viernes, 31 de agosto de 2018

Fortunata y Jacinta. Sin placa, pero con calle

Desde mayo de 2017, Fortunata y Jacinta, las dos famosas protagonistas de la novela de Benito Pérez Galdós, tienen calle en nuestra ciudad. Aquellas ideas de una placa para Fortunata en la cava de San Miguel y otra para Jacinta en la plaza de Pontejos, parecen haber quedado reducidas al nuevo nombre de la calle, la que había sido hasta entonces del General Orgaz (Luis Orgaz Yoldi), militar franquista.



Situamos esta arteria en el barrio de Cuatro Caminos del distrito de Tetuán, entre las calles de Orense y de la Infanta Mercedes, con inicio en la avenida del General Perón.

Designación oficial en el callejero. Ayuntamiento de Madrid, 2017

Los conocedores de la obra de Galdós coincidirán en que la ubicación es lejana al Madrid que vivió y retrató; además, quizá más representativa de Fortunata que para Jacinta, como suele ocurrir.

Es mi intención encontrar los fundamentos o razonamiento aplicados por el Ayuntamiento al designar esta calle a zona tan alejada del Madrid que llamamos galdosiano. Para ello es necesario desarrollar un pormenorizado estudio donde el lector descubrirá que Galdós parece jugar al despiste.

Me atrevería a decir que tal despiste ha influido en la decisión de situar a Fortunata y a Jacinta allí donde nunca deberían haber estado, quizá en punto demasiado apartado de los escenarios reales o hipotéticos narrados en la novela. En este sentido, la mera mención de los Cuatro Caminos o Tetuán no puede considerarse motivo suficiente para hacerlo. 

Comienzo este estudio con el proceso que llevó a la decisión del cambio de nombre de la calle General Orgaz por la de Fortunata y Jacinta; le sigue un estudio detallado de los datos aportados por Galdós, con los razonamientos y conclusiones de rigor.


2016 - El comienzo del cambio
Todo comenzó en la Asamblea de Madrid el 20 de junio de 2016, cuando se votó una Proposición No de Ley del Grupo Parlamentario Socialista, con la intención de resaltar la figura de Benito Pérez Galdós en el Bienio Galdosiano (2018-2020). La PNL indicaba:
Proposición No de Ley del Grupo Parlamentario Socialista, con el siguiente objeto: la Asamblea de Madrid insta al Gobierno Regional: A tomar la iniciativa para el realce de la figura de Don Benito Pérez Galdós, y, a través de éste, del nombre de Madrid y su fortaleza cultural, con motivo del Bienio Galdosiano 2018-2020. A estudiar la viabilidad de una Comisión en la que participen las administraciones públicas madrileñas, además de otras entidades públicas y privadas, para el impulso y realce del Bienio Galdosiano. A proponer a las Comunidades Autónomas de Canarias y Cantabria su inclusión en dicha Comisión, así como la de entidades y organismos del ámbito público y privado de sus territorios, teniendo en cuenta los espacios donde se desarrolla la vida y obra de Benito Pérez Galdós. A colaborar con el Ayuntamiento de Madrid en la promoción de los recorridos y rutas galdosianos madrileños y en la mejora del estado y señalización de la tumba de Pérez Galdós en el cementerio de La Almudena, así como en interesarse por el estado y funciones que presta la Biblioteca Galdosiana, en el Parque del Retiro, junto a su escultura. [1]

En julio del mismo año, el Comisionado de la Memoria Histórica presentaba en Pleno del Ayuntamiento la lista de calles con reminiscencias franquista que debían ser sustituidas.


2017 – La nueva denominación
No será hasta el 27 de abril de 2017 cuando el Ayuntamiento apruebe el cambio de nombre de 52 calles, entre las que se encuentra la citada de General Orgaz, que había sido dada de alta en el callejero madrileño el 7 de julio de 1969.

En el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid del 28 de diciembre de ese año se publica el Acuerdo del Pleno del 21 de diciembre en el que se aprueba la modificación de la Ordenanza Fiscal General de Gestión, Recaudación e Inspección. En el punto 5.2 quedan asentados los cambios de denominación de las calles a estos efectos.

La Disposición Transitoria establecía lo siguiente:
Las modificaciones del nombre de las calles incluidas en esta propuesta entrarán en vigor, en su caso, una vez se resuelvan los procesos judiciales que hubieran determinado la suspensión de los acuerdos de cambio de denominación de las calles.
A tal efecto, la situación jurídica relacionada con la denominación de los viales a que se refiere el párrafo anterior, se comunicará individualmente a los sujetos afectados, con indicación expresa, en su caso, de ambas denominaciones, a los efectos tributarios oportunos.
Asimismo, respecto de los mismos viales, en el Índice Fiscal de Calles se harán constar las dos denominaciones. [2]
En la tabla de Evolución histórica del callejero del Ayuntamiento de Madrid, la calle de Fortunata y Jacinta figurará dada de alta desde el 4 de mayo de 2017, misma fecha en que –como es lógico- se daba de baja la del General Orgaz.


Otra propuesta
El Administrador Civil del Estado, D. Luis P. Villameriel, propondrá en 2015 que Fortunata y Jacinta tuvieran representación en el barrio de Malasaña. Lo hará mediante correo electrónico dirigido al concejal socialista Antonio Miguel Carmona el 27 de diciembre de aquel año.

