lunes, 27 de julio de 2015

Fototeca. La figura del bastonero en los bailes y verbenas

Tiempo de verbenas y bailes en "La Bombilla", "La Flor", "La Estrella", "La Manzana", "La Rosa blanca", y otros tantos espacios emblemáticos donde el schotis y el pasodoble eran las delicias de la concurrencia.
La fotografía que presentamos hoy en la Fototeca es de finales del siglo XIX y corresponde a un baile en el barrio de Chamberí. Además de las elegantes parejas danzantes -con cigarro incluido-, es retratado el bastonero y su decorada vara de mando.

Fotografía: Autor desconocido (1897)
ARCHIVO HUM
© 2015 Eduardo Valero García-HUM 015-008 FOTOTECA
© 2015 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

"Las figurillas esquemáticas, ó estilizadas, de hombres bailando, representan probablemente una danza sagrada, la danza ante el dios Aitor, Atúm, Atú, ó como quiera que le llamasen los que tuvieron á bien reverenciarlo; y es de notar que una de las figuras, sin duda la del director del baile, si ya no es la del sumo sacerdote de aquella para nosotros misteriosa religión, empuña una formidable cayada, báculo ó cetro retorcido, en cuyo detalle acaso pudiera esconderse el origen del bastonero encargado de poner orden en los bailes verbeneros. Después de todo, si el baile tuvo origen hierático, ¿por qué no hubieron de tenerlo también el bastonero y su bastón?" [1]

El bastonero de bailes y verbenas
En España se baila desde muy antiguo y con muchas ganas a partir de la Edad Media. De esos tiempos proceden la pavana, la zarabanda, el pollo, la piropanda, el villano, y otros muchos.
Bailarines de alto copete fueron Felipe III, Felipe IV y el duque de Lerma. Y de esos tiempos es la creación del bastonero.

La figura del bastonero (también llamado "pericón" por reminiscencias del folclore argentino), estaba presente en todos los bailes, fuesen estos en los variados espacios y salones de recreo madrileños o en el mismísimo teatro de los Caños del Peral.

Retrocedamos a la Villa y Corte de 1856 para conocer el aspecto y funciones del bastonero de entonces. Decía El Clamor público en una crónica sobre la capital del reino:
"—El bastonero, tal como le conocemos hoy, tal como le presenta la elevada misión que está llamado á ejercer en los bailes de máscaras, es uno de nuestros tipos mas originales, un articulo de lujo, pero de imprescindible necesidad, atendidas las infinitas maniobras que ejecuta, y las sinuosidades humanas que tiene que sondear.
Mitad alguacil de la villa, y mitad fiscal de audiencia, según su traje de ordenanza, participa de las dotes especiales de estas dos representaciones de la justicia, y es listo, agudo, chanzonero, curioso y mal intencionado como el primero, y grave, circunspecto y mesurado como el segundo. No de otra manera podria desempeñar sus multiplicados deberes.
Para los que no hayan asistido nunca á un baile de máscaras, nuestro héroe no será el hombre necesario, ni la personificación de un poder cien veces mas temible que el que ejercía Faraón sobre los israelitas, pero para aquellos que hayan observado el movimiento coreográfico del teatro de Oriente, para aquellos que se hayan visto entre las encrespadas olas de un mar de máscaras que en confuso tropel se lanzan en busca de la última nota de un wals, ó de la galop infernal, para aquellos, repetimos, que hayan visto y tocan de cerca estos pronunciamientos de pies, el bastonero, nuevo Moisés que estiende su prodigiosa vara para calmar las olas del mar Rojo, aparece siempre como una figura altamente épica, cuya misión providencial no puede ser más humanitaria, más benéfica, ni más salvadora."

A propósito del "pericón" que citamos antes, diremos que es un baile popular argentino y otros países latinoamericanos conocido al menos desde el siglo XVIII-quizá antecesor de la contradanza-, por el que un grupo de parejas danzaban bajo la dirección de un bastonero, quien dictaba las figuras al grito de "aura" (ahora).

Juan Pueblo.- ¿Quién hace de bastonero?
Roca.- Si entran todas las parejas,
dirigiré el baile yo;
pero si faltan algunas,
entonces, mi amigo, no.

Del folclore argentino: bastonero o pericón

Revista Caras y Caretas, 1937
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En la portada de la revista argentina Caras y Caretas que acabamos de ver se relaciona al bastonero con el director del concierto político. Los humoristas españoles también lo utilizarán como tal, como podemos apreciar en esta caricatura de Indalecio Prieto ejerciendo de bastonero cuando era ministro de Obras Públicas; entre los bailarines, el presidente Manuel Azaña.
Lo dibuja Soravilla (Cristiano Soravilla Róspide) en una serie de viñetas sobre "Las diversas distracciones [de los políticos] durante las vacaciones", en la revista Gracia y Justicia de abril de 1932.



Anterior en el tiempo (1906), el polifacético Gedeón hacía de bastonero en los saraos gubernamentales. En la viñeta lo vemos de esta guisa, portando colosal vara de mando, en diálogo con un consternado Antonio Maura en el baile de la Prensa.



