miércoles, 7 de septiembre de 2016

Coplas del domingo en miércoles. Noche estival. Madrid, 1904

Publicamos nuestra tradicional copla del domingo pero esta vez en miércoles. Y lo hacemos coincidiendo con el calor que hizo en aquel Madrid de agosto de 1904 -más comprensible que el de estos días de septiembre del siglo XXI.
El martes 4 de agosto de ese año, ciento doce años atrás, la temperatura máxima alcanzada fue de 40,4º a la sombra y 44,8º a la intemperie.

Ese mismo día publicaba el Heraldo de Madrid una graciosa copla de Antonio Casero que llevaba por título "Noche estival", e iba dedicada a su amigo Alejandro Saint-Aubin.[1]

Don Antonio Casero ya publicaba coplas en el Heraldo pero aun no tenía su exclusiva columna de los domingos; las entrañables “Coplas del domingo” que hacían reír al madrileño de antes, y también al de hoy a través de nuestro blog.

Con motivo de la celebración de un concurso de coplas organizado por el citado periódico en 1902 – y cuyo resultado se conoce el día 1º de enero de 1903-, se dice de Antonio Casero:
El poeta de las chulaperías, de los dichos y escenas de los barrios bajos; el aplaudido sainetero, muchas veces celebrado, acudió al certamen del HERALDO, y en él ha merecido una de las dos menciones especiales propuestas por el Jurado.
Es un joven lleno de alientos y de esperanzas.
Madrileño nato, dedica su talento á la pintura de las costumbres del pueblo en que nació.
Por su gusto resucitarían manolas y chisperos, jayanes de la Morería y guapos de Maravillas.[…]”

Dicho esto, recuperamos del pasado la copla costumbrista de don Antonio

NOCHE ESTIVAL
—Están ustes enfringiendo
y hollando las ordenanzas
y quitándole á la vía
la prespetiva que falta,
y en cuanto que yo me atufe
y use el derecho de guardia,
va á quedar esto más limpio
que una tacita de plata.
—Vamos, tú, despierta Ulogio,
que está perorando Maura,
—¡Kikirikí!
—A ese gallito
me lo meriendo yo en salsa.
—Miá que son ustés tragones
los del monecipio.
—Paca, trae la botija,
que viene la autoridaz sofocada.
—¡Cuidao con las eruciones!
—Marcelina, que le traigan
un azucarillo al pollo.
—Cuidadito con la guasa,
que de mí no se chulea
el populacho.
—¡Qué gracia!
¿dónde se ha dejao usté el yate?
—Hija, en los baños del Niágara;
miá que tiés unas preguntas,
que ni las hace el Ripalda.
—Cuidadito con las frases
y palabritas picadas.
—Más pica usté, que es guindilla
de nación, y se le aguanta.
¡Camará con Romanones
y qué genio que segasta!
¿dónde quié usté que pasemos
la noche al fresco?
—En la cama.
—¿Dónde quié usté que se aspire
oxígeno puro?...
— En casa.
—¡Hay coleoteros!
—Puede.
—¿Cómo?
—Puedo que los haiga,
—Denos usté un kilométrico
pa dir á tomar las aguas
de la Porqueriza.
—Oye,
que saquen una butaca
y que nos cuente ese cuento
de Bortoldino.
—¡Qué gracia!
Son ustedes más jucosos
que un pulichenela.
—Anda,
usté perdone, almanaque
de la risa; miá quién habla,
y paece usted propiamente
el argumento de un drama.
—Oye, Pepa, esconde al niño
que no le vea la cara
á este señor, no se crea
que es Herodes.
—Me dan ganas
de llevarle á usté á la preven
por incorreto y patarra.
—Hace calor.
—¡Uy, qué miedo!
—¡Manolo!
—¡Qué quieres!
—Saca
el aristón, pa tocarle
á este señor cualquier marcha,
a ver si con el tecleo
le bullen los pies y arranca,
porque miá que si pernozta
nos va á amargar la velada.
— Me voy por no ver lo inculta
que está todavía España,
y por no verles á ustedes,
que son fieras mal domadas.

—¡Adiós, Bidel!
—¡Adiós, Ninchi!
—Recuerdos á doña Urraca.
— Cuidao con los automóviles,
que hacen pupa cuando pasan.
—Y que escriba usté en llegando.
—Y ponga usté un telegrama.
—Y que se alivie la niña.
—Y recuerdos á la gata.
—Sí que le habéis dicho cosas
al hombre.
—Que no se salga
por peteneras, diciendo
que hollamos las Ordenanzas;
¿ú es que no va á poder una
salir del cajón de pasas
donde una vive, si es eso
vivir?
—¿Pero pa qué hablas
con el señor Caralampio
si perteneció á la rama
d'arcabuceros, y es clari
que abone á los de su casta?
—Además, no es socialista
ni demagogo.
—Ni falta.