Escribirá Villameriel:
Querido Antonio Miguel: Como el Ayuntamiento de Madrid va a dejar sin nombre unas treinta calles y plazas, te propongo algunas ideas para dedicar estas calles vacantes a personas que se lo merecen (…) Plaza de Fortunata y Jacinta.- Dos hijas de Madrid maravillosas que tampoco tienen calle propia. Aquí te hago una propuesta concreta: la actual plaza de Juan Puyol, en tu barrio natal de Maravillas, podría pasar a ser la Plaza de Fortunata y Jacinta. Yo creo que es de justicia que tengan plaza en su ciudad y su barrio [3]

El señor Carmona así lo comunicó al Comisionado de la Memoria Histórica. Y a pesar de alegrarse D. Luis P. Villameriel de la colocación de la nueva placa, «compartiendo el callejero de la capital con otras chicas estupendas como La Cenicienta o como Dulcinea», el Comisionado parece no haber tenido en cuenta que se estaba condenando a las «dos hijas de Madrid maravillosas», invención de un republicano, a domiciliarse en zona representativa de historias antagónicas.

Conocidos estos datos, corresponde ahora intentar razonar y cuestionar la elección de esa zona para los personajes de la novela.


Razonamiento
Para llegar a la conclusión más acertada  primero debemos conocer la intención de Galdós al hacer referencia a las Micaelas y el Asilo de Guillermina Pacheco. Sin duda, el autor está rindiendo homenaje a figuras de la sociedad de entonces y las instituciones que fundaron. No lo hace por simple simpatía, sino porque en parte eran noticia en el momento en que escribe Fortunata y Jacinta (dos historias de casadas) o lo habían sido durante la época en que se ambienta la novela.

El estudio de personajes y localizaciones son fundamentales para razonar si la ubicación otorgada en el callejero es correcta o cuestionable, ya que, aun existiendo una parroquia cercana, la de Santa María Micaela y San Enrique, su nombre e historia difieren de las Micaelas citadas por Galdós.

La investigación se desarrolla a partir de las referencias aportadas en la novela y los hechos históricos verdaderos, apoyados por planos de ubicación y textos asociados. 


Realidad y ficción
Con este título comienza la relación existente entre los nombres reales atribuidos por el escritor a personajes y lugares ficticios, con las conexiones cronológicas e históricas existentes entre ellos.

Es aquí donde el escritor juega al despiste, sin poder asegurar que lo haga intencionadamente, aunque se evidencia un homenaje a damas benefactoras de su tiempo, encarnada una en el personaje de Guillermina Pacheco y las otras representadas en el asilo de esta y el de las Micaelas.


La época
Entre enero y diciembre de 1886 Benito Pérez Galdós escribirá las tres primeras partes de la novela. Acabará la cuarta parte en junio de 1887. El conjunto de la obra se desarrolla en época anterior, por consiguiente, el autor recrea zonas de la ciudad que aún están poco urbanizadas e incluso son inexistentes en algunos planos. Es el caso de los capítulos relacionados con Fortunata y su ingreso en las Micaelas.

Don José Fernández Montesinos (1968) sitúa el desarrollo de la historia de Fortunata y Jacinta entre la caída de la República y el comienzo de la Restauración, es decir, desde 1873 hasta 1876. [4]

Otro de los grandes estudiosos de la vida y obra de Galdós, D. Federico C. Sainz de Robles, añade más años al sumar los correspondientes a la biografía de los personajes y la propia ciudad:
El segundo de los valores de Fortunata y Jacinta es el de ser una reconstitución de singular encanto, mediante la cual pueden darse cuenta los lectores de una fauna de la vida madrileña de aquellos años-entre 1835 y 1875-(...) [5]

En el transcurso del tiempo que media entre la historia de la novela hasta la publicación de esta, el extrarradio de Madrid ha cambiado poco pero sí lo suficiente, ofreciéndonos puntos de referencia que nos acercan a la zona donde sitúa el Asilo de las Micaelas.

Galdós también nos sitúa en un momento de la época al decir en presente que la zona a estudiar es el sitio preferido por las órdenes nuevas.


Personas y lugares
Guillermina Pacheco - Ernestina Manuel de Villena
Para el personaje de Guillermina Pacheco, Galdós se inspira en doña Ernestina Manuel de Villena, fundadora del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón. Lo afirma el autor en sus tardías Memorias de un desmemoriado al referirse a los personajes de la novela:
El viaje de boda de Juanito Santa Cruz y su regreso a Madrid, así como la intriga del bárbaro Izquierdo, traficante de niños, hechos imaginarios, aunque parezcan reales. Lo verdaderamente auténtico y real es la figura de santa Guillermina Pacheco. Tan sólo me he tomado la licencia de variar el nombre. La santa dama fundadora se llamó en el siglo doña Ernestina.

Ernestina fallecerá el 27 de enero de 1886. Galdós enviará a la prensa argentina una crónica por su fallecimiento; llevará por título el de Santos modernos y fecha de 15 de febrero de 1886. Es extensa, ocupando once páginas en Cronicón (1886-1890), séptimo volumen de las Obras inéditas de Benito Pérez Galdós recopiladas por el periodista argentino Alberto Ghiraldo (Editorial Renacimiento, 1923).
(...) hace días ha muerto en Madrid una persona, a quien tengo por santa de veras, y no es broma. Esta persona es una señora de ilustre cuna llamada doña Ernestina Manuel de Villena, cuya vida relataré a grandes rasgos para que se vea que muchos figuran en las páginas del «Año Cristiano» con menos títulos que ella. (...) Quién sabe si la multiplicación de los panes y los peces sería un simple problema aritmético como el que ha realizado doña Ernestina levantando con ochavos un gran edificio y dando de comer a millares de hambrientos con recursos obtenidos por incomprensibles combinaciones financieras...