¡Y no hablemos de lo espiritual! En una carta enviada por Fray Diego José de Cádiz, Misionero capuchino a una señora de la Corte, decía:
"Mas lo detuvo el que parecia el principal ó Bastonero de los que bailaban con decirle, que era un espíritu infernal que había venido a manifestarle lo que eran los bailes entre hombres y mugeres, para que conociese por aquí lo enorme del pecado, y lo mucho que el Señor en ellos es ofendido."
En el baile, el bastonero era la autoridad competente, el director, la dignidad superior. Según una descripción del siglo XIX (1881), la fisonomía de esta imponente figura era la siguiente:
"...con su frac y su pantalón negros, su chaleco y su corbata blancos, su domino negro con lazos de color, como las cajas de dulces, y su pelito rizado, cuando le usan, producen muy buen efecto."

Floro Moro Godo (Florencio Moreno Godino), en su novela "Dos anónimos", publicada por capítulos en La Ilustración Artística (1896) hace una descripción pormenorizada de los bastoneros de Capellanes. Dice de uno, al que se conocía por el apodo de "Suspirazos", que era un hombre alto, seco y tan delgado "que su epidermis se transparentaba".
Tenía la cabeza muy grande y completamente calva, y unos ojos pequeños que parecían dos puñaladas en una sandía. Estaba inmóvil la mayor parte del tiempo, rígido y silencioso, suspirando alguna vez y, cuando era necesario, exhalando la siguiente frase correctiva: "¡No hagan ustedes barbaridades!".
Lucía una levita inmensa si el baile era de sociedad, o un dominó muy corto si era de máscaras.

Describe a otros dos, ambos bajitos y rechonchos, y uno de ellos jorobado. "A éste le había dado por la alegría y el movimiento, y jaleaba a las parejas que bailaban."
Del otro nos cuenta que era esclavo de las formas y los buenos modales. Así se dirigía a la concurrencia: "Caballero, me haría usted un singular favor en abotonarse esos dos botones que están sueltos", o, dirigiéndose a una señora sentada, "Señora, si tuviera usted la amabilidad de bajarse un poco la falda, porque enseña usted cosas preciosas, mas no para vistas".

A decir de la fotografía que hoy publicamos, cualesquiera de estas personalidades podría encajar en el bastonero retratado; amén de que se tratase de un tipo fiero o pendenciero, que también los había.
De las referencias halladas sobre los bastoneros, resumimos las características de este oficio diciendo que se trataba de personas sin otro trabajo conocido y que alcanzaban notoriedad una vez asignado el apodo que los convertía en profesionales del sector. Muchos se vanagloriaban de haber sido bastoneros después de ubicarse en otra profesión o una vez retirados de aquella. En ocasiones el título pasaba de padres a hijos.

Pero no a todo el mundo le gustaba o aceptaba esta figura. Un periodista de El Liberal arremetía en 1888 contra los bastoneros en un artículo titulado "El Bastonero de nacimiento":
"En los actos públicos, en las reuniones particulares, en cualquier parte donde hay gente y ocasión de lucimiento, se improvisa un bastonero, que no permite sentarse ó detenerse en ciertos sitios, hablar alto y perturbar la simetría en que le representa al mundo su caletre. Le veréis levantarse y pasearse, mirando á todos lados, por el gusto de enmendar y mejorar algo y hacer sentir en los demás el peso de la autoridad abrumadora.
Y si por casualidad es amigo, pariente, subalterno del jefe de local, entonces reformará y derogará las órdenes del jefe, creyéndose su superior.
Felices monomaniacos de grandeza que la gozáis en tanta pequeñez.
Bastoneros de nacimiento, ¡qué sueños tan halagadores tendréis, imaginándoos vestidos de pavo real y esponjando la magnifica cola ante la multitud que os contempla con asombro!"

En los primeros años del siglo XX ganaban una media de ocho pesetas a la semana; un par de pesetas por baile. Hubo bastoneros muy famosos, aunque también ejercieron este rol de forma improvisada algunas personalidades de la literatura, el periodismo y la política; entre ellos, el madrileñista Antonio Casero, a quien todos conocemos por las coplas del domingo que en nuestro blog publicamos.
Aunque en los años 30 del siglo XX, la que había sido digna e importante profesión va desvirtuándose y comienza su declive, ya en los años 80 del siglo XIX se hablaba de la inutilidad de ese oficio y de la elección para ejercerlo.

Pero la profesión de bastonero, como veremos a continuación, tenía su aquel.

Reglamentos
En "El Censor" de 1781 (Discurso LXXX) se hablaba de fijar las normas que debían imperar en bailes y contradanzas con arreglo a las funciones del bastonero.


Se sumaba a estas normas la de hallar un criterio para diferenciar las clases en que se dividía la mujer española, con el fin de que a la llegada de nuevas de un extranjero o un isidro, supieran identificar a una dama de una maja o una cortesana, con la única finalidad de no faltar al respeto a la primera.
Tarea de gran responsabilidad la del bastonero, quien además de dar principio, dirigir, y concluir el baile, debía estar ojo avizor ante la concurrencia.

Decía Luis G. Urbina en la revista Cervantes al referirse a ciertas costumbres y tradiciones del Madrid del género chico:
"Distintos cobertizos se alzan en medio de la calle. Este cobertizo es salón de baile; dentro, danzan las parejas en típicas posturas; suena, incansable, el organillo de manubrio; se pasea el bastonero enarbolando su largo palo, que es un tirso de listones; fuera, detenida por el frágil barandalillo, la muchedumbre, atenta, mira el cuadro."

