viernes, 24 de junio de 2016

Los ideales del sufragista en las coplas de Antonio Casero. Madrid, 1920

A propósito de las nuevas Elecciones generales a celebrarse el domingo 26 de junio de 2016, rescatamos la copla de Antonio Casero que se publicaba en la portada del Heraldo de Madrid el lunes 9 de febrero de 1920.
El día anterior toda España había participado en las Elecciones municipales; bueno, toda España no, sólo el género masculino.

Los ideales” pone por título Casero a esta copla y, con su característico sarcasmo, deja en evidencia a los políticos de entonces a través del diálogo de dos fulanos cuyos ideales se compran con lujos efímeros.


LOS IDEALES
—M'han dicho qu'en vista
de qu'el tabaco escasea,
t'has fumao los ideales
y has votao con la derecha.
—Como que yo no soy zurdo.
—Ni hace falta que lo seas;
eso es una villanía
en Madrid y en Alcobendas.
—Pero, a mí qué pan m’ha dao
el ideal?
—T'alimenta
d'ilusiones, ques bastante.
—Pero, eso no engorda, Vega.
—¡No te conozco!
—Las cosas cambian.
—Muchacho, me dejas
que... bueno, dame un pitillo;
paece mentira que seas
tú aquel jabato del mitin
de Provisiones; cuarenta
contra tí, tú gasmeando
sin alcanzarte una piedra
de las que te dedicaban
los fulanos; ¡qué peleas!
y, luego, ¿pa qué? pa esto,
pa que por una futesa
votes a cualquier fulano
y nosotros en la higuera;
¡por ese camino viene
enseguidita la nuestra!
—Pero, oye, ¿cuál es la tuya?
—La verdaz, la que se eleva
por encima de las cosas
más sublime, la morena
del gorrito colorao,
y la balanza en la diestra;
la tuya también, la tuya,
sí señor, aunque no quieras.
—Calla, loco, si la mía
es Paca la cangrejera,
y tú estás soñando, y déjame
de pláticas, que molestas;
a mí llegó el «Misterioso»,
me dijo: veinte pesetas
te doy si votas a éste,
y sin ver del color qu'era .
le voté, y aquí me tienes
que m' han puesto unas chuletas
pa cenar que son riquísimas.
—Pero, y ¿no te da vergüenza
el comer con el producto
d’ una mala acción?
—¡Tú sueñas!
—¡Y, no te va dar reparo,
u cortedaz, el comértelas?
¿está seguro c'así
t'aprovecharían?¿esperas
que no t'hagan daño?
—¡Digo!
¡como que son de primera!
—¿Y de qué son?
—De cordero.
—Hijo, m 'has dao en la ye ma;
¿de cordero, y m'asegura
que son una cosa extra?
hago un facrificio.
—¿Cómo?
—Me voy contigo a comerlas.
— Pero, si son del producto
d'una mala acción
— ¡Que sean!
Mejor, las hincaré el diente
con más entusiasmo, Vega.
Antonio CASERO

© 2016 Eduardo Valero García (GARCIVAL) - HUM 016-011 ILUST
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-009 COPLAS AC
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


Aquellas Elecciones municipales de 1920 –siempre hablando de Madrid-, fueron escandalosas. Se detuvo a varios votantes falsos, principalmente en los distritos de Latina, Palacio, Chamberí e Inclusa.
En la Latina, y en las secciones correspondientes al mercado de ganados, fué disuelta una cuadrilla de falsos electores a garrotazo limpio.
Resultaron tres contusos y fueron practicadas tres detenciones.
También en el distrito de Palacio hubo sus correspondientes estacazos en las secciones de la Fuente de la Teja.
Los electoreros profesionales de este distrito atracaban materialmente a los electores.
Se pagaron votos hasta 25 y 50 pesetas, y en algunos puntos eran comprados casi en pública subasta.”

Así lo anunciaba el periódico La Libertad, indicando, además, que la Jornada había sido más animada que en otras ocasiones, “y también con más compra de votos por parte de los candidatos de la derecha”.

El Fígaro del domingo 8 de febrero -día del sufragio-, publicaba en portada el mapa electoral de los diez distritos con el número de candidatos de cada partido, las vacantes y el número de nombres que podía votar cada elector.   