—A ver esa del segundo,
que se la caen las enaguas;
bien podía usté tenderse
la ropa por las mañanas.
—Y ustedes podían dirse
á dormir y no dar lata,
que paece que vive una
al lao del Congreso.
—Guardias,
auxilio, que se costipa
un loro, y es una lástima.
—Que le arropen.
—Qué chistosos
son ustedes.
—Que nos traigan
al orador pa que vea
que infringen las Ordenanzas.
—No me importa; si mi esposo
es de Policía urbana.
—¿Su esposo?... ¡Quite hierro,
su administrador, y gracias.
Pues no presume usté poco,
y se pone poco ancha
con el cuarterón de hombre
que tié usted, ¡valiente alhaja!
Paece un día de tormenta.
—Perdone, no me acordaba
que á usté la pintó Murillo
un esposo.
—Vaya, vaya,
que está amaneciendo, niñas.
—Cállense ustés, que ya canta
la cordoniz.
—Marcelino,
levántate, que ya pasan
las burras de leche.
—Chicas,
descansar, y que no haiga
custiones.
—Lo mismo digo.
—¡Sereno!
—Estará en la tasca!
—Señores, que ustés descanséis.
—Hasta luego.
— Hasta mañana.
Antonio CASERO

Esta copla, típicamente sainetera, iba acompañada de una ilustración cuyo autor desconocemos. En ella quedan plasmados sus intérpretes: el erudito guindilla y una tropa de vecinos muy singular.
Prescindimos del habitual dibujo que realiza el autor del blog y damos protagonismo al de 1904.

Heraldo de Madrid, XV (5.009) Madrid, 1904
© BNE-hd
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-011 COPLAS AC
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Coplas del domingo en miércoles. Noche estival. Madrid, 1904", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/  ISSN 2444-1325

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. 
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.


© 2016 Eduardo Valero García - HUM 016-011 COPLAS AC
ISSN 2444-1325



sábado, 3 de septiembre de 2016

Inauguración del Teatro Lara. Madrid, 3 de septiembre de 1880

Viajamos en el tiempo hasta el Madrid de 1880. Retrocedemos ciento treinta y seis años para ser testigos de un elegante acontecimiento. No es esta una visita gastronómica como la de anteriores ocasiones, sino la invitación a la inauguración del Teatro Lara.

Fragmento del cartel de la Temporada 1884-85
© BNE-BDH
Signatura: Cart.p/64
Memoria de la seducción : carteles del siglo XIX en la Biblioteca Nacional, p. 169, 346, n. 111
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 TEATRO LARA
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

Es el 3 de septiembre de 1880 y son las siete y media de la tarde. Tenemos las entradas, adquiridas con anterioridad en la quinta sección del Ayuntamiento por tratarse de una primera función en beneficio de los pobres de los distritos Centro y Universidad. También un ejemplar del periódico político literario La Mañana de este día, donde reza:



Iba yo en compañía de dos figuras: una estudiosa de la Villa y Corte desde mucho antes de serlo y un sereno del XXI, erudito en cosas de los madriles.

Habíamos caminado desde Alcalá rumbo a la Corredera de San Pablo, donde se encuentra el elegante teatro, guiados por el plano de Morales, Peñas y Neussel (editado ese año) que nos orientaba por el entramado de calles anteriores a la Gran Vía.


"Madrid. Planos de población. 1880 "
José Pilar Morales, Pedro Peñas, Otto Neussel

© BNE-BDH
Signatura: 1317
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 TEATRO LARA
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Transitábamos por calzadas incómodas y espacios lúgubres. La estudiosa se mostraba maravillada por el paisaje real que tenía ante sus ojos, muy a pesar de la desconfianza que nos generaban algunos viandantes. El sereno a sus anchas, llevaba el chuzo.

Muy cerca de nuestra ruta –hacia la derecha- estaba el novísimo Circo Teatro de Price.
Casi sin darnos cuenta llegamos a la calle Puebla esquina con Corredera; un poco más abajo luces y aglomeración de público. El vecindario vivía con entusiasmo el vibrante y postinero espectáculo que atestaba la calle. En los balcones se apiñaban los curiosos y algún que otro reportero. Desde la calle Puebla hasta la de Luna no cabía un alfiler y los carruajes avanzaban con dificultad hasta las puertas del precioso coliseo.

Jugábamos con ventaja; sabíamos que el flamante teatro sería llamado “la bombonera”, pero el madrileño de entonces no lo supo hasta el día después, cuando un periodista que firmaba con el seudónimo de “Almaviva” escribía en La Época:
La sala recuerda, por su tamaño y forma, la de Variedades, y por la elegancia y lujo de su decorado á la de la Comedia. Es una preciosa bombonera.
Mientras esperábamos nuestro turno para acceder al recinto, algunas personas hacían comentarios sobre otros asuntos. Unos recordaban la inauguración de la Estación de Delicias, verificada el 30 de marzo del mismo año, y comparaban la cantidad de gente que había acudido al Lara y al otro evento.

Una señora recibió un empujón no intencionado; ipso facto encomendó el alma del causante del accidente al mismísimo “Luzbel” del Retiro. Con el típico gracejo madrileño, la dama enviaba al infierno al susodicho y hacía referencia a la estatua del Ángel Caído, instalada en El Retiro el 29 de abril.

Y si de estatuas inauguradas hablamos, también este año de 1880, se plantaba en la Plaza del Príncipe Alfonso (Plaza de Santa Ana) la estatua de Calderón de la Barca (2 de enero).

Por fin, después de enterarnos de otros cotilleros del momento, la concurrencia comenzó a ordenarse para acceder al teatro. No fue fácil la entrada; las estrecheces de las puertas y el tumulto formado en el vestíbulo nos impedían subir por una de las dos escaleras que conducían a los pisos superiores y camerinos de los artistas.
Una vez arriba quedamos asombrados al contemplar la sala y no pudimos hacer otra cosa que exclamar a media voz: -¡Sí que es una caja de bombones!
Tres pisos, 39 palcos y 380 butacas en 14 filas; dos anfiteatros y capacidad para 900 personas.