Esta dedicación de Ernestina Manuel de Villena a las obras de bien la aplica Galdós al personaje de Guillermina Pacheco, de quien dice en la Parte primera de la novela: Capítulo VII - I - Guillermina, virgen y fundadora.
La asociación benéfica a que pertenecía no se acomodaba al ánimo emprendedor de Guillermina, pues quería ella picar más alto, intentando cosas verdaderamente difíciles y tenidas por imposibles. Sus talentos de fundadora se revelaron entonces, asustando a todo aquel señorío que no sabía salir de ciertas rutinas. Algunas amigas suyas aseguraron que estaba loca, porque demencia era pensar en la fundación de un asilo para huerfanitos, y mayor locura dotarle de recursos permanentes. Pero la infatigable iniciadora no desmayaba, y el asilo fue hecho, sosteniéndose en los tres primeros años de su difícil existencia con parte de la renta que le quedaba a Guillermina y con los donativos de sus parientes ricos.

Si bien en ese mismo capítulo la propia Guillermina habla de su asilo de la calle Alburquerque, no podemos considerarlo referencia exacta, ya que en la parte II del mismo capítulo Galdós pondrá en la benefactora las siguientes palabas:
-Ad... hoc, sí señor -replicó Guillermina, acentuando las dos palabras latinas-. Pues está usted adelantado de noticias. ¿No sabe que tengo el terreno y los planos, y que ya me están haciendo el vaciado? ¿Sabe usted el sitio? Más abajo del que ocupan las Micaelas, esas que recogen y corrigen las mujeres pérdidas. El arquitecto y los delineantes me trabajan gratis. Ahora no pido sólo dinero, sino ladrillo recocho y pintón. Con que a ver...

¿Cuál es ese lugar que está más abajo del que ocupaban las Micaelas? ¿Dónde estaban ubicadas las Micaelas? Estas preguntas las responde el propio Galdós al desvelar que Guillermina no es otra que Ernestina Manuel de Villena.


Asilo de Guillermina Pacheco - Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón
Ernestina Manuel de Villena fundará el Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón en 1878. Estaba situado en el Paseo del Obelisco (actual calle del General Martínez Campos) y desde 1884 en un nuevo edificio del cruce de la calle Claudio Coello con Juan Bravo, derribado en 1973.

Lo situamos a media distancia entre el paseo de La Castellana y la iglesia de Chamberí únicamente como referencia, ya que no afecta a la situación de las Micaelas recreadas por Galdós.

Ubicación del Asilo de Huérfanos en el Plano Parcelario de 1877 y Cartografía Catastral de 2012
Paseo del Obelisco - Paseo del General Martínez Campos



Ubicación del Asilo de Huérfanos de la calle Claudio Coello sobre el plano de Facundo Cañada (1900)

En las siguientes imágenes podemos ver el asilo de la calle Claudio Coello y Juan Bravo antes, durante y después de su construcción.

El grabado Nº 1 corresponde al proyecto de fachada y el Nº 2 a las obras de construcción, dirigida por el marqués de Cubas, (circa 1882). Ambos grabados son del dibujante Noa y Vila es el grabador.

El grabado Nº 3 muestra la portada interior de la iglesia del asilo ya finalizadas las obras (no hay datos de dibujante y grabador).

El Nº 4 corresponde a una fotografía (autor desconocido) donde se aprecia el aspecto del edificio de la calle Claudio Coello en 1970, tres años antes del inicio de la demolición. [6]





Santa María Micaela del Santísimo Sacramento
Al citar a las Micaelas está haciendo un guiño a la fundadora de las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, doña María de la Soledad Micaela Agustina Antonia Bibiana Desmaissières y López de Dicastillo, Vizcondesa de Jorbalán (Santa María Micaela del Santísimo Sacramento o Madre Sacramento).

María Micaela había fallecido el 26 de agosto de 1865 y, por lo tanto, Galdós utiliza el nombre de la congregación si acaso como homenaje a esta otra dama benefactora, miembro de la nobleza y amiga personal de Isabel II.




Las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad
En 1884 se publicará La Vizcondesa de Jorbalán, memorias de la vida y obra de la santa madrileña escritas por Vicente de la Fuente. En la página 31, Capítulo IV  de la Parte primera, transcribirá lo escrito por esta en 1845:
Busqué una casa, y no la hallaba para este objeto, pues no me la querían arrendar, al saber para lo que era. Hallé una en la calle de los Dos Amigos, número 8, que hacía años estaba cerrada, y era de las Arrepentidas.

Por este motivo, las Adoratrices serán conocidas también como Arrepentidas o las Micaelas, haciendo alusión al  edificio y el nombre de la fundadora.

Según de la Fuente, la fundación de congregación de las Adoratrices pudo haberse hecho efectiva hacia 1850, si bien la benéfica aventura había ido tomando forma diez años atrás en el hospital de San Juan de Dios. La aprobación del Gobierno llegará el 2 de agosto de 1856:
La Reina (q. D . g.) ha visto con particular agrado la exposición de V. S. fecha 8 de Julio último, en la que, dando una prueba de sus caritativos sentimientos en favor de las jóvenes que, extraviadas por el vicio , desean volver al camino de la virtud, solicita se le autorice para poder establecer en varias provincias Casas-colegios para recoger y educar dichas jóvenes, á imitación de la que, con tanto celo como acierto, ha fundado V. S. en esta Corte; y deseando S. M. no poner ningún obstáculo á la realización de un pensamiento, que tan provechosos resultados ha de ocasionar á la moral pública, se ha servido conceder á V. S. autorización, para que, en unión y de acuerdo con otras personas igualmente piadosas y caritativas de dentro y fuera de esta Corte , proceda á los trabajos preparatorios para el establecimiento de estas Casas-colegios en los puntos que considere á propósito (...)