En la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos [2] de 1929, encontramos la siguiente cita del Abate D. Muchitango del año 1795:


En un artículo titulado "Antiguas costumbres españolas", publicado en Museo de las familias de 1850, se habla de los reglamentos en el baile y labores del bastonero en los siglos XVII y XVIII:
"«Los compositores, los que bailan, los que hacen de bastonero, y los que tienen funciones en sus casas (se lee en el arte de danzar á la francesa) deben tener especial cuidado, poniendo cuanto esté de su parte en disponer los bailes de modo, que se aparte el menor ademan indecente, y que al paso que la diversidad de sus mudanzas sea de agradable diversión, muevan los ánimos á una honesta recreación; pues no sin fundada razón se lamentaban los predicadores, corrigiendo lo pernicioso da algunos bailes, que por la provocación de sus movimientos debian proscribirse.»"

La Sociedad "La Juventud Artesana", que daba bailes en su sede de El Cerrillo del Rastro, número 5, había redactado en 1896 un reglamento con las bases que habían de observar los concurrentes y cargos de los empleados y socios.  Decía de los bastoneros:
"El bastonero tendrá la obligación de no dejar su puesto sin dejar otro que le supla interín el faltase del salón y tener el bastón siempre en la mano mientras se esté bailando."


La vara de mando
Con su vara de mando o bastón, que era un palo largo adornado en la punta con grandes lazos y flecos, el bastonero daba tres golpes en el suelo, iniciando así el baile. Entonces las parejas comenzaban a danzar de acuerdo a la disposición que había marcado el del bastón; si alguien se salía de lo estipulado, allí que alargaba la vara para dar un toque o un coscorrón.
Daba por finalizada una pieza o el baile con otra herramienta, el silbato.

La vara fue menguando con el tiempo. Para Pedro de Répide era una "pértiga", como lo dice en su libro "La saeta de Abaris - Del Mar Negro al Caribe", publicado en 1930:
"La danza es prolongada y se resuelve en variadas figuras. Un hombre docto en ella la dirige, oficiando entre de bastonero y maestro de ceremonias. Auxiliase unas veces de una pértiga, con que gobierna la marcha del baile, y otras de un silbato, del que se sirve para marcar el fin de cada paso."
Portada del libro

Autoridad de bastonero
"—¡Ay, Juliana!—dice él. —¡Qué tiempos aquéllos! Entonces tenías otro color, y otra frescura. Acuérdate de cuando fuimos al baile de la Zarzuela, que llamabas la atención, y quiso abrazarte en mis barbas un bastonero.
—No me lo nombres. Aún me parece que te veo con la cara hinchada.
—Sí, á causa de la irritación que me produjo aquel pillo.
—No, á causa de los bofetones que te pegó detrás de una puerta." [3]
Con vara larga o corta, mucho de cierto tenía el dicho: "Autoridad de bastonero". Muestra de ello son las noticias de época, donde había heridos por golpe de bastón o por golpes al bastonero:

EL DÍA, 31 de octubre de 1899


LA ACCIÓN, 27 de noviembre de 1916


Para finalizar este recuerdo a una de las profesiones del viejo Madrid, la Biblioteca Nacional de España, a través de la Biblioteca Digital Hispánica, nos ofrece un archivo sonoro de 1917 en el que Carmen Flores interpreta "La gachí del bastonero", de Montesinos y A. Rincón.




"Entonces esclamó el burro
Con mucha filosofía:
«Si no saben qué bailar
Y si ignoran quién repica,
Dejad solo al bastonero,
Porque mi abuelo decia
Que es muy necio aquel que en bailes
Por burlarse despepita,
Tan solo por el capricho
De lucir las pantorrillas.»"
N. GARCÍA SIERRA, 1858.



Bibliografía
[1] Anónimo. (1915) El ídolo de Peña Tú. Alrededor del mundo, XVII (817), 5

[2] Abate Don Muchitanga (1929) Ordenanzas para los bailes de contradanzas. Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, XXXIII (7 A 12), 334

[3] Taboada, Luis (1890) De todo un poco. Madrid Cómico, X (406), 2

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor. 
En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2015) "FOTOTECA. La figura del bastonero en los bailes y verbenas", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/

· Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. 
· En todas las citas se ha conservado la ortografía original.


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miércoles, 22 de julio de 2015

Estampas. Madrid pueblo. Veraneo en San Rafael

Estampa en doble página de los veraneantes madrileños allende de la Sierra de Guadarrama. El dibujante SAMA, como lo hicieron también Bellón y Garrido, recoge un instante en perspectiva de las costumbres de otros tiempos (su tiempo).

En nuestros artículos hemos mencionado muchas veces los sitios preferidos por los madrileños para veranear. Había varias categorías en esto de vacacionar; el que más tenía más lejos llegaba, y el que disponía de menos apenas se acercaba a la Sierra o la traspasaba. Tal es el caso de esta estampa.

Veranos en San Rafael, fresquito pueblo segoviano perteneciente al municipio de la muy ilustre villa de El Espinar, que en su tiempo fue llamado "la Suiza española".
SAMA pone título a la escena: "LAS DELICIAS DE UN VERANEO EN SAN RAFAEL. Recuerdos de un veraneo. Muchas gracias. No hay de qué", frase tan abigarrada como el conjunto del cuadro.


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Pinta regular la escena. Hay trifulcas y broncas por doquier; fauna de todo tipo, y alguna que otra situación bucólica. Sin duda, una "delicia"... pero eran las vacaciones.

En este paraíso segoviano de San Rafael veranearon o residieron Miguel Primo de Rivera, Alejandro Lerroux, Ramón Menéndez Pidal, Rafael Alberti, algunos condes y marqueses, y hasta Ava Gardner y la Conchita Piquer, entre otros.