Las barandillas de hierro colado formando grecas de color plomizo claro y oro, el reluciente y sencillo decorado resaltando sobre el rojo oscuro del papel de las paredes. Todo a estrenar, casi recién instalado. Eso hizo brillar nuestros ojos, estábamos contemplando el teatro lleno de vida, recién nacido; joven, exultante, sin la pátina que el tiempo deposita sobre todas las cosas.

En el techo una magnífica pintura, alegoría del arte, pintada por el maestro Contreras, y en el telón, copiando un rico cortinaje similar al del Teatro Apolo, se veía entre sus pliegues otra alegoría.
La decoración había estado a cargo del maestro Dardalla, y los decorados de escena correspondían a Julio Bulumburu.

Allí estaban, brillantes e inmaculadas, las butacas originales, las de rejilla, separadas convenientemente entre fila y fila.

Una veintena de candelabros de bronce iluminaban todo lo descrito con intensa luz de gas, con tres bombas en los palcos del entresuelo, dos en el anfiteatro y una en la última galería.
A las pruebas de iluminación, verificadas la noche del 14 de julio, asistió mucha gente que tuvo la oportunidad de contemplar el edificio en todo su esplendor.

Era normal que el público se apuntase a la inauguración de la iluminación, desde abril la prensa venía hablando de don Cándido Lara y su teatro. Crecía la expectación del pueblo para conocer el que decían era un teatro elegante, más pequeño que el de la Comedia pero sin nada que envidiarle.

Volvamos a nuestro palco. Pasados los momentos de emoción, nos pusimos a fisgonear para reconocer al selecto público. Del Madrid más postinero que allí estaba el sereno pudo reconocer a unos cuantos peces gordos y algunas señoras de copete. Poco antes había reconocido a la señorita Dolores Abril y al señor Julián Romea, artistas que actuarían en el Lara.

La estudiosa de la Villa identificó inmediatamente a la duquesa de Ahumada, a la condesa de Heredia-Spínola y a la marquesa de Álava. Dudó de otras nobles damas, porque en los lienzos se las pintaba muy guapas pero en vivo y en directo era todo lo contrario.

Yo, que en los tiempos de hoy estuve haciendo un trabajo sobre los circos de Madrid, pude reconocer a varios empresarios de teatro. Allí estaban Rovira y el polifacético Felipe Ducazcal, entre otros de los muchos que fueron a conocer al recién nacido rival.

FELIPE DUCAZCAL

Hubo un instante de revuelo.
Se cruzaban las miradas entre el público; murmullos; algún grito emocionado; luego un silencio solemne. Maravillados quedamos al ver entrar a Su Alteza Real la Serenísima Señora Doña Isabel de Borbón y Borbón, princesa de Asturias, condesa viuda de Girgenti, que así la anunciaron.
Nuestra queridísima Chata se disponía a ocupar el palco real en compañía de la marquesa de Nájera y de la condesada Superunda.

"La Princesa de Asturias y las Infantas Eulalia, Paz y Pilar"
Fernando Debas, Madrid (1875)

© BNE-BDH
Signatura: 17/176/24
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Tan solo unos días más tarde, el 11 de septiembre, su regio título de princesa de Asturias pasaría a la recién nacida María de las Mercedes de Borbón y Habsburgo-Lorena.

A las ocho y media de la noche se abre el telón. En escena la obra Un novio a pedir de boca, de Bretón de los Herreros, interpretada por las actrices Dolores Abril, Matilde Rodríguez y Balbina Valverde, y los actores Julián Romea, Antonio Riquelme, Arana y Cachet; toda una compañía de categoría.

Aplausos, vítores y aclamaciones. Don Cándido Lara, recién estrenado empresario de teatro y alejado de las armas de carnicero, asentía con la cabeza.

Como fuera poco lo que acabábamos de ver y disfrutar, la compañía se arrancó con La ocasión la pintan calva, de Ramos Carrión y Vital Aza, una obra de repertorio que “agrada más cuanto más se ve” –según el comentario de un orondo y bigotudo señor que teníamos al lado.

Poco a poco se vacía la sala. El ruido de los ropajes de las damas resulta curioso y la galantería de los señores, exquisita. Los candelabros van atenuando su luz y el teatro queda en soledad, evocando los ecos de aplausos y vivas.
Don Cándido se marcha con varios señores; está orgulloso y comenta la jugada. No sabe que su teatro del barrio de Malasaña celebrará un día su ciento treinta y seis aniversario.

Fuera, en la calle, huele a excremento de caballos, a puros habanos y a frituras. La gente se dispersa haciendo comentarios; unos a pie y otros en carruajes de diversos modelos y categorías.

Mucho más podríamos contar de la “bombonera”, pero nuestra visita acaba con la inauguración de 1880. Raudos volvemos al punto de partida, la irreconocible calle de Alcalá. El sereno lleva encendido su farol y su chuzo inspira seguridad.

La estudiosa de la Villa no puede evitar echar un último vistazo a la despoblada calle, era noche cerrada y luces tenues nos vigilaban desde la Casa del Ataúd y el palacio de la duquesa de Sevillano.

