miércoles, 10 de julio de 2024

Lorenzo Aparicio “Boliche”. El pintor naif de Carabanchel.

Lorenzo Aparicio Sanz, más conocido como “el Boliche”, es uno más de esos personajes madrileños pintorescos por sus cualidades y fisonomía. Famoso en su época, hoy su nombre sigue resonando en el mundo del arte y en el recuerdo de sus vecinos de Carabanchel.


Lorenzo nació en Canillejas en agosto de 1900. Fue pastor, labrador, panadero y después albañil, profesión definitiva que desarrolló desde 1936 hasta su jubilación en la Diputación Provincial de Madrid con la categoría de Oficial de primera en el ramo especializado de la construcción.

Hizo el servicio militar en África, destinado en el Regimiento Serrallo número 69 de Ceuta. En 1921 participó en los combates que dieron por resultado la derrota militar conocida como el desastre de Annual. Desarrolla allí su vocación por la pintura, plasmando en papel las dramáticas escenas de batalla y terror vividas en Marruecos hasta 1926.
El sufrimiento y el dolor serán más tarde un tema recurrente en su producción artística.

Después continuará dibujando y pintando en París, hasta su regreso a Madrid, donde su producción pictórica será monumental, con un estilo singular que lo situará entre los maestros del arte ingenuo o Naif. 
«Yo estoy tratando en el mundo entero descubrir lo que falta por descubrir del arte».
Lorenzo Aparicio (Boliche) 1976
El psiquiatra, escritor y coleccionista de arte Juan Antonio Vallejo-Nájera, autor de Naif Españoles Contemporáneos (Más Actual, 1975), definía así el arte y al artista naif:
«¿Qué es un pintor “naif”? En esencia, es una persona que pinta sin tener formación académica por tanto autodidacta. Analizado desde el punto académico “no sabe pintar”; su intuición y empeño le permiten lograr un estilo, un modo de expresión propios, pero no logra redescubrir más que en muy pequeña medida las normas técnicas de la pintura. Perspectiva, sombreado, composición, encajamiento, armonía de colores, etc., sólo logra “reinventarlo” en parte, pues derivan de la aportación secular al “oficio” de la pintura por una sucesión de talentos y genios pictóricos que él desconoce».
Como veremos más adelante, Lorenzo Aparicio se consideraba “creador” del arte naif. Quizás podamos decir que aportó a este movimiento otro concepto de expresión en forma y técnica.

La lista de pintores españoles naif es extensa, principalmente junto a Lorenzo y después de él. Sin embargo, es interesante recordar a uno de los precursores del naif en España: el pintor Vicente Pérez Bueno (Guadalajara, 1887 – Valencia, 1963).
De formación autodidacta, después de trabajar en el campo con su padre y en la Oficina de Correos de Guadalajara, en 1932 se trasladó a Valencia para ocupar el puesto de conserje en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos.
Aprovechando los materiales de pintura descartados por los alumnos, Vicente desarrolló su mayor producción pictórica. Primero pintando bodegones, después paisajes y perfeccionando el estilo naif en su etapa madura, convirtiéndose en uno de los artistas más importantes de este movimiento. En 1950 expondrá en una galería madrileña.

El crítico de arte Vicente Aguilera Cerni había afirmado en una necrológica por el fallecimiento de Pérez Bueno: «La gran mayoría de la pintura “naif” existente en los grandes museos es netamente inferior a la de Pérez Bueno».

Paisaje con ciervos en un lago (1951)
Vicente Pérez Bueno

Casi en paralelo está Miguel García Vivancos (Mazarrón, 1895 – Córdoba, 1972), exiliado en Francia al finalizar la Guerra Civil, pintaba pañuelos con paisajes parisinos que vendía para sostenerse económicamente.
En 1947 conoce a Pablo Picasso, quien valora su obra pictórica, le ayuda económicamente y con contactos. Así, en 1948 expone por primera vez en la galería Mirador de París.

De su arte, Tomás Bretón dijo: «El arte que Vivancos manifiesta en su pintura, es el don de lo que se complace para descubrir el arte por sí mismo; es la invirginal consagración de la vida acaso vencida de antemano, pero junto a la posibilidad de recomenzarla cada vez».

Miguel García Vivancos (1965)


“Boliche”, el albañil pintor de Carabanchel
En el edificio de la Diputación Provincial de Madrid, después Presidencia de la Comunidad de Madrid desde 1983 a 1985, tuvo Lorenzo su taller. Por una escalera exterior del lateral se bajaba al sótano, donde los aperos del oficio de albañil convivían con los del artista. También desarrollaba la actividad artística en su domicilio de Carabanchel.

Además de su inagotable creatividad, plasmada en papel de diversos tamaños cargados de color o en estrafalarias esculturas de yeso y materiales reciclados, también era escritor y poeta. Según indicó en una entrevista, había escrito toda la crónica de la guerra de África y parte de la contienda de 1936 a 1939. No ponemos en duda sus palabras, pero nada hemos encontrado sobre esa faceta suya.

Según él, el apodo “Boliche” venía de su infancia. Así lo explicó, llanamente, en una entrevista:
«Pues mire usté… cosas de pueblos. Yo era de pequeño redondito como una bola, y me bautizaron el “Boliche”».
En 1966 su producción artística, nacida del sentimiento, nunca de copiar, ya sumaba más de cinco mil entre pinturas y dibujos. Guardaba todo lo hecho desde 1921, porque jamás se le ocurrió vender una obra. Esto cambiará cuando su fama —hasta entonces reconocida por pocos— llegue a los tabloides. 


“Boliche” en los periódicos 
Es variada la lista de periódicos interesados por la obra y personalidad de Lorenzo Aparicio. Los más representativos fueron Pueblo y Hoja Oficial del Lunes, en cuyas páginas aparecen entrevistas y fotografías que, por su continuidad en el tiempo, representan una documentación importante sobre la trayectoria artística del pintor naif de Carabanchel.
    
Diario Pueblo: Diario del Trabajo Nacional (14/05/1966)
La primera fotografía que conocemos de Lorenzo fue tomada por el fotógrafo Llorente para el Diario Pueblo y publicada el 14 de mayo de 1966. Tenía entonces sesenta y cinco años y aun no lucía la barba que sería su seña de identidad.

El artista posa junto a una mínima porción de su monumental obra, expuesta en paredes y techo del taller de la Diputación. Más obras pictóricas y las escultóricas estaban depositadas en una sala sin uso del edificio.


Escenas coloridas en las que se representaban batallas, corridas de toros, asuntos religiosos, extraños animales producto de su imaginación, ornamentaciones excéntricas, y otras composiciones indescriptibles, eran los temas principales que salían de su cabeza a borbotones, incluso interrumpiendo su sueño de madrugada.
Diario Pueblo lo entrevistó con motivo de su primera exposición en NEBLÍ (Calle Serrano, 80), sala en la que se presentaron ciento treinta y cinco de sus tantas obras.

Carlos González-Bueno y Boco, presidente de la Diputación provincial, había prestado atención a la obra de “Boliche” y fue quien le animó y ayudó para hacer realidad esa exposición. La ilusión y entusiasmo del albañil-artista era mucha en aquel momento.
El pintor, definido por el expositor como “artista primitivo”, ya era conocido vagamente por el público y en el mundo del arte. Sus amigos y los conocedores de sus obras le consideraban el “Picasso número dos”.

El crítico de arte Ángel Crespo Pérez de Madrid había escrito:
«Aparicio cultiva los géneros de pintura dibujada con tinta china, bolígrafos y lápices de colores: el realista y el del “sexto sentido”. En el primero nos asombra con su capacidad narrativa, si bien es cierto que, lo mismo que algunos pintores clásicos de batallas, completa con carteles la descripción de los acontecimientos. Asombra su capacidad para sintetizar una comarca, el escenario de un combate en el reducido espacio de una hoja de papel; pero lo que hace subir de punto la admiración es el movimiento y la veracidad que sabe imprimir a sus minúsculos guerreros, agruparlos en orden y en desorden de batalla».

ABC (08 y 14/06/1966)
La segunda fotografía, del fotógrafo Sanz Bermejo, aparece en ABC el 8 de junio. Lorenzo, en su espacio de la sala NEBLÍ, posa sosteniendo una de sus obras.
 

Poco después, el también crítico de arte y coleccionista español Antonio Manuel Campoy, había dicho de Aparicio en ABC del día 14:
«Periódicamente surge el artista “primitivo”, o sea, el hombre que sin salir de sí mismo, o saliendo de manera estupefacientemente paradisíaca, mira el mundo que lo rodea, se asoma a sus sueños confusos, y los plasma. A veces, el “primitivo” es alguien capaz de fisonomizar originalmente, como en una primera mirada, el mundo que lo rodea, y entonces tenemos al aduanero Rousseau quedándose estéticamente pasmado ante el león de Atlas y ante la flora del Génesis. Otras veces, pero ya en tono menor, pero sí que dotado de un lenguaje fascinante, aparece un solitario como Lorenzo Aparicio, cuya infancia visual contrasta prodigiosamente con la blancura de su pelo, y entonces tenemos una especie de mitología laberíntica, compuesta a base de dibujos con tinta china, bolígrafos y lápices de colores, con los cuales va tejiendo el alucinante tapiz de sus descubrimientos y de sus invenciones».
Lo cierto es que Lorenzo nunca había visitado un Museo ni copiado de ningún artista. Pintor autodidacta, su estilo y técnica eran propios, nacidos de su ingenio y modo de expresión, porque era desconocedor de los movimientos pictóricos.


Nueva Rioja: diario político. Logroño (19/06/1966)
Bajo el título “Un pintor albañil que expone en Madrid. «EL BOLICHE»” se reproducía la entrevista realizada por Antonio Cillero Uclecia, famoso escritor y alfarero riojano. Cillero había coincidido con Lorenzo en una tienda de marcos para cuadros días antes de la inauguración de la exposición. Estaba a su lado, conversando con una señora a la que le decía: “—Yo soy el único pintor que hay en el mundo que pinta así. Este cuadro es para el ministro de Trabajo”.
Al oír esto, se interesó por el personaje y su obra. Conversaron y Lorenzo le invitó a la inauguración de la exposición.

Cillero observó el cuadro destinado al ministro y lo describió así: «… el cuadro pintado a pluma, en varios colores de tinta, lleno de semicírculos, ángulos, serpientes, escamas y puntos que tenía por tema central la Crucifixión. Estaba hecho de una forma extraña tanto original por primitiva como infantil y, al mismo tiempo, con gran fuerza». 
Y añadía: «Me asombra de Lorenzo Aparicio sus temas religiosos, tan distintos, tan extraños, tan poco místicos y tan atrayentes». 

Lorenzo denominaba “del sexto sentido” esos temas religiosos, porque decía que los veía en sueños. «—Me vienen a la cabeza y tengo que levantarme corriendo antes de que se me vayan».

El entrevistador veía en los temas de toros cierta similitud con las pinturas de las Cuevas de Altamira. Lorenzo no las conocía, tampoco asistía a las corridas; nunca las veía, aunque decía ser el encargado de preparar el palco oficial.

Como alfarero que fue, Antonio Cillero supo apreciar su obra, tanto por los temas como por la técnica. En él veía a un hombre casi analfabeto, con maneras torpes y tosco al hablar, pero con una mente genial, creadora y privilegiada.

La exposición estaba siendo un éxito. De las ciento treinta y cinco obras ya había vendido cuarenta. Así lo explicaba Boliche:
«—Cuarenta trabajos tengo vendidos en cinco días. Mire usté: aparte de este pa’el ministro de Trabajo, tengo dos vendidos para el presidente de la Diputación. Dos para el director general de Bellas Artes, don Luis Mosquera. Muchos hay para turistas que entran y tengo que volverme loco para decirles lo que representan. Se quedan asombrados de mi manera de pintar».