En la página 141, Capítulo XIX de la Parte segunda, Vicente de la Fuente cuenta como establece el Colegio de Desamparadas en 1849 en la calle de los Jardines:
Por siete reales diarios alquiló un cuarto modesto en la calle de Jardines, cerca de la casa de sus hermanos, con los que vivía en la calle del Caballero de Gracia, núm. 33, lo que le permitía visitarlas con frecuencia y vigilarlas, á lo que contribuían las señoras de Gavina, que vivían enfrente.

Entre este domicilio de la calle de Jardines, 14, y el siguiente, que será en la calle de Atocha, 74, existe un breve periodo de tiempo en el que se instalará en la calle Don Pedro, 1.
Al mes de haber salido las religiosas iba yo todos los días al Colegio desde muy temprano, y me avisan que había tres señores que me querían hablar. Eran el Sr. de Mora, el Sr. de Ruiz y otro que no recuerdo , que me llevaban un oficio de la Junta Provincial de Beneficencia, dándome la casa de la calle de Atocha, número 74 , justamente cuando cumplía el año que tenía la de la calle de Don Pedro.

A tenor de una noticia publicada en La Unión del viernes 16 de abril de 1886 [Año V – Núm. 1289], fecha más cercana a la publicación de la novela, la congregación de las Micaelas se encontraba «en la calle del Duque de Osuna, 5».

En su libro Las calles de Madrid (1889), Hilario Peñasco y Carlos Cambronero indican que la congregación ocupa el edificio de esa calle después de 1868, al ser desalojados de allí los Padres misioneros de san Vicente de Paul. Según indican, el traslado se realizó en el año de 1872.

En la primera edición de Las calles de Madrid, de Pedro de Répide (1971), se repite lo dicho por Peñasco y Cambronero con el añadido de «donde permanecen».

Ubicación de las Adoratrices en el Plano Parcelario de 1877 y Cartografía Catastral de 2012

En 1868 se anuncia que el marqués de Salamanca tenía la intención de construir  a las Adoratrices una nueva casa en su barrio.


Esta noticia puede llevar a confusión, ya que tanto el Asilo de Huérfanos como las Adoratrices tuvieron locales en la calle de Atocha; el del Asilo fue utilizado por la congregación como taller de imprenta en 1881, hasta que en 1885 se montó uno mayor en el entonces nuevo edificio de la calle Claudio Coello.




Lo más probable es que la noticia se refiera al Asilo de Huérfanos, ya que este se construirá a escasos metros de la famosa "calle de la ese" (después calle Martínez de la Rosa), donde el marqués de Salamanca había levantado unos hotelitos, algunos de dudosa reputación.


Las supuestas Micelas
Congregación de Reparadoras o Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús
Desde el punto de vista histórico, esta Congregación había sido fundada por Rafaela María Porras y Ayllón en 1877, año que coincide con su instalación en la finca de Santa Engracia, número 56, donde ella y su hermana Dolores comenzarán la labor educativa, reparadora y de retiro espiritual.

Nace con el nombre de Reparadoras del Sagrado Corazón de Jesús y en 1887 adquiere el de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús como nueva congregación aprobada por la de Obispos y Reguladores y la recomendación del Papa León XIII. Curiosamente, estas religiosas se trasladarán al paseo del Obelisco en la década de los 80 del siglo XIX.

Es probable que a Galdós le interesase homenajear a Rafaela a través de ese punto geográfico, ya que la fundación de la Congregación tuvo una historia muy particular. [7]

Entre 1926 y 1938 Herbert Thurston preparará la edición revisada de Vida de los Santos, obra de Alban Butler publicada en cuatro volúmenes entre 1756 y 1759 con la hagiografía de 1486 santos. En la nueva edición figura la historia de la Congregación y su fundadora, Rafaela María Porras y Ayllón (Santa Rafaela María del Sagrado Corazón, virgen y fundadora).

Cuenta Thurston que Rafaela y Dolores ingresaron en la hermandad de religiosas Reparadoras del Corazón de María de Córdoba a expensas del Padre Antonio Ortiz Urruela en 1875. Por desavenencias con los clérigos de entonces, sin interés para esta investigación, Rafaela y otras cinco hermanas se fugaron del convento. Por la noche abandonaron Córdoba y se encontraron en Andújar con Ortiz Urruela, quien les había encontrado hospedaje. Aquello ocasionó gran revuelo, interviniendo las autoridades civiles y el obispo.

Antes de que el P. Ortiz Urruela fuese suspendido ya estaba en Madrid buscando una solución para las hermanas fugadas. Y la encontró, aunque al poco falleció de forma repentina; entonces el jesuita P. Costanilla se hizo cargo de la situación consiguiendo que las autoridades eclesiásticas permitieran el establecimiento de las religiosas en Madrid. Después de varias dificultades, el 14 de abril de 1877 quedará fundada la Congregación de las Reparadoras o Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.

Posiblemente esta historia de fuga, exilio y triunfo llamase la atención a Galdós. Y más tarde, mucho después de publicada Fortunata y Jacinta, también mostrase interés por la vida de la hermana Rafaela y sus circunstancias; la religiosa se retirará de la Congregación en 1894 acusada de "loca" por sus compañeras monjas, y entre ellas su propia hermana.

Locura, tema por el que don Benito muestra gran interés, representándolo con diferentes tipos de enajenaciones que los personajes sufren en muchas de sus obras.

Rafaela Porrás y Ayllón fallecerá el día de la Epifanía de 1925; cinco años y dos días despues que el escritor canario.

Por último, como vaga hipótesis, hemos de mencionar a la Congregación fundada por María Ana Mogas Fontcuberta, presente en Madrid desde 1865; primero en Cimpozuelos, luego en la calle Juanelo, después en Fuencarral y, finalmente,  en la calle Santa Engracia.


Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras del Divino Pastor
El pequeño edificio de Santa Engracia, 56 (actual 140) aparece en los planos de época como una huerta importante, posiblemente construida antes de 1868, año en que la adquiere la señora Carmen Tacón, primero como vivienda y en 1877 como colegio de Religiosas Reparadoras del Sagrado Corazón hasta 1879. En 1882 se vende a los hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle) para residencia y colegio de niños. [8]

Será adquirido en 1888 por Concepción Dolcet, sucesora de María Ana, donde se continuará la labor educativa. En 1904 conseguirá la aprobación definitiva como centro de enseñanza para niñas de todas las clases sociales.

Desde entonces y hasta la actualidad el Colegio Divina Pastora crecerá, haciéndose con aquel amplio terreno el complejo educativo y religioso que conocemos.

Con este último dato histórico quedan ilustradas las tres referencias que Galdós hace cuando habla de Guillermina Pacheco y las Micaelas. Todas ellas nos orientan geográficamente y nos muestran la intención del escritor.


La zona
Don Federico C. Sainz de Robles dibuja un mapa casi exacto de los límites geográficos:
En realidad, los escenarios de la grandiosa Fortunata y Jacinta son... todo Madrid. Desde los Depósitos del Lozoya, en el paseo de Santa Engracia, hasta la Inclusa; desde el puente de Segovia, hasta las Ventas del Espíritu Santo (...) [9]

Estas cotas marcadas a grandes rasgos por Sainz de Robles quedan más definidas en el Capítulo V - Las Micaelas por fuera, donde Galdós traza un mapa más cercano y nos cuenta cómo era la casa de las Micaelas, edificio que será punto de referencia en este estudio:
La planicie de Chamberí, desde los Pozos y Santa Bárbara hasta más allá de Cuatro Caminos, es el sitio preferido de las órdenes nuevas. Allí hemos visto levantarse el asilo de Guillermina Pacheco, la mujer constante y extraordinaria, y allí también la casa de las Micaelas. (…) El caserón que llamamos Las Micaelas estaba situado más arriba del de Guillermina, allá donde las rarificaciones de la población aumentan en términos de que es mucho más extenso el suelo baldío que el edificado. Por algunos huecos del caserío se ven horizontes esteparios y luminosos, tapias de cementerios coronadas de cipreses, esbeltas chimeneas de fábricas como palmeras sin ramas, grandes extensiones de terreno mal sembrado para pasto de las burras de leche y de las cabras. Las casas son bajas, como las de los pueblos, y hay algunas de corredor con habitaciones numeradas, cuyas puertas se ven por la medianería. El edificio de las Micaelas había sido una casa particular, a la que se agregó un ala interior costeando dos lados de la huerta en forma de medio claustro, y a la sazón se le estaba añadiendo por el lado opuesto la iglesia, que era amplia y del estilo de moda, ladrillo sin revoco modelado a lo mudéjar y cabos de cantería de Novelda labrada en ojival constructivo. Como la iglesia estaba aún a medio hacer, el culto se celebraba en la capilla provisional, que era una gran crujía baja, a la izquierda de la puerta.

Al referirse a la planicie de Chamberí hasta más allá de Cuatro Caminos, acotándola entre los Pozos de nieve (Bilbao) y Santa Bárbara (Alonso Martínez), Galdós pinta el paisaje del norte de Madrid, del ensanche aun poco poblado; sin embargo, no parece situarnos mucho más arriba del antiguo depósito de agua o del que estaba en construcción, ni tan siquiera más al norte de la glorieta de los Cuatro Caminos.

En el Capítulo VI - IV - Las Micaelas por dentro, aparecen nuevas referencias de situación:
Desde el corredor alto se veía parte del Campo de Guardias, el Depósito de aguas del Lozoya, el cementerio de San Martín y el caserío de Cuatro Caminos, y detrás de esto los tonos severos del paisaje de la Moncloa y el admirable horizonte que parece el mar, líneas ligeramente onduladas, en cuya aparente inquietud parece balancearse, como la vela de un barco, la torre de Aravaca o de Húmera.
Parecía que los albañiles, al poner cada hilada, no construían, sino que borraban. De abajo arriba, el panorama iba desapareciendo como un mundo que se anega. Hundiéronse las casas del paseo de Santa Engracia, el Depósito de aguas, después el cementerio. Cuando los ladrillos rozaban ya la bellísima línea del horizonte, aún sobresalían las lejanas torres de Húmera y las puntas de los cipreses del Campo Santo.

Existe una referencia que sitúa a las Micaelas hacia el noreste según la ubicación de edificios religiosos en los planos de la época. La encontramos en el Capítulo IV - VIII - Nicolás y Juan Pablo Rubín.-Propónense nuevas artes y medios de redención, donde los personajes parecen estar más cerca de Cuatro Caminos al referirse al alto que hacen en los depósitos de agua, ubicando las Micaelas hacia el lado del Oriente.

Habían pasado por junto a los cementerios del Norte, luego hicieron alto en los depósitos de agua; la samaritana se sentó en un sillar y se quitó la bota. Maximiliano le hizo notar lo bien que lucía desde allí el apretado caserío de Madrid con tanta cúpula y detrás un horizonte inmenso que parecía la mar. Después le señaló hacia el lado del Oriente una mole de ladrillo rojo, parte en construcción, y le dijo que aquel era el convento de las Micaelas donde ella iba a entrar. Pareciéronle a Fortunata bonitos el edificio y su situación, expresando el deseo de entrar pronto, aquel mismo día si era posible.