Bibliografía
SAMA (1926) "LAS DELICIAS DE UN VERANEO EN SAN RAFAEL..." Buen Humor, V (252), 14

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor. 
En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2015) "Estampas. Madrid pueblo. Veraneo en San Rafael", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/

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viernes, 17 de julio de 2015

Estampas. Madrid pueblo. Chamberilera y de verbena.

Tarde llega este artículo para felicitar a las Carmen, pero muchas hubo y hay con este nombre en toda la geografía española, y, por supuesto, en Chamberí. A estas chamberileras de garbo y salero, majas de otros tiempos, inspiración sainetera, va nuestro homenaje en estos días de verbena.

Estampa que muestra los "tipos y escenas madrileñas" en el arte del dibujante TITO, acompañada de unos versos de Manuel Soriano dedicados a las mujeres de Chamberí.

EN LA VERBENA
-¡Pero mira que es pesada tu madre!...
(Dibujo de TITO)
Nuevo Mundo, 1915
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De gran porte o porte grande, que es la ironía de la estampa; bigotito de gamba o gamba entera; sílfide, valquiria; da igual si es pesada o de peso, de salero o salerosa, porque todas las chamberileras son hermosas.


A UNA CHAMBERILERA
¡Ay, chamberilera
de los ojos negros!,
de rosado cutis,
de turgente seno,
de gallardo busto,
de mirar de fuego,
oye los suspiros,
oye los lamentos
del que por ti sola
viene padeciendo
torturas horribles,
dolores sin cuento;
delirios de loco,
locuras de cuerdo.
Tu eres el tesoro
que soñando veo,
la ambición suprema
de mis locos sueños,
la ilusión que alienta
mi delirio intenso...
Sólo por ti vivo,
sólo por ti aliento,
tu eres mi delicia,
tu eres mi consuelo,
¡ay, chamberilera
de los ojos negros!
Gozo lo indecible
siempre que te veo;
lloro como un niño
si de ti me alejo;
cuando á ti le afligen
hondos desconsuelos,
siento ansias de muerte
taladrar mi pecho:
gozo, si tu gozas
de placer inmenso;
sufro, si tu sufres
malestar perpetuo;
si te mira alguno,
siento que los celos
como el mar bravio,
me desbordan fieros
y á mis ojos salen
con furor tremendo,
como furias locas
de infernal engendro.
Y es... que eres mi vida
que contigo sueño,
que por ti, deliro,
que por ti, me muero,
que eres mi alegría,
que eres mi consuelo,
¡ay, chamberilera
de los ojos negros!
-
¡Ay! Si tu supieras
qué de cosas pienso
cuando embelesado,
mudo, te contemplo
y el perfume aspiro
de tu suave aliento,
que trasciende a rosas
de jardín del cielo.
Cuando en esos labios
donde late el beso,
anuncio misterioso
del placer supremo,
brota una sonrisa,
que es un embeleso,
cuando absorto admiro
tu perfil correcto,
tu gallardo busto,
tu mirar de fuego
y los mil encantos
que te otorgó el cielo,
digo en el instante,
de entusiasmo lleno:
Si es tu amor la muerte,
mátame al momento,
que si tu me matas
quiero ser el muerto,
¡ay, chamberilera
de los ojos negros!
-
Quieras ó no quieras
mi cariño inmenso;
quieras ó no el alma
que á tus pies he puesto;
ya en la excelsa cumbre
de mis locos sueños,
va en el antro obscuro
del profundo asenso,
ya de amores loco,
que de pena cuento,
alma de mi alma,
sueño de mi sueño,
tu serás mi vida,
tu serás mi cielo,
¡ay, chamberilera
de los ojos negros!

MANUEL SORIANO, 1915


Para finalizar, en la voz de Lola Flores, "Macarena de Chamberí". ¡Ole, chamberileras!





El presente artículo está dedicado a:
Todas las Carmen
A las vecinas de Chamberí de todos los tiempos
A dos amores: Amparo y Gema



Bibliografía
Estampa: 
TITO (1915) Tipos y escenas madrileñas. Nuevo Mundo, XXII (1.125), 38
Versos: 
Soriano, Manuel (1915) A una chamberilera. El Norte de Madrid, III (71), 2

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En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2015) "Estampas. Madrid pueblo. Chamberilera y de verbena", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/

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jueves, 16 de julio de 2015

Verbena del Carmen. Chamberí en fiestas, 1915

Chamberí, orígenes del autor de Historia Urbana de Madrid, que hoy recuerda la Verbena de Nuestra Señora del Carmen de hace cien años. Homenaje al distrito madrileño, a los chamberileros de antes y a sus descendientes en estos breves recuerdos de papel.


Fotografías: El Norte de Madrid. "Omnium"
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El primitivo barrio de Chamberí fue fundado a principios del siglo XVIII, para rememorar el matrimonio de Felipe V con María Luisa, hija del rey Víctor Amadeo de Saboya.
El Ayuntamiento madrileño dio al nuevo barrio el nombre de Chamberí, que era una deformación del nombre de la capital de Saboya, Chambéry.