La entrevista finalizaba con estas palabras:
«Lo dejo en la coquetona Sala Neblí a este pintor tan admirable, que si no hubiera existido la pintura él nos la hubiera dado a conocer, pues pinta igual que los primitivos sus temas de cazadores con arco y flecha, los corzos saltando, los dragones que parecen animales antediluvianos —y nada sabe él de ellos— y, finalmente, los asuntos religiosos que, por lo disparatados, causan sorpresa.
Todo esto lo hace “Boliche” con tinta china de colores y dándole un fondo de color con lápices variados. Pocas veces se da un caso como este de ver una exposición hecha en una de las mejores salas de Madrid por un albañil que diariamente trabaja en la Diputación. Un albañil nacido en Canillejas, que tiene 66 años, que es casi analfabeto y del que estamos seguros, se hablará mucho dentro y fuera de España».
Las ciento treinta y cinco obras, valoradas en mil pesetas cada uno, se vendieron en su totalidad.


Hoja Oficial del Lunes. Madrid (10/10/1966)
Meses más tarde aparece la tercera fotografía. El 10 de octubre, Hoja Oficial del Lunes publicaba un breve artículo titulado “El Boliche, el albañil pintor, a punto de convertirse en una figura artística internacional”. En efecto, después del gran éxito en NEBLÍ, algunas des sus obras viajarían a una galería de Nueva York.  




La Vanguardia (17/02/1967)
En Barcelona expuso en las galerías Rene Metras el mes de febrero de 1967. 


El periodista y caricaturista Manuel del Arco, famoso por sus entrevistas a conocidas personalidades publicadas en su sección “Mano a mano” del periódico La Vanguardia, se acercó a la exposición para conocer a “el Boliche”.
Cuando decimos “conocidas personalidades”, nos referimos a Claudia Cardinale, Peter Sellers, Robert Mitchum, María Félix, Pablo Neruda, Richard Nixon y Salvador Dalí, entre otros.  

Pues bien, Lorenzo fue entrevistado por del Arco. El resultado de la conversación se publicó el 17 de febrero, acompañada por una caricatura del pintor realizada por el entrevistador.

“BOLICHE”
Caricatura de Manuel del Arco (1967)

De las muchas entrevistas concedidas por Lorenzo, la de Manuel del Arco es muy interesante.
Transcribimos los fragmentos más representativos de su personalidad, pensamiento y técnica. 

Presentación:
«Explicaré quién es mi interlocutor. Lorenzo Aparicio, "el Boliche", de Canalejas [sic], Madrid, 66 años de edad; de profesión, albañil. Antes fue labrador y luego panadero. Pero sospecho que pronto dejará los ladrillos, porque resulta que, sin saberlo, llevaba dentro un pintor. Su exposición es un muestrario de su arte, ingenuista, pero con mucho sentido común y con gran ritmo en la composición. Si le falta algo es, no a su pintura, a su autor, un título de bachiller. Vamos, eso digo yo...
—¿Usted sabe lo que se hace?
—Sí, señor. .
—¿Qué es su pintura?
—Me parece que es una creación; que quiere elevar al mundo entero, para bien de la juventud.
—¿Por qué no ha empezado por elevarse a sí mismo?
—Porque lo tenía escondido todo y ya había y hay otros maestros más grandes que yo».

La técnica:
«—La técnica, ¿cómo la ha aprendido?
—¿Qué es la técnica?
—Coger un pincel, llenarlo de color y aplicar este sobre una superficie, con cierta intención.
—¡Ah! Pues mire usted, mis pinceles son, a veces, mondadientes aplastados por la punta, y mis pinturas las hago con composiciones a base de tinta china, sangre de cordero, cal, polvos de color y ceras; al terminar el cuadro le aplico a la cartulina una plancha a cuarenta grados, para que la cera se incruste.
—¿Ha inventado usted este procedimiento?
—Sí, señor.
—Todo esto que usted pinta es irreal.
—¿irreal qué quiere decir?
—Que no está en la realidad.
—¿Quiere usted decir que no existe?
—Exacto.
—Existe dentro de mí.
—¿Lo que ha pintado aquí lo ha visto antes en su imaginación?
—Dentro de mi cuerpo; sí, señor. Y al sacarlo fuera me quedo tranquilo.
—¿En cuánto tiempo ha pintado estos ochenta cuadros que expone ahora?
—En año y medio; cada uno tiene muchas horas de trabajo; pero es que yo duermo muy poco, cuatro horas. Hasta las tres de la madrugada estoy pintando, y el domingo, el día entero.
—¿Cuando pinta, sufre?
—¡Qué va! estoy muy contento.
—Todo esto se traducirá en dinero, ¿seguirá de albañil?
—Sí, señor; me gusta serlo y estoy muy bien considerado. Además, me queda poco para jubilarme».

La obra y el sentimiento:
«—Su obra pictórica...
—¿Pictórica? —me interrumpe en seguida—. ¿Qué quiere decir esto?
—Eso —señalo sus cuadros—, su pintura. Pero déjeme acabar. Iba a decir que la obra pictórica es reflejo del autor, responde a su psicología, a quien la hace, ¿es usted como ella?
—No le entiendo.
—Aquí, en sus cuadros, se respira pureza, ¿me ha entendido?
—¿Quiere usted decir honradez?
—Bueno.
—Pues, sí.
—¿Siente usted vanidad de haber hecho todo esto?
—¿Vanidad quiere decir vanidoso?
—Sí.
—Pues, sí, señor; soy vanidoso de haberlo hecho.
—¿Quiere decir que está orgulloso de ser el padre de estas cosas?
—Sí, señor».

La fama y el pensamiento:
—¿Cuándo ha descubierto usted que era artista?
—Me han descubierto.
—¿No le da pena que se lleven estas obras?
—Mucha, mucha; quisiera tenerlas en mi casa, para verlas siempre.
—¿Y por qué las vende?
—Porque me las piden. Tengo en el Brasil, en Argentina, en Lima, en Francia, en Estados Unidos, en África, y hasta don Pablo Picasso tiene una mía.
—¿No ha alterado su vida este descubrimiento?
—Sí, señor.
—¿En qué ha cambiado?
—En situación económica, un poquito.
—¿Y en alma?
—Mucho.
—¿Para bien o para mal?
—Para bien.
—¿Es usted todavía mejor de lo que era antes de ser descubierto?
—Sí, y con más coraje.
—¿El coraje para qué lo quiere?
—Para pintar.
—¿Adónde quiere llegar?
—A lo último.
—Lo último, ¿qué es para usted?
—Yo sé que hay grandes pintores, como Goya, "el Greco", Velázquez, don Pablo Picasso, don Salvador Dalí, y todos estos son más que yo; pero quisiera que muchos jóvenes siguieran esta pintura que yo hago, para que no se perdiera: porque yo, ya a mi edad, poco puedo vivir.
—¿No piensa que si usted se muere se va con usted su imaginación?
—Sí; pero que se esfuercen ellos, los jóvenes.
—No olvide que cada uno tiene su sueño y no van a ser los suyos.
—Es una lástima que no sueñen como yo. Oiga usted —pregunta repentinamente—, ¿ingenuo qué quiere decir?, que me lo han dicho muchos.
—Nada malo; lo es quien hace esto.
—¿Y le ha gustado?
—Sí, hombre.
—Muchas gracias.
—Pero es mejor usted...»


Diario Pueblo: Diario del Trabajo Nacional (31/07/1968)
Cuarta fotografía de Lorenzo en la que lo vemos pintando detalles de la escultura titulada “La torre del sufrimiento”.


La fisonomía de Lorenzo ha cambiado, también su personalidad. Los éxitos obtenidos en sus exposiciones le hacen más seguro de sí mismo y convencido de ser el creador de un estilo artístico. 

El entrevistador, Manuel Augusto García-Viñolas, periodista, escritor y crítico literario y de arte, dirá de su barba y carácter:   
«Boliche se llama Lorenzo Aparicio, tiene (…) una barba blanca de profeta ruso y un candor fabuloso que lo inmuniza de la vida que pasa junto a él…».
La entrevista se desarrolla en su estudio del sótano de la Diputación. García-Viñolas va acompañado por Natalia Figueroa, “a quien Boliche tiene por musa lejana y adorable”. Ambos quedan extasiados al ver las pinturas que cubren todas las paredes y techo de aquel espacio que identifican como una especie de Capilla Sixtina.

Después centran su atención en la escultura que ultima Lorenzo, retocando uno de los amorfos rostros que aparecen entre retorcidos brazos. Es uno de los trescientos cincuenta rostros que la componen.  
«Boliche pinta y hace esculturas de yeso y escayola. Para darle contextura a sus formas utiliza los alambres de las botellas de champaña que algunas veces suelta en sus ágapes la Diputación. Todo aquí es sorprendente y natural al mismo tiempo; estamos en un planeta singular, una especie de planeta niño que se rige por leyes candorosas».
García-Viñolas finalizaba la entrevista con estas palabras: 
«Boliche ha expuesto ya su pintura en importantes, galerías de arte; sus cuadros decoran ya palacios en Tokio y en Nueva York y a su obra le han dedicado las revistas especializadas páginas enteras de alegría en todos los idiomas. Pero Boliche no se ha enterado de nada de eso y sigue dentro de su mono blanco de pintor, en una purísima ignorancia que es como, yo pienso que debe ser la suprema sabiduría».
Años más tarde recordará que Lorenzo había regalado a Natalia «como un piropo en yeso, una de aquellas esculturas moralizadoras a base de sirenas apuñaladas, y que hoy no sé si habrá ido a parar al cuarto de los niños de los señores de Martos, don Raphael. A mí me entregó Lorenzo un dibujo hecho en el dorso de un almanaque de fertilizantes para que se lo regalase en su nombre a Joan Miró, a quien iba yo a ver en aquellos días. Cumplí el encargo».


Hoja Oficial del Lunes. Madrid (20/01/1969)
Una breve columna de Hoja Oficial del Lunes daba cuenta de la exposición de “El Boliche” en el patio de cristales de la Diputación de Madrid. El periódico se jactaba de haberlo dado a conocer años atrás; sin embargo, fue Diario Pueblo el primero en prestar atención al artista.



Diario Pueblo: Diario del Trabajo Nacional (10/02/1971)
Nuevamente, Manuel Augusto García-Viñolas hablará de “El Boliche”. Esta vez lo hará para anunciar la inclusión del pintor en el catálogo de la Exposición Internacional del Dibujo celebrada en Puerto Rico. Junto a él, Picasso, Miró, Tapies, Saura y Cuixart, entre otros.
  
Después, recordando su anterior visita al taller de la Diputación junto a Natalia Figueroa, añadirá:
«Valdría la pena recoger, como quien recupera semillas de humanidad, el anecdotario de este hombre, sus decires tan espontáneos y certeros, sus destellos de imaginación, sus sentencias e incluso los títulos con que bautiza a sus obras. Por ejemplo, estos: “Mujer que huye de una estrella que la está mirando”, “Dama que no se deja besar la mano”, “Los amantes toman una taza de caldo después de su noche de bodas”…, y todo ello dicho sin asomo de hacer literatura ni de querer sorprender con enunciados caprichosos el ánimo del espectador. Por eso he querido dar noticia de Boliche, un artista fuera de las órbitas conocidas y que va siempre mucho más allá de lo que puede pedírsele a una imaginación que no es de este mundo y trabaja sólo en horas libres y a destajo en el sótano de una Diputación Provincial».  