Con estos datos podemos interpretar que Galdós convierte al verdadero Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón en el que denomina Asilo de Guillermina Pacheco. Sitúa entonces a las Micaelas más al norte, en la zona delimitada por el cuadro A del siguiente plano.


He utilizado como mapa de ubicación un fragmento del Plano Industrial y Comercial de Juan Calvet (1883), donde se identifican algunos edificios por su nombre. Para el cuadro A, utilizo el Parcelario de Ibáñez de Ibero (1879), donde puede apreciarse en detalle la supuesta situación de las Micaelas recreadas por don Benito.

El cuadro A nos situa más al norte por Santa Engracia, pasada la calle de Ríos Rosas, donde encontramos una finca que, para época un poco posterior a la que se desarrolla la novela, ocupará la Congregación de Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, también conocidas como Reparadoras del Sagrado Corazón o Esclavas del Sagrado Corazón (1877-1879).

Como hemos comentado, la propiedad pasará a las Hermanas Franciscanas Misioneras del Divino Pastor (Asilo de la Divina Pastora), Congregación que estaba en el pueblo de Fuencarral. Si bien habían abierto un pequeño asilo en la calle Juanelo, con un traslado posterior a la de Sagunto, no será hasta 1888 que se instalen en la calle Santa Engracia, donde se formará el terreno conocido como Campo de las Pastoras.

Su ubicación en Fuencarral es visible en el plano de Facundo Cañada (1900), resultando muy alejada de los puntos de referencia indicados en la novela; por lo tanto, cronológicamente debemos descartar la posibilidad de que se refiera al Colegio o Asilo de la Divina Pastora.




Otra referencia podría situar a las Micaelas en el propio Almacén general de la Villa, comenzado a construir en el lado derecho del paseo de Santa Engracia en noviembre de 1868 y finalizadas las obras en 1871. En dos de sus estancias funcionó la Escuela Pública de Chamberí.
El Ayuntamiento acordará en 1888 destinarlo, además, a depósito de los elementos de limpieza municipal que hasta entonces se guardaban en un corral de la calle Beneficencia.

El almacén lindaba al sur con la noria que sí cita el escritor, sin hacer referencia a que era la de la Villa. Prescinde de muchos detalles reales, quizá como parte de ese intencionado juego de despiste.
Por el Sur la huerta lindaba con la medianería de una fábrica de tintas de imprimir, y por el Este con la tejavana perteneciente al inmediato taller de cantería, donde se trabajaba mucho. Así como los ojos de Maximiliano miraban con inexplicable simpatía el disco de la noria, su oído estaba preso, por decirlo así, en la continua y siempre igual música de los canteros, tallando con sus escoplos la dura berroqueña. Creeríase que grababan en lápidas inmortales la leyenda que el corazón de un inconsolable poeta les iba dictando letra por letra. Detrás de esta tocata reinaba el augusto silencio del campo, como la inmensidad del cielo detrás de un grupo de estrellas. (...)

Esta hipótesis, asociada al Almacén o la Escuela Pública de Chamberí, se basa en el siguiente fragmento del plano de Juan Calvet (1883) donde se localizan el tejar, el taller de cantería y la noria; sin embargo no hay referencias a la fábrica de tintas de imprimir.



En el Capítulo VI - IV - Las Micaelas por dentro, Galdós habla de los ruidos que llegaban hasta las Micaelas. Los provenientes del taller de cantería coinciden en cercanía con el Almacén de la Villa; pero la referencia al Tío Vivo que estaban junto al Depósito de aguas más el bullicio de la gente en los merenderos de Cuatro Caminos y Tetuán nos sitúan hacia el norte, en la zona delimitada en el cuadro A.

Pero si ya no se veía nada, se oía, pues el tiqui tiqui del taller de canteros parecía formar parte de la atmósfera que rodeaba el convento. Era ya un fenómeno familiar, y los domingos, cuando cesaba, la falta de aquella música era para todas las habitantes de la casa la mejor apreciación de día de fiesta. Los domingos, empezaba a oírse desde las dos el tambor que ameniza el Tío Vivo y balancines que están junto al Depósito de aguas. Este bullicio y el de la muchedumbre que concurre a los merenderos de los Cuatro Caminos y de Tetuán, duraba hasta muy entrada la noche.

Esta referencia de ubicación podemos verla con mayor detalle en los siguientes planos, fragmento el primero del parcelario de Ibáñez de Íbero (1879) y el segundo una comparativa superpuesta de este con la cartografía catastral actual.


 


Veamos a continuación todas las conexiones posibles que nos llevan a la conclusión más acertada, siempre siguiendo los datos que ofrece Galdós en la novela.


Conexiones
La maestría de D. Benito Pérez Galdós permite concluir con la siguiente relación entre personajes y lugares que conforman las conexiones históricas y cronológicas:
  • Guillermina Pacheco encarna a Ernestina Manuel de Villena.
  • El Asilo de Guillermina Pacheco es, por ubicación, el de los Huérfanos del Sagrado Corazón.
  • El Asilo de las Micaelas hace referencia a las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, fundado por doña María de la Soledad Micaela Agustina Antonia Bibiana Desmaissières y López de Dicastillo, Vizcondesa de Jorbalán (Santa María Micaela del Santísimo Sacramento o Madre Sacramento).
  • Que las Micaelas estuviesen en construcción hace referencia, cronológicamente, al Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón, rindiendo así doble homenaje a Ernestina Manuel de Villena.
  •  Los datos ofrecidos por Galdós sobre la ubicación de las Micaelas nos acercan al Colegio o Asilo de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, rindiendo homenaje a Rafaela María Porras y Ayllón. 