EL FÍGARO III (532) Portada. Madrid, 1920
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De acuerdo con el listado que ofrecemos a continuación, resultaron triunfantes siete socialistas, siete mauristas, cuatro albistas, dos romanonistas, dos conservadores, un ciervista, un demócrata, un republicano y un independiente.



Sin lugar a dudas, la copla de Casero exageraba poco y era fiel copia de una realidad.

Recordamos que en diciembre de ese año se celebraron elecciones generales con el triunfo del Partido Conservador y Eduardo Dato Iradier como jefe de Gobierno. Meses después, el 8 de marzo de 1921, Dato Iradier era asesinado.

Aquí lo dejamos, para no apartarnos de la esencia de esta copla.



Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Los ideales del sufragista en las coplas de Antonio Casero. Madrid, 1920", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/  ISSN 2444-1325

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. 
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.


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ISSN 2444-1325

lunes, 13 de junio de 2016

Memoria de Pez. Parte III: Tocando fondo

Qué bonita y alegre se mostraba este fin de semana la calle del Pez. Daba gusto pasear por allí y ver el resultado del esfuerzo de comerciantes y vecinos; artífices todos de la recuperación de una tradición convertida hoy en Fiestas de la calle Pez.

Si en la segunda parte de las “memorias de pez” evocábamos antiguos comercios y vecinos que fueron dotando de identidad a la longeva calle, en esta tercera parte –menos idílica-, encontraremos la vía y su entorno tocando fondo.

No hace mucho de esta lamentable realidad. Una escueta noticia titulada “Calle del Pez, año cero”, publicada en La Hoja del Lunes Semanal de finales de marzo de 1985, daba cuenta de la penosa situación de la zona y la asociaba con un paisaje de guerra y postguerra.

La Hoja del Lunes Semanal
Madrid, marzo de 1985
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El fotógrafo Pastor inmortaliza aquel paisaje, cuando todos se preguntaban en qué momento y por qué la calle había comenzado a apuntalarse.







La noticia sentenciaba:
Esta calle es, madrileños todos, el ejemplo más claro de lo que no debe ser una calle. Pez, 1985, año Cero: un vertedero de incapacidad municipal, de pobreza urbana.

Como colofón a este recuerdo, las imágenes de la calle y su entorno que Somos Malasaña captó durante las fiestas. Son, a nuestro modo de ver, ejemplo claro del esfuerzo conjunto de quienes aprecian y respetan su barrio.

© Somos Malasaña
Fotos de Plataforma Maravillas, Manuel Romo y Somos Malasaña
VER TODAS LAS FOTOGRAFÍAS
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Bibliografía

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Memoria de Pez. Parte III: Tocando fondo", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

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martes, 7 de junio de 2016

Madrid, cien años atrás. Fiesta de la Flor

"Fiesta de la Flor... Fiesta de primavera.
Día caballeresco de piedad, de donaire, de galantería. Las mujeres ne han vestido con las primeras galas estivales, han prendido en su pecho un puñado de ardientes claveles y han alzado sobre sus cabellos un pabellón de gloria que tejió el mar con sutil espuma de las olas. Estaban muy hermosas las madrileñas.
Su obligada audacia encendía el color de sus mejillas y la fascinación de sus ojos. Sus manos prendían la margarita de papel en todas las solapas, y eran un momento, blancas, perezosas y gráciles, sobre el pecho de los hombres, una flor más, armoniosa y fragante como una magnolia.[...] Fiesta de la Flor... Detrás de un nombre bello y galán hay un dolor humano que no quiere mostrar su semblante trágico para no entristecer a la muchedumbre.
Generosidad por generosidad."

Con esas palabras resumía el día de la Fiesta de la Flor un periodista en el diario La Acción. La fiesta se celebró el lunes 5 de junio de 1916, por lo que hace cien años y dos días de aquella cuestación en beneficio de los tuberculosos.

Bajo el sol abrasador, desde bien temprano y durante todo el día, las jóvenes y hermosas postulantes de cada distrito lucían sus preciosos mantones de Manila, pañololes, mantillas, testas adornadas de peineta y flores coloridas, regalando su mejor sonrisa y ese gracejo tan particular de las madrileñas, mientras depositaban en las solapas unas florecillas de tela a cambio del caritativo donativo.