Nos desvanecemos justo frente al precioso Teatro de Apolo, con ganas de quedarnos al estreno de La verbena de la Paloma… pero eso era esperar mucho tiempo.



Bibliografía
El viaje en el tiempo está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Inauguración del Teatro Lara. Madrid, 3 de septiembre de 1880", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

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Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325



viernes, 2 de septiembre de 2016

La olvidada fuente de la Glorieta de Atocha (Plaza del Emperador Carlos V)

A la colección particular de Historia Urbana de Madrid se suma desde el pasado mes de julio el patrimonio de mi familia, conformando así un importante archivo de documentos relacionados con la historia de nuestra ciudad y su gente. De ese patrimonio –y como siempre, hablando en plural-, ofrecemos hoy una estampa del Madrid de la década de los 60 del pasado siglo. Se trata de una postal que nos recuerda el aspecto de la plaza del Emperador Carlos V, su fuente y los alrededores de la glorieta de Atocha hacia 1963.

La plaza, conocida como “Glorieta de Atocha o de Carlos V” ha sufrido varios cambios a lo largo de su historia; quizá el más drástico ocurrió a finales de esa década con la construcción del famoso “Scalextric” que dejó casi oculta y deslucida la fuente que nos ocupa y de la que pocas referencias existen.

La anunciada postal -que vemos a continuación-, ilustra lo que comentamos. Se trata de la fuente que adornó la entonces “nueva” plaza del Emperador Carlos V hasta la década de los 80, proyecto del arquitecto municipal D. Manuel Herrero Palacios.

"Postal 34. Madrid.-Plaza de Carlos V: Fuente"
Heliotipia Artística Española - Madrid (1963)
COLECCIÓN VALERO GARCÍA
Signatura: VALGAR_POST_001_JVH-001
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 FUENTE CARLOS V
© 2016 HISTORIA URBANA DE MADRID ISSN 2444-1325


Decía M. Barbeito Herrera en el número 1.148 de Hoja del Lunes (1961) que “Hasta el año pasado no conoció Madrid una fuente luminosa. Ahora, dentro de muy poco, tendrá dos más: una, planeada por el arquitecto municipal señor Herrero Palacios, y la encargada al ingeniero don Carlos Buigas. La primera está en vías de realización inmediata, pendiente nada más de sacar las obras a concurso.

Don Manuel Herrero Palacios fue arquitecto municipal que ostentó el título de Director de Parques, Jardines y Estética Urbana del Ayuntamiento de Madrid. Conocido es por varias obras realizadas en la ciudad, entre las que se encuentran la fuente del Nacimiento del Agua (Plaza de España), de los delfines (Plaza de la Rep. Argentina), la de los cisnes autómatas (Red de San Luis), la reforma de la Puerta del Sol y de la antigua Casa de fieras de El Retiro, llevando su nombre estos últimos jardines. En la breve biografía conocida se habla de otros de sus proyectos más no se cita la fuente del Emperador Carlos V.


La olvidada fuente
Como hemos comentado, son pocas –por no decir ninguna-, las referencias que existen sobre la fuente del Emperador Carlos V de los sesenta. En este artículo la recuperamos del olvido y volvemos a sus años de esplendor, cuando adornó la glorieta y su plaza, y reguló la circulación del tráfico tan intenso que siempre tuvo.

El objetivo del fotógrafo capta para la postal la fuente y el amplio paseo de la Infanta Isabel, otrora paseo de Atocha; espacio muy frecuentado por los madrileños de antes en las noches estivales, por lo fresco que allí se estaba, y lugar de festejos religiosos y espectáculos regios.

Así aparecía retratada en un grabado publicado en la revista El Artista de abril de 1835, con el paseo del Prado y Jardín Botánico al fondo.



Un año más tarde, en 1836, Vicente Camarón la dibuja desde otro punto de vista, con la Puerta de Atocha al fondo.

"Vista de la Puerta de Atocha. V. Camarón"
Litografía, 1836
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Signatura:INVENT/22946
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Viene bien, entonces, recordar someramente cómo fue configurándose ese punto donde estuvo la fuente.



Antecedentes históricos
No fue capricho bautizar a la fuente, plaza y glorieta con el nombre de Emperador Carlos V. Nos cuenta Mesonero Romanos en su obra El Antiguo Madrid, que durante el reinado del Habsburgo, allá por 1523, se escoge esa zona de antiguos atochares y primitivo santuario o ermita de Nuestra Señora para la fundación y construcción de un convento de la orden de Santo Domingo, el Convento de Atocha. En 1588 Felipe II, gran devoto de la virgen de Atocha, mandará construir una suntuosa capilla y desde entonces pasará al patronato real; refrendado esto por Felipe III en cédula del 10 de noviembre de 1602.

En tiempos de Carlos III, hacia 1781, y como parte del proyecto de modernización del Salón del Prado, se instala cerca de la primitiva Puerta de Atocha una fuente conocida popularmente como “de la alcachofa”, obra de Ventura Rodríguez, Alfonso Vergaz y Antonio Primo.