El desarrollo de este barrio, y más tarde distrito, fue lento hasta la llegada del tranvía en 1870, a partir de entonces el crecimiento de la población del distrito cobró un notable incremento.
Decía un periodista de la mítica publicación "El Norte de Madrid":
"Roto el dique de las puertas de Fuencarrál y Hortaleza, que limitaban Madrid por la zona Norte, comenzaron las edificaciones; el vecindario, encajonado en el viejo Madrid, fué tomando afición al naciente distrito, y en pocos años alcanzó una cifra de población que hoy no tiene ningún otro.
Es el más sano de todo Madrid, y el número de sus habitantes excede de 150.000; los que no tienen algunas capitales de primer orden.
A la vuelta de algunos años, cuando en el distrito de Chamberí se realicen las justas y necesarias mejoras urbanas que sus vecinos merecen, el distrito de Chamberí será lo mejor de la Corte." [1]

Fiestas de Chamberí, 1915
Las críticas sobre los festejos de la Verbena del Carmen de 1915 fueron muy duros hacia el Ayuntamiento, y en particular al teniente de alcalde y los concejales del distrito. Al parecer hubo muchas promesas y buenas palabras para la Comisión organizadora, compuesta por industriales, comerciantes y gente del pueblo, que al final quedaron casi solos en el fregado.

Las fotografías, de poca calidad pero gran valor histórico, recuperan del pasado algunos comercios e industrias que participaron en los festejos de 1915. Bueno es recordarlos para dar a las fotografías el sentido que merecen, con un añadido de historias anónimas de gentes que también fueron Madrid.

Comercio de Luis Sainz
Calle Luchana, 7
Establecimiento de comestibles considerado la "segunda casa del bacalao" de Madrid, y uno de los comercios más concurridas a cualquier hora del día o la noche. Su rival era Francisco G. Alberdi, comerciante con establecimientos en la calle del Pez, 33, donde tenía "la Casa única en bacalao".

Fotografías: El Norte de Madrid. "Omnium"
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Comisión gestora del Mercado de Olavide
Hete aquí los señores que gestionaban en mercado, fotografiados por su relevancia en la organización de los festejos.

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"El Purgatorio"
Tienda de vinos de Bucero Hermanos.
Calle Palafóx, 20 y Plaza de Olavide, 20
De todos los comercios fotografiados, es en el que más concurrencia aparece retratada. Quizá porque en aquel establecimiento hubo baile todos los días de verbena o por sus vinos, cervezas y licores de las mejores marcas.

Fotografías: El Norte de Madrid. "Omnium"
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Gran peluquería de Juan Rigot
Calle Malasaña, 7 (antes peninsular)
Este salón de peluquería tenía sala de lectura, pilas inglesas y estufa de desinfección para la herramienta, cuya operación se realizaba a la vista del cliente. Los paños se lavaban y desinfectaban en el "Lavadero Higiénico", calle de Espronceda.

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Bar-Tupi "La Casa de Todos"
Calle de Santa Engracia, 101 (esquina a García Paredes)
Allí se servía exquisito café, licores, vermú y cervezas "completamente frías". También se expedían aguardientes, ron y otros artículos del país, de las mejores marcas.
Un eslogan de aquellos tiempos decía: "Visítese LA CASA DE TODOS, donde se bebe el rico vermouth Martini-Rossi, de Torino."

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Pescadería "La Central de Quevedo"
Calle Fuencarral, 159
Este comercio era propiedad del industrial D. Pedro Mínguez, y había sido inaugurado aquel año de 1915.

Fotografías: El Norte de Madrid. "Omnium"
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Sastrería Silvan
Calle de Fuencarral (esquina a la Glorieta de Quevedo)
En esta sastrería, que era además camisería, gorrería y corbatería, se vendían gabanes y trajes de caballero y niño. Trajes de caza y demás de sport. Uniformes civiles y militares.
"Corte inimitable y confección esmerada", aseguraban.

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Tahona de Lucas López Parajuá
Este antiguo vecino de Chamberí era muy querido en el barrio. Hombre honrado y trabajador, contaba con muchísimos amigos y todo eran alabanzas para su persona y su familia, que, por cierto, era numerosa.

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Vidriería, plomería y fontanería de Ramón Saavedra
Calle Carranza, 11 (duplicado)
Esta empresa hacía instalaciones de tuberías de hierro, plomo, cinc y metal. Eran especialistas en cubiertas de cinc, plomo, hierro y cristal.

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Programa
Fiesta popular
La noche del 7 de julio se reunieron en la Tenencia alcaldía del distrito de Chamberí numerosos industriales con objeto de discutir y fijar el procedimiento más adecuado para dar solemnidad a la verbena de Nuestra Señora del Carmen.
En dicha reunión se acordó constituir la Junta de Festejos en la siguiente forma:
Presidentes honorarios: Sr. Teniente alcalde del distrito, concejales D. Fulgencio de Miguel, D. Pascual Ruiz Salinas, D. Luis Millar, don Emilio Estébanez y D. Julián Besteiro.
Presidente efectivo: D. Manuel Galindo.
Tesorero: D. Isidoro Alarcón.
Secretario general: D. Segismundo Alvarez.
Vocales: D . Juan Andradas Latorre, D. Tomás Egido, D. Fausto Peñalva, D. Mariano García, D. Juan Francisco de Paz, D. Vicente Otero, D. Higinio Alonso y D. Baldomero Portóles.
Esta Junta nombró las comisiones de barrio para la recaudación de fondos, y una vez ésta verificada, procedió a la confección del programa.