ABC (29/04/1972)
En la sección ABC de Las Artes, Antonio Manuel Campoy hace una crónica y crítica de las exposiciones presentes en las galerías madrileñas esos días. Muestra principal interés por los pintores realistas y aquellos que plasman en sus lienzos la vida cotidiana de la ciudad, ante el imparable cambio de fisonomía urbana y costumbres de la urbe. 
El caso de “Boliche” es completamente opuesto. Con motivo de la exposición de este en la Galería Monzón (Velázquez, 115), Campoy transcribe las palabras del galerista:
«Cuando una vez más el cadáver del realismo mediocre—dice Viola presentándonos a su amigo Aparicio, el Boliche—, ya sea el paisajismo doméstico municipal y jardinero o la vanguardia decrépita que entroniza cualquier objeto de consumo en un pedestal como si fuera la Victoria de Samotracia, Aparicio representa la permanencia del espíritu que retuerce el cuello a la gallina papanatas de la lógica y el esteticismo, aunque sea de la última».
De las obras de “Boliche”, a Campoy le agradaban más las apasteladas, “en las que el color y la composición, de puro torpes, nos hacen sonreír de dicha”. Los otros cuadros, “laberintos lineales, introvertida alucinación productora de fantásticos seres”, le interesaban menos. 



ABC (09/06/1972)
El 9 de junio de 1972, Juan Antonio Vallejo-Nájera habla del arte naif, de los pintores de este movimiento y su influencia en el mercado del Arte. Reconoce que la pintura naif española era “tan extraordinaria como desconocida”. Se centra después en seis de los pintores naif españoles más destacados en esa época, ofreciendo una breve biografía. De Lorenzo Aparicio escribirá:
«LORENZO APARICIO “EL BOLICHE”: […] Impresiona muy favorablemente a los artistas, quienes compran sus dibujos de extrañas configuraciones espirales simétricas en maravillosa composición de color. Su exposición en Madrid ha sido un nuevo triunfo».
Vallejo-Nájera se refería a la segunda exposición de “Boliche” en Madrid de mayo de 1972, realizada en la Galería Monzón (Velázquez, 115).
 

En todas las entrevistas se describen los materiales que utilizaba en sus obras: como soporte, papeles de diferentes tamaños; tinta china, bolígrafos y lápices de colores para sus creaciones. Incluso el propio artista nos cuenta que también utilizaba otros, como “sangre de cordero, cal, polvos de color y ceras”. En los años 70 sumará el óleo sobre lienzo y otros soportes.
En cuanto a su obra escultórica, fascinante, recargada y, a su vez, rítmica, los materiales son variadísimo: alambre, yeso, latón, hierro, madera y objetos reciclados.
 

Revista Bellas Artes (1973)
Editada por la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Educación y Ciencias, en el número 20 (febrero de 1973) se publica el artículo “Pintores naif españoles”, de Juan Antonio Vallejo-Nájera. 
El autor desarrolla un interesante trabajo sobre el arte naif y cita a los artistas del momento. Dedica unos párrafos a Boliche y Carrascal, pintores autodidactas con algo en común, ambos eran albañiles y reconocidos en el mundo del arte a edad avanzada.
«La temática de los naifs es muy diversa. En realidad, cuando hoy (tras manipulación mercantil) encontramos un pintor con temas muy “típicamente naif” (como “Paraísos”, etcétera), resulta sospechoso. Abundan las naturalezas muertas de patética y enternecedora simpleza, los paisajes poblados por multitud de divertidos personajillos, escenas banales de la vida cotidiana (Angulo, “La naranja”), pero también encontramos, en la pujante producción española, casos difíciles de catalogar, como los sorprendentes pastores-albañiles (Carrascal y Boliche), de los que no he encontrado paralelo en naifs extranjeros, y que sin haber tenido el menor contacto entre ellos en toda su vida pueden encajarse en un capítulo común (Lorenzo Aparicio, El Bolche, sin título, tintas de color), más aún que por sus afinidades, por su alejamiento de todos los otros». 
BOLICHE

ISIDORO CARRASCAL. Noria (1924)

 
Hoja Oficial del Lunes. Madrid (21/05/1973)
Un premio de 30.000 pesetas.
En mayo del mismo año se celebró una Exposición en la Diputación Provincial con los carteles anunciadores de la corrida de toros extraordinaria de Beneficencia. “Boliche” participó en el concurso creado para ese fin. Muchos periódicos dieron cuenta de la lista de ganadores y los premios: “Primer premio, dotado con 50.000 pesetas, al trabajo número 10, de don Julián Grau Santos; segundo premio, al trabajo número 7, de Lorenzo Aparicio (Boliche), dotado con 30.000 pesetas”.
El Jurado acordó proponer a la Diputación la adquisición de los carteles números 30, de Jaime Agulló Gutiérrez, y 39, de Vicente Elia Jiménez, concediéndoles un accésit a cada uno de 5.000 pesetas. 

Julián Grau Santos (Canfranc, Huesca, 1937) es un reconocido pintor figurativo e ilustrador. De él y de Boliche había dicho Hoja Oficial del Lunes, del 21 de mayo:
«El fallo del jurado puede considerarse como una decisión muy afortunada, ya que se distingue la obra de dos grandes artistas. En el caso de Grau Santos se aprecia su gusto evidente por el paisaje y por la anotación rápida de las escenas vivas. En el cartel […] el artista nos brinda una expresión de su gran habilidad para recoger lo esencial y darnos una impresión más verdadera que por una representación minuciosa. […] En cuanto al Boliche, su concepto de la pintura responde al de un artista primitivo. Halla su inspiración en un mundo irreal, poblado de seres fantásticos. Nos ofrece un paisaje delirante en que paisaje y figuras aparecen con un semblante lleno de personalidad. Como pintor “naif”, sus obras están construidas sin ningún respeto a la perspectiva clásica. A pesar de la profusión de elementos que incorpora en sus cuadros, se aprecia en ellos una gran unidad y se percibe el canto que provocan».

Corrida de toros (1979)
Julián Grau Santos

Corrida de toros (1975)
Lorenzo Aparicio (Boliche)
Fotograma del NODO 1755 A - 1976

Hoja Oficial del Lunes. Madrid (10/12/1973)
En el patio de Cristales de la Diputación de Madrid se presentaba una gran exposición con pinturas, dibujos y esculturas de "Boliche". En una breve columna de la sección de Arte del periódico definían con estas palabras la obra de Lorenzo Aparicio:
«Su exposición constituye un asombro de fresca sensibilidad y de valores plásticos: armonía de colores vibrantes, pureza de líneas y una imaginación desbordante para transfigurar el mundo que le rodea. Lorenzo Aparicio crea un arte personal, como un retorno al paraíso legendario y primitivo, donde el arte y la naturaleza encuentran su milagrosa unidad, con una carga de sugestiones y símbolos inquietantes».
El texto iba acompañado por una caricatura del pintor realizada por el famoso ilustrador José Luis Dávila. 



Hoja Oficial del Lunes. Madrid (11/02/1974)
El fotógrafo Torremocha toma dos instantáneas de Lorenzo a sus setenta y tres años. Comenta al entrevistador que está en plena “etapa de renovación” y con la intención de jubilarse ese mismo año.

La entrevista es similar a todas las anteriores; un poco de biografía, la descripción de la técnica, de las composiciones y la trayectoria nacional e internacional de sus obras. Se insiste en que los compradores son artistas en su mayoría, añadiendo una nota curiosa: “Rafael Alberti le dedicó unos versos a cambio de una de sus obras”.




Diario Pueblo: Diario del Trabajo Nacional (06/02/1976)
El fotógrafo Ángel Molleda retrata a “Boliche" durante la entrevista realizada por el periodista Juan José Ruiz Cano para Pueblo. El pintor posa junto a una de sus esculturas en el Museo de Carabanchel.


El título de la entrevista, en mayúsculas y blanco sobre negro, decía: «ALBAÑIL, DE SESENTA Y SEIS AÑOS DE EDAD Y ANALFABETO». Le seguía un subtítulo aún más destacado: «EL TERCER PINTOR DEL MUNDO, SEGÚN LAS ACADEMIAS DE NUEVA YORK, PARIS Y SUDAMERICA». 

«Es noticia Lorenzo por dos razones: la primera es que está considerado como el tercer pintor del mundo, según la Academia de Bellas Artes de Nueva York, de nuestro país y otros sudamericanos. La segunda: el gran artista y fallecido Picasso compró dos lienzos a Boliche, prometiendo al primero que le regalaría un lienzo.
—Y aún lo estoy esperando —dice Lorenzo—. Pero todo esto ocurrió poco antes de su muerte.
Y claro... A Boliche, que posee un impresionante museo de lienzos y esculturas en un garaje, en un barrio, allá por la calle del General Ricardos, hace pocos días la esposa del embajador en España de Filipinas le compró dos lienzos.
—Bueno —apunta—, también tiene usted que decir que, en Puerto Rico, concretamente en la ciudad de Mayagüez, competí en una exposición con el gran Picasso, y me concedieron el primer premio.
—¿Y cómo reaccionó el difunto maestro? —No le dio importancia. Simplemente, me felicitó.
—Tengo entendido que Dalí también le compró un lienzo.
—Y así es.
—¿Cuánto le cobró?
—No se lo pienso decir.
Lorenzo Aparicio pinta, y un conocido marchante es el encargado de «negociarlos». Dice el pintor:
—A mí el dinero me importa un pimiento. ¡Claro que sin comer no me voy a quedar!...
—¿Son caros sus lienzos?
—¡No! Al mes suelo «sacar» de cincuenta a sesenta mil pesetas. Y todo el dinero se lo entrego a mi esposa: Jamás me verá con una peseta en el bolsillo.
—No es mal sueldo para un hombre como usted, que ni siquiera ha pasado por una escuela, ¿no? Ríe como un niño, a pesar de sus setenta y seis años de edad.
Posee Boliche (porque así le gusta que le llamen) primeros premios en Estados Unidos, Sudamérica, Japón y la India. Este artista (cuya obra no pienso criticar) acaba de recibir una invitación del embajador de Filipinas para que pinte en su país durante un mes, así como también ha recibido otra de una importante sala de París.
—¿Por cuál de las dos invitaciones se decide usted?
—Aún lo estoy pensando. A lo peor, por ninguna.
—¡Pero hombre!
—¡Que no! ¿Qué puñetas le importa mi pintura a estos países? Yo pinto para los españoles».


Diario Pueblo: Diario del Trabajo Nacional (25/02/1981)
Con motivo de la exposición del “El Boliche” en la Galería Ramón Durán (Calle Villanueva, 35), Manuel Augusto García-Viñolas vuelve a rememorar tiempos pasados (entrevista de 1968), centrándose en esta ocasión en su visión sobre la obra del artista, de la que dice: 
«La obra pintada o modelada por Boliche es un manantial de sorpresas, donde lo absurdo se hace cosa seria. […] A veces su dibujo a color se recama en arabescos abstractos, y otras veces se ordena en friso figurativo y hace formar en fila india toda una secuencia militar». 
Entre los soportes que utiliza para pintar, García-Viñolas destaca el cabecero de una cama. 
 «Todo es posible en la obra fantástica de este iluminado de la pintura, que, como en la tan gastada y malgastada frase de Pascal, tiene en sus delirios estéticos de imaginaciones que la razón no alcanza a conocer».

ABC (15/03/1984)
Bajo el título "Los «Modernos primitivos españoles» desembarcan en el Museo del Bronkx", José María Carrascal, entonces corresponsal en Nueva York, decía de la exposición en la que participaba Lorenzo Aparicio además de otros artistas, entre los que se encontraba Juan Antonio Vallejo-Nájera, también pintor naif:
«La importancia de la exhibición es que presenta un capítulo poco conocido en el extranjero, e incluso en la misma Península, de la pintura española: el de los artistas que buscan una aproximación aparentemente ingenua a la realidad. Sólo en los últimos años se ha empezado a considerar su pintura “seria y a pagarse en el mercado al precio que merece».
La muestra estuvo auspiciada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, con la colaboración del Comité Conjunto Hispano-Norteamericano, la Organización de Estados Americanos y diversos museos de Norteamérica, donde ya se había expuesto previamente.


