Hacer un repaso sobre la historia del espiritismo en España nos alejaría del título del presente artículo, más no pasaremos por algunos detalles de la presencia en Madrid de las mesas giratorias o parlantes y dos de los Centros madrileños espiritista que hubo, situados en las calles del Duque de Alba (más tarde en la calle del Barco), y Jardines (después en la calle Pelayo).
No queremos olvidar, aunque no contaremos su historia, al Centro Espiritualista Español, que estaba ubicado en la calle Factor, número 7, y en el que daba conferencias el Sr. César Bordoy.
Con estas palabras del Padre Fray Juan Vilá, de la Orden de Predicadores, pronunciadas durante el discurso de apertura de los estudios de la Universidad de Manila el 2 de julio de 1877, iniciamos la breve historia de las mesas giratorias y el espiritismo en el Madrid de los siglos XIX y XX.
Mesa giratoria o parlante
Proveniente de Estados Unidos, en 1853 llegó a España a través de Francia la moda de las mesas giratorias, llamadas también tableros parlantes. Era fácil suponer que una mesa que giraba y bailaba por sí misma, y que contestaba preguntas con golpes en el suelo, encerraba alguna manifestación espiritual.
Aquel fenómeno magnético-giratorio causó furor en la sociedad madrileña. En cafés, tabernas, ateneos y casinos se hablaba del asunto y en algún caso hasta se puso en práctica.
Todos querían hacer sesiones, consistiendo éstas en sentarse cuatro o más personas en rededor de una mesa con trípode, arrimar sutilmente los dedos meñiques de cada mano con los de los compañeros inmediatos ubicados a izquierda y derecha, cerrar este círculo y esperar a que la mesa comenzase a oscilar. Esta espera podía prolongarse horas; todo dependía de la fuerza magnética de los participantes.
El periódico La España del 10 de mayo de 1853 describe una sesión de mesa giratoria.
Con el tiempo aparecieron los "médium", personas con capacidad para comunicarse con los espíritus o, en su defecto, espabilados de turno con buenas artes del engaño y experto en escenografías propicias para la sugestión.
Lo cierto es que al poco de conocerse las cualidades de las mesas ya se habían creado obras cómicas y piezas musicales que hacían alusión a los sorprendentes giros de todo aquello susceptible de girar; porque la misma ciencia podía aplicarse a sombreros, objetos pesados, e incluso a personas.
Así, en mayo de aquel año se estrenaba en el Teatro del Instituto Español el juguete cómico en un acto y en verso titulado "La mesa giratoria o la fuerza del magnetismo", y a finales de junio se ponían a la venta las siguientes piezas:
Si el pueblo madrileño había acogido con entusiasmo la nueva y misteriosa ciencia, la Casa Real también se interesó por el asunto. Así lo aseguraba el cirujano de tercera D. José Gutiérrez de la Vega en su periódico, El Heraldo Médico, al relatar el suceso ocurrido el 9 de mayo de 1853 en la Casita del Labrador del palacio de Aranjuez.
La reina Isabel II, en compañía de toda la Real familia, mandó repetir la sesión que se había realizado el día anterior cerca del palacio.
Reunidos en la Casita del Labrador, las augustas personalidades vieron como una mesa y otros objetos giraban gracias a una cadena de magnetismo creada por cinco personas. En un momento la mesa había cogido gran velocidad, oscilando de un lado a otro, y haciendo que uno de los participantes saliese despedido por los aires. Inmediatamente, al cortarse la cadena de energía, la mesa quedó quieta.
Pero la apoteosis había llegado cuando la cadena energética se practicó en un cuerpo humano:
En 1854 el auge de los fenómenos magnéticos-giratorios fue remitiendo, quedando relegado a alguna aparición esporádica en las noticias, pero siempre relacionado con el espiritismo, que iba cogiendo fuerza.
En la década de los sesenta del siglo XIX vivirá en Madrid la escritora Amalia Domingo Soler, exponente del espiritismo en España. Trabajará de costurera y colaborará con la revista Álbum de las familias, además de publicar su libro "Un ramo de amapolas y una lluvia de perlas" (1868).
