en construcción de la calle de la Florida, esquina a la de Beneficencia, el guarda había encontrado un petardo junto a la valla de madera que rodeaba el edificio.
Para poner en claro lo que hubiera de cierto en la confidencia, el comisario de dicho distrito ordenó que un inspector a sus órdenes, acompañado de dos agentes, hicieran las necesarias investigaciones.
Interrogado el guarda de las obras de la citada casa, propiedad de D. Guillermo Garda, llamado Medardo Martínez Criado, de veinticuatro anos, manifestó que un niño, que suponía era hijo de la portera de la casa número 5 de la calle de la Florida, le avisó de que junto a la valla, y ya casi esquina a la calle de la Beneficencia, había una cosa envuelta en unos papeles y que del envoltorio salía una mecha encendida.
El guarda cogió el envoltorio, que contenía un bote de los de pimientos en conserva, totalmente lleno de pólvora.
Se limitó a quitar la mecha y en la casilla donde guardan las herramientas los obreros, dejó el bote.
El periódico que lo envolvía estaba impregnado en petróleo.
La Policía se hizo cargo del petardo, que era un bote de unos diez centímetros de altura, lleno de pólvora y con algunas balas de revólver Velo-Dog.
Estaba tan mal cargado, que seguramente no hubiera conseguido sus deseos alarmistas el que lo colocó, pues aunque la lumbre de la mecha hubiera llegado a la pólvora, la detonación apenas habría sido perceptible y además no hubiera causado daño alguno.
Declararon en la Comisaría la portera del núm. 5 de la calle de la Florida y su hijo, que es el niño de ocho años que, jugando con otros de su edad, descubrió el petardo.
La brigada de investigación criminal realizó gestiones encaminadas a descubrir a los autores del hecho.
Vándalos en El Retiro
En el Parque de El Retiro varios jovenzuelos, entre los que figuraba Segundo Hernández Benítez, de dieciocho años, mecánico de oficio, decidieron meterse en los macizos de flores, sin duda con el solo objeto de hacer todo el daño posible.
El guarda núm. 59, Pedro Sanz, les llamó la atención, pero los maleducados mozalbetes, lejos de obedecer, la emprendieron a pedradas contra él.
Llamó el guarda a otros compañeros, y entonces huyeron los agresores; pero Segundo fue detenido. Al ser conducido a la Comisaria agredió al guarda Pedro, intentando quitarle la bandolera.
Desde la Comisaria fue trasladado al Juzgado de guardia.
Explosión en el Campamento de Carabanchel
Por la excesiva reserva guardada en los centros oficiales, no se supo hasta el día de la fecha un desgraciado accidente, ocurrido el sábado en el campamento de Carabanchel.
Dicho día, y ante la Comisión de Experiencias del Arma de Artillería, se realizaban pruebas de tiro al blanco con cañones por parte de las fuerzas de dicha Arma, allí acampadas.
De repente, y sin que nadie pudiera sospecharlo, estalló un cañón por la caña, alcanzando un casco al soldado Antonio Coloma Cuenca, que sufrió grandes heridas en una pierna.
Conducido al Hospital Militar, los médicos estimaron necesaria la amputación del miembro lesionado, lo que efectuaron inmediatamente; pero a pesar de todos los esfuerzos realizados, el desgraciado Antonio falleció el domingo.
Otros dos soldados y un sargento fueron atendidos en el Hospital por quemaduras y heridas leves.
Amigos hasta la muerte
Eloy Caballero, amigo del fallecido soldado Antonio Coloma Cuenca, enterado del triste suceso, salió inmediatamente rumbo al Hospital.
Durante el trayecto desde el Campamento de Carabanchel, el joven soldado Eloy sufrió un accidente en el que recibió un fuerte golpe en la cabeza. Socorrido por otro militar fue llevado al Hospital, donde nada pudo hacerse por su vida.
Una peseta por un Goya
Una pobre mujer vendió a un trapero un cuadrito por una peseta.
Dos horas o tres después pasaba la mujer por la calle del Prado, y en un establecimiento de cuadros y objetos antiguos vio, con sorpresa, el cuadro que había vendido al marchand de la Cruz del Espíritu Santo. El cuadro llevaba en su pie un letrero que decía: "Original de Goya.—7.000 pesetas".
Sin titubear penetró la mujer en el establecimiento, y reclamó el cuadro.