Así fue la Verbena de Nuestra Señora del Carmen de hace cien años.
Los festejos comenzaron el día 15 a las cinco de la tarde anunciándose con repique general de campanas y disparos de bombas y cohetes.
1. Iluminación general y bailes públicos.
2. Dianas todos los días por las bandas de los Asilos de la Paloma y Santa Cristina.
3. Danzas de gigantes, gigantillos y cabezudos, que acompañados de dulzaina y tamboril recorrerán todas las tardes las calles, del distrito.
4. Cucañas a las seis de la tarde en las calles de Fuencarral, Sandoval, Malasaña y Plaza del Dos de Mayo.
5. Fuegos artificiales. Bonitas colecciones de fuegos artificiales, confeccionados y dirigidos por el acreditado pirotécnico D. Perpetuo Serrano Humanes, Hermanos, sucesor de Hernández Parra, que se quemaron en la siguiente forma:
Día 15. —De once y media a una de la madrugada, en la plaza de Olavide.
Día 16. —De once y media á una de la noche en la Glorieta de la Iglesia.
Día 17. —A las once y media de la noche, en la calle de Luchana y Glorieta de Bilbao.
Día 18. —De diez a once de la noche, en la Glorieta de Quevedo y de once y media en adelante, en la Plaza vieja de Chamberí.
6. Conciertos todas las noches por las bandas de música antes citadas, en las calles y plazas donde se quemaron las colecciones de fuegos artificiales.
Siendo estos unos recuerdos de papel, nada mejor que publicar parte del programa publicado en el Heraldo de Madrid.





Fiesta religiosa
Solemne Novena. Dio principio el día 8 de julio.
Todas las tardes, a las seis y media, se manifestaba a su Divina Majestad, se rezaba la Estación al Santísimo Sacramento, el Santo Rosario, con sermón a cargo del Presbítero D. Domitilo Fernández y Fernández, Novena, Reserva, letanía y Salve.

Función principal - Día 16 de Julio.
Por la mañana. A las ocho: Misa de Comunión general. A las diez: Misa solemne con S. D. M. de Manifiesto. Fue panegirista de las glorias de Nuestra Señora el Presbítero D. Domitilo Fernández y Fernández.
Por la tarde. A las seis: Después de la Reserva salió en procesión publica la preciosa Imagen de la Patrona por la calles de Eloy Gonzalo, Trafalgar, Gonzalo de Córdoba, Cardenal Cisneros, Luchana, Plaza de Chamberí, Santa Engracia y Glorieta de la iglesia a la Parroquia, donde se cantó la Salve y Despedida.
El coro estuvo dirigido por el maestro compositor D. Jesús Aroca, asistiendo el último día, por mañana y tarde, una brillante orquesta.

Pero esto no fue todo, hay más para contar, porque las fiestas de Chamberí acaban de comenzar.


El presente artículo está dedicado a:
D. José Antonio Valero Carretero (abuelo del autor),
D. José Valero Hernández (padre del autor),
y D. +Angel Alda, el "ángel de Olavide"


NOTA DEL AUTOR:
Un suceso lamentable
El día 17 de julio de 1915, por la tarde, fallecía en el Sanatorio del Rosario la famosísima Consuelo Bello, "La Fornarina".
La recordamos en la brillante copla de Antonio Casero que publicamos el 12 de marzo del corriente año, titulada "Coplas del domingo. La Fornarina y yo"



Bibliografía
[1] Anónimo (1915) De la verbena. El Norte de Madrid, III (71), 2

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor. 
En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2015) "Verbena del Carmen. Chamberí en fiestas, 1915", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/

· Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. 
· En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

© 2015 Eduardo Valero García - HUM 015-008 RECUPAPEL
ISSN 2444-1325

domingo, 12 de julio de 2015

Fototeca. Calle y tahona de las Maldonadas. Madrid, 1915

Comenzamos el artículo con este fragmento de noticia aparecido en El Siglo Futuro de mayo de 1920:
"En una "cola" formada a la puerta de una tahona de la calle de las Maldonadas figuraban cerca de 600 personas. La "cola" se extendía por varias calles inmediatas.
Uno de los individuos que aguardaban creyó que otra persona ajena a la "cola" había penetrado en el establecimiento.
Inmediatamente se alzó una ruidosa protesta entre los que esperaban, apedreando la tahona. La fuerza pública tuvo que cargar."

En los madriles actuales consumimos pan prefabricado y cocinado en hornos minúsculos. Se vende en grandes superficies; en panaderías ('sucedáneas' de las tahonas); en locales regentados por chinos ('sucedáneos' de los ultramarinos), y hasta en las gasolineras. Hoy no escasea ni es objeto de truculentos negocios, o eso creemos.

Hace cien años, tal que un julio como este que nos abrasa, volvía a utilizarse el pan como "arma arrojadiza" (literal), como elemento de protesta entre los comerciantes del ramo y sus obreros; y casi permanente dolor de cabeza para Gobierno y Ayuntamientos.
Dicho de otro modo: no había pan si existían discordancias entre industriales y trabajadores; no había pan si el Ayuntamiento perseguía las sisas y requisaba el producto; no había pan si el conflicto venía de los molinos o fabricas de harina. (Los enlaces corresponden a las efemérides de 1913 y 1914 que ofrecíamos con alegría a nuestros lectores; ya no se publican, por ser objeto de hurto más que de consulta).