Llegados a este punto, podemos asegurar que el Asilo de las Micaelas recreado en Fortunata y Jacinta es el Colegio o Asilo de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, cercano a la glorieta de Cuatro Caminos, pero bastante alejado de la avenida del General Perón y, por consiguiente, de la calle en cuestión.

Esta afirmación es ratificada por el historiador Juan Carlos González Morales, quien siempre ha considerado que el Asilo de las Micaelas estuvo hipotéticamente pasado los depósitos de agua.


La zona donde está la calle Fortunata y Jacinta
Conocidos los puntos de referencia ofrecidos por Galdós, nos ocupamos ahora de la zona elegida por el Ayuntamiento para la denominación de la calle.

Nos situamos en el llamado barrio de San Amaro, delimitado por las calles Raimundo Fernández Villaverde, Bravo Murillo, Sor Ángela de la Cruz y Paseo de La Castellana (en otros tiempos avenida del Generalísimo).

En el Tomo IV de la enciclopedia Madrid (Espasa-Calpe, 1980), D. Manuel García Gallardo realiza un estudio pormenorizado del barrio, indicando que en el nomenclátor municipal equivale a esta demarcación el barrio de Cuatro Caminos (dentro del distrito de Tetuán) de acuerdo con la nueva división territorial acordada por el Ayuntamiento en el año 1968, que cobró plena efectividad a partir del 1 de enero de 1971. Sin embargo, nuestros límites desbordan por el norte el barrio de Cuatro Caminos, e incorporan la mitad inferior del barrio de Castillejos. [10]




La zona fue tomando forma a mediados del siglo XIX. Con el asentamiento de gente procedente del mundo rural en la entonces llamada carretera de Francia (actual Bravo Murillo), se ocuparán terrenos más allá del ensanche. A principios del siglo XX ya estaba bastante poblado; sin embargo, la zona donde se ubica la calle continuaba siendo terreno baldío.

Es evidente que nos encontramos en lugar poco poblado en tiempos de Benito Pérez Galdós, su novela y la época en que está ambientada. Cercana al tejar de Patolas, convertido después en un barrio lumpen, poco más existía en la zona; si acaso, las primeras casas construidas sobre el margen derecho de Bravo Murillo con la glorieta de Cuatro Caminos.

El Plano de Madrid y su término municipal, de Núñez Granés, nos ofrece una visión de los núcleos poblacionales existentes en 1910; más abigarrados entorno a la glorieta y dispersos hacia el norte, este y oeste, con un vacío importante donde hoy tienen calle las dos casadas, indicado con un círculo.




El espacio que media entre la calle Infanta Mercedes y la de Orense, desde la avenida del General Perón y hacia el Norte, es posterior a la Guerra Civil y de promoción del Ministerio de la Vivienda de entonces, enmarcado en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid.

Por decreto de 25 de marzo de 1949 se disponía proceder con urgencia a la expropiación forzosa de terrenos prevista en Ley de 7 de octubre de 1939. Expropiación, obras de apertura y urbanización de la avenida fueron llevadas a cabo por el Ayuntamiento.

En el siguiente cuadro vemos la evolución histórica de la zona a partir de planos y fotografías aéreas correspondientes al geoportal cartográfico HISDI-MAD (CCHS-CSIC).




Buenas intenciones
Parroquia de Santa María Micaela
Situar a Fortunata y Jacinta cercanas a la Parroquia de Santa María Micaela y San Enrique [11], fundada en 1941 durante el régimen franquista, difiere mucho de los hechos históricos asociados a esta obra de Galdós.



Puede tratarse de una buena intención por parte del Ayuntamiento al asociar el nombre de la santa con los personajes, mas no existe vínculo geográfico alguno con los datos aportados por el novelista, aunque este cite al barrio de Cuatro Caminos, del distrito de Tetuán.

La Parroquia está ubicada en la calle San Germán, 23 (Plaza de San Amaro), de acceso por la avenida Presidente Carmona, que es perpendicular a la calle de Fortunata y Jacinta.

A pesar del cambio de nombres de las calles, que también ha afectado a la de la parroquia, en la Guía Diocesana de la Archidiócesis de Madrid su domicilio continúa figurando como Calle General Yagüe, 23.

Confiemos en que realicen el cambio, ya que el Juzgado de lo Contencioso Administrativo Nº 14 ha fallado contra la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios, que había recurrido por indebida aplicación de la Ley de Memoria Histórica. Por sentencia del 15 de junio de 2018, el magistrado Alfonso Villlagómez Cebrían da la razón al Ayuntamiento y la calle del General Yagüe pasa a llamarse de San Germán. [12]

NOTA:
La iglesia de Santa María Micaela se encuentra en Guadalajara; edificio mandado construir por
María Diega Desmaissières, duquesa de Sevillano y condesa de la Vega del Pozo, sobrina de la santa. Forma parte de un conjunto monumental, junto al colegio Niña María Adoratrices y
el Panteón familiar; obra del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. [13]



Conclusión
Galdós pone el nombre de las Micaelas (Adoratrices) al Colegio o Asilo de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús y nos lo presenta en construcción, pero era el Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón el que se encontraba en ese estado. Cuando finaliza Fortunata y Jacinta (dos historias de casadas), este  último asilo ya está acabado, mas, cronológicamente, en la época que se desarrolla la novela se ubicaba en el Paseo del Obelisco.

En tal caso, el autor se toma las licencias necesarias para cumplir su cometido, que no es otro que el de rendir homenaje a Ernestina Manuel de Villena, a María de la Soledad Micaela Desmaissières y López de Dicastillo y a Rafaela María Porras y Ayllón; damas religiosas dedicadas a la beneficencia y encarnada la primera en Guillermina Pacheco.