Esta escena se repetía una y otra vez en puntos estratégicos de la ciudad, mostrandose abarrotada de gente, alegre, colorida, y con un rumor de piropos constante flotando en el aire.

MUNDO GRÁFICO VI (241) Madrid, 1916
Fotografía de CAMPÚA
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
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Como cada año, los reyes abandonaron el palacio para mezclarse con el pueblo y disfrutar de la algarabía. Aquel día de 1916, pasadas las once de la mañana, Alfonso y Victoria Eugenia marcharon en automóvil descubierto por las calles, repartiendo saludos y pesetas.

LA ACCIÓN. Madrid, 5 junio 1916
Fotografía: Cervera
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Durante el recorrido los monarcas fueron acompañados por multitud de gente y muchos fotógrafos y periodistas. Esta fue la regia ruta:
Plaza de Oriente, calle del Arenal, Puerta del Sol, calle de Alcalá, Paseo de Recoletos y Castellana hasta la calle de Lista. Desde allí por el bulevar y la calle de Quintana, la de Ferraz hasta la Plaza de España. Desde allí a la Cuesta de San Vicente, entrando al palacio por el Campo del Moro a las doce en punto.


Las mesas por zonas
Desde temprano se habían instalado los "cuarteles generales" de los ejércitos de bellas féminas. Al mando señoras distinguidas, muchas de ellas esposas de renombrados señores, y conocidas marquesas y condesas.
En las decoradas mesas muchas flores y bandejas donde se iban depositando las donaciones: monedas, billetes, y alguna que otra alhaja.
Las jóvenes postulantes, elegidas entre las más guapas de las clases acomodadas y no tan acomodadas, disponían de un carné e insignia que las identificaba. Toda precaución era buena cuando se trataba de recaudar dinero.

Plaza de Oriente
Aquí estaba la mesa de la marquesa de Comillas, ubicada en la mismísima Puerta del Príncipe, con más de treinta bellas postulantes.
En la fotografía, de Díaz, vemos al ministro de la Gobernación sorprendido por cuatro postulantes.

LA ACCIÓN. Madrid, 5 junio 1916
Fotografía: Díaz
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Estación del Norte
Esta mesa fue la más madrugadora; se constituyó a las seis de la mañana en el andén de la estación.
La presidía la señora de Prieto, acompañada por los alcaldes de barrio señores Charlo y López Arroyo. Las postulantes eran treinta.

Plaza de Isabel II (Ópera)
Estaba presidida por la marquesa de Alhucemas, acompañada por casi treinta postulantes.

Plaza de España
En la presidencia la señora de Prieto de Castro acompañada por dieciséis postulantes.

LA ACCIÓN. Madrid, 5 junio 1916
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
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Distrito Centro
Aquí era donde más se recaudaba, con mesas en la calle Montera (Red de San Luis), Plaza de Santa Cruz, Puerta del Sol, Plaza de Callao y Santo Domingo.

La mesa de la Puerta del Sol estaba presidida por la marquesa de Portago, acompañada por la condesa de la Quinta de la Enjarada y señoritas de Portago y Rózpide.

En la de la Plaza de Santa Cruz presidía la señora de Sáiz de Carlos, acompañada de un numeroso ejército de señoritas. A las diez y media de la mañana ya habían recaudado 150 pesetas.

La de la Plaza de Callao estaba presidida por las señoras de Díe y Aranda; con ellas la guapísima artista Amalia Escalante y una veintena de postulantes.

Presidian la mesa de la calle Montera la señora de Baüer y condesa de Fuente Blanca, acompañadas de más de treinta postulantes.

Universidad
En este distrito sólo se había instalado una mesa, situada en San Bernardo esquina con la calle del Pez.
Los alrededores estaban adornados con vistosos macetones, y en la pared que servía de fondo se colocó una cruz pontificia, confeccionada con claveles rojos.
Presidía esta mesa la señora de Barroso, acompañada de casi cuarenta bellas postulantes.
A las diez de la mañana habían caído en la bandeja dos "papiros" de cien pesetas.