Lorenzo Aparicio en el NODO
En 1968, después de su primera exposición en Madrid y la de Barcelona, muchas de sus obras ya habían traspasado las fronteras. Además de los países y ciudades que citaba Manuel del Arco en su entrevista, se sumaban Alemania y Japón. Y entre sus compradores, además de Picasso, estaban Salvador Dalí y otros tantos artistas y coleccionistas de todo el mundo. Natalia Figueroa y Pitita Ridruejo fueron compradoras asiduas.

El 11 de marzo de aquel año Lorenzo aparece en el NODO. Su fisonomía ha cambiado y se nota en sus palabras el coraje y la vanidad que Manuel del Arco le había sonsacado. Hombre honrado y excéntrico en su arte, se mostraba tan seguro de sí mismo como de la magnitud de su obra.
Puede ver este breve reportaje del NODO desde el minuto 1:03 haciendo clic en la siguiente imagen.  

NODO 1314A (1968) RTVE/Play

En 1976, ya jubilado y con reconocimiento internacional consolidado, "Boliche" vuelve al NODO. El reportaje se realiza en su casa, con una visita a su Museo particular. La característica barba, sus gafas, los dedos cargados de anillos y ese aspecto entre bohemio y roquero, hacían de Lorenzo un personaje singular muy querido en el barrio.  

NODO 1755 A (1976) RTVE/Play (minuto 8:20)


La casa de “Boliche”
Más allá del puente de Toledo, caminando por la acera derecha de la calle del General Ricardos, encontramos el Jardín de las Asociaciones, entre las calles de Blasa Pérez y Algorta. Inaugurado en 2018, este jardín es puerta de entrada a lo que fue el antiguo poblado de General Ricardos, espacio del distrito de Carabanchel donde vivió Lorenzo Aparicio. 

Según una consulta de Decide Madrid, lanzada en su web del Ayuntamiento en 2016, se preguntaba sobre la utilidad que podía darse al solar abandonado que existía en la calle General Ricardos, entre las de Blasa Pérez y Algorta. La sugerencia de un vecino había sido la siguiente:
«Plaza de El Boliche en memoria de nuestro vecino Lorenzo Aparicio pintor “naif" que realizaba sus obras aquí, los más mayores os acordareis los días soleados en la calle dando forma a sus "alucinantes" obras».  
El recuerdo de “Boliche” continúa presente en los vecinos de la zona. Gracias a la valiosa colaboración del grupo de Facebook Poblado de Absorción General Ricardos, ubicamos la casa en la que vivió Lorenzo con Pilar, su mujer, y sus dos hijos. Desaparecida, estaba situada en un bajo de la calle Algorta, actual número 24 (Bloque 12). 

El Poblado de Absorción General Ricardos "se construyó en 1958 con carácter provisional para 10 años con la finalidad de realojar a vecinos de casas bajas expropiadas por el Ministerio de la Vivienda". Así lo expresa Dorotea Blos en su tesis doctoral sobre los Polígonos de Vivienda Social, describiendo las características del terreno:
«El terreno sobre el cual se construyó el Poblado es una vaguada de un antiguo arroyo natural que coincide con la calle El Toboso, la cual divide longitudinalmente el polígono. La situación actual del terreno es la de un plano hundido de forma apreciable respecto del nivel de los planos en los que se asienta el viario de borde, principalmente en el borde norte, junto al barrio residencial El Tercio, lo que dificulta aún más la integración con el entorno». [1]
Las siguientes ortofotografías muestran la evolución del poblado.


Las deficiencias estructurales y de cimentación de las viviendas construidas, conocidas entonces con la denominación de "casas experimentales", propiciaron el derribo y un nuevo ordenamiento, comenzado en 1983 y consolidado en 1985 con el Plan de Reforma Interior (PERI) General Ricardos.

Por este motivo, miembros del citado grupo de Facebook aseguran que Lorenzo Aparicio vivió después en uno de los denigrantes barracones construidos para realojo durante los derribos. El suyo estaba en la calle Algorta, 50.  


En su tesis, Dorotea Blos elabora una comparativa del estado inicial del poblado y su remodelación; como indica, lo hace a partir del estudio realizado por Enrique Castillo Martínez (1985). 
 
BLOS, Dorotea (1999) Op. cit. [2]

Gracias a estos afortunados vecinos de Boliche, también pudimos situar el lugar donde tuvo el Museo que aparece en el NODO de 1976. Estaba ubicado en la calle Matilde Hernández, 10, donde hoy existe una tienda de recambios y reparaciones de motos.


Por otra parte, en la calle Azabache, frente a la escalera de acceso a la entrada del Mercado de San Isidro por la calle San Niceto, estaba la Papelería “San Isidro”, en la que Lorenzo compraba el material de arte.  


La obra de "El Boliche" sin Lorenzo
En 1989 fallece el pintor del "sexto sentido" dejando un importante legado.
Parte de su obra está repartida en Museos, colecciones privadas e importantes casas de subastas. También en casas particulares; en algunos casos, sus propietarios desconocen al autor, su vida y obra. 

Nacido con el siglo, su reconocimiento en el mundo del Arte llegó tarde, pero no lo suficiente como para que su producción artística y su apodo “El Boliche” tuvieran fama mundial. Los 23 años que median desde su primera exposición hasta su fallecimiento representan la consolidación del artista en su máxima expresión.

Ese mismo año, en el Centro Naif de Madrid (calle Béjar, 11) se realizó una exposición de homenaje. Podemos suponer que Lorenzo había fallecido meses antes.
Antonio Manuel Campoy, sumándose “de mil amores” al homenaje, había escrito una breve reseña publicada en ABC del 28 de septiembre:
«Boliche nunca dejó de ser naif por mucho que así fuese llamado. Su mundo personal tuvo desde el comienzo una fuerza elemental inasequible a su desviación, y ello aunque el propio pintor se lo propusiese. Si Boliche también se hubiera propuesto copiar “Las Meninas” no lo habría conseguido jamás. La expresión disciplinada del arte le era forastera a estos pintores».
Refiriéndose a su creación artística, Lorenzo había dicho:
«Es una cosa de pintura naif, no copiar a nadie y es una creación nueva. La he creado yo…».
Esa rotunda afirmación, más primitivista que egocentrista, no era cierta; sin embargo, sí lo eran su técnica y modo de expresión como nuevo lenguaje del naif. Tenía mucho de Art Brut, término acuñado en 1945 por el pintor francés Jean Dubuffet para definir a los artistas sin formación académica y el arte de los locos, los inadaptados, los niños y los ancianos. También conocido como Arte Marginal y Outsider Art, afianzado a partir de la década de los setenta.

Con motivo de la exposición de pintores naif celebrada en Madrid en diciembre de 1984, el crítico de arte Javier Rubio había escrito en ABC: «Lorenzo Aparicio Sanz “El Boliche”, decorativista barroco cuyos dibujos recuerdan a los de los locos».

Vista la obra de “Boliche”, y haciendo referencia a la realizada por la longeva artista francesa Danielle Jacqui o el catalán Josep Duran “URCO”, el autor de este artículo sugiere que “La creatividad es la mayor cordura de la locura, entendiéndose esta como el modo de expresión del artista. Estigmatizarle por su condición es una insensatez”.  

En el Museo Internacional de Arte Naif Manuel Moral (Centro Cultural Baños Árabes - Jaén), único en España dedicado a este arte, Lorenzo tiene su propia sala.



Hoy, Lorenzo Aparicio Sanz “El Boliche” es considerado uno de los máximos exponentes del naif expresionista español.

Este ha sido nuestro homenaje. 



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Historia Urbana de Madrid
ISSN 2444-1325


Bibliografía y Cibergrafía
 
[1] BLOS, Dorotea (1999). Los polígonos de Vivienda Social: Perspectivas para su recuperación en España, Francia y Brasil. UNIVERSITAT POLITECNICA DE CATALUNYA. E.T.S. D'ARQUITECTURA DE BARCELONA, p. 364 (cita 437)

[2] Ibidem, p. 372

Fuentes:
Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
Hemeroteca La Vanguardia.
Hemeroteca ABC

De las fotografías:
En los casos que ha sido posible, se citan los autores.

La imagen de portada es una composición realizada a partir de un fotograma del NODO 1755 A y la obra de Lorenzo Aparicio titulada "Un recuerdo africano" (1974), expuesta en el Museo Reina Sofía 


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viernes, 31 de mayo de 2024

El sastre Emilio Núñez de la calle de Alcalá. Historia y vida.

Si algo enorgullece al autor/editor de Historia urbana de Madrid es el entusiasmo y agradecimientos recibidos de los familiares de antepasados que, por un motivo concreto o mera casualidad, aparecen en nuestros artículos. Desde España y otros países del mundo llegan esas muestras de afecto que es recíproco, porque la principal característica de esta publicación seriada es su premisa: Contar historias de Madrid y los madrileños de antes para las generaciones presentes y futuras.

Al decir “madrileños” nos referimos a todos aquellos que dejaron su impronta en nuestra ciudad. Nacidos aquí o allá, fueron protagonistas —cada uno en su hacer— del desarrollo y engrandecimiento de Madrid. Ese es el caso del sastre Emilio Núñez Núñez, de cuyos descendientes recibimos su gratitud y una valiosa colaboración.


A modo de introducción
Antes de recibir un entrañable correo de la bisnieta de don Emilio Núñez, la mirada atenta de un lector había localizado el cartel de la sastrería colocado en la fachada del edificio de la calle de Alcalá, 28, publicada en el artículo “Origen y desaparición de AL CAPRICHO, la tienda de tejidos y confecciones de la calle de Alcalá, 26” 

Amablemente, nos facilitó las etiquetas de una prenda de su colección, motivo suficiente para la realización del artículo “Los antiguos edificios de la calle Alcalá, 48 y 50 y la Sastrería de Emilio Núñez, uno de los sastres de Franco” 

Lamentablemente, ante la imposibilidad de conseguir más información, terminamos diciendo: “Poco más podemos contar del sastre Emilio Núñez. La investigación genealógica no aportó datos y la información gráfica es escasa, por lo que es muy limitada la historia, aunque también muy interesante”.

Estas conexiones, más las derivadas de la conversación mantenida con los descendientes de Emilio, nos permiten conocer la Historia y vida del sastre Emilio Núñez Núñez, madrileño de adopción. 

Para contarla es fundamental remontarnos al último año del siglo XIX. 

FIN DE SIGLO

La última década del siglo fue tan variopinta en sucesos como lo habían sido los noventa años anteriores. Madrid, epicentro de todo, avanzaba (a trompicones) y continuaba siendo el escenario de los más sonados acontecimientos.
Nos ocupamos del último año, destacando algunos momentos relevantes vividos en la ciudad y un nombre, el de Enrique Barberá. 

1899 
Desde octubre de 1898 circulaban por la ciudad los tranvías eléctricos.
Se inaugura el edificio de ABC y Blanco y Negro y la sede de la Real Academia Asturiana de Minas.
Queda constituida la Sociedad General de Autores.
En el ámbito literario, Ramón de Valle-Inclán pierde su brazo izquierdo.

Enrique Barberá
En el periódico madrileño La Reforma, del 12 de febrero de 1899 se anunciaba una boda. Enrique Barberá, del que dice el periódico que era de profesión jornalero, más tarde se dedicará al oficio de sastre.


La esposa de Enrique, María B. Leonarte, tenía una hermana llamada Carmen, casada con el señor Juan Pérez, empleado ferroviario. De ese matrimonio nacerán Asunción, Carmen y José Enrique (Pepito). 

Con estas uniones se fraguará la historia que está a punto de comenzar.


El sastre Emilio Núñez de la calle de Alcalá.

HISTORIA Y VIDA
1900

Dejamos con sus asuntos al Madrid del nuevo siglo para acercarnos a un pueblo de la comarca del Bierzo llamado Ruitelán.

Ruitelán (Ratulam)
La Historia comienza en el pueblo berciano de Ruitelán, allá en el término municipal del Valle del Valcárcel, Villafranca del Bierzo (León). Con pasado romano, desde antiguo fue camino de comunicación con Galicia y Francia, además de parada para los peregrinos a Santiago de Compostela antes de ascender los puertos de Cebrero y Piedrafita.