Más tarde publicará un artículo en la revista quincenal científica (en realidad, espiritista) El Criterio (después El Criterio Espiritista), fundada el 1º de noviembre de 1868 por Enrique Pastor y Bedoya (Alverico Perón) en colaboración con la Sociedad Espiritista de Madrid.
A partir de 1872 se hará cargo de la dirección el vizconde de Torres Solanot, fundador del Centro General del Espiritismo en España.
Espiritismo en las calles de Madrid
Damos un salto hasta el siglo XX para conocer dos de los Centros Espiritistas que hubo en Madrid y que llevaban por nombre el de Sociedad de Estudios psicológicos Centro Platón y Sociedad Madrileña de Estudios Psíquicos "Hacia la Luz". Ambas entidades federadas a la Federación Espírita Española (F. E. E.), de Barcelona.
Centro "Hacia la Luz" de la calle Jardines
En 1926 se había instalado esta Sociedad espiritista en la calle Jardines, número 24, primero. El domingo 7 de marzo de aquel año, a las cuatro de la tarde, inauguraba sus conferencias y sesiones "medianímicas reglamentarias".
Allí se reunían las tardes de los jueves y los domingos diversos oradores, siendo el más destacado D. Andrés Martínez Santamarina, para conferencias espiritistas que llevaban títulos como estos: "Morir es vivir", "El hombre en sus relaciones con el espíritu infinito (Plenitud de vida y vigor del cuerpo)", "La fuerza y los efectos del amor", "Amor, amor y siempre amor", "Sabiduría e iluminación interior", "Cómo conseguir la paz y el amor universal entre los hombres", etc., etc.
Hacia el año 1932 la Sociedad se trasladará a un nuevo local situado en la calle Pelayo, número 4, primero.
En octubre de 1933, el presidente de la F. E. E., profesor Sr. Asmara, disertará sobre el tema: "Comentario a un fenómeno nítido obtenido en el Centro de Estudios Psíquicos Hacia la Luz". Lo hará en el Centro Platón, Sociedad de la que también hablaremos.
A partir de esa conferencia no vuelve a publicarse nada en los periódicos. Silencio absoluto hasta el domingo 21 de octubre de 1934, cuando El Liberal publica el siguiente anuncio:
Después de este anuncio no vuelve a saberse nada del Centro Hacia la Luz.
Centro Platón de la calle del Barco
Primeramente, desde 1918, con domicilio en la calle del Duque de Alba, número 3, principal, en marzo de 1926 el Centro Paltón estrenará local en la calle del Barco, número 32, bajo.
Siguiendo la misma temática que "Hacia la Luz", las sesiones y conferencias se celebrarán las tardes de los jueves y los domingos. Impartía las conferencias el doctor A. Sánchez Herrero, con los siguientes temas: "El lenguaje mímico", "La llegada de Estrella", "Los comienzos del arte cristiano en España", "La destrucción de Sodoma", "La décima plaga de Egipto", "La tercera visión del profeta Ezequiel", etc., etc.
Un domingo por la tarde, a finales de abril de 1931, el periodista Juan del Sarto realiza un reportaje para Mundo Gráfico durante una sesión de espiritismo. El fotógrafo Cortés cubre la parte gráfica con interesantes imágenes.
El reportaje llevaba por título "En el mundo prodigioso de lo inmaterial.-Cómo se celebra una sesión de espiritismo en el Centro Platón.-Detalles e incidencias originalísimas de este acto."
En esos tiempos era presidente del Centro Platón el Sr. Antolín Santo Domingo; hombre culto y benévolo que enseño a los periodistas las instalaciones del local y presentó les a la Junta directiva y a los médiums, videntes y tratadores que intervendrían en esa sesión.