Chamberí
Uno de los distritos más alegres en el que las postulantes lucieron sus vistosos mantones y mantillas con la gracia típica de esos barrios.
La mesa de la glorieta de Bilbao estaba presidida por la señora condesa de San Antonio y la señora viuda de Ruiz Martínez, ayudadas por el alcalde del barrio del Dos de Mayo, don Miguel Laura, y el de Monteleón, don Ángel del Hoyo.
En la mesa del Obelisco estaban la marquesa de Valdemolinos y la duquesa de Montellano.
En la plaza de Chamberí, la condesa viuda de Montano.
En los Cuatro Caminos, doña Amparo Trulla de Vidal, y en la plaza de Alonso Martínez, la marquesa de Pozo Rubio.

Latina
Dos mesas había en este distrito; la de la plaza de la Villa, esquina a la calle Mayor, y otra en la popular plaza de San Millán.
Preside la primera la señora condesa de Romanones, que estaba rodeada de 2.100 claveles.
La segunda estaba presidida por la señora condesa de Heredia Spínola.

Hospital
La mesa colocada en la plaza de Lavapiés estaba presidida por la caritativa señora marquesa de Alhucemas, acompañada por el subsecretario de la Gobernación, señor Mendoza; el director del Patronato, señor Verdes Montenegro; el teniente alcalde del distrito del Hospital, don Enrique Flores Valles, y los señores Sampelayo, Aguilar y Gallardo.
En la calle de la Magdalena, frente a Lavapiés, estaba ubicada la mesa que presidia la marquesa de Camarines.
Presidia la mesa de la calle de Santa Isabel, esquina a la Magdalena, la señora de Sáiz de Vicuña con la señorita de García Prieto.
En la mesa de los andenes de la estación del Mediodía presidia la señora de Villegas.
En cuanto a las postulantes, sumadas las de cada mesa, fueron casi cien.

Inclusa
Dos fueron las mesas de este distrito: una en la plaza de Nicolás Salmerón, y otra, en la del Progreso.
La primera estaba presidida por la señora del doctor Fatás; la segunda lo estaba por las señoras de Ranero y Sáinz de los Terreros.
En total sumaron más de sesenta postulantes, a cada cual más guapa.
La nota graciosa, contaba un periodista de La Acción, la habían puesto dos vecinos de la zona.
"Al pasar por la calle del Duque de Alba, una mujer del pueblo, vieja, y con una cara de gracia propia de estos barrios, dice a dos monísimas criaturas que, con mantilla blanca ataviadas, van prendiendo florecitas en todos los ojales:
—¡Hijas mías; no vayáis por el sol, para que no cojáis una insolación!
Y un chusco que oye el consejo, agrega :
—Pues el que va a coger la insolación soy yo si las niñas van por la sombra."

Hospicio
La mesa estaba ubicada en la confluencia de las calles Fernando VI y Barquillo, presidida por la señora de Albarrán.
Gran animación había por las calles del Barquillo, Fernando VI, Hortaleza y Fuencarral, donde una docena de señoritas graciosas y bellísimas se las ingeniaron para conseguir una suculenta recaudación.

Congreso
En la calle de Santa Isabel la mesa estaba presidida por la señora de Sáinz de Vicuña.
En la de la calle de la Magdalena, la marquesa de Camarines.
En la de la En la plaza de Santa Ana, en la mesa la condesa de Bugallal con su hija, la señora de Fernández-Barrón.
La mesa de la carrera de San jerónimo estaba la marquesa de Ogaba con su sobrina Conchita de Alfonso.
En la mesa del Banco de España presidia la señora Carmen Escario; desde allí y por la calle de Alcalá transitaban las jóvenes postulantes sin dejar escapar ni una solapa.

Junto a la iglesia de San Manuel y San Benito se ubicaba la mesa presidida por la señora de Eduardo Dato.
La de la plaza de la Independencia estaba presidida por la marquesa de Comillas,pero en su ausencia la encargada era la señora do Rubio.