Así la describe A. Fernández de los Ríos en Guía de Madrid. Manual del madrileño y el forastero:
Es por su gusto y buena construccion la mejor del Prado; su dibujo se debe á D. Ventura Rodriguez, su ejecución á los escultores D. Alfonso Vergaz y D. Antonio primo. Toda la fuente, cuyo conjunto es de exquisito gusto, está construida de piedra caliza y formada de una columna que lleva las armas de Madrid sostenidas por una nereida y un triton. La columna sostiene una taza de 13½ piés de diámetro y en el centro se levantan varios niños agrupados bajo una alcachofa, de cuyo centro se eleva el agua á bastante altura.” [1]

Refuerza estas palabras la imagen captada por Jean Laurent hacia 1870, cuando la fuente aun permanecía en Atocha, junto al Jardín Botánico.

"MADRID. - 941 . - Fuente de la Alcachofa. J. Laurent. Madrid."
(Hacia 1870)
© BNE-BDH
Signatura: 17/32/52
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En los Archivos de la Villa se conserva el documento de modificación de los terrenos del Observatorio Astronómico y cesión de los jardines del Botánico para las obras de ensanche de la Puerta de Atocha (1852). En la disposición cuarta se establece lo siguiente:
"El Ministerio de Gracia y Justicia cede al Ayuntº. para el uso público, en compensación del terreno que este dá al Observatorio toda la parte y construcciones del Jardín Botánico comprendida entre el actual paseo de Atocha y la nueva línea que se establece."[2]



La "nueva línea" correspondía al espacio delimitado en el plano con la letra K, tramo final del Paseo de Atocha y confluencia con el "Paseo de las Cuatro fuentes."
Dice Pascual Madoz de este último paseo:
"Cuenta este trozo 1337 pies de largo (407, 52 metros) por 378 de ancho (115,21 metros), disminuyendo hasta 173 (52, 73 metros) que tiene en la conclusión del Botánico: el hermoso aspecto que ofrece el Jardín de que solo le separa una gran verja de hierro, permitiendo registrar lo elegante de sus formas y aspirar el perfume de sus flores, hace que este paseo sea de los mas concurridos por la sociedad elegante que hasta la caida de la tarde le prefiere al salón del Prado: consta de seis filas de árboles que forman otras tantas calles, si bien desde la fábrica de bujías de la Estrella quedan reducidas á cuatro: á su conclusión y próximo á la puerta de Atocha, se encuentra la fuente llamada de la Alcachofa, labrada también en piedra caliza." [3]


Los siguientes fragmentos de planos nos ubican en el tiempo para conocer la fisonomía de la zona y situación de la puerta y fuente. Las imágenes hablan por sí mismas y rebaten la opinión de aquellos que sitúan la actual fuente en el mismo emplazamiento que la antigua.

Tanto Pedro de Texeira en 1656, como Nicolás de Fer en 1706, dibujan una especie de pilón que identifican como fuente del Hospital General.




En el plano de Nicolás de Chalmandrier de 1761 podemos apreciar la situación de la Puerta de Atocha, la fuente llamada de las Delicias (nº 170) y un embalse o reservorio de agua (nº 205).



En la Hoja kilométrica de 1860 se aprecia la ubicación de la fuente en los terrenos cedidos del Jardín Botánico. Aun no existía el Ministerio de Fomento.



El plano de Facundo Cañada, del año 1900, muestra la glorieta sin fuente y el espacio que ocupará el monumento a Claudio Moyano Samaniego.



En el plano del Ayuntamiento de Madrid, de 1929, vemos la configuración de la glorieta y plaza con la inclusión de las bocas de Metro (tema que estudiamos más abajo).



Por último, la comparativa de la situación primitiva de la fuente de la Alcachofa en 1873 y su réplica del siglo XX en una vista aérea de 2006.



Al Retiro
En sesión del Ayuntamiento del 8 de septiembre de 1880 se acuerda trasladar la fuente al Parque de Madrid (El Retiro). El viernes 12 de noviembre comenzaban las obras de excavación en aquel sitio.
Durante ese periodo de tiempo algunos vecinos de la Castellana solicitaron al consistorio se instalase donde estaba el obelisco, pero aquella moción fue rechazada. Mucho antes, cuando se proyectaba el ensanche del Paseo del Prado, existió la idea de colocarla en la Puerta del Sol, pero tampoco prosperó esa iniciativa.

Un inciso
Durante la epidemia de cólera que azotó Madrid en 1885 se declaró el “motín de las verduleras”. Los vendedores de verduras, hortalizas y frutas mostraron su disconformidad por la Real Orden publicada el 16 de junio en la Gaceta de Madrid que declaraba oficialmente la epidemia de cólera morbo asiática, algo que había creado el terror colectivo y afectaba a la venta de productos frescos por el riesgo a contagio. Los días 19 y 20 de junio la situación fue complicada, hubo palos y sangre durante las manifestaciones, el Gobierno actuó con contundencia, apoyado por la prensa que definía el conflicto como “oportunista”.

¿Por qué contamos esto? Por el breve relato publicado en La Ilustración Española y Americana que a continuación transcribimos y es muestra del ocurrente humor madrileño:
El dia del motin de las verduleras, como faltaron las alcachofas en la plaza, se hizo indispensable aquella verdura en todas las mesas de buen tono; era el plato del día.
El cocinero de un titulo recorrió en vano todos los mercados, preguntando dónde las encontraría á cualquier precio.
El mayordomo le habia dicho que no volviera sin ellas.
Llegó la tarde, pasó la noche, y el cocinero no volvía.
Al dia siguiente supieron en la casa que el criado estaba preso.
Habia intentado robar la fuente de la Alcachofa para servírsela á sus amos.