El salón era amplio, rectangular, con una semipenumbra discreta y propicia para el evento. Al fondo un estrado para la presidencia y "hermanos" que intervenían directamente en las sesiones, y en cuyo testero mural colgaba un gran cuadro del Corazón de Jesús y un retrato de Allan Kardec, ídolo primordial de todos los espiritistas.
Antes de comenzar la sesión espiritista, el Sr. Santo Domingo explicó al periodista:
Comienza la sesión
El salón queda en una penumbra mayor, casi a oscuras; unos "hermanos" acaban de atenuar más la luz. El silencio es absoluto.
En el estrado, un hombre y una mujer colocan una campanilla, una botella de agua, un simbólico velador y unas cuartillas.
Suena una voz varonil y solemne:
Acto seguido el médium ocupa el velador y comienzan las manifestaciones de espíritus; surgen entonces los diálogos, cargados de preguntas, respuestas, advertencias, consejos, y demás diálogos que uno mantendría con un espíritu, que no siempre solía ser conocido. Al parecer, espíritus caprichosos se presentaban en algunas sesiones.
Como es lógico, todos estos diálogos se recibían de forma "telegráfica", por medio de golpes en la mesita velador y eran interpretados por el médium.
Después llegaba el "efecto mediumnímico", por el que los médiums eran poseídos por los espíritus. Esta posesión se manifestaba por gestos de dolor, alegría, sufrimiento, placer, recuerdos, etc.
Entonces el "tratador", persona experta en interrogar a los mediums, se aseguraba que el espíritu no era el medium sino el poseedor de su cuerpo.
Luego los "videntes" analizaban al ente y anunciaban si se trata de un familiar o no, si está acompañado y con quién, además de otros detalles que sólo ellos veían.
En aquella sesión se manifestó un espíritu joven. La medium fue relatando lo que aquel ente le contaba y que el periodista transcribe con estas palabras:
Juan del Sarto, después de haber vivido aquella experiencia espiritual pone punto y final a su reportaje con estas palabras:
No queremos olvidar, aunque no contaremos su historia, al Centro Espiritualista Español, que estaba ubicado en la calle Factor, número 7, y en el que daba conferencias el Sr. César Bordoy.
"a) á veces los espíritus por medio de golpes convencionales responden á las preguntas ó cuestiones que se les proponen; b) otras cogiendo violentamente la mano del médium, la fijan sucesivamente sobre varías letras de un alfabeto de antemano preparado, para formar dicciones y oraciones enteras; c) sucede por el contrario que impelida por una fuerza irresistible la mano del mismo médium, después de adquirir una rigidez extraordinaria, escribe á veces con asombrosa rapidez sobre materias completamente ignoradas por el que sirve de instrumento, ó contra sus propias convicciones, o en un lenguaje del todo desconocido para la persona que tales cosas escribe; por fin d) en casos dados el mismo espíritu es el que, por medio de un lápiz colocado sobre una mesa ó suspendido en el aire, escribe páginas enteras sobre diversas materias con su tecnicismo propio, ó dibuja con una maestría y un primor tal, que á primera vista se descubre que aquello es obra de un ser superior en conocimientos artísticos á los mejores pintores y artistas del mundo."
Con estas palabras del Padre Fray Juan Vilá, de la Orden de Predicadores, pronunciadas durante el discurso de apertura de los estudios de la Universidad de Manila el 2 de julio de 1877, iniciamos la breve historia de las mesas giratorias y el espiritismo en el Madrid de los siglos XIX y XX.
Mesa giratoria o parlante
Proveniente de Estados Unidos, en 1853 llegó a España a través de Francia la moda de las mesas giratorias, llamadas también tableros parlantes. Era fácil suponer que una mesa que giraba y bailaba por sí misma, y que contestaba preguntas con golpes en el suelo, encerraba alguna manifestación espiritual.
"A table-turning experiment" ARCHIVO HUM TIMES, 1852 © 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 ESPIRIT © 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325 |
Aquel fenómeno magnético-giratorio causó furor en la sociedad madrileña. En cafés, tabernas, ateneos y casinos se hablaba del asunto y en algún caso hasta se puso en práctica.