La cercanía con la iglesia de Chamberí, el paseo de Santa Engracia y las vistas que desde allí se divisaban, nos permite concluir que el imaginario Asilo de Guillermina Pacheco estaba en Chamberí y corresponde al primitivo emplazamiento del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón.

Por otra parte, la ubicación del Asilo de las Micaelas, cercano a los depósitos de agua, una noria y el taller de cantería, lo sitúan cercano a Cuatro Caminos y Tetuán, en el Colegio o Asilo de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. Recordemos que las verdaderas Micaelas estaban desde aproximadamente 1872 en el barrio de Palacio, del distrito Centro.

Dicho esto, y razonadas todas las posibilidades, la conclusión no puede ser otra que la expresada en este trabajo: la denominación de la calle Fortunata y Jacinta en su actual ubicación no es representativa de la obra de Galdós.

No lo es por la zona, casi deshabitada en esos tiempos; tampoco por su cercanía con la parroquia de Santa María Micaela y San Enrique, cuyo nombre y advocación se alejan de las conocidas Micaelas, y mucho menos por la antigüedad de la barriada, construida durante el régimen de Franco.




El plano que acaban de ver es muestra suficiente para ratificar todo lo dicho; en él puede apreciarse la distancia que media entre las Micaelas de Galdós (círculo amarillo) y la buena pero errada intención de los responsables del cambio, representada en la L acostada de color azul.

Si el Ayuntamiento ha aplicado un razonamiento distinto, buscando otras conexiones que avalen la designación de la calle Fortunata y Jacinta en zona tan apartada, tendremos que aceptarla. Mientras tanto, y suponiendo que hayan consultado a los cronistas de la villa antes de tomar la decisión, queda abierto al debate este razonamiento y sus conclusiones; no con la intención de echar atrás la modificación realizada por el Ayuntamiento, pero sí para que se cuiden al extremo los cambios de denominación de ciertas calles, fundamentalmente aquellas dedicadas a la obra de D. Benito Pérez Galdós, que es de nuestro interés.

Espero y deseo que el presente trabajo sirva para esa intención y haya ilustrado al lector, tanto en la historia de espacios de nuestra ciudad como en los recursos aplicados por Galdós para simbolizar tanto en un breve mapa de ubicación.


Eduardo Valero García



Bibliografía y Cibergrafía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

Fortunata y Jacinta (dos historias de casadas). Los textos citados en este trabajo fueron extraidos de la edición digital basada en la edición de Madrid, Imprenta de La Guirnalda, 1887. Disponible en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes  http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcgq6v4


[1] PNL-130/2016 RGEP.5740. DIARIO DE SESIONES DE LA ASAMBLEA DE MADRID / NÚM. 247 / 20 DE JUNIO DE 2016 (14333-14342 ) Depósito legal: M. 19.464-1983 - ISSN 1131-7051

[2] VILLAMERIEL, Luis P. La calle de Fortunata y Jacinta. Administración Digital [Consultado el 2 de junio de 2018] Disponible en: http://administraciondigital.es/index.php?option=com_content&view=article&id=3534:la-calle-de-fortunata-y-jacinta&catid=14:opinion

[3] Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid D. L.: M. 19.462-1983 ISSN 1989-4791 [Consultado el 2 de junio de 2018] Disponible en: https://www.bocm.es/boletin/CM_Orden_BOCM/2017/12/28/BOCM-20171228-32.PDF

[4] Montesinos, José F. (1969) Estudios sobre la novela española del siglo XIX. Galdós II. Madrid: Editorial Castalia, p. 206

[5] Sainz de Robles, Federico C. (1970) Pérez Galdós. Vida, obra y época. Madrid: Vassallo de Mumbert, p. 178

[6] De la fotografía: Gómez Gómez, Luis (2011) Memoria histórica de los Corazonistas de Claudio Coello y Alfonso XIII [Consultado el 2 de junio de 2018] Disponible en: https://loscorazonistas.blogspot.com

[7]  El Testigo Fiel. Vidas de los santos de A. Butler, Herbert Thurston, SI [Consultado el 10 de junio de 2018] Disponible en: http://www.eltestigofiel.org/index.php?idu=sn_79

[8] Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid. Informe para la Inclusión de Bienes Culturales de la Comunidad de Madrid al Colegio Divina Pastora. D. L.: M. 19.462-1983 ISSN 1989-4791 [Consultado el 2 de junio de 2018] Disponible en: http://www.bocm.es/boletin/CM_Orden_BOCM/2011/04/08/BOCM-20110408-42.PDF

[9] Sainz de Robles, Federico C. (1970) Pérez Galdós. Vida, obra y época. Madrid: Vassallo de Mumbert, p. 178.

[10] García Gallardo, Manuel. San Amaro. Madrid. 3ª edición. Tomo IV. Madrid. Espasa-Calpe, 1980, pp., 1481-1500

[11] Parroquia de Santa María Micaela y San Enrique. Historia del Templo [Consultado el 2 de junio de 2018] Disponible en: http://www.smmyse.org.es/templo

[12] elPeriódico (2018). Un juez avala el cambio de nombre de Millán Astray, General Yagüe y General García Escámez. Disponible: https://www.elperiodico.com/es/madrid/20180618/juez-avala-cambio-nombre-millan-astray-general-yague-general-garcia-escamez-6884458 [Consultado el 25 de julio 2018].

[13] Parroquia de Santa María Micaela. Historia [Consultado el 10 de julio de 2018] Disponible en: https://parroquiammicaela.jimdo.com/nuestra-historia/

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En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2018) "Fortunata y Jacinta. Sin placa, pero con calle", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325


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