Desaparecida la fuente, en la década de los veinte del pasado siglo se instalará la boca del Metropolitano de Alfonso XIII.


La estación del suburbano
El 26 de diciembre de 1921 quedará inaugurado el ramal Sol-Atocha del Metropolitano de Alfonso XIII. Comprendía las estaciones de Sol, Progreso (Tirso de Molina), Antón Martín y Atocha.
Es de destacar las dificultades técnicas de la obra por los obstáculos hallados en el subsuelo. Como curiosidad citamos los encontrados en Atocha, que fueron los siguientes: colectores generales de la calle Trajineros y carcavón de la glorieta de Atocha, la conducción del Canal de Isabel II, distribución de gas, electricidad, pozos y galerías abandonadas, entre otros.

La calle de Atocha contaba con una pendiente máxima del 4% hasta la glorieta. El tramo hasta la calle de San Pedro se construyó en túnel, y desde allí hasta Atocha (432 metros finales) en zanjas abiertas, debido a la escasa cota.

El siguiente plano nos muestra los accesos de la estación de Atocha, apoyado por una vista aérea del año 1927.

"Estación del Metro y sus accesos en la Glorieta de Atocha"
Archivo HUM (Año 1921)
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Ortofotomapas Madrid capital 1927
© CAM-Dirección General de Urbanismo-Consejería de Medio Ambiente
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Bajamos a la tierra para contemplar la boca del Metro y su ubicación en la glorieta.

"46. Madrid.- Paseo de Atocha y Estación del Mediodía""Edición Extra Madrid"
Hauser y Menet
(Entre 1920 y 1930)
Núm Inventario: Inv. 34131
© Archivo de la Villa. BD-MdM
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Cuatro eran las entradas de Metro; la principal corresponde a la fotografía de Hauser y Menet, situada en el centro de la plaza; la segunda, para dar servicio a la estación del Mediodía con doble escalera para acceder a los espacios de entrada y salida de viajeros; la tercera entrada correspondía a la del Ministerio de Fomento; y la cuarta, en la esquina de la calle Atocha con la glorieta.
El diseño de la estación permitía a los viajeros llegar hasta los andenes de entrada y salida de los trenes de la estación del Mediodía sin necesidad de atravesar la glorieta; lo mismo que los viajeros que se dirigían al Ministerio de Fomento.

Dicho esto a modo ilustrativo, llega el momento de centrarnos en la olvidada fuente del Emperador Carlos V.


La nueva fuente del Emperador Carlos V
El Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, número 78, del 1 de abril de 1961 (O.-45.203), anunciaba el concurso público para la construcción de “una fuente luminosa, giratoria, en la Glorieta del Emperador Carlos V, con el tipo de 2.442.881,18 pesetas, con plazo de ejecución de seis meses y garantía de un año, con cargo al Presupuesto especial de Urbanismo.” Firmaba la resolución el Secretario general, señor Juan José Fernández-Villa y Dorbe, el 27 de marzo de 1961.

La construcción de la fuente pondría broche de oro a la culminación de las obras acometidas en la zona sobre un proyecto del ingeniero municipal José María Paz Casañé que dotaba a la plaza de 300 metros de longitud y dos rotondas.

Las obras viarias habían comenzado en enero de 1959 y finalizaron en octubre de 1961, dando como resultado un andén central de cinco metros de ancho, con aparcamientos de metro y medio a los lados, y dos calzadas de 18 metros con capacidad para seis coches en su ancho. Dos metros y medio para la línea tranviaria, con siete metros y medio de ancho la acera de la estación de Atocha, siete la opuesta, y espacios verdes en sus límites. Además, se sustituían los dos pasos de peatones antiguos por uno de doble ancho que cruzaba por el centro las dos calzadas.

Esto que comentamos es visible en la maqueta del proyecto Paz Casañé fotografiada por Portillo para Hoja del Lunes en 1961.






Los trabajos habían tenido su complicación puesto que se removió todo el pavimento, se modificó la ubicación de las entradas de Metro y se elevó la rasante en aproximadamente metro y medio por el lado de la estación de Atocha. Todo ello con la dificultad de no cortar el tráfico rodado en su totalidad y el paso de los tranvías que iban a las cocheras y talleres de la zona Norte.

Debemos aclarar que las obras de ensanche de la estación de Metro y la modificación del acceso al Ministerio de Obras Públicas estaban fuera del proyecto, por lo que en octubre de 1961 continuaban en ejecución. Por su parte, la obra municipal concluía con los árboles ya plantados, los semáforos colocados y con todos los elementos urbanísticos instalados. Sólo faltaba la fuente, los espacios ajardinados de esa zona y una farola ornamental que se situaría en el extremo opuesto, a la entrada de Santa María de la Cabeza.

Volviendo a la fuente, los titulares de la prensa del mes de marzo de 1961 daban cuenta de la que se preparaba en Atocha. Con bombos y platillos se anunciaban las características del proyecto, centrando la atención en la monumental fuente y su chorro luminoso.




Y es que la fuente de Herrero Palacios tenía un pilón de 24 metros de diámetro y otros dos concéntricos de 8 y 20 metros, con una novedad: los surtidores, en lugar de ser fijos, realizaban un movimiento rotatorio al estar dispuestos sobre un gran plato giratorio. Se construiría en piedra natural y artificial.