La Fototeca de HUM presenta hoy una vista de la calle de las Maldonadas atestadita de buenas gentes, víctimas todas ellas de las protestas que acabamos de citar.
Desde un balcón del edificio de la acera opuesta, don Alfonso Sánchez García, más conocido como el fotógrafo Alfonso, capta en julio de 1915 esta imagen del pueblo madrileño haciendo cola frente a la "Tahona de las Maldonadas", sita en la calle homónima, número 3.


Fotografía de Alfonso para la revista Nuevo Mundo
Año 1915
© 2015 Eduardo Valero García-HUM 015-007 FOTOTECA
© 2015 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


La calle de las Maldonadas
Calle muy animada en otros tiempos, discurre entre la plaza de Cascorro y la calle de Toledo (antiguamente zona que ocupaba la plaza de la Cebada). Daba a esta calle una de las fachadas de la iglesia de San Millán.
Una noticia de La Correspondencia de España, de septiembre de 1863, anunciaba:
"La real Congregación de Nuestra Señora de Guadalupe, establecida en la parroquia de San Millán de esta corte, celebra el domingo 13 su función de instituto, con salve solemne el sábado y procesión pública el dicho domingo, á las cinco y media da la tarde, por las calles de las Maldonadas, travesía del Rastro, San Dámaso, Estudios, Toledo, plazuela de la Cebada, haciendo estación en las religiosos de la Latina y plazuela de San Millán."

Tuvo otro nombre, el de la calle de la Pasión, por estar allí el primitivo convento de Nuestra Señora de la Pasión, fundado por los dominicos en el siglo XVII.

DIARIO NOTICIOSO UNIVERSAL, 1761

Como podemos apreciar en el plano de Nicolás de Fer, de 1706,  la calle aparece con ese nombre.
La configuración de esa zona de Madrid difiere de la que hoy conocemos. Poco a poco, y después de las modificaciones urbanas practicadas por los franceses, en la que desaparecen edificios religiosos y se crean nuevos espacios, el paisaje irá sufriendo variaciones.

Plano de Madrid. Fer, Nicolás de. 1706 (fragmento)
Bibliothèque nationale de France, département Cartes et plans, GE C-1259
Con licencia
© 2015 Eduardo Valero García-HUM 015-007 FOTOTECA
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Los planos que vemos a continuación ilustran esas variaciones.
En el plano de Tomás López, de 1785, la calle ya aparece denominada como "de las Maldonadas".


Plano Geométrico de Madrid.
López, Tomás. 1785 (fragmento)

Bibliothèque nationale de France, département Cartes et plans, GE C-1259
Con licencia
© 2015 Eduardo Valero García-HUM 015-007 FOTOTECA
© 2015 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

En el Plano de la Villa y Corte de Madrid, de Fausto Martínez de la Torre y Josef Asensio (Nueva edición del año 1800), la calle de las Maldonadas es límite entre de dos barrios.

Barrio de Mira el Río ("Quartel de San Francisco") Lámina 58.
"Da principio en la calle de Arganzuela, desde abaxo, sube por ella mano derecha, vuelve á la de Toledo, y siguiendo dicha mano, se dirige por la de las Maldonadas, Plazuela del Rastro, y Rivera de Curtidores, hasta las tapias, siempre mano derecha."


Barrio de La Latina ("Quartel de San Francisco") Lámina 63.
"Da principio en la Caba Baxa, esquina de mano izquierda, entrando por la Plazuela de la Puerta Cerrada, y sigue á las de Puerta de Moros y de la Cebada, y entra en la calle de las Maldonadas, hasta su esquina, sin salir al Rastro, todo á mano izquierda.


Continuamos con un plano parcelario de 1879, del Instituto geográfico y estadístico; han desaparecido los edificios religiosos y es más evidente el tapón del Rastro.

Plano parcelario.
  Instituto geográfico y estadístico, 1879 (fragmento)

Bibliothèque nationale de France, département Cartes et plans, GE C-1259
Con licencia
© 2015 Eduardo Valero García-HUM 015-007 FOTOTECA
© 2015 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

A continuación, unas comparativas.
La primera, del plano de la zona en 1910 con una vista aérea de 2005

Comparativa del plano de 1910, de Pedro Núñez Granés, con el Cartográfico Catastral, de 2012, del Ayuntamiento de Madrid; revela la configuración actual de la calle y su edificación.



Otro plano del Ayuntamiento de Madrid, del año 1929, nos sirve de referencia para conocer la numeración de la calle y, de paso, el recuerdo a los tiempos en que la plaza de Cascorro se llamaba de Nicolás Salmerón y los urinarios públicos figuraban en los mapas.
Es de destacar la ausencia del 3 en la numeración de la calle; algo que podemos entender al ver la extensión del número 1-incluso en la actualidad-, donde seguramente estaba integrado el 3.


Con el número 1 encontramos hoy la famosa Cervecería Cruz (esquina Plaza de Cascorro). Le sigue un portal con la misma numeración y un comercio chino numerado 1A y 1B.

© Google 2015 - Maldonadas, 1 (Cervecería Cruz)

© Google 2015 - Maldonadas, 1 (Portal)

© Google 2015 - Maldonadas, 1A y 1B (Comercio chino)

© Google 2015 - Maldonadas, 3 (Comercial Campo)

© Google 2015 - Maldonadas, 5 (El Patio Andaluz)

Mucho se ha escrito de las calles de Madrid; entre los cronistas modernos, ponemos por buen ejemplo a doña Isabel Gea. Nosotros nos remontamos a otros tiempos para conocer los datos aportados por los antiguos cronistas.