Se dice que San Froilán (Lugo, 833 – León, 904) vivió unos años como ermitaño en una cueva cercana al pueblo antes de convertirse en Obispo de León.
Se dice también que el nombre de Ruitelán aparece en un documento del Cartulario del monasterio de Carracedo mediante el cual Alfonso IX delimitaba las heredades a Pedro Peláez de Villafranca en el Valle de Valcárcel y las iglesias de Sancta Marieae de Rasinde y Sancti Johannis de Ratulam. El documento está fechado en Villafranca del Bierzo el 14 de marzo de 1194.

En el Atlas España Regional, de Ceferino Rocafort y Casimiro Dalmau (1910) nos cuenta de Villafranca del Bierzo:
«Su topografía es muy accidentada. Por los confines del N. se eleva la cordillera Astúrica, con el pico de Miravalles y los puertos del Trayecto y de Cienfuegos; por Occidente se extiende la sierra de los Picos de Aneares, con los de Guiña y Peña Rubia, el puerto de Piedrafita del Cebrero y los montes Capeloso y Faro, y, por Mediodía, bordea los límites la sierra de la Encina de la Lastra, con Peña Laza y el Montouto».
En cuanto a la Vega de Valcárcel, recoge estos datos:
«Lugar de 3,499 habitantes, a 145 kilómetros de León y a 16 de la estación de Villafranca del Bierzo. Carretera de Ponferrada a Lugo. Produce patatas y ganado. Celebra ferias los días 5 y 22 de cada mes, y mercados los lunes. Hay agregados los lugares de Ambasmestas, Argenteiro, La Braña, El Castro, La Faba, Las Herrerías, Monón, La Pórtela de Valcarce, Ruitelán, Samprón y Villasinde; los barrios de Hospital y Las Lamas, y las aldeas de Laballós, Lindoso, Rasinde, San Julián, San Tirso y Sotogayoso».

Hacia 1885 Ruitelán contaba con unos 80 habitantes y 33 edificaciones, de las cuales 13 estaban inhabitadas. [1]
No sabemos cuántos vecinos habitaban el pueblo en 1900. Los datos más recientes indican que en 2023 se estimó una población de 24 personas, de ellas, 13 eran mujeres. [2]

El pequeño Emilio
A pocos días de estrenado el nuevo siglo, en la casa donde vivían José Núñez y su esposa Catalina Núñez, se esperaba un acontecimiento. El 16 de enero doña Catalina daba a luz a Emilio, el futuro sastre.

«—¡Yo nací con el Siglo!», sus nietos recuerdan esto que él decía con orgullo.

Después vendrán cinco hijos más: Josefa, José, Colomán, Ángel y Amable (citados sin orden cronológico).

No es difícil imaginar la vida de los pueblos en aquellos tiempos. Con escasos habitantes, la ausencia de servicios esenciales, el aislamiento en invierno y otras penalidades, la prosperidad no era tanta como la deseada. Habitualmente la educación primaria se impartía en casa; de lo contrario, en el caso de Ruitelán, la escuela más cercana estaba a unos 16 kilómetros, en Villafranca del Bierzo.

En el periódico Continuación del Almacén de frutos literarios o Semanario de obras inéditas, de 7 de diciembre de 1818, se reproduce el viaje realizado en 1799 por el diputado de Galicia don Vicente del Viso para reconocimiento de los caminos que llevaban desde Astorga a La Coruña y de Benavente a Orense. Tiene continuación en el publicado el 14 de diciembre (signado como Tomo IV), en el que se describe el camino desde Villafranca del Bierzo hasta Ruitelán:
«Sale el camino de Villafranca por su puente sobre el rio Burbia, siguiendo toda esta posta con varias tortuosidades entre Poniente y Norte, por la orilla derecha del rio Valcarcel, hacia su origen y por una grande garganta que forman dos altas montañas, hasta el pie del elevado puerto del Cebrero. El piso es naturalmente aguanoso, y de muchas subidas y bajadas. Fué muy costoso el camino, por tener que hacer de calzada la mayor parte, y que construir muchos puentecillos, alcantarillas y paredones; y sin embargo de su gran coste no deja de ser en el invierno bien incómodo por los muchos lodazales que se forman en él. Lo mismo sucede por lo general en todo lo demás hasta salir de las montañas del Cebrero».
Conocido el terreno, pongamos en la escena al médico que acompañado por su burro recorría los pueblos de la comarca prestando asistencia a los enfermos y más necesitados. Era el doctor Barberá, hermano de aquel joven que se había casado en Madrid en 1899.

El doctor Barberá
El pequeño Emilio —si es que en esa época un chaval de 11 años era un niño— es cogido como ayudante por el doctor Barberá para asistirle en los viajes, en las visitas y haciendo recados. Emilio, a pesar de su corta edad, se muestra trabajador, voluntarioso e inteligente.
El médico poco tarda en darse cuenta de las cualidades del muchacho y lejos de acapararlo para sí, decide llevarlo a Madrid.
Con el consentimiento de José y Catalina, Emilio coge su petate y comienza junto al médico el largo periplo que le llevaría a la Villa y Corte en busca de un futuro mejor.
Tiempo después, sus hermanos José y Colomán emprenderán el mismo viaje.

1914 - Emilio en Madrid
Catorce años tiene Emilio cuando pone pie en suelo matritense. Se instala en la casa de Enrique y María, hermano y cuñada, respectivamente, del doctor Barberá. Para entonces Enrique ya era sastre y acogió al joven con la intención de enseñarle el oficio. Emilio se aplicó concienzudamente, dando por resultado el sastre que ya conocimos y del que ahora estamos contando su historia.


Es probable que asistiera a los cursos impartidos por la Sociedad de Maestros de Sastre “La Confianza”. Como veremos más adelante, su vinculación con esta Sociedad perdurará en el tiempo.

Almudena, nieta de Emilio, asegura que también se formó en Londres, ciudad a la que continuará viajando siendo ya un reconocido sastre. Las fotografías, tomadas en la capital inglesa entre 1922 y 1926, dan cuenta de ello.


La vida del aprendiz de sastre se desarrolla con normalidad. Adquiere todos los conocimientos teóricos y prácticos de un oficial y se encamina al de maestro de sastres que llegará a ser. Entre paños y patrones; medidas aquí y pespuntes allí, Emilio está preparado para independizarse.



1926 – Una boda
Se dice que del roce nace el cariño. Así ocurrió entre la familia Barberá y el joven Emilio Núñez Núñez. Carmen, cuñada de Enrique Barberá, casada con Juan, había dado a luz a Asunción Pérez Leonarte el 15 de agosto de 1906.
Cuando Emilio llega a Madrid Asunción tan solo tiene 8 años. 

Almudena nos cuenta de la relación de su abuelo con las familias: "Con mi abuela trató durante años como si fuera una prima o una amiga, ya que desde que se trasladó a Madrid tenía una relación muy familiar con los Barberá-Leonarte y con los Pérez-Leonarte (padres de mi abuela Asunción). Se veían en varias ocasiones en reuniones familiares.
Existía una chispa entre ellos [sus abuelos] y me consta que Asunción tuvo varios pretendientes, incluso alguno le pidió en matrimonio, pero a ella no le gustaban porque los consideraba demasiado 'afectados'; a ella le gustaba Emilio, simpático, campechano y de trato muy natural".

El tiempo pasa, Emilio se esmera por ser un buen sastre. Asunción estudia, se licencia en Comercio… y un día nace el amor.


Por su parte, José, hermano de Emilio, se casaba con Carmen Pérez Leonarte un año más tarde.

Aquel médico de pueblo, hermano del sastre que enseñó a Emilio el oficio, nunca hubiera imaginado que acabaría siendo medio pariente del niño que tiraba del burro, y mucho menos que aquel mocoso llegaría a ser un sastre de personas importantes.

El 11 de febrero de 1926, Emilio, con 26 años, y Asunción a unos meses de cumplir los 20, contraen matrimonio. La vibrante juventud, la emoción y alegría de aquel día quedaron inmortalizados en estas fotografías conservadas por los descendientes.



Los novios posaron para el fotógrafo J. Segura, de la Puerta del Sol, 4. Este profesional se instaló allí en 1903, seguramente en el estudio que había ocupado el fotógrafo Astray en el siglo XIX.

Publicidad de 1881

Publicidad de 1904

Publicidad de 1925

Emilio ya había sido retratado por Segura hacia 1921 y en 1924.



La sastrería
Ese mismo año de 1926 se inaugura la sastrería de la calle de Alcalá, 28. Desde el comienzo, o después de aumentar la familia, Emilio ocupará la segunda planta del edificio como sastrería y la tercera como vivienda.



Cuenta Fernando, nieto del sastre, que —aunque él mismo se asombra al decirlo— los pisos contaban con 32 habitaciones.
Vistos los planos publicados en el artículo anterior, el edificio era estrecho en su fachada, pero de gran longitud hacia el linde con el de la calle de los Madrazos, lo que hace posible ese recuerdo suyo.


Entre los empleados se encontraban Pepe y Colomán Núñez (sus hermanos), Patro, Gáspar, además de otros muchos (entre 25 y 30) de los que no se recuerdan nombres pero que eran como de la familia tanto para Emilio y Asunción como para sus hijos. También trabajaba en la sastrería Manuel, mano derecha de Emilio y personaje fundamental en la sastrería en el trato y recepción de los clientes, en la toma de las medidas y en las diversas pruebas que se les hacía, además de su colaboración en las labores de administración y finanzas, cuya responsable era Asunción.

También recuerdan sus nietos el paso de la Cabalgata de Reyes por la calle de Alcalá, vista desde la vivienda de la tercera planta. Una fotografía tomada por Emilio desde esa ubicación hacia 1927 nos muestra el interesante paisaje y la amplitud de visión.



Aproximadamente de la misma época es esta otra fotografía tomada por Emilio en la plaza de Castelar (Cibeles).


De marzo de 1935 es esta otra en la que aparece un grupo de sastres pasando un buen rato. El sexto, abajo desde la izquierda, es Emilio.


Recordemos que un año antes, en 1934, Emilio había confeccionado su primer traje para Franco. Más tarde, en 1936, le hará varias prendas más. Esto traerá sus consecuencias. Comenzada la Guerra Civil la situación en Madrid se tornó compleja y Emilio tuvo que trasladarse a Salamanca, donde abrirá otra sastrería. Regresará a la de la calle de Alcalá en 1939.


La sastrería de Salamanca
Como adelantamos, durante la guerra Emilio y su familia deben abandonar Madrid. Se trasladan a Salamanca, para instalar la sastrería en el principal del número 36 de la calle Generalísimo Franco (antigua y actual calle del Toro).
Por la numeración —de no haberse modificado en el callejero— se corresponde con el edificio modernista llamado Casa de Timoteo Gómez, situado en la Plaza del Liceo, bifurcación de las calles del Toro y Azafranal.





En aquellos tiempos el tren era el principal transporte terrestre de mercancías y pasajeros, por lo que para cualquiera de esos servicios fue necesario disponer de una tarjeta de identidad emitida por la Compañía Nacional de Ferrocarriles.
En la de Emilio vemos que la dirección de su domicilio es distinta a la de la sastrería, por lo que a diferencia de la de la calle de Alcalá, en Salamanca la familia pudo residir en otro edificio o se trata de la numeración antigua.



Emilio y la Sociedad de sastres de España “La Confianza”
Como habíamos comentado, en sus inicios Emilio pudo haber asistido a las clases impartidas por esta Sociedad de sastres que merece ser recordada.
Entre los años 1862 y 1868 la lista de sastres y sastrerías anunciadas en los tabloides era considerable. Por los domicilios vemos la cercanía entre unos y otros, aunque cabe destacar que no todos tenían la misma especialidad.