En el centro de la fuente se ubicaba una tobera de cinco centímetros de la que saldría un chorro vertical de 20 metros de altura, rodeado de 28 chorros que alcanzarían los 7 metros. De otro anillo de 3 metros de diámetro saldrían 80 surtidores de trayectoria parabólica, completando así un magnífico y potente espectáculo de luz y movimiento.

Como bien dice el titular, la magnífica fuente lanzaría 139 litros de agua por segundo, consiguiendo el efecto lumínico con 6 proyectores de luz cambiante de 1.500 vatios de potencia, 12 de 500 y 160 de 200. Todos ellos alimentados por una instalación eléctrica de 54 kilovatios.

El 14 de mayo de 1962, en el artículo titulado “Estampa, ya clásica, de un gran Madrid que se reforma, crece y se completa”, decía Hoja del Lunes (página 12):
[…] Crece como la selva Madrid, y en el corto espacio de un año ha visto realizados algunos de sus mejores sueños. Se han reformado los bulevares, se han inaugurado la avenida de los Reyes Católicos y la espaciosa y vital glorieta de Carlos V y el modernísimo mercado de la Cebada… Madrid se embellece, se completa, se perfecciona a ritmo acelerado. Surgen por todas partes los edificios suntuosos, proliferan las colonias y los poblados modernos y funcionales, aumentan las riadas de luz, aumenta el nivel de vida. […]

El texto iba acompañado de una fotografía de Portillo, panorámica de la novísima plaza de Carlos V con el Ministerio al fondo.


Sumamos otro punto de vista más cercano a la fuente. En este caso corresponde a Federico Vallina y es también del año 1962.

Atocha
Federico Vallina (1962)
© ARCAM
ES 28079 ARCM FEVA0001_000018
 
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El 31 de julio de 1963, a las ocho de la tarde, el alcalde de Madrid, conde de Mayalde, acompañado por el primer teniente de alcalde, señor José María Gutiérrez del Castillo y el arquitecto Herrero Palacios, inauguraba la luminosa fuente. La noche del día 30 se habían efectuado las pruebas técnicas, con resultados satisfactorios.

En el reverso de la postal que vimos al principio, enviada en febrero de 1964 a José Valero Hernández por don José Ramos Moreno (padre y tío respectivamente del autor del blog), dice:
Pepe: La fuente que podrás admirar no la conoces, pues la inauguraron el verano pasado, como ves el fondo es Pacífico y Pº Infanta Isabel y Mª Cristina, es una fuente que se mueve sola con la presión del agua, es muy bonita, particularmente por la noche, ya que al girar iluminada cambia de tono las luces, solamente hay una parecida en Alemania, el paseo y la calle ha sido arreglada y ha quedado como ves en la postal […]


Con esas palabras queda reflejado el entusiasmo de los madrileños por aquella nueva fuente luminosa de la que podemos decir que fue un portento de la ingeniería hidráulica y lumínica.
Y, por supuesto, hubo quienes posaron frente a la magnífica fuente y guardaron esas imágenes para recordarla siempre, como hoy lo hacemos nosotros. Ese es el caso de la siguiente estampa, donada por doña Susana García Sierra y atesorada por el Archivo Regional de la CAM.

Glorieta de Atocha (1964)
"Un niño en la hierba. Se ven al fondo cables de tranvía y trolebús"
© ARCAM
ES 28079 ARCM SUGA0001_000003

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El paso elevado o "scalextric"
Así como la nueva fuente había cambiado la fisonomía de la glorieta de cuarenta años atrás, un esperpéntico paso elevado le quitaba todo su esplendor a escasos cinco años de su inauguración. El conocido “Scalextric de Atocha” era inaugurado el 16 de mayo de 1968 por el alcalde de entonces, señor Carlos Arias Navarro. Su construcción supuso un coste de noventa y cuatro millones de pesetas.

En el siguiente video correspondiente al NO-DO Nº 1325ª, de 27 de mayo de 1968, podemos apreciar la fuente en funcionamiento y el flujo de tráfico del paso elevado.



El Scalextric comenzará a desmantelarse el 14 de marzo de 1985, después de 17 años de actividad con un tráfico rodado diario de 200.000 vehículos, convirtiendo Atocha en uno de los puntos de mayor contaminación.

El viernes 24 de enero de 1986 escribirá Pedro Montoliú en El País:
Un total de 1.200 toneladas de hierro y hormigón serán retiradas de la glorieta de Carlos V y almacenadas cerca de la carretera de Toledo, donde se encuentran los 26 tramos retirados hasta ahora. […]El domingo, a las tres de la tarde, grúas de gran altura especialmente trasladas a Madrid desde Puertollano (Ciudad Real), con una capacidad para levantar 150 toneladas cada una, retirarán el primero de los tramos del ramal que une el paseo del Prado con el de Santa María de la Cabeza, el más cercano a las viviendas de la glorieta. Exactamente se comenzará por el situado al comienzo de la calle de Atocha, lo que obligará a interrumpir el paso de vehículos por esta calle. A continuación serán desmontados los ocho tramos restantes y llevados en vehículos especiales al depósito de la carretera de Toledo, donde, presumiblemente, terminarán por ser desguazados.
La razón del desguace es que, hasta ahora, los ayuntamientos del Área Metropolitana que habían solicitado en principio el aprovechamiento de los tramos desmontados han rechazado esta posibilidad tras examinar el material. De no utilizarse ninguno, se procedería a separar la estructura metálica con objeto de convertirla en chatarra. Se estima que podrían aprovecharse hasta 3.000 toneladas de hierro, de las 4.400 que pesa todo el scalextric. Una pequeña parte se utilizaría para hacer llaveros, para lo que se encargaría a un escultor el diseño de una figura.