Todos querían hacer sesiones, consistiendo éstas en sentarse cuatro o más personas en rededor de una mesa con trípode, arrimar sutilmente los dedos meñiques de cada mano con los de los compañeros inmediatos ubicados a izquierda y derecha, cerrar este círculo y esperar a que la mesa comenzase a oscilar. Esta espera podía prolongarse horas; todo dependía de la fuerza magnética de los participantes.
ARCHIVO HUM Almanaque Bailly-Bailliere, 1927 © 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 ESPIRIT © 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325 |
El periódico La España del 10 de mayo de 1853 describe una sesión de mesa giratoria.
Con el tiempo aparecieron los "médium", personas con capacidad para comunicarse con los espíritus o, en su defecto, espabilados de turno con buenas artes del engaño y experto en escenografías propicias para la sugestión.
Lo cierto es que al poco de conocerse las cualidades de las mesas ya se habían creado obras cómicas y piezas musicales que hacían alusión a los sorprendentes giros de todo aquello susceptible de girar; porque la misma ciencia podía aplicarse a sombreros, objetos pesados, e incluso a personas.
Así, en mayo de aquel año se estrenaba en el Teatro del Instituto Español el juguete cómico en un acto y en verso titulado "La mesa giratoria o la fuerza del magnetismo", y a finales de junio se ponían a la venta las siguientes piezas:
ARCHIVO HUM EL HERALDO. Madrid, 1853 © 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 ESPIRIT © 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325 |
Si el pueblo madrileño había acogido con entusiasmo la nueva y misteriosa ciencia, la Casa Real también se interesó por el asunto. Así lo aseguraba el cirujano de tercera D. José Gutiérrez de la Vega en su periódico, El Heraldo Médico, al relatar el suceso ocurrido el 9 de mayo de 1853 en la Casita del Labrador del palacio de Aranjuez.
La reina Isabel II, en compañía de toda la Real familia, mandó repetir la sesión que se había realizado el día anterior cerca del palacio.
Reunidos en la Casita del Labrador, las augustas personalidades vieron como una mesa y otros objetos giraban gracias a una cadena de magnetismo creada por cinco personas. En un momento la mesa había cogido gran velocidad, oscilando de un lado a otro, y haciendo que uno de los participantes saliese despedido por los aires. Inmediatamente, al cortarse la cadena de energía, la mesa quedó quieta.
Pero la apoteosis había llegado cuando la cadena energética se practicó en un cuerpo humano:
"La cadena se formó a la altura del pecho por cuatro personas, dos de cada sexo, y colocando los izquierdos sobre los derechos [los meñiques]. El operario cerró los ojos. A los cinco minutos empezaron a ser muy perceptibles las oscilaciones y poco después se pronunció el movimiento giratorio de derecha a izquierda. Cambiados los dedos se detuvo el movimiento, hubo fuertes y prolongadas oscilaciones y después comenzó a girar de derecha a izquierda. El experimento duró unos quince minutos y, poco antes de concluir, los que formaban la cadena sentían perfectamente la vibración de los nervios paciente. Éste, teniendo los ojos cerrados, no sentía el movimiento giratorio y la sensación que experimentaba era la de figurarse más ligero que una pluma, casi como si estuviese suspendido en el aire." [1]
En 1854 el auge de los fenómenos magnéticos-giratorios fue remitiendo, quedando relegado a alguna aparición esporádica en las noticias, pero siempre relacionado con el espiritismo, que iba cogiendo fuerza.
En la década de los sesenta del siglo XIX vivirá en Madrid la escritora Amalia Domingo Soler, exponente del espiritismo en España. Trabajará de costurera y colaborará con la revista Álbum de las familias, además de publicar su libro "Un ramo de amapolas y una lluvia de perlas" (1868).
Más tarde publicará un artículo en la revista quincenal científica (en realidad, espiritista) El Criterio (después El Criterio Espiritista), fundada el 1º de noviembre de 1868 por Enrique Pastor y Bedoya (Alverico Perón) en colaboración con la Sociedad Espiritista de Madrid.