Impresionante debió ser aquel despliegue logístico de jóvenes madrileñas tan vistosamente ataviadas. Fruto de la elegancia y la simpatía de aquellas bellas damas se lograron importantes recaudaciones en beneficio de los enfermos, recibiendo ellas los halagos y piropos de este solidario pueblo.

No quedó títere con cabeza
Atestadas las solapas de los caballeros con cantidad de florecillas, muchos escapaban a la belleza por no quedar paupérrimos. Más las postulantes no cejaron en su solidario intento y hasta vaciaron los bolsillos de los ínclitos señores del Consejo de ministros, del Ministerio de Fomento y del de Instrucción.
Tampoco se salvaron los que acudieron a comer al Ritz, donde se consiguieron 1.200 pesetas, ni los viajeros que ya estaban instalados dentro de los trenes.
Y si algún lugar falta citar, hasta en las redacciones de los periódicos dejaron su florida impronta. La fotografía muestra a dos elegantes postulantes cumpliendo su benéfica labor en una sala de máquinas de Mundo Gráfico.

MUNDO GRÁFICO VI (242) Madrid, 1916
Fotografía: Cortés
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
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La Fiesta de la Flor, sin ser religiosa, tenía la misma magnitud e importancia que la Romería de la Cara de Dios.




Fiesta de la Flor, colorido, alegría, belleza y animación por las calles madrileñas. Resume la celebración don José Montero en la revista Nuevo Mundo:
"No hay que darle vueltas. Mientras las mujeres se envuelvan en el mantón de Manila y se velen el rostro con los arabescos de la mantilla, andar por la calle cuando se celebre la Fiesta de la Flor, será un grave peligro. A pesar de todo, como el buen español nunca es más bravo que cuando lo mira una mujer, todos deseamos ser blanco de una mirada y del «sablazo» que descarguen unas manos gentiles. Si una madrileña juncal se nos acerca nos sentimos hidalgos de otro siglo y sentimos que la vulgaridad del traje no nos permita barrer el suelo con la galana pluma del chambergo."





Bibliografía
De las imágenes:
- Archivo HUM
- Biblioteca Nacional de España

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Madrid, cien años atrás. Fiesta de la Flor", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

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sábado, 4 de junio de 2016

Fuencarralera, burra y petimetre en los pliegos de cordel

Imagen añeja de mujeres trabajadoras inmersas en el diario sacrificio de ganar unas perras -de las chicas-, retratadas por don Salvador R. de Azpiazu Imbert junto al Mercado de la Cebada. Más allá la cúpula de San Andrés y el lugar de descanso eterno de Isidro, el labrador, a quien tanto rogaban en beneficio de sus mercancías.


“Venta de vegetales junto al mercado de la Cebada de Madrid”
Salvador Ramón de Azpiazu Imbert (ca. 1900)
© AMVG
Fondo: AZPIAZU - Registro: 280
Signatura: AZP-226/AF0000280/index.djvu
Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

Señoras de edad y otras más jóvenes ofrecen los productos de la huerta; hermosos, relucientes, apetecibles pimientos, tomates, cebollas... Todo fresco, recién arrancado de la tierra, anunciado con sus melodiosos y característicos gritos:

"-¡A tres cuatos el manojo de cebolla, y sin capar!

"-¡La limoneraaa! ¡Toito agrio!

"-¡Melares melares melaritoooos, melares para los militares. Y bien pesao!"

Ecos perdidos en rincones añejos de nuestra ciudad de los gritos de vendedores ambulantes que hoy traen el recuerdo de las fuencarraleras o foncarraleras.

Y no llega esta elección por casualidad -que estos tipos madrileños eran variopintos-, sino por la referencia que hacen de ellas en nuestro grupo de Facebook dos de sus miembros, Antonio Checa Sainz y José Laso Teresa.