El listado representa solo un porcentaje del total de sastres. El gremio, ya bastante disperso, propició que el 24 de noviembre de 1865 se fundara en la calle del Gato (Madrid) la Sociedad de Maestros de Sastres “La Confianza”, con la intención de aglutinar a todos los maestros y oficiales del gremio para velar por sus intereses y protegerles contra los abusos de los no pagadores.

La Correspondencia de España. Madrid, 31 enero 1868

En 1876 se fundará “La Confianza” de Barcelona y en 1908 se creará un montepío por el que se repartían pensiones de vejez, becas para los huérfanos y socorros para las viudas de sastres.


En 1959 se creará el Consejo Español de Sastres y en 1962 se fundará el Club de Sastres.

Durante el Régimen, estas instituciones, sociedades y en general todos los gremios de trabajadores, estuvieron vinculados al Sindicato Vertical y sus ramas sindicales. En este caso, al Sindicato Nacional Textil.
En la siguiente fotografía de Santos Yubero, conservada en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, vemos la audiencia civil concedida por Franco a miembros del Consejo Español de Sastres en 1962.


La vinculación de Emilio con “La Confianza” de ambas ciudades y el Consejo de sastres, perdurará más allá del final de su vida laboral. Sus descendientes han facilitado una serie de medallas conmemorativas y otras meritorias. Son muestra de la intensa actividad de Emilio y el reconocimiento a su trabajo.

Medalla Consejo Español de Sastres (circa 1959)

Medalla al Mérito. "La Confianza".

Medallas del Centenario "La Confianza" de Madrid (1865-1965)

Medalla del Centenario "La Confianza" de Barcelona (1876-1976)


La Confianza (Asociación de Sastres de España) continúa en activo y en ella se imparten cursos desde 1897. Puede visitarla a través de este enlace: https://laconfianzasastres.org/ 


Los clientes
En la búsqueda de información para el artículo en el que recuperamos parte de la historia de Emilio, encontramos alguna publicidad, la participación en eventos relevantes y una entrevista concedida al periódico Hoja del Lunes con motivo del fallecimiento de Francisco Franco. Pero no fue el dictador su único cliente ni el más significativo.

La calidad del género, el buen gusto y la excelencia de la confección hacían de su trabajo una carta de presentación. Muchas personas de la alta sociedad española y extranjera pasaron por su sastrería o les visitó en sus domicilios para tomarles medidas. Dicho esto, es lógico comprender que los descendientes de Emilio atesoren los retratos que le dedicaron el conde de Barcelona y el entonces príncipe Juan Carlos.


Con motivo de la celebración del XIV Congreso Mundial de Sastres celebrado en Madrid en 1970, un periódico había escrito:
«Personalidades como el Jefe de Estado son clientes de profesionales españoles de distintas capitales, y el joven Príncipe de España ha encontrado en el taller de un sastre madrileño el estilo más acorde con su gusto sobrio y distinguido».
Como contrapunto, para comprender que la clientela no hace a la ideología del sastre, Emilio confeccionará trajes para Andréi Gromyko, ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética. Pudo hacerlo durante la dictadura franquista en sus viajes a Londres, donde el ministro ruso asistía con frecuencia para tratar asuntos relacionados con la guerra fría y la O.T.A.N.
Menos probable es que lo hiciera en noviembre de 1979, cuando Madrid recibió la primera visita oficial del ministro ruso. Quizás pudo hacerlo también en esa ocasión, como deferencia a su antiguo cliente.

En las fotografías, del 20 y 21 de noviembre de 1979, respectivamente, vemos a Andréi Gromyko reunido en La Moncloa con el presidente Adolfo Suarez, seguida del encuentro mantenido con el líder del Partido Comunista de España, Santiago Carrillo, celebrada a petición del mandatario ruso en la Embajada de Rusia.


Gromyko volverá a Madrid en 1983 para reunirse con el secretario de estado norteamericano George Shultz. Madrid se convertirá por unos días en la capital de la guerra fría. La llamada Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, celebrada en el Palacio de Congresos, fue clausurada solemnemente por Juan Carlos I el 9 de septiembre.

El lector promotor del primer artículo sobre la sastrería de la calle de Alcalá, propietario de un traje confeccionado por Emilio, indica que su primitivo dueño fue un diplomático.

Aunque no se conserva un libro de registro de los muchos clientes de la sastrería, los conocidos hasta el momento y personalidades como el doctor Gregorio Marañón; los ingenieros Paz Castañé y Eduardo Torroja Miret, y los arquitectos Miguel de los Santos, Miguel Fisac y Manuel Sánchez Arcas, son suficientes para hacernos una idea de su nivel social y su buena reputación en la alta costura madrileña.
Por los descendientes sabemos de la conexión del sastre con la familia Menéndez Pidal, existiendo la posibilidad de que también confeccionara alguna prenda para Don Ramón y otras ilustres personalidades con las que la familia Núñez Pérez mantenía contacto. De esta conexión hablaremos a continuación.


Los hijos de Emilio y Asunción
Emilio y Asunción tendrán dos hijos. En la vivienda de la calle de Alcalá, 28, nace en 1927 María Asunción (Mariasun) y Emilio en 1931.


La pequeña Mariasun había estudiado en Madrid en el Instituto Escuela (IE), primero en el edificio construido en 1929 en los terrenos del Olivar de Atocha (entre el Retiro y el Observatorio Astronómico, actual IES Isabel la Católica); luego se trasladaron al edificio diseñado y construido en 1933 por los arquitectos Carlos Arniches Moltó y Martín Domínguez Esteban en los altos del Hipódromo, que es actualmente el CEIP Ramiro de Maeztu.


Las aulas tenían un contacto directo con la naturaleza (cada clase disponía de un pequeño huerto) y se daba gran importancia al soleamiento de las aulas, al contacto con el aire libre, y que los espacios propiciaran al juego y a practicar deportes. 



Finalizada la contienda la familia regresa a Madrid en 1939. Vendrán años complicados en todos los sentidos. Emilio y Asunción buscarán continuar la educación de sus hijos de acuerdo con los principios del Instituto Libre de Enseñanza.

En 1900 se había creado el Ministerio de Instrucción Pública y cuatro años más tarde la primera cátedra de Pedagogía, a cargo de Manuel Bartolomé Cossío. En 1907, como herramienta fundamental de modernización de la educación, nace la Junta para Ampliación de Estudios (JAE), presidida por Santiago Ramón y Cajal. En 1918, siguiendo la doctrina del Instituto Libre de Enseñanza, la JAE fundará el Instituto-Escuela.

Esta institución fue creada muy a pesar de los detractores que intentaron impedirlo, compuesto en su mayoría por políticos contrarios a la libertad de pensamiento. Afortunadamente, la iniciativa pudo salir adelante. 
El ilustre pedagogo Lorenzo Luzuriaga escribía en las páginas de El Sol del 26 de agosto de 1918:
«El Instituto-Escuela de segunda enseñanza, en buena hora creado por el Sr. Alba, continúa desarrollándose del modo previsto en el decreto de 10 de mayo último. Recibido el Instituto con el aplauso unánime de la opinión competente e imparcial, sólo los elementos interesados en que la segunda enseñanza pública de España permanezca estancada, han hecho de aquel un motivo para la propaganda de sus ideas reaccionarias y disolventes. Afortunadamente, esa campaña, ni por su calidad ni por su intensidad, han puesto un momento en peligro la vida del Instituto-Escuela. Y este abrirá sus puertas en los primeros días del próximo octubre, como los demás establecimientos públicos».
Como era de esperar, el Instituto Escuela será clausurado por el Régimen.


1940 - El Colegio Estudio
Son tiempos difíciles para la educación libre. A pesar de ello, en enero de 1940, Jimena Menéndez Pidal, junto a Carmen García del Diestro y Ángeles Gasset, todas antiguas alumnas y profesoras del Instituto-Escuela, fundan el Colegio-Estudio en un chalecito de la calle Oquendo. Un año después se trasladarán a la calle General Mola (actual Príncipe de Vergara) y en 1950 a la calle Miguel Ángel, 8.


Mariasun estudiará allí desde los 13 a los 17 años y el joven Emilio desde los 8 hasta los 17. Y aquí viene la conexión con la familia Menéndez Pidal, porque los Núñez Pérez, apoyando los valores de crear individuos libres, participarán económicamente en el sostenimiento del Colegio-Estudio.

Mariasun (la sexta de pie, desde la izquierda)

Es más, Mariasun y Emilio fueron profesores del Colegio Estudio. Mariasun, mujer muy estudiosa y lectora incansable, será la bibliotecaria desde 1971 hasta 1992, sumando así un dato que hace a la importancia de la familia Núñez Pérez en el ámbito industrial y cultural de Madrid. Si ahondamos un poco más encontramos que esa importancia, la relevancia de la familia, también lo es a nivel nacional e internacional en la figura de Emilio (hijo).


Emilio Núñez Pérez
Emilio, además de profesor de música del Colegio Estudio, fue un reconocido musicólogo cuyo nombre figuró en las muchas conferencias impartidas y participaciones en el Jurado de varios certámenes operísticos. 


Persona muy querida en todos los ámbitos de su vida, era carismático, muy ingenioso, y tenía muchísimos amigos. Todos quienes le trataron continúan llevándole en su corazón.
Prueba de todo ello es esta fotografía de 1985 en la que Emilio, siempre sonriente, es retratado junto a una de sus amistades, la pianista Alicia de Larrocha.


 
Durante 25 años dio clase de música española en la Universidad de Middlebury , en Vermont (USA) y allí instalaron un banco conmemorativo en memoria y recuerdo de Emilio.

Placa y banca dedicada a Emilio Núñez

Está ubicado entre Mead Chapel y Hepburn Hall. Bello paisaje que recordamos en esta fotografía de 1933 publicada en Ahora con motivo de un reportaje sobre los maestros de español en la Universidad, creada en 1917. 
 
Universidad de Middlebury - Hepburn Hall (Vermont, USA) 1933

Su presencia en la Prensa comienza casi a la par que la de su padre. Si el sastre Emilio Núñez es citado en los periódicos con motivo del Festival de las fibras modernas celebrado en Madrid en 1962, casi a la vez se anuncian las conferencias de su hijo. 

El 5 de marzo de 1962, en The International Institute (Calle Miguel Ángel, 8 – Antiguo Colegio-Estudio), impartirá una conferencia de homenaje a Lucrecia Borgia, ópera de Donizetti.
El 17 de febrero, en el mismo espacio, presentará la audición de La Traviata, de Verdi.
En junio de 1965, en el Círculo cultural Medina (Calle San Marcos, 40) imparte una conferencia en homenaje al compositor español Sebastián Yradier.

Diario Pueblo. Madrid, 29 de junio de 1965

En 1966 ya era director artístico de los Conciertos del Museo del Romanticismo. 
Ese año impartirá una conferencia sobre la Historia del Metropólitan Ópera House de Nueva York en la Casa de América. Se dijo de su intervención:
«Toda la vida del gran teatro lírico ante el auditorio a través de la palabra docta, justa y amena del conferenciante…». 
Esas cualidades de Emilio como conferenciante y como profesor serán una constante en el ambiente cultural matritense y fuera de España.

El 12 de abril de 1967 dará una conferencia para el Club de Arte Alfredo Kraus en “La ballena alegre” del Café Lion (Calle de Alcalá, 59). El tema de su intervención se titulaba “La verdadera contralto, una voz que desaparece”.
El 15 de febrero de 1971, en el Instituto Francés (Calle marqués de la Ensenada, 10), conferencia “Paralelo entre la Carmen de Bizet y la de la Merimée”.