A partir de 1872 se hará cargo de la dirección el vizconde de Torres Solanot, fundador del Centro General del Espiritismo en España.
Espiritismo en las calles de Madrid
Damos un salto hasta el siglo XX para conocer dos de los Centros Espiritistas que hubo en Madrid y que llevaban por nombre el de Sociedad de Estudios psicológicos Centro Platón y Sociedad Madrileña de Estudios Psíquicos "Hacia la Luz". Ambas entidades federadas a la Federación Espírita Española (F. E. E.), de Barcelona.
Centro "Hacia la Luz" de la calle Jardines
En 1926 se había instalado esta Sociedad espiritista en la calle Jardines, número 24, primero. El domingo 7 de marzo de aquel año, a las cuatro de la tarde, inauguraba sus conferencias y sesiones "medianímicas reglamentarias".
Allí se reunían las tardes de los jueves y los domingos diversos oradores, siendo el más destacado D. Andrés Martínez Santamarina, para conferencias espiritistas que llevaban títulos como estos: "Morir es vivir", "El hombre en sus relaciones con el espíritu infinito (Plenitud de vida y vigor del cuerpo)", "La fuerza y los efectos del amor", "Amor, amor y siempre amor", "Sabiduría e iluminación interior", "Cómo conseguir la paz y el amor universal entre los hombres", etc., etc.
Hacia el año 1932 la Sociedad se trasladará a un nuevo local situado en la calle Pelayo, número 4, primero.
En octubre de 1933, el presidente de la F. E. E., profesor Sr. Asmara, disertará sobre el tema: "Comentario a un fenómeno nítido obtenido en el Centro de Estudios Psíquicos Hacia la Luz". Lo hará en el Centro Platón, Sociedad de la que también hablaremos.
A partir de esa conferencia no vuelve a publicarse nada en los periódicos. Silencio absoluto hasta el domingo 21 de octubre de 1934, cuando El Liberal publica el siguiente anuncio:
Después de este anuncio no vuelve a saberse nada del Centro Hacia la Luz.
Centro Platón de la calle del Barco
Primeramente, desde 1918, con domicilio en la calle del Duque de Alba, número 3, principal, en marzo de 1926 el Centro Paltón estrenará local en la calle del Barco, número 32, bajo.
Siguiendo la misma temática que "Hacia la Luz", las sesiones y conferencias se celebrarán las tardes de los jueves y los domingos. Impartía las conferencias el doctor A. Sánchez Herrero, con los siguientes temas: "El lenguaje mímico", "La llegada de Estrella", "Los comienzos del arte cristiano en España", "La destrucción de Sodoma", "La décima plaga de Egipto", "La tercera visión del profeta Ezequiel", etc., etc.
Un domingo por la tarde, a finales de abril de 1931, el periodista Juan del Sarto realiza un reportaje para Mundo Gráfico durante una sesión de espiritismo. El fotógrafo Cortés cubre la parte gráfica con interesantes imágenes.
El reportaje llevaba por título "En el mundo prodigioso de lo inmaterial.-Cómo se celebra una sesión de espiritismo en el Centro Platón.-Detalles e incidencias originalísimas de este acto."
En esos tiempos era presidente del Centro Platón el Sr. Antolín Santo Domingo; hombre culto y benévolo que enseño a los periodistas las instalaciones del local y presentó les a la Junta directiva y a los médiums, videntes y tratadores que intervendrían en esa sesión.
"D. Antolín Santo Domingo" Fotografía de Cortés ARCHIVO HUM MUNDO GRÁFICO, 1931 © 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 ESPIRIT © 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325 |
El salón era amplio, rectangular, con una semipenumbra discreta y propicia para el evento. Al fondo un estrado para la presidencia y "hermanos" que intervenían directamente en las sesiones, y en cuyo testero mural colgaba un gran cuadro del Corazón de Jesús y un retrato de Allan Kardec, ídolo primordial de todos los espiritistas.