“Gritos De Madrid”
Gamborino, Miguel (1760-1828). Grabado, 1817
© GALLICA-BNF
Signatura: ark:/12148/btv1b8446762j
Historia urbana de Madrid
ISSN 2444-1325

"[...] Yo vivo en los barrios bajos, y desde la plaza, donde está mi casa, se columbra un buen trozo de tierra castellana y un gran espacio de cielo.
Y hay en la plaza unos sombrajos que cobijan puestos de fuencarraleras, y hay otros puestos de verduras, y los hay también de baratijas, y está el puesto de la cangrejera en la esquina , y más allá, junto a la fuente, el de la requesonera, toda peripuesta de mandil y manguitos blancos, muy repeinada con bandolina; y hay también su corro de traperos, tomando acuerdos, antes de lanzarse a la conquista de Madrid; y hay voces y pregones y disputas, y de vez en vez el acento desgarrado de una vendedora joven rompe el aire cristalino do la mañana con su "Todas en una perra" o "En diez céntimos tóos, parroquiana".
Luis Ruidobro
"Mañana de Abril"


Lejos de contar su historia (Ver artículo de la revista Madrid Histórico, nº. 62) nos centramos brevemente en la presencia de estas vendedoras en un gracioso texto de 1782.

Se trata de “Tertulias de la Aldea, y Miscelanea Curiosa de Sucesos Notables, Aventuras Divertidas y Chistes Graciosos, Para entretenerse las noches del Invierno y del Verano”, siendo el Pasatiempo III el que nos ocupa, perteneciente al Tomo II de la obra escrita y publicada por Joseph Manuel Martin en 1782.
«Caminaba para Foncarral, uno de los Lugares inmediatos á Madrid, una Aldeana de aquel mismo Lugar, despues de haber vendido su hacienda, como acostumbran en la Corte. Llevaba delante de sí una borrica.
Encontró en el camino un pisaverde de Madrid, el qual advirtiendo que la Foncarralera era de agraciado rostro, sintió movido el apetito á sellarle con sus labios.
Para este efecto, deteniéndose á conversar con ella, la preguntó adónde iba? Respondió, que volvía á su Lugar.
Y quál es vuestro Lugar, repreguntó el de Madrid, paysana hermosa?
Foncarral, señor mio, respondió ella.
Había estado este tal bastantes veces en dicho Lugar, y conocía allí varias gentes. Prosiguió pues diciéndola:
De Foncarral? ¿Conoceréis según eso, á la hija de Fulano?
Sí conozco muy bien, respondió la Aldeana.
Pues llévala, dixo el Caballero ó Petimetre, este beso de mi parte; y al mismo tiempo hizo movimiento á executarle en ella; pero ella apartándose con denuedo, le replicó:
“Señor mio, si teneis tanta prisa de enviar vuestro beso á la hija de Fulano, dádselo á mi burra, que va delante, y llegará al Lugar primero que yo:” dando luego con la vara á la burra, acompañando el golpecon un arre, pasó delante, dexando al bufón de Madrid hecho un estafermo.»

Esta obra pertenece a las publicaciones denominadas "pliegos de cordel", de la que se conoce una primera edición de 1765 escrita por Hilario Santos Alonso e impresa en la casa del ya citado Joseph Manuel Martin. En aquella de Santos Alonso se incluían algunos fragmentos del Quijote y Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes Saavedra.

Los "pliegos de cordel" eran llamados así por tratarse de cuadernillos cuyas hojas o pliegos estaban atadas con un cordel, no superando en algunos casos las treinta y dos páginas; aunque lo más frecuente eran ocho o menos.
La obra que hoy presentamos estaba compuesta por cuatro pliegos (ocho páginas) y se vendía al precio de un real en la casa u oficina del tal J. M. Martin, situada en la calle de la Cruz.

Las “Tertulias de la Aldea, y Miscelanea Curiosa de Sucesos Notables, Aventuras Divertidas y Chistes Graciosos, Para entretenerse las noches del Invierno y del Verano” de Hilario Santos Alonso tuvieron tanto éxito que se imprimieron nuevas ediciones entre 1768 y 1782, siendo la nuestra la correspondiente a ese último año y con J. M. Martin como autor.

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El 15 de julio de 2015 la Casa Durán sacará a subasta el lote nº 3001, correspondiente al compendio publicado en 1768 por J. M. Martín con un precio de salida de 250 €.


Bibliografía
De las imágenes:
- Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz / Fondo Azpiazu
- Biblioteca Nacional de Francia / Gallica

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Memoria de Pez. Parte II: Comercios antiguos y peces gordos (Siglo XVIII)", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

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