La desaparición de este paso elevado formaba parte de una operación urbanística que mejoraría la conexión de la zona Sur con el centro urbano y coincidía con el proyecto de remodelación de la glorieta y la estación de Atocha, además de la creación de la terminal de largo recorrido y transporte público de cercanías diseñadas por el arquitecto Rafael Moneo.

Ortofotomapas Total comunidad 1975-2006
© CAM-Dirección General de Urbanismo-Consejería de Medio Ambiente
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Durante esas reformas se instalará la fuente actual, réplica de la que hubo antaño en la plaza y cuyo original –como ya hemos citado-, se encuentra en El Retiro. La nueva fuente de la Alcachofa se instalará definitivamente en 1986 sobre una base circular y un cuadrado, reticulado en su interior, que da forma a cuatro estanques en los que se ubican cuatro surtidores simulando alcachofas.
En nada se parece a la poderosa y luminosa fuente de Herrero Palacios.

Fernández Alba, Antonio (2011).
Del ejercicio de la arquitectura.
En: "Antonio Fernández-Alba, Premio Nacional de Arquitectura 2003 :
libro de fábricas y visiones recogido del imaginario de un arquitecto [de] fin de siglo, 1957 - 2010".
Ministerio de Fomento, Madrid, pp. 68-161. ISBN 978-84-498-0896-8. p. 95
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Fernández Alba, Antonio (2011).
Del ejercicio de la arquitectura.
En: "Antonio Fernández-Alba, Premio Nacional de Arquitectura 2003 :
libro de fábricas y visiones recogido del imaginario de un arquitecto [de] fin de siglo, 1957 - 2010".
Ministerio de Fomento, Madrid, pp. 68-161. ISBN 978-84-498-0896-8. p. 97
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La siguiente fotografía, también de la publicación de Antonio Fernández-Alba, muestra la fuente durante el proceso de remodelación de la plaza del Emperador Carlos V. (Año 1985)

Fernández Alba, Antonio (2011).
Del ejercicio de la arquitectura.
En: "Antonio Fernández-Alba, Premio Nacional de Arquitectura 2003 :
libro de fábricas y visiones recogido del imaginario de un arquitecto [de] fin de siglo, 1957 - 2010".
Ministerio de Fomento, Madrid, pp. 68-161. ISBN 978-84-498-0896-8. p. 94
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Muchos recordaréis que en mayo de 2004 en la glorieta se instaló de forma temporal el entonces llamado Bosque de los ausentes (Bosque del recuerdo, trasladado en 2005 al Parque de El Retiro).


Fin de la historia
Y así, desde los tiempos del emperador Carlos, primero de España y quinto de Alemania, hasta los alcaldes Tierno Galván, Barranco, Rodríguez Sahagún y Álvarez del Manzano, hemos conocido brevemente la metamorfosis de la plaza y glorieta de Atocha.
La investigación sobre la olvidada fuente de los sesenta finaliza aquí, truncada por la falta de datos que nos permitan dilucidar dónde acabó después de su desmonte.


Actualización de contenido:
Gracias a la aportación de +Francisco Casas Velarde podemos aportar datos relevantes sobre el destino de la fuente diseñada por Herrero Palacios.
Dice don Francisco en un comentario:
"Creo que está fuente nunca fue trasladada a otro lugar, sino que fue destruida. Recuerdo haber pasado un día por la glorieta y ver cómo la arrasaban con excavadoras. Una pena porque era una fuente preciosa."
Por ser testigo presencial del modo en que fue retirada la potente fuente del Emperador Carlos V, las palabras de don Francisco son ahora epitafio de esta historia.
Podemos asegurar, entonces, que después de su desmonte (por llamarlo así), la fuente acabó en las escombreras. Lamentable final para ese artilugio de agua y luz que adornó la glorieta y plaza por dos décadas.

Nuestro sincero agradecimiento a +Francisco Casas Velarde por esta información.


Tres cosas deseo –hablando en primera persona– después de la publicación de este trabajo: principalmente que sea del agrado del lector; que aporte datos sobre la historia de elementos urbanos desaparecidos; y, finalmente, sea respetado por quienes hoy hablan de Madrid, citando su procedencia y no atribuyéndose méritos que no les pertenecen.


Bibliografía
[1] FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, Ángel. Guía de Madrid, Manual del Madrileño y del Forastero. (1876) Madrid. Oficinas de la Ilustración Española y Americana, p. 413
[2] Documento: Cesión del terreno del Real Jardín Botánio para el proyecto de ensanche de la Puerta de Atocha. (1852) Archivo de la Villa. Biblioteca digital memoriademadrid. Disponible en: http://www.memoriademadrid.es/buscador.php?accion=VerFicha&id=228866&num_id=2&num_total=2
[3] MADOZ, Pascual. Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico, Madrid. (1848) Madrid. Parte recerativa-Paseos y arbolados: Paseo de las cuatro fuentes a la de la Alcachofa, p. 404

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "La olvidada fuente de la Glorieta de Atocha (Plaza del Emperador Carlos V)", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

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Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325