domingo, 31 de mayo de 2015

Fototeca HUM. El borracho Garibaldi

Hete aquí el prototipo de la golfería madrileña. Flanqueado por dos buenas piezas, es retratado don Baldomero "el Cubero", más conocido como el popular loco o borracho "Garibaldi". 



Baldomero "el Cubero", llamado así por haber sido su profesión cuando aún estaba sobrio (¡sabe Dios cuándo!), era uno de los tantos personajes de baja estofa que se hicieron fama en las calles de Madrid. Se ganó el mote de "Garibaldi" por presumir de serlo, al menos en las pintas que lucía.

Tipo nervioso, de estatura baja, Baldomero se paseaba por las calles libando vino -siempre vino-, arengando al aire y blasfemando al cielo.
Soltaba discursos a diestra y siniestra, en especial a estudiantes y desocupados, finalizando la cháchara con unas rúbricas al viento: ¡Viva la República! ¡Mueran los carcas! ¡Arriba, caballo moro!... Y, por supuesto ¡Viva Garibaldi!
Daba trato de "Excelencia", y así llamaba, a todo aquel que le invitaba una copa, y bien podía compartirla con el general Prim, compañero invisible con quien, de tanto en tanto, hablaba.

En su eterna y loca melopea, garbeaba marcial por las calles ataviado con un raído levitón y luciendo en el pecho variopintas condecoraciones. Cubría su testa un rudimentario sombrero de picos adornado con plumas negras, y a la cintura llevaba enrollado un fajín de mando. Y si de mando hablamos, no podía faltar el bastón, que era un palo.
"Garibaldi es microcéfalo; fisonomía simpática, ojos empequeñecidos por la ligera elevación del párpado inferior…, acné rosácea marcada, surcos naso-labiales hundidos inferiormente, temblor de la lengua… sed y hambre crónicas. Odia el aguardiente, por el cual se perece su mujer, más adelantada que él en la intoxicación. Bebe sólo vino, y actualmente delira de veras. Se embriaga a diario, y según le da el vino, va desde la calle a la cárcel o a su casa." [1]

Vivió en el barrio de las Cambroneras, a orillas del Manzanares. Tenía un hijo que le aventajaba en otros muchos vicios. Era viudo; su mujer había muerto poco antes que él, víctima del aguardiente.
Dicen algunos que su locura no era tal; que era un espabilado que había descubierto la manera de no dar ni chapa haciéndose el loco, algo que daba beneficio a su afición por el vino. 

El fotógrafo Pepe Campúa (José Demaría Vázquez) retrata a "Garibaldi" oteando el cielo de Madrid en busca de los incautos que costearían los vinos cuando llegase arriba.

"Garibaldi" falleció la víspera de Nochebuena de 1919. Tenía 76 años y todo el morapio posible en las venas.


Bibliografía
Fuentes de consulta:

[1] C. Bernardo de Quirós y J. M.ª Llanas Aguilaniedo: La mala vida en Madrid. Estudio psico-sociológico con dibujos y fotografías del natural. (1901) Madrid, B. Rodríguez Serra, Editor, Flor Baja, núm., 9. 
- Camilo José Cela. La obra literaria del pintor Solana. Discurso de ingreso en la Real Academia Española. 26 de mayo de 1957.
 
· Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. 
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domingo, 24 de mayo de 2015

Franco y Romero, sombreros por la calle de Alcalá. Madrid, 1920

Noventa y cinco años ha de la inauguración de un local postinero en la calle de Alcalá. Nace en el número 12 de la emblemática arteria madrileña, lindando con el destruido edificio de La Equitativa, la sombrerería "Franco y Romero, Sociedad en Comandita". El acontecimiento ocurrió en la segunda mitad del mes de mayo de 1920, aunque no podemos precisar el día.

Dedicada a la venta de sombreros para damas, caballeros y niños, la sociedad invitaba al público a visitar el establecimiento "con entera libertad y sin compromiso alguno, pudiendo examinar los artículos que en el mismo se venden."
Aquellos artículos eran, además de los sombreros, gabardinas, gorras, bastones, paraguas y corbatas, entre otros accesorios de la vida moderna de la modernidad de esos tiempos.