"Estrado del Centro Platón" Fotografía de Cortés ARCHIVO HUM MUNDO GRÁFICO, 1931 © 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 ESPIRIT © 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325 |
Antes de comenzar la sesión espiritista, el Sr. Santo Domingo explicó al periodista:
"—El espiritismo es una religión pura, nobilísima. Nosotros no mercantilizamos con nuestras ideas, que anteponemos a todos los egoísmos y a todas las cuquerías. ¡El espiritismo es la religión del porvenir!"
Comienza la sesión
El salón queda en una penumbra mayor, casi a oscuras; unos "hermanos" acaban de atenuar más la luz. El silencio es absoluto.
En el estrado, un hombre y una mujer colocan una campanilla, una botella de agua, un simbólico velador y unas cuartillas.
Suena una voz varonil y solemne:
La primera parte es teórica y cultural. Se leen algunos discursos y tratados de filosofía espiritual. Los allí presentes prestan atención y permanecen en absoluta concentración. El conferenciante les instruye y va preparando el ambiente."—En el nombre de Dios todopoderoso, hermanos, va a dar comienzo la sesión."
"Hermanos espiritistas" Fotografía de Cortés ARCHIVO HUM MUNDO GRÁFICO, 1931 © 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 ESPIRIT © 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325 |
Acto seguido el médium ocupa el velador y comienzan las manifestaciones de espíritus; surgen entonces los diálogos, cargados de preguntas, respuestas, advertencias, consejos, y demás diálogos que uno mantendría con un espíritu, que no siempre solía ser conocido. Al parecer, espíritus caprichosos se presentaban en algunas sesiones.
Como es lógico, todos estos diálogos se recibían de forma "telegráfica", por medio de golpes en la mesita velador y eran interpretados por el médium.
"Sesión con medium" Fotografía de Cortés ARCHIVO HUM MUNDO GRÁFICO, 1931 © 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 ESPIRIT © 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325 |
Después llegaba el "efecto mediumnímico", por el que los médiums eran poseídos por los espíritus. Esta posesión se manifestaba por gestos de dolor, alegría, sufrimiento, placer, recuerdos, etc.
Entonces el "tratador", persona experta en interrogar a los mediums, se aseguraba que el espíritu no era el medium sino el poseedor de su cuerpo.
Luego los "videntes" analizaban al ente y anunciaban si se trata de un familiar o no, si está acompañado y con quién, además de otros detalles que sólo ellos veían.
En aquella sesión se manifestó un espíritu joven. La medium fue relatando lo que aquel ente le contaba y que el periodista transcribe con estas palabras:
"Confiesa con gran dolor y desesperación que cuando habitaba en la cárcel horrible y miserable de la materia, él vivía feliz en su casa con sus padres y hermanos.
Era el mayor de los hijos varones de aquella honrada familia. Y un día notó con espanto que se hallaba enamorado de su propia hermana, con la cual hubo de cometer, al fin, un incesto monstruoso.
Fruto de aquella infamia fué un niño, que fué enterrado por los culpables en el establo de la casa. Enterado el padre, desesperado y fuera de sí, le dio un golpe terrible y lo mató.
Desde entonces se hallaba purgando su delito años y años; pero eran tales su dolor y arrepentimiento, que confiaba en pasar muy pronto a otro estado de menos sufrimiento y expiación."
Juan del Sarto, después de haber vivido aquella experiencia espiritual pone punto y final a su reportaje con estas palabras:
"Lector: esto es todo lo que he visto en esta sesión amena e interesantísima del Centro Platón.
¿Farsa burda? ¿Realidad científica? No sé. Lo único que puedo decirle a usted es que comienza a darme que pensar seriamente este original, misterioso y prodigioso problema del espiritismo."
Bibliografía | ||||||
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor. En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "La mesa giratoria y espiritismo en las calles de Madrid", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"] • Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. • En todas las citas se ha conservado la ortografía original. |
© 2016 Eduardo Valero García - HUM 016-001 SPIRIT
ISSN 2444-1325
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