Como nota curiosa, en 1973 Emilio mostrará sus dotes de interpretación en el mítico Pequeño Teatro Magallanes (Calle Magallanes, 1) con su participación en el estreno de “El interrogatorio de Nick”, de Arthur Kopit.
Alfredo Marqueríe Mompín, crítico de teatro y dramaturgo, había dicho de esta representación:
«En el Pequeño Teatro Magallanes, el Centro Cultural de los Estados Unidos presentó a la Compañía de Repertorio Norteamericano, con el estreno de “El interrogatorio de Nick”, de Arthur Kopit, y “El Metro”, de Le Roy Jones. La primera pieza fue admirablemente interpretada por Fernando Conde, un joven actor de intensas posibilidades expresivas; Emilio Núñez, que apartado momentáneamente de su musicología, reverdeció sus laureles de gran intérprete…»

Lo cierto es que tanto Mariasun como Emilio llevaban la vena dramática en sus venas, ámbito que no llegaron a desarrollar profesionalmente por estar mal visto en esos años el oficio de artista/cómico, a pesar de las críticas muy favorables que tuvieron de sus actuaciones.


El 21 de febrero de 1950, en la columna de noticias cinematográficas y teatrales de ABC, el citado Alfredo Marqueríe Mompín decía de los hermanos Núñez Pérez:
«En el mismo local [Teatro de Ensayo “La Carátula”] del teatro del P. M. M. se estrenó el domingo, por la mañana, una deliciosa farsa de los antiguos alumnos de “Estudio”, titulada “Manto, tabique y balcones”. Diego Catalán, Elvira Ontañón, José María Vega, Ana María Obregón, Fernando Terán, Carlos Lowy, Pedro Martín, Carmen Comín, Rafael Hidalgo y dos jóvenes y extraordinarios artistas: María Asunción y Emilio Núñez, cuyas dotes envidiarían muchos profesionales, dieron vida a esta deliciosa comedia. El verso clásico y el enredo trabado y resuelto a la mejor manera de nuestra época del áureo siglo y del glorioso tablado, adorna este delicioso “pastiche”, lleno de inspiración, de fresca musa, de lozano humor y de un sentido del movimiento escénico, sorprendente, tanto por su perfección como por su acabada imitación de los mejores maestros del género».

En abril de 1978, la Asociación de Amigos de la Ópera de Madrid invitaba a sus socios a la conferencia con ilustraciones musicales “Norma, de Bellini” en la Sala Joaquín Turina (Calle San Bernardo, 44). Un año después, en marzo, nueva invitación de los amigos de la Ópera para la conferencia “La dama de picas, de Tchaikovsky”.

Después llegarán las participaciones de mayor calado, como la de jurado representante de España en el XVIII Concurso Internacional de Canto, celebrado en 1980 en Barcelona bajo la presidencia de honor de la reina Sofía. También ese año participará como jurado en el II Certamen Lírico del País Vasco y en 1982, otra vez en Barcelona, como jurado de los Premios Francisco Viñas.
En 1984 impartirá la conferencia “Puccini, su vida y su obra” en la Biblioteca Nacional de España. 

Emilio Núñez Pérez fallecerá en Madrid el 23 de septiembre de 1992. El recuerdo de su buen hacer queda en esta breve reseña y en un espacio madrileño como lo es la Biblioteca Musical Víctor Espinos (Conde Duque), donde se encuentra una importante colección de discos de vinilo pertenecientes a Emilio, donada por la familia. También donaron vinilos (LPs y Singles) a la Biblioteca Nacional de España.



La familia crece
En cada uno de nuestros artículos siempre aparecen conexiones que llevan al desarrollo de las historias. En el caso de la familia Núñez Pérez es sorprendente. María Asunción Núñez Pérez (Mariasun), profesora y bibliotecaria que fue del Colegio-Estudio, contraerá matrimonio con el médico Luis Fernando Dronda Roldán en 1956.





De esta unión nacerán Almudena, Belén y Fernando Dronda Núñez, nietos de Don Emilio, quienes han colaborado con sus recuerdos en la investigación de esta historia y facilitaron las fotografías que reproducimos.



El doctor Dronda Roldán
Don Luis Fernando Dronda Roldán formó parte del cuadro médico de la Asociación de la Prensa y fue profesor de la Beneficencia municipal. Especializado en enfermedades de pulmón y corazón, en 1954 atendió la consulta del eminentísimo doctor Juan Torres Gost, de la misma especialidad, en la calle de Atocha, 79, primero.
La consulta de Luis Fernando estaba en su propio domicilio de la calle General Pardiñas, 82 B, primero. 

Desde 1968 se ocupó de la consulta médica del Patronato Municipal de Madrid. Entre sus pacientes estaban los agentes de la Policía Municipal de Tráfico. Por ese motivo, en noviembre de 1978 es entrevistado por Pueblo: Diario del Trabajo Nacional, para hablar sobre los efectos de la contaminación en los agentes. El doctor Dronda había dicho:
«Entre los policías municipales que yo he tratado durante los diez años que he ejercido como médico del Patronato Municipal, las enfermedades más frecuentes eran las afecciones bronquiales (bronquitis crónica) y asma. Todo ello producido por las emanaciones de gases tóxicos que ellos respiran durante su servicio, que, creo, es de unas ocho horas. En pacientes de más de cuarenta años de edad se ha dado con frecuencia el cáncer de pulmón. Todo empieza con irritación de garganta, después ronquera, tos y náuseas, derivándose una afección bronquial crónica, asma, llegando a producirse el cáncer de pulmón».


Don Luis Fernando Dronda Roldán fallecerá en Madrid el 27 de octubre de 1984.


En su familia hubo otro médico, su hermano Gabriel, médico militar residente en Sevilla desde los años 50. 

Existe otra conexión de la familia Dronda Núñez con una institución de la calle de Alcalá, 27, frente a la sastrería. Un primo hermano de Luis Fernando, don José Joaquín Sancho Dronda, había sido director general de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja y presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro, ubicada en ese domicilio.


“Para ser bueno en tu profesión te tiene que gustar lo que haces”
Ese lema del sastre don Emilio era una constante en su vida y en su profesión. Así lo recuerdan sus nietos, como un gran profesional y un ser humano excepcional.
Su elegancia en el vestir era fiel reflejo de lo que ofrecía a sus clientes, demostrado en la confección de las prendas, en la calidad del género y su compromiso con la Alta Costura.


De este grupo de fotografías, la tercera es del año 1962. Poco después, en 1966, acumulaba 40 años al frente de su sastrería, más los 10 o 12 de aprendizaje y consolidación en el gremio sartorial.

Este documento de 1952 nos muestra la procedencia del género. Históricamente, la industria textil de Sabadell era reconocida en Europa por la calidad de sus paños y estampados. También utilizaba género inglés.


Asistió a varios de los muchos certámenes y congresos de moda masculina, adaptándose a las nuevas tendencias del corte clásico. Como buen maestro de sastre, en la intimidad familiar también confeccionó prendas femeninas.

De las fotografías recibidas, todas entrañables y reveladoras, hubo un silencio al contemplar la tijera del sastre. Imaginamos por un momento el movimiento de la mano experta y delicada cortando del patrón previo la pieza que formaría en un todo la prenda de vestir.


Recordamos entonces las palabras de Juan de Contreras y López de Ayala, más conocido como el marqués de Lozoya, escritas en el prólogo de Historia del traje en imágenes (Editorial Gustavo Gili: 1966):
«La indumentaria responde, como la Arquitectura, a una necesidad vital, y el sastre, como el arquitecto, quiere conseguir una doble finalidad: la de dar cobijo y abrigo al cuerpo humano y la de realzar ante la comunidad su belleza y su prestancia».
En su arte, Emilio mejoró al arquitecto, añadiendo además la precisión del cirujano y el exacto cálculo geométrico del matemático. Todo ello en representación de la excelencia y la elegancia.
No lo decimos nosotros, lo aseguran quienes conservan hoy prendas de Emilio Núñez Núñez.



La firma
La semántica tipográfica aplicada a los comercios e industrias siempre ha sido fascinante, una seña de identidad aún visible en los carteles de tiendas que perviven en Madrid.
En el caso de la tipografía utilizada en las etiquetas de prendas confeccionadas por Emilio, los caracteres no se corresponden con ninguna fuente convencional. El logotipo es su propia firma adaptada al diseño.



Alta Costura versus Prêt à porter
Si bien en el siglo XIX ya existían tiendas de ropa hecha, los avances de la industria textil y la proliferación de los grandes centros comerciales como El Corte Inglés, Galerías Preciados, Sepu, Simeón, entre otros, incrementaron la venta de ropa hecha; es decir, el Prêt à porter.
Irremediablemente, esto ocasionó una pérdida importante de clientes para las sastrerías.

Del siglo XIX traemos el gran bazar “AL SIGLO XX”, inaugurado el año 1884 en la calle de la Montera, 14. Por su nombre tan significativo y con visión de futuro, el dueño pensó en alcanzar el nuevo siglo; sin embargo, el bazar no llegará “al siglo XX” ni a la última década del XIX. En febrero de 1889 anunciaba la liquidación por cese de actividad con rebajas del 25 %.


Sastres de alta costura, los económicos, los remendones y las modistas y costureras pudieron continuar con su profesión. Así y todo, en la década de los 50 del siglo XX comenzó el declive que se iría acentuando progresivamente. Primero con las prendas femeninas e infantiles y después con la moda masculina.

En una publicidad de octubre de 1958, la Boutique PALAO anunciaba una “importante innovación”, la supresión de la confección a medida:
«Siguiendo la corriente de nuestra época, suprimimos la confección a medida. En lo sucesivo, solamente “Prêt a porter” por tallas».


Otras tiendas de moda femenina e infantil, incluso las peleterías, se sumaban a la comercialización de ropa hecha.



La famosa moda de París, ya consolidada en la sociedad española durante el siglo XVII, quedaba evidenciada en un pliego de cordel con una crítica al uso que de la moda francesa hacían las damas madrileñas. Comenzaba diciendo:
«Curiosa satira nueva, graciosa, y entretenida, en que se dà quenta de los trajes, y vsos nuevos que gastan las Damas en la Corte, juntamente con los lances que suceden en la [sic] idas del Pardo, entre hombres, y mugeres que van à esta Romeria y en particular, con las señoras gorronas: Trobado en vn Tono nuevo que se canta en la Corte, cosa de mucho gusto, y chanca, como lo verà el Curioso Lector»

Aquella moda de Francia volverá en la segunda mitad del siglo XX convertida en Prêt a porter, sumándose otros países europeos como Italia, Gran Bretaña, Alemania, Escandinavia, Suiza, etc.; también de Medio Oriente, Canadá y Estados Unidos.

Pueblo. Madrid, 19 de octubre de 1960.

En un artículo publicado en 1961, bajo el título “París presenta el «Prêt-a-porter»", se decía:
«París ha lanzado ya la moda del “prêt-a-porter”. Vestidos fáciles de llevar a cualquier hora del día. Vestidos creados para las mujeres sencillas que trabajan, que tienen que salir cada mañana a sus quehaceres: compras, transportes de los niños al colegio… Y para la moda fácil, línea sin complicaciones, tejidos ligeros (…) Una moda ideal, porque no es extravagante, pero tampoco tiene la insulsa sencillez de la línea saco, por ejemplo. Una línea que exige tipos estilizados, caderas lamidas, piernas y cuellos largos.».
Cuando algo es bueno y de calidad ¿es necesario dar tantas explicaciones? Calidad que, por otra parte, en el siglo XXI deja mucho que desear.


1963 - Manufacturas ACROM
En el kilómetro 9 de la carretera de Andalucía instala su fábrica Manufacturas ACROM, empresa textil que había comenzado su andadura ocho años antes en la calle Zurita con la confección de doscientas camisas por semana. Con la nueva fábrica se confeccionarán miles de prendas de vestir y tejidos.


Este es solo un ejemplo. En otras ciudades de España existían otras manufactureras de ropa hecha que participaban en el Salón Nacional de la Confección, creado en 1960.