Dice José Barrado Barquilla [1] que la calle de la Pasión había llevado también el nombre de Fray Ceferino, en honor al ilustre filósofo y cardenal dominico que allí vivió (en el número 15, que es el 7 moderno), y donde instauró el Círculo de la Pasión, por donde pasaron unos pocos pupilos, entre ellos Alejandro Pidal y Mon.

Mesonero Romanos hace referencia al convento de la Pasión en "El antiguo Madrid":
"No tiene tampoco ningún edificio público, ni más iglesia que la reducida casa y capilla provisional, adonde se retiraron los padres del convento de la Pasión, que fue derribado en tiempo de los franceses, y estaba situado entre la plazuela de San Millán y la calle de las Maldonadas."

Otros cronistas nos recuerdan que la denominación de la calle viene dada por haber vivido allí dos hermanas de apellido Maldonado.

Según Hilario Peñasco y Carlos Cambronero las hermanas "eran muy conocidas en el barrio por sus virtudes". Afirman que a ellas, en unión de Antonia de Cristo, se atribuía la fundación del beaterio de San José, en la calle de Atocha.

Por su parte, Pedro de Répide añade que eran de la "venerable Orden Tercera" (de San Francisco) y que vestían sayal religioso, "y aunque eran de hermoso rostro, le llevaban siempre cubierto."

Ángel Fernández de los Ríos, es más escueto y dice que aquel sayal era "ceniciento", con tocas y mantos.

Del blog Placas e historia de las calles de Madrid, de Ángel Vizueta, rescatamos la placa que retrata a las betas hermanas y su particular atuendo.

©Ángel Vizueta
placasdemadrid.blogspot.com.es


En otro artículo de nuestro blog conoceremos la actividad de la muy antigua calle de las Maldonadas, ahora nos centraremos en la tahona.


La Tahona de las Maldonadas, número 3
La primera noticia que hace referencia a este comercio la hemos encontrado en el Diario oficial de Avisos de Madrid del año 1873. En ella se cita en segundo requerimiento, dictado por el juez de primera instancia del distrito de La Latina, a los dependientes de la tahona de las Maldonadas para prestar declaración como testigos en el "Palacio de Justicia ex-convento de las Salesas".

Parece que los obreros eran un tanto pendencieros, puesto que en noticias posteriores (años 1879, 1897, 1900 y 1901), se cita a la tahona como foco de alguna reyerta:

LA ÉPOCA, 28 de agosto de 1900

El tema de las huelgas y conflictos obreros-que ya hemos citado-, estuvieron presentes durante el siglo XIX y buena parte del XX.

Conforme a una noticia del diario político La Mañana, sabemos que en 1880 el Ayuntamiento aprobaba la licencia de construcción de nueva planta de la casa del número 3 de las Maldonadas, por lo que podemos imaginar que la primitiva casa era de hechura muy antigua.


"EL RASTRO DE MADRID"
EL MUSEO UNIVERSAL, 1859
© 2006 Ministerio de Cultura
© 2015 Eduardo Valero García-HUM 015-007 FOTOTECA
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En el número 3 estuvo, junto a la tahona o formando parte de ella, el Almacén de las Maldonadas, donde se vendían calcetines, medias, encajes, etc. [La Libertad, 1930]

Existen cientos de referencias a los conflictos del pan; en casi todos ellos se hacía referencia a la tahona de las Maldonadas, al menos desde la segunda mitad del Siglo XIX.

La Correspondencia de España, 1920

Sólo hemos encontrado un anuncio publicitario de la tahona, que estaba regentada por D. Gerardo Demaison.

Revista Buen Humor, 1930


Un artículo de La Hoja del Lunes, del año 1969, hablaba del pan y sus nuevos métodos de producción. Decía que, de las 315 panaderías que había en Madrid en 1940, sólo quedaban 264 a pesar de que la población se había triplicado. Las razones de esta merma eran "el aumento del nivel de vida y el miedo a engordar". A esto se sumaba el cambio en los procesos de elaboración, indicando que los tradicionales hornos de madera habían sido remplazados por los de combustible o electricidad. Y ahí es donde aparece una referencia a la tahona:
"En Madrid ya no queda más que un horno de los antiguos, en la calle de las Maldonadas, junto al Rastro." [2]
Una noticia similar-digamos que calco de la anterior-, se publicaba en 1977.

Despacho de pan en los años 70
La hoja del Lunes


Y esto que habéis leído es una parte de lo que ha dado de sí la imagen captada por Alfonso en 1915.
Quedan datos curiosos por recuperar y traer a la memoria de los nuevos madrileños para conocer las costumbres de sus antepasados.
Todo eso lo veremos en el siguiente artículo, titulado "Tres siglos de historias en la calle de las Maldonadas". [PROXIMAMENTE]



Bibliografía
 [1] Barrado Barquilla, José. (1996) Fray Ramón Martínez Vigil, O.P. (1840-1904): obispo de Oviedo. Salamanca. Ed. San Esteban, pp. 184-187 - ISBN:84-8260-022-2

[2] Alfaro, J. R. (1969) El pan ya no ocupa un lugar importante en la mesa. La Hoja del Lunes. Tercera Época (1.587), 18.

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor. 
En todos los casos cítese la fuente: Historia Urbana de Madrid (2015) "Fototeca. Calle y tahona de las Maldonadas. Madrid, 1915", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/

· Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. 
· En todas las citas se ha conservado la ortografía original.


© 2015 Eduardo Valero García-HUM 015-007 FOTOTECA
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