—Es mío. Yo lo he vendido un trapero por una peseta.
—Señora, nosotros no tenemos nada que ver en ello. Acabamos de comprarlo también a un precio bastante alto.
Al cabo de pocos momentos se había promovido dentro del establecimiento un gran escándalo, en el que tuvieron que intervenir varios agentes de Policía.
El asunto fue confiado al Juzgado, y mientras unos decían que el cuadro estaba todavía en poder de aquél, otros creían que la mujer se había puesto de acuerdo con el anticuario.
Es claro que lo primero que trataron de comprobar las autoridades fue si el cuadro era de Goya, lo cual parecía dudoso, o de una imitación que se quería hacer pasar por obra original del insigne autor de Los caprichos.
El Canal de Isabel II por Aguinaga (Segunda parte)
En las efemérides del 14 de agosto de 1913 transcribimos un artículo sobre el Canal de Isabel II que publicaba "La Construcción Moderna". Se trataba de un interesante trabajo realizado por el ingeniero de caminos y director del Canal, D. Ramón Aguinaga.
Hoy publicamos la segunda parte, como lo hiciera la prestigiosa revista del gremio de la construcción.
CANAL DE ISABEL II
Años 1911-1912
(CONTINUACIÓN)
Origenes del Canal de Isabel II
Desde mediados del siglo XVIII empezó a preocupar la idea de dotar a Madrid de una conducción de aguas para su abastecimiento; muchos fueron los proyectos o estudios preliminares presentados, unos proponiendo el aprovechamiento de las aguas del río Jarama, otros las del río Lozoya, algunos las del Guadalix y Manzanares, y, por último, otros las del Guadarrama, sin que se llegara a un resultado práctico.
A mediados del siglo XIX, es decir, después de un siglo de dudas y discusiones, el año 1848, el eminente hombre público D. Juan Bravo Murillo fue quien acometió, con verdadero entusiasmo, el problema del abastecimiento de aguas de Madrid.
En esta fecha, Madrid contaba con una población de 200.000 habitantes y con un caudal de agua de unos 2.000 metros cúbicos por día suministrados por los llamados «Viajes antiguos», que representaban una dotación por día y habitante de 10 litros; cantidad insuficiente, distribuida por aguadores, que en número de 1.000, próximamente, repartían algo más de 1.000 metros cúbicos, resultando el precio del metro cúbico a unas 2,00 pesetas.
La resolución del magno problema de dotar á Madrid del caudal de agua que le era necesario, fue encomendada a los eminentes Ingenieros de caminos canales y puertos, Don Juan Rafo y D. Juan de Rivera, quienes en el plazo de nueve meses llevaron a cabo el correspondiente estudio, practicando una minuciosa y detenida investigación de todos los ríos
que rodean a Madrid.
Verificados los aforos necesarios, dedujeron que las aguas que debían utilizarse eran las del río Lozoya. Los ríos cuya situación topográfica permite que sus aguas puedan ser conducidas rodadas a Madrid son el Guadarrama, el Manzanares, el Guadalix, el Lozoya y el Jarama.
Del examen del plano, se deduce que estando situados en la cuenca del río Lozoya los picos más elevados de la Sierra del Guadarrama, donde se acumula mayor cantidad de nieve, a igualdad de extensión superficial de cuenca debe recoger el Lozoya mayor caudal de agua que los demás ríos.
La relación entre la extensión superficial de las cuencas de estos ríos es de 782 kilómetros cuadrados la del Lozoya, 352 la del Jarama, 252 la del Guadalix, 219 la del Manzanares y 257 la del Guadarrama, medidas a partir de los puntos situados próximamente a la misma cota que la presa del Villar.
Los aforos que diariamente se practican en el río Lozoya, en Vinaderos, agua arriba del embalse del Villar, a partir del año 1900, han demostrado que el caudal medio mínimo en la presa del Villar puede tomarse de 6.000 litros por segundo, porque siendo el caudal menor el del año 1903, que fue de 5.758, teniendo en cuenta que los aforos han sido hechos unos 11 kilómetros agua arriba de la presa del Villar, sumado a la cifra anterior el caudal que afluye a la presa del Villar en esta zona, puede, sin temor alguno, tomarse como base para el caudal medio mínimo el de 6.000 litros, existiendo años en los que el caudal medio excede de 15.000 litros por segundo.
Los terrenos que constituyen la parte alta del valle del Lozoya pertenecen al estrato cristalino y son impermeables, resultando un vaso inmejorable para la regularización del régimen del río.
Estas condiciones del terreno hacen que la composición química de sus aguas sea inmejorable, como se ha comprobado por los análisis practicados, que acusan dos grados y medio hidrotimétricos.
Primer período de la construcción de las obras
El 18 de Junio de 1851 se acordó que el Estado procediera a la ejecución de las obras proyectadas por aquellos Ingenieros, bajo la denominación de Canal de Isabel II.
En 8 de Julio de 1851 fue nombrado Director facultativo de estos trabajos el Inspector general del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, D. José García Otero.
Comprobados los datos consignados en el estudio hecho por los Ingenieros Sres. Rafo y Rivera, el 1° de Agosto de 1851 se organizaron los trabajos para la formación del proyecto definitivo, y elegido el punto llamado Pontón de la Oliva para situar la presa de elevación y embalse, el 11 del mismo mes tuvo lugar la inauguración, habiendo el Rey Don
Francisco de Asís, en nombre de S. A. la Reina doña Isabel II, colocado la primera piedra.
A la elección de este punto como toma de agua, indujo sin duda alguna, la masa de roca caliza dura que atraviesa el río en el mismo, cuyas condiciones como base para fundar una presa no podían ser mejores; pero no se tuvo en cuenta el que este emplazamiento se hallaba ya en el terreno cretáceo, quedando la formación primitiva a unos 600 metros agua arriba del punto elegido.
Para más fácil comprobación de la descripción que vamos a hacer de los trabajos realizados para la conducción de aguas a Madrid y de los que están hoy en curso de ejecución aparece en el plano acotado con curvas de nivel de 20 en 20 metros, el trazado del canal, y unido esto a una colección de fotografías de las obras más importantes, dará una idea de la importancia del problema resuelto, más que la descripción detallada que pudiéramos hacer.
Como hemos indicado, las obras dieron comienzo el 11 de Agosto de 1851, en el punto llamado Pontón de la Oliva, donde se construyó una magnífica presa que tiene 26,68 metros de altura, de los que 30 son de elevación de aguas, y 6,68 metros de embalse, almacenando un caudal aprovechable de 3.000.000 de metros cúbicos.
La forma y disposición del embalse y la presa, se ve en los grabados números 1, 2 y 3 que se acompañan. En el número 4 se ve la toma de aguas, y en los números 5 y 7 la entrada del agua en el canal o acueducto cubierto.
A partir del Pontón de la Oliva, el trazado se desarrolla en la forma que se indica en el plano, donde va señalado con traza doble azul continúa el acueducto construido a cielo abierto, sobre obras de fábrica o sifones, con trazas de puntos la parte de acueducto en mina, y se ve además en el plano el camino de servicio que sigue todo el curso del canal, y que está señalado con línea de carmín.
La longitud total del trazado, a partir del Pontón de la Oliva, es de 70 kilómetros, y de ellos 11.741 metros en mina o túnel distribuido en 36 túneles, siendo el mayor de 1485 metros y el menor de 65.
el acueducto se adoptaron tres secciones, siendo la mayor la del acueducto general.
Pendiente..... 0,0002
Ancho......... 2,22
Alto............ 2,78
Las otras dos secciones adoptadas, una para el acueducto en túnel y otra para el acueducto que va sobre las obras de fábrica, son menores, pero tienen mayor pendiente con el fin de que las tres den igual gasto, permitiendo, antes de ponerse en carga, el paso de 4.000 litros por segundo.
El caudal de agua que puede conducir el acueducto da idea de las excepcionales condiciones de los ilustres Ingenieros que realizaron los trabajos. Madrid contaba en aquella época con 200.000 habitantes; veintiocho años después, el año 1879, se promulgó la ley de Aguas, y en ella se consigna y considera suficiente el caudal de 50 litros por día y habitante para el abastecimiento de poblaciones: por lo tanto, es indudable que en la época en que se dio comienzo a las obras se consideraría suficiente un caudal menor; pero aun admitido el de 50 litros por día y habitante, como Madrid tenía una población de 200.000 habitantes, el caudal necesario hubiera sido de 115 litros por segundo. A pesar de esto, los Ingenieros que se ocuparon de resolver este magno problema, adoptaron para el canal dimensiones que permiten el paso por él hasta 4.000 litros por segundo.