1964 – La Reina de la primavera prêt a porter de El Corte Inglés
En mayo de 1964 se celebra en los salones del Hotel Palace la elección de la reina de la primavera de El Corte Inglés.
De las 392 candidatas solo quedaron 87 y de éstas 21 en una segunda selección. Desfilaron las bellas señoritas con vestidos confeccionados por la firma. Trajes de noche bordados con pedrería y para cóctel, de seda natural. Destacaron los tonos amarillos, verdes y azul marino, el hilo, la seda y las organzas plisadas. Todo, todo prêt a porter.
La ganadora fue Adela Tornero, una joven de 19 años, madrileña, pero de aspecto nórdico.


Para presentar la temporada Otoño-Invierno, la firma organizó un desfile de cien modelos para presentar las últimas novedades en Prêt a porter.


Galerías Preciados no se quedaba atrás y presentaba su moda de ropa hecha para jóvenes, lo mismo que Cortefiel.


Y así irá pasando la década de los 60, con ropa hecha a granel, impersonal, arraigada también en la moda masculina, bajo el afrancesado término que quería simular a la Alta Costura.
Los más famosos modistos franceses lo hicieron suyo y comenzaron la producción en masa de diseños.

Hasta en la literatura se utilizó el término; casualmente, se aplicaba a las novelas de la escritora francesa Françoise Sagan. Esto escribía la periodista Pilar Narvión en 1965:
«Además de literatura romántica, la Sagan sigue haciendo literatura “Pret a porter”. Si la costura “pret a porter” consiste en que todas podemos lucir un modelo Chanel confeccionado por docenas, a bajo precio. La literatura “pret a porter” en la que la Sagan es una campeona, consiste en una literatura al alcance de todas las mentalidades, que, debidamente empaquetada y servida como bocado exquisito, nos da la impresión y la ilusión de que somos listísimos, cultísimos e inteligentísimos».
Saltan las alarmas a mediados de la década de los 60. La Alta Costura, y con ella el oficio de sastre, comienza a sufrir el impacto económico que representa el Prêt a porter. El Sindicato Nacional Textil reclama ayudas para paliar la situación.
Por otra parte, los “maniquíes” —que es como llamaban entonces a las y los modelos de desfiles— veían como mermaba su trabajo. La exposición de estilizados muñecos en los escaparates disminuía y hasta suprimía los desfiles de moda.

Pueblo. Madrid, 14 de enero de 1966

Pueblo. Madrid 1 de febrero de 1966


1969 – Traslado de la sastrería
La nueva industria llenaba los escaparates de las grandes tiendas con sus colecciones de temporada para hombres y mujeres, niños y jóvenes. En los maniquíes estáticos lucían muy bien los diseños y la etiqueta con el precio lucía mejor. La moda se abarataba en todos los sentidos.
Esto y la publicidad constante propició una merma importante en la clientela de las sastrerías.
Las que no cerraron tuvieron que reducir espacio y personal. Esto último le ocurrió a Emilio.

Por acuerdo con los propietarios del edificio de la calle de Alcalá, Emilio trasladó la sastrería a un piso más pequeño de la Avenida Felipe II, 16. Le acompañaban su esposa y cinco de sus empleados, entre ellos su incondicional Manuel, su mano derecha en el negocio.

Aunque con menor clientela, Emilio continuará participando en certámenes y congresos de moda. En 1968 había participado en el X Certamen de la Moda Masculina en España, en el que se presentaba la línea “Gibraltar”.
En el NODO 1313 B, de 4 de marzo, podemos rememorar la celebración del Certamen. (Minuto 03:45)

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Pueblo. Madrid, 23 de febrero de 1968

Y en 1970 en el XIV Congreso Mundial de Maestros Sastres celebrado en Madrid. En esa ocasión se presentaba la línea “Hidalgo”.



En los NODO 1444 B y 1447 A de agosto y septiembre de 1970 podemos rememorar la celebración del XIV Congreso y la línea “Hidalgo”, respectivamente. Dos notas en blanco y negro y color de unos tiempos ya lejanos, con sus costumbres y sus modas.

Clic sobre la imagen para acceder (Minuto 00:18)


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Consolidación del Prêt a porter
Comenzada la década de los 70 el Prêt a porter se consolida. En mayúsculas anunciaba Hoja del Lunes del 8 de noviembre de 1971: “UNA REALIDAD MUNDIALMENTE ACEPTADA: EL PRET-A-PORTER”, y añadía: “Doscientas veinte personas se ocupan de que usted vaya vestido con los mejores géneros y a la última hora de la moda internacional. Entre las 20.000 prendas que lanza diariamente El Corte Inglés —en el acto, a su medida— encontrará la pensada para usted”.

En definitiva, esto obligará a que nombres relevantes de la Alta Costura madrileña cierren sus talleres. Como ejemplo, el caso del cierre de Herrera y Ollero en octubre de 1975.
Ya lo había adelantado Rafael Herrera a la Prensa:
«Dejaremos el piso en la mitad [San Onofre, 1]. En principio eran dos, que nosotros unimos por necesidades del trabajo y de los desfiles. Volveremos a ponerlos como estaban y ya veremos qué solución se nos ocurre para el que se queda vacío. Cerraremos el taller. Nos quedaremos con un mínimo de empleados. Continuaremos atendiendo a quienes se han vestido siempre aquí y mantendremos la boutique».

Emilio se había anticipado a Herrera y Ollero instalándose en el edificio de la Avenida de Felipe II. Sin embargo, todo intento de mantener el negocio era casi imposible ante una desmedida industrialización de la moda.


FINAL DE UNA ETAPA
1980

Cierre de la sastrería
Después de más de medio siglo al frente de la sastrería, Emilio tuvo que tomar la amarga decisión. No era la edad el motivo del cierre. Con ochenta años continuaba manteniendo la fuerza y el entusiasmo de su juventud y la entereza que le permitió luchar contra la adversidad en los momentos más complicados; sin embargo, no tuvo más remedio que claudicar ante la desproporcionada competencia del Prêt a porter.

Lo más difícil para él fue tener que despedir a sus trabajadores. A dos de ellos los pudo ubicar en otros trabajos distintos al que desempeñaban. Para satisfacer las indemnizaciones tuvo que vender la propiedad que tenía en Guadarrama.
La calidad humana de Emilio superaba al buen hacer del sastre.

Los que en algún momento tuvimos que abandonar definitivamente nuestro oficio, podemos entender el sentimiento y pensamiento de Emilio aquellos días.

El reconocimiento a su trayectoria profesional no tardará en llegar.


Mérito al trabajo
Si de por sí es un mérito trabajar hasta los 80 años de forma continuada y con plenas capacidades, Emilio conservaba una forma física excelente y continuaba conduciendo su SEAT 124. Así será por algunos años más.

En noviembre de 1980, a instancias del Gobierno regional, se celebró en el Hotel Convención (actual Novotel Madrid Center. Calle O’Donnell, 53) una cena con entrega de medallas al Mérito en el Trabajo. Entre los elegidos para recibir tan alta distinción estaba don Emilio.
El periódico Hoja Oficial del Lunes del 17 de noviembre lo anunciaba en las sección de noticias de Madrid.


El momento de recibir la medalla de plata quedó inmortalizado en esta fotografía. A la ceremonia asistieron los familiares de Emilio. Hoy permanece en el recuerdo de sus nietos.


Con esa sonrisa y la mirada cómplice, quizás dirigida a su querida Asunción, reconocemos al jovencito que llegó a Madrid desde un recóndito pueblo de la comarca del Bierzo y al sastre que eligió esta ciudad para quedarse.


ÚLTIMOS AÑOS

El 19 de junio de 1990 fallece Asunción, con quien tantas penurias, triunfos y alegrías había vivido durante los más de 60 años de compañía. Arropado por sus hijos y nietos, Emilio intentará superar tan triste pérdida; pero, el fallecimiento de su hijo Emilio en 1992 volverá a sacudir su pecho.

Don Emilio Núñez Núñez, el sastre de la calle de Alcalá, fallecerá el 9 de septiembre de 1993, dejando a Madrid un importante legado, tanto profesional como familiar.

Esta ha sido su Historia, su vida, la de un madrileño más que nació con el siglo XX y se marchó de nuestra ciudad a menos de dos lustros de la llegada del tercer milenio.






"FINAL, QUE VIENE A SER EL PRINCIPIO"

Así tituló Don Benito Pérez Galdós el último capítulo de la primera parte de su novela Fortunata y Jacinta. Lo utilizamos en este trabajo como continuidad de la Historia; porque, si bien sus protagonistas ya no están, su recuerdo los acerca a nosotros a través de sus descendientes. Hoy son ellos la continuación que viene a ser el principio.


Los hermanos Dronda Núñez en la actualidad
Ya conocimos la Historia y vida de Emilio, también la de Asunción y la trayectoria profesional de los hijos de estos en diversos campos, principalmente en la educación y el ámbito cultural madrileño, nacional e internacional.
Como ellos, los hijos de Mariasun Núñez y Fernando Dronda, también desarrollan una importante labor para Madrid y su gente. También en el extranjero.

Fernando: Médico especialista en enfermedades infecciosas en el Hospital Ramón y Cajal.

Belén: de formación pedagoga. Trabaja como docente en el colegio Estudio desde 1985 hasta 1992, año en el que viaja a Centroamérica para ser cooperante voluntaria hasta 1996. A su regreso a España trabaja en diversas ONG en programas de educación no formal. Desde 2011 es docente en un instituto de FP. 

Almudena: de formación arquitecta, en la actualidad trabaja en la Asociación ColArte en Madrid (www.colarte.org), de la que es socia fundadora desde su fundación en 2014.


***

Nota del autor

El 1 de mayo de este año 2024 tuve el honor de mantener una entrevista con Almudena, Belén y Fernando, los nietos de Emilio. El nexo de comunicación fue Natalia, su bisnieta, hija de Fernando. De ellos viene la colaboración para la realización de este artículo gracias a los muchos recuerdos que tienen de sus abuelos y padres; es decir, de la familia Núñez Pérez y Dronda Núñez.
La aportación genealógica, fundamental para conocer las líneas y ramas familiares protagonistas de esta Historia y vida, debo agradecérsela a Sofía, la otra hija de Fernando.
Que el artículo anterior, del que se habla al inicio, llegara a los descendientes es obra de una compañera y amiga de Fernando, la doctora Matilde Sánchez Conde. De esa primera conexión, todas las demás.

Dicho esto, y siendo mi pasión contar historias de Madrid y de los madrileños de antes, la intención de este trabajo no ha sido otra que seguir esa premisa, recuperando del pasado esta Historia de superación y triunfo. Y digo Historia porque no es biografía, aunque lo parezca.

Poder conocer a Don Emilio a través de sus descendientes y de las fotografías que enviaron, resultó una experiencia gratificante y apasionante, a pesar de la laboriosa tarea de investigación que deriva en las muchas conexiones que se recogen. Sorprendentemente, esas conexiones traen otros nombres de personas que sirvieron a Madrid desde uno u otro ámbito. En esencia, formaron parte de la vida de nuestra ciudad y su evolución. Para todos ellos, este sincero homenaje de Historia urbana de Madrid.


Eduardo Valero García



© 2024 Eduardo Valero García - HUM 024-002 ALCALÁ-NÚÑEZ
Historia Urbana de Madrid
ISSN 2444-1325


Bibliografía y Cibergrafía
 

[1] Diccionario geográfico, estadístico, histórico, biográfico, postal, municipal, marítimo y eclesiástico de España y sus posesiones de ultramar (1882 – 1887) Tomo VIII, pág. 876.

[2] Datos consultados en www.citypopulation.de  

Fuentes:

Biblioteca Nacional de España - Hemeroteca digital - Biblioteca digital hispánica
Archivo de la Villa - Memoriademadrid - Ayuntamiento de Madrid
Biblioteca Virtual de Prensa Histórica

De las fotografías:

Archivo familiar Dronda Núñez

Fundación Estudio. Colegio Estudio: https://colegio-estudio.es/historia/ 



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