La fotografía del interior del local habla por sí misma del lujo y buen gusto con que había sido decorado y equipado. Entrañable recuerdo de los comercios de época ya casi desaparecidos, o contados con los dedos, en este Madrid sin escrúpulos.

LA ESFERA, mayo de 1920
Foto publicitaria

Acorde con ese lujo estaba el género que allí se vendía; productos nacionales y extranjeros adquiridos directamente por los dueños, quienes viajaban y los elegían personalmente en París, Londres y Alejandría, entre otras ciudades del mundo. Sobre este particular, se daban pisto Franco y Romero afirmando: "...viaje que será repetido todos los años en la época más conveniente, para servir a nuestros favorecedores en las condiciones que ellos mismos nos impongan."


No hemos encontrado en los periódicos de la época otra publicidad que no sea la aparecida en el Heraldo de Madrid de mayo y La Acción de junio. Después, nada.
Quizá la empresa no lograse sus ambiciosos objetivos o sucumbiesen a lo que ellos mismos vaticinaban:
"No desconocen los dueños de este local lo escabroso de la lucha comercial en Madrid; pero están animados de un gran deseo de trabajar con fe, y en esto, juntamente con la benevolencia de sus favorecedores, tan sólo para vencer tales resistencias, esperando que el éxito corone su esfuerzo."
Lo cierto es que por éste vaticinio, o por otras cuestiones, la sombrerería postinera de la calle de Alcalá desaparecerá bajo la activa piqueta que desdibuja el decorado urbano madrileño desde tiempos ancestrales.

Así era la fachada del establecimiento. Dos lujosos escaparates mostraban los sombreros de temporada; sobre ellos, el típico cartel rotulado que aún podemos apreciar en algún comercio madrileño.


LA ESFERA, mayo de 1920
Foto publicitaria

De nada sirve buscar referencias actuales -como hemos hecho con otras fotografías antiguas-, sobre este establecimiento comercial; desgraciadamente el edificio ya no existe.


Sombreros y Bancos
La siguiente fotografía, de Hauser y Menet, tomada en 1892, muestra el novísimo edificio de la Compañía de Seguros "La Equitativa" (posteriormente sede central de Banesto en Madrid), obra del arquitecto José Grases Riera. La bellísima mole arquitectónica, que había sido inaugurado en 1891, albergó en su momento al Casino de Madrid y posteriormente al Círculo de Bellas Artes.

Como podemos apreciar, no existen edificios colindantes sobre las calles de Alcalá y Sevilla. Será en el año 1895 cuando comience a construirse el inmueble que ocupará el solar de la calle de Alcalá, número 12, sede que fue del Banco Sainz Hnos. Allí se instalará en 1920 la sombrerería de Franco y Romero.




En la siguiente fotografía, del año 1898, vemos el edificio de la calle Alcalá, número 12, tal y como fue concebido y construido en 1895.

Fototeca del Patrimonio Histórico
Archivo Moreno, 1898 (fragmento)
En esta otra fotografía, del año 1900, vemos en detalle la fachada del edificio. En 1920 no había sufrido ninguna modificación en la fachada. Es evidente que en uno de sus locales, quizá en las dos persianas que siguen a la entrada principal hacia la derecha, estuvo ubicada la sombrerería.

Edificio del Banco Sainz Hermanos
Anónimo, 1900
De: "Informe sobre la operación Canalejas"
Amparo Berlinches Acín, 2014


Entre 1903 y 1907 se construirá el precioso edificio del Banco Hispano Americano de la Plaza de Canalejas. Más tarde en el tiempo, hacia 1940, este Banco adquiere el edificio colindante de la Carrera de San Jerónimo, número 9.
En 1942 se hará con la propiedad del inmueble del número 12 de la calle de Alcalá y lo demolerá para ampliar su sede central.
Un año después adquiere el edificio de Credit Lyonnais, que ocupaba la calle de Alcalá, número 8 y Carrera de San Jerónimo, número 7.
Finalmente, también en 1942, terminará de construir el edificio de la calle de Alcalá, número 10, que había sido antigua Casa de Galicia y después Banco Zaragozano, dando como resultado el inmenso conjunto de edificios que hoy conocemos, o que intentamos reconocer detrás de tanto andamiaje.

"Plaza de Canalejas. Edificio del Banco Hispano Americano y Casa de la Tribuna"
Postales: Ayuntamiento de Madrid

Fototipia Castañeira, Alvarez y Levenfeld (ca. 1915)
©BNE-BDH

"La Equitativa y Calle de Alcalá"
Vistas de Madrid: 20 postales (ca. 1924)
Madrid Casa Thomas
©BNE-BDH
En 1991, el Banco Hispano Americano se fusiona con el Banco Central (BC) y da como resultado el Banco Central Hispano (BCH). En 1999, el BCH se fusiona con el Banco Santander... dando como resultado en ese caso que en 2013 la Comunidad de Madrid revoque la protección de BIC en la categoría de Monumento (otorgada en 1999), reduciéndola a protección de fachada, primera crujía y patio de operaciones. La piqueta se pone en marcha.

Después de todo lo dicho ¿cómo podíamos encontrar vestigios de la fachada de la postinera sombrerería?  ¿De qué manera luchar contra la piqueta si, además, hay poderosos de por medio?

En 1942 el edificio que una vez ocupó el comercio de Franco y Romero, Sociedad en Comandita, desapareció para siempre. Hoy, con dos viejas fotos y un anuncio publicitario, lo hemos vuelto a la vida al menos por un instante, el que has dedicado a leer esta historia urbana de Madrid.

Si quieres saber más sobre los pormenores de esta zona emblemática de Madrid y sus edificios, visita el blog de Madrid, Ciudadanía y Patrimonio [Operación Canalejas]



Bibliografía
- Berlinches Acín, Amparo. Informe sobre la "Operación Canalejas (2014) Madrid, Ciudadanía y Patrimonio [http://madridciudadaniaypatrimonio.org/]
 - BOCM (1999) Nº 32, lunes 8 de febrero

 
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sábado, 23 de mayo de 2015

Fiesta de la Maya de Madrid

En nuestro artículo sobre las Fiesta de mayo de 1915, organizadas por el Centro de Hijos de Madrid y secundadas por el distrito de Chamberí, presentamos el programa de eventos. Entre los festejos figuraba la denominada Fiesta de la Maya, de la que hablaremos a continuación.



Fiesta de la Maya
Era costumbre antigua que a la llegada del mes de las flores se plantase en las plazas el 1º de mayo un árbol frondoso, que solía ser un álamo, y se lo adornara con cintas, flores y colgaduras de colores vivos. Debajo de él se sentaba a la joven más bella, y alrededor bailaban mozas y mozos, con tal bullicio y frenesí que llegó a prohibirse y recibir la censura de la iglesia.

Con el tiempo aquella vieja costumbre derivó en las Mayas, que era la soltera más hermosa del barrio, elegida de común acuerdo, y cuya casa por la noche era engalanada en puerta y ventanas con flores recién cortadas.
A la mañana siguiente iban a buscarla los mozos y mozas, luciendo sus mejores galas, y haciendo sonar por la calle los panderos, cascabeles, guitarras y castañuelas, y entonando seguidillas dirigidas a la reina de la fiesta.
Al llegar a la casa se le cantaban coplas, compuestas muchas con discreto ingenio. Acto seguido entraban en la casa y sentaban a la Maya en un taburete que llamaban "la silla de la Reina", que estaba adornado con flores y sedas, y en andas la llevaban a un vistoso trono decorado con tapices, colgaduras, alfombras, cuadros y cornucopias. Allí colocaban a la Maya en su trono y la coronaban soberana símbolo de la Primavera. Comenzaba entonces el baile, que duraba hasta altas horas de la noche, y algunas mozas comenzaban a peregrinar por las calles con platillos pidiendo monedas para la entronada.

"Echa mano a la bolsa,
cara de rosa,
para obsequiar con ella
mi maya hermosa."

En tiempos de Felipe III los barrios que tuvieron mayor fama por poner en el trono a las más bellas Mayas fueron los de la ermita de San Millán, en la plazuela de la Cebada, la Morerí­a y Puerta de Moros.


La reina de los mayos
"La reina de los mayos", zarzuela de Antonio Velasco Zazo, Luis Cordavías y Alfonso Martín, compuesta en un acto y tres cuadros, en prosa y verso, y publicada en 1911, rememora los tiempos de Felipe III, entre los Siglos XVI y XVII.
La acción se desarrolla en el emblemático barrio de la Morería, y la escena IV del cuadro tercero tiene lugar en la plaza del Alamillo *, donde uno de los personajes de la obra, "La Pitaña",  recita los versos del poeta Vargas:

En prueba de que soy bella
sabed que he sido la Maya
debajo del alamillo
de la puerta segoviana,
que el rey Felipe tercero,
que tiene de galán fama,
prendado de mi hermosura
arrojó el oro a mis plantas
y alargándome la mano,
que dos mundo avasalla,
me dió un beso en la mejilla,
hechizado de mi gracia,
diciéndome: Niña, hermosa,
eres diosa de las Mayas,
perla rica de mi corte
y la reina de las hadas.
Bendito el florido Mayo
que tal dicha me guardaba
de ver Maya, que cual tú,
jamás se miró en España.


* Plaza del Alamillo
Dice A. Fernández de los Ríos en su "Guía de Madrid" (1876), que, según unos, la plaza había tomado el nombre de un árbol derribado por un huracán en el siglo XIX; según otros, "alamillo" derivaba del "alamud", tribunal árabe, porque había en aquel sitio una casa donde presidia el Ayuntamiento el alcalde de Madrid en tiempos de Hiscen, califa de Toledo.

Por su parte, Antonio Capmani y Montpalau, en "Origen Histórico y Etimológico de las calles de Madrid" (1863) añade a estas historias: "Cuando los cristianos ganaron la villa, el ayuntamiento que entonces se constituyó tenia aquí sus reuniones , y en su plaza se celebraban las fiestas públicas , y se cuenta que allí el valeroso Cid Rodrigo Diaz de Vivar lanceó un toro en la fiesta real con que se obsequió al rey D. Alonso VI con motivo de la conquista de Toledo."


.



Vicisitudes de la fiesta
El historiador Basilio Sebastián Castellanos de Losada aseguraba que durante el reinado de Felipe IV se mantenía la costumbre de la fiesta de la Maya, a tenor de un testimonio leído en un archivo en el que se condenaba a doscientos azotes y seis años de galeras a unos desalmados llamados Pedro Rendón, Juan Díaz y Antonio Pérez.
El auto decía que se les condenaba "por haber acometido con navajas a Petra Redondo, cuando hacÃía de Maya en el Prado de San Jerónimo, e hiriéndola la quitaron las alhajas que tení­a puestas por valor de doscientos ducados y maltratando a tres de sus compañeras, a quienes quitaron las arracadas, rasgando a una las orejas".

En tiempos de Carlos II (el Hechizado) se prohíbe la fiesta de las Mayas por su "paganismo" y es sustituida por la de la Cruz del 3 de Mayo.

Durante el reinado de Carlos III sí existirá la fiesta, pero con cambios. En bando de 21 de abril de 1769, publicado en Madrid, se prohibía a las Mayas manifestarse en las calles con otras, pidiendo dinero para ellas, y se imponían penas de diez ducados y diez días de cárcel a los padres o personas a cuyo cargo estuviera el cuidado de las mismas.



En el Siglo XVII, los madrileños del barrio del Barquillo levantaban el trono de la Maya en el mismísimo atrio de la iglesia de San José. Y allí llevaban a la manola que consideraban más guapa, mientras otras doncellas incordiaban a los feligreses pidiendo la consabida moneda.
El pintor Arturo Mélida y Alinari lo refleja en su cuadro "Atrio de la iglesia de San José, de Madrid".



Las Mayas de 1915 y Fernando VII
Sobre la celebración organizada por el Centro de Hijos de Madrid de 1915, habla Antonio Velasco Zazo, decano de los cronistas de la Villa, en la revista Mundo Gráfico.
Velasco Zazo rememora los tiempos del Madrid de Fernando VII, del que decía "era el primer chispero", de Chamorro, "el más ocurrente majo" y de Pepa la Naranjera, aquella que "atravesaba los salones de Palacio vestida con saya de percal, mantilla de tira y peineta acanalada".
"Esta costumbre de las mayas no era una cuchipanda de gentes perdidas, como algunos ignorantones han llegado á presumir. Erase una fiesta seria y digna de alabanza, ya que en ella tomaban parte muy significadas damas de la nobleza, y en los tronos ó sillas se gastaban buenos cuartos, adornándolos con sederías, tapices, mantones filipinos, flores de todas clases, cintas bordadas, pañuelos de seda, pabellones y abanicos.
Todo Madrid, este Madrid tan bello é inconfundible, participaba del jolgorio. Las calesas rodaban del Barquillo á Morería y del Lavapies á los altos de Amaniel. Los muchachos tocaban panderos y cascabeles atados en largas varas. Los cohetes subían uno tras otro, confundiéndose sus detonaciones y dejando caer sus lucecillas multicolores. En cada esquina un baile, y en cada puerta una cruz. De aquí para allá, comparsas con bandurrias y castañuelas. Recaderos conduciendo cestos de flores y abanicos de plumas. La alegría, desbordándose en la mañana templada que evocaba la gloriosa victoria de un 2 de Mayo ejemplar.
Eranse las mayas las solteras más guapetonas del barrio, elegidas por común acuerdo y festejadas con las ingeniosas coplas de los sopistas.
¡Barrios de San Millán, de Morería, de San Antón y Maravillas! Para recreo y enseñanza de todos, van otra vez á cantar vuestra fama unas chulapas mujeres que harán perdurable la esencia del majismo por los siglos de los siglos.
ANTONIO VELASGO ZAZO"


La tradicional fiesta nacida en el Madrid del siglo XVI, y que hoy ha quedado reducida a su mínima expresión, tenía por finalidad dar la bienvenida al renacer de la naturaleza en primavera y, de paso, reconocer la belleza de las jóvenes mujeres madrileñas entronizándolas y alagándolas hasta elegir a la más bella. Pero...
 "Si el progreso y las luces de nuestros tiempos no hubiesen suprimido la fiesta de las mayas, vieja y honrada costumbre de nuestros abuelos, Margot hubiese sido adornada con las rosas blancas, lo cual valí­a más que el sermón, pero los señores del 89 suprimieron muchas cosas." ["Margot", de Alfredo de Musset. Biblioteca de El Progreso. Diario republicano autonomísta El Progreso, 1909. Santa Cruz de Tenerife]



"Manola de las Vistillas,
manola la más chuscaza,
la de los zarzillos rojos:
pon a mi pasión templanza.
¡Manola de las Vistillas!
¡La de más brio y más alma
que vieron ojos mortales
pisar el suelo de España!"
ANTONIO VELASCO ZAZO, 1920




Bibliografía
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viernes, 22 de mayo de 2015

Madrid, 1915. Fiestas de mayo del Centro de Hijos de Madrid y Chamberí

Cien años se han cumplido de la publicación de un programa de festejos. Era el de las Fiestas de mayo organizadas por el Centro de Hijos de Madrid, que se celebraron del 14 al 31 de aquel mes de 1915.



La Sociedad del Centro de Hijos de Madrid, había nacido el 18 de abril de 1904 para fines benéficos, educativos, recreativos y artísticos. Tenía un papel de relevancia en lo concerniente a temas de interés de la sociedad madrileña, por eso era muy habitual ver a sus miembros participando en la organización de festejos, bailes y verbenas de carácter solidario y para las clases más necesitadas. Famosas eran sus kermesses y el tradicional reparto de pan a los pobres, en los que participaba conjuntamente con el Ayuntamiento. [Ver: El Teatro Calderón y el Centro de Hijos de Madrid]

El 4 de mayo, los escaparates de los principales comercios de la villa y corte lucían el programa que acabamos de ver. Ese mismo día lo publicaban algunos periódicos de mayor tirada.
Casi al mismo tiempo, el presidente del Centro, D. Facundo Dorado, visitaba al alcalde para solicitar se le facilitase la Banda municipal con el objeto de amenizar alguno de los eventos programados.

Junta directiva y algunos socios del Centro de Hijos de Madrid,
presidida por el Sr. Dorado (en el centro)
MUNDO GRÁFICO, 1915

domingo, 17 de mayo de 2015

Cocaína volando por Gran Vía. Madrid, años 30

Noche madrileña en la luminosa Gran Vía de los años 30. Por encima de la cabeza de los noctámbulos y la gran farola de la plaza de Callao, embriaga con su tufo la Cocaína en flor.

Dispuesto a chocar con el edificio Carrión o la torre del Cine Callao, el perfume moderno para la vida moderna, planea en busca del "Varón Dandy" que 'esnife' las pasiones de su penetrante olor; mientras tanto, las ondas de radio hipnotizan al consumidor.


MUNDO GRÁFICO, 1934

VER
"Gran farola y fuentes de Callao"

El anuncio publicitario que a modo de recuerdo de papel acabamos de ofrecer, es uno de los tantos que del "Superperfume" Cocaína en flor se publicaba en la prensa española de los años 30 sin que causase el más mínimo estupor. Aroma creado por el perfumista catalán Albert Parera i Casanova-padre del Varón Dandy-, tuvo su máximo esplendor en la década de los 30 y 40 del siglo XX.



Aroma y ondas

El moderno Superperfume “Cocaína en flor”
Es un incentivo en el arte femenino de agradar,
Dentro de un ambiente de gusto depurado
De hechizo, de suavidad, de distinción... 

La esencia que aturdía los sentidos y entregaba cuerpos y almas a los más apasionados placeres, se presentaba también en loción y agua de colonia. Unas gotitas en muñecas y detrás de las orejas eran suficientes para sentirse "libre, valerosa, deseada, alegre, confiada y más mujer", con cientos de amorcillos con sus flechas claveteando el cerebro.

En el aire, las ondas radiofónicas ponían ritmo y voz a esas sensaciones aromáticas.
La cantante y actriz Carmelita Aubert (Carmen Recassens Aubert, 1912-1979) fue la encargada de hacerlo a modo de campaña publicitaria, con música a ritmo de tango.

MUNDO GRÁFICO, 1934

Composición de Jaime Mestres (letra y música), Carmelita interpretó, junto a la Orquesta Ventura y sus bohemios, dos canciones: "Cocaína en flor" y "Mi vida con Cocaína en flor". (Cortesía de Walbachew)



COCAÍNA EN FLOR
En una jardín de ensueños y armonías
de aromas de mi noche primavera
en solitud que toca y presiona
me estremecí al oír cantar.

La luna fue con su rayo de plata
que ilumino de ardor todo mi ser
que comprendió mi pasión, mi deseo
y asi me hablo brindándome un querer.

Cocaína en flor, Cocaína en flor
es pasión divina
es perfume que fascina
es la brasa del amor.

Cocaína en flor, Cocaína en flor
es perfume serio, placentero
y un misterio
en las lides del amor.

La luna fue guardián de enamorados
quien cobijó también fuego mi amor,
es un amor que aún perdura y persiste
como el perfume Cocaína en flor.

Yo le soy fiel a este grato perfume
también es fiel mi amor y mi ilusión
aún los dos en el jardín por la noche
oímos cantar la luna esta canción.

Cocaína en flor, Cocaína en flor
es pasión divina
es perfume que fascina
es la brasa del amor.

Cocaína en flor, Cocaína en flor
es perfume serio, placentero
y un misterio
en las lides del amor.

Recitado:
Un perfume que persiste
un aroma que no cansa
una sensación que no se olvida
Superperfume Cocaína en flor. 

Cocaína en flor, Cocaína en flor
es perfume serio, placentero
y un misterio
en las lides del amor.





MI VIDA CON COCAÍNA EN FLOR
Quiero vivir por él
Gozo pensar en ti,
Eres, perfume, la más bella poesía
Lleva tu aroma la valentía del placer.
Dime, que yo sabré
Todo tu ardor sentir,
Es optimismo y el estar es alegría
Es el bautismo del gozar y del querer.

“Cocaína en flor”, perfume de amor
“Cocaína en flor”, tu aroma es ardor,
Es un perfume persistente
Es un misterio complaciente.
“Cocaína en flor”, ensueño de amor
“Cocaína en flor”, es embriagador,
En la nostalgia de la vida
Vencerá siempre, con “Cocaína en flor”.

Día feliz aquel
En que tu olor sentí,
Estremecióse de placer mi alma entera
Y entre mis venas, el delirio del querer.
Desde que tú poder
Dueño se hizo de mí,
Me siento libre, valerosa y deseada
Me siento alegre, confiada y más mujer.

Recitado:
El moderno Superperfume “Cocaína en flor”
Es un incentivo en el arte femenino de agradar,
Dentro de un ambiente de gusto depurado
De hechizo, de suavidad, de distinción...

Eres el gran poder
Eres el más sutil,
Eres, perfume, la más bella poesía
Con su alegría y la malicia del placer.



El hombre ideal
En el comienzo de este artículo mencionamos al "Varón Dandy", también creación del perfumista Albert Parera i Casanova, quien aceptaba que en la publicidad de este producto se dijese que por "razones psicológicas" atraía "poderosamente a la mujer".




¡Y no era para menos! Un arsenal de cosméticos diseñados para el hombre lo convertían en seductor a base de perfume en loción o extracto, fijapelo y after shave, o en la denominación de la firma: "Glacial-Masage".

El perfume Varón Dandy también fue cantado por Carmelita, bajo el título "El hombre ideal". No tiene desperdicio. (Cortesía de Xavier Quiñones de León)




Breve recuerdo de aquel Madrid de los locos años 20 y 30 del pasado siglo. Libertad, libertinaje, el poder de la seducción y el terrible hábito de consumir "la cocó".



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jueves, 14 de mayo de 2015

Estampas. Madrid pueblo. Fiesta de San Isidro a principios del siglo XIX

Estampas del Madrid de majas y majos, manolas y manolos, chisperas y chisperos; y como contrapunto, petimetres y currutacos. Faunas o tipos antiguos y populares todos ellos, que derivan en la chulapa y el chulapo de pasados siglos.

El grabado, que a modo de estampa os ofrecemos, fue publicado en la revista La Ilustración Artística del 8 de mayo de 1899 [Barcelona, Año XVIII. Núm. 906]. Lleva por título "La fiesta de San Isidro á principios de este siglo"; clara representación de la tradición que ha llegado hasta nuestros días y que Goya retrató con maestría a finales del siglo XVIII (1788).


Madrid que feliz meciera
Un día tu humilde cuna,
Logrando nueva fortuna
Por Patrono te venera.
Sé siempre su defensor
Y protector amoroso:
Isidro, Santo dichoso,
Ruega por el labrador.

Confiada en tu virtud,
Ardiendo de fé en la llama,
La muchedumbre te aclama,
Con piadosa gratitud.
Mírala con tierno amor
Y haz al pueblo venturoso
Isidro, Santo dichoso,
Ruega por el labrador. [1]




El pintor Luis Álvarez Catalá-quien fuese director del Museo del Prado entre 1898 y 1901-, retrata a los nombrados en una interpretación de la pradera de San Isidro en los inicios del siglo XIX.
Estampa costumbrista que el artista pinta en 1897 evocando la sana costumbre de venerar al Santo Patrono a base de libaciones y condumio, con las maravillosas vistas del Madrid de Austrias y Borbones al fondo.

El "curioso parlante", don Ramón de Mesonero Romanos, hace un relato del ambiente de la pradera en sus "Escenas matritenses" de 1845:

"Los puestos de santos, de bollos y campanillas iban sucediéndose rápidamente hasta llegar a cubrir ambos bordes del camino, y cedían después el lugar a tiendas caprichosas y surtidas de bizcochos, dulces y golosinas, eterna comezón de muchachos llorones, tentación perenne de bolsillos apurados. Cada paso que se avanzaba en la subida, se adelantaba también en el progreso de las artes del paladar; a los puestos ambulantes de buñuelos habían sucedido las excitantes pasas, higos y garbanzos tostados; luego los roscones de pan duro y los frasquetes alternaban con las tortas y soldados de pasta flora: más allá los dulces de ramillete y bizcochos empapelados ofrecían una interesante batería: y por último, las fondas entapizadas ostentaban sobre sus entradas los nombres más caros a la gastronomía madrileña, y brindaban en su interior con las apetitosas salsas y suculentos sólidos. 
¡Qué espectáculo manducante y animado! Cuáles sobre la verde alfombra formaban espeso círculo en derredor de una gran cazuela en que vertían sendos cantarillos de leche de las Navas sobre una gran cantidad de bollos y roscones; cuáles ostentando un noble jamón lo partían y subdividían con todas las formalidades del derecho." [2]

"MERENDERO DE Sº YSIDRO. VINOS DELA TIERRA", reza en un cartel. Junto a él la imagen del Santo y, un poco más atrás, la silueta inequívoca de la ermita homónima. En la composición abundan los detalles, llegando a ser visibles los que se abastecen del milagroso líquido de la fuente, detrás del trovador o cantante.

Volvemos al relato de Mesonero Romanos, quien describe lo que ocurría en ese fragmento de la escena:
"Los chillidos, las risas, los dichos agudos se sucedían sin cesar, y mientras esto pasaba de un lado, del otro los paseantes se agitaban, bebían agua del santo en la fuente milagrosa, intentaban penetrar en la ermita, y la turba saliente los obligaba a volver a bajar las gradas penetrando al fin en el cementerio próximo, donde reflexionaban sobre la fragilidad de las cosas humanas mientras concluían los restos del mazapán y bizcocho de galera. En la parte elevada de la ermita algunos cofrades asomaban a los balconcillos ostentando en medio al santero vestido con un traje que remedaba al del santo labrador, y en lo alto de las colinas cerraban todo este cuadro varios grupos de muchachos que arrojaban cohetes al aire." [3]

Con licencia, nos vamos introduciendo en la escena hacia el Manzanares, ese "aprendiz de río", hasta alcanzar la otra orilla, oteando las similitudes  del horizonte madrileño de Goya y Álvarez.













Una elegante manola ha sido el punto de referencia en nuestro "zoom". Símil de la Leocadia Zorrilla que pintó Goya, la dama de Lavapiés mantiene diálogo visual con los petimetres que ocupan la mesa contigua. Raro es, pues los majos y manolos desdeñaban la figura de aquellos afrancesados "petit maitre".

Lo cierto es que unos y otros, más los "isidros" que para la ocasión viajaban a Madrid, en la pradera festejaban y veneraban al santo labrador, madrileño hacedor de milagros, en el lugar donde, por gratitud, la emperatriz Isabel de Portugal había fundado en 1538 la ermita.
"[...] dio en el empeño de fundar una capilla sobre aquel lugar, en donde San Isidro, hiriendo con su aguijada, había hecho brotar agua para ofrecérsela a su amo, Iván de Vargas, tan milagrosa que pronto cundió su fama, y en aquella santidad consiguió curar al Emperador y al Príncipe don Felipe, que padecía de calenturas malignas. La ermita llegó a gozar de tal predicamento, que desde entonces hizo costumbre el visitarla anualmente y beber el agua santa. De este calor de fe nace la romería, y por ser espontaneidad popular, queda establecido desde la canonización que habrá de celebrarse todos los 15 de mayo." [4]

Puestos a hilar más fino, del lienzo y las planchas de grabado pasamos al sofisticado procedimiento de la gelatina con bricomato, sobre cristal o cobre, utilizado por Hauser y Menet para reproducir esta maravillosa vista del Madrid de 1891 desde San Isidro.

"Madrid, vista desde San Isidro Hauser y Menet" (1891)
© Biblioteca Naciona de España-BDH-Signatura: 17/150/1/136

Estampas del viejo Madrid en dos siglos; el XVIII de Goya y el XIX de Álvarez Catalá y Hauser y Menet. Pequeño homenaje al pueblo madrileño en vísperas de la celebración del día de su Santo Patrono.



Bibliografía
[1] Librería de Ferrandis y Villalba. Gozos á San Isidro Labrador (ca. 1905) Valencia. BNE, Signatura: VE/1444/281

[2] Mesonero Romanos, Ramón. Escenas matritenses, por el curioso parlante. (1845) Madrid. Imprenta y librería de D. Ignacio Boix. Primera Época - La Romería de San Isidro, pp. 33-34

[3] Ibídem. pp. 34-35

[4] Soler Puchol, Luis. La Real, muy Ilustre y Primitiva Congregación de San Isidro Labrador de Naturales de Madrid. (1966) Madrid. Escelicer, S.A. pp. 52-53


· Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. 
· En todas las citas se ha conservado la ortografía original.



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ISSN 2444-1325

martes, 12 de mayo de 2015

Estampas. Madrid pueblo. Elecciones municipales de 1909