Gracias a esta previsión, verdaderamente excepcional, Madrid deriva hoy del río Lozoya un caudal de 2.000 litros por segundo para su consumo, que teniendo en cuenta que el número de sus habitantes es de 600.000, corresponde a 287 litros por día y habitante.
El terreno que recorre el trazado es muy accidentado, y esto ha exigido la construcción de un número extraordinario de muros y puentes acueductos, algunos muy importantes, cuya situación hemos procurado indicar en el plano, y reproducir los más notables en la colección de grabados que acompañan a estas líneas, y esto mejor que una descripción de ellos, dará idea de la magnitud de la empresa llevada a cabo.
Sifones
Los cuatro sifones que hay en el trazado de la conducción constituyen obras de verdadera importancia si se tiene en cuenta que el material de tubería procedía de Inglaterra y que los medios de transporte en España eran deficientes en aquella época.
Para los cuatro se adoptó la misma disposición; estan constituidos por cuatro filas de tubos de 900 milímetros de diámetro interior cada uno, que dan un gasto que excede de 3.000 litros por segundo. Los grabados números 38 y 39, reproducidos de fotografías hechas en la época de la construcción, dan idea de la disposición adoptada, y los números 16 y 41 hechos ahora indican la disposición del desagüe de fondo.
Al final del Canal, o mejor dicho, al principio, teniendo en cuenta la kilometración adoptada en el plano, se construyó la obra llamada Partidor, que es donde se distribuyen las aguas que vienen por el Canal (grabado núm. 40).
El caudal mayor se utilizó para el abastecimiento de la población por medio de un acueducto que se llama de Villa y que conducía las aguas al depósito núm. 1, de una capacidad de 56.000 metros cúbicos.
Arrancan además del Partidor tres acequias, del Norte, del Sur y del Este, que se construyeron con objeto de utilizaren riegos las aguas sobrantes.
Esta disposición se ve en el plano.
Del primer depósito de distribución arrancaban las arterias principales de alimentación, que tienen un diámetro interior de 850 a 450 milímetros y que van alojadas en galerías cuyas secciones se ven en las figuras números 42 y 43.
Las aguas llegaron a Madrid por primera vez al depósito número 1 el 24 de Junio de 1858, verificándose la inauguración en presencia de SS. MM. la Reina Doña Isabel y el Rey Don Francisco.
Continuará...
Humor centenario
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Recetas de la bisabuela
PARA EL MES DE AGOSTO (I)
Gazapos al natural
Doce gazapos. Doscientos gramos de aceite.
Por gazapos se entienden los conejos recién nacidos. Se limpian y lavan muy bien, y partidos en pedazos y sazonados con sal y pimienta negra, se fríen en aceite hirviendo. Se sirven bien calientes.
Coste aproximado, 8,25 pesetas.
Conejos en parrilla
Tres conejos. Cien gramos de manteca de cerdo. Cincuenta gramos de manteca de vaca. Doscientos gramos de tomates. Dos anchoas.
Despelléjanse los conejos, se limpian, se parten en cuatro pedazos y se tienen en agua unos veinte minutos; pasado este tiempo, se enjugan perfectamente con un paño, se espolvorean con sal y pimienta negra y se envuelven en un papel blanco empapado en manteca de cerdo derretida. Se asan en la parrilla a fuego lento y se sirven, quitándoles el papel, sobre la salsa siguiente:
En manteca de cerdo, se fríe el tomate, pelado y partido. En la manteca de vaca se rehogan, aplastándolas y deshaciéndolas con el tenedor, las anchoas, y se mezclan bien al tomate; se pasa la mezcla por el colador sobre la fuente donde han de servirse los conejos.
Coste aproximado, 4,50 pesetas.
Ajo blanco
Doscientos gramos de almendras crudas. Ciento cincuenta gramos de aceite. Cien gramos de vinagre.
Peladas las almendras en agua hirviendo, se machacan en el mortero en pequeñas cantidades, añadiendo á cada una el aceite y una pizca de ajo, formando una pasta que se deshace en agua fresca y se va poniendo en la sopera, agregándole unas gotas de vinagre.
Este gazpacho queda como una horchata espesa, y poniéndole en hielo ó en sitio muy fresco es sumamente agradable.
Coste aproximado, 1 peseta.
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© 2013 Eduardo Valero García - HUM 013-204 EFEMERIDES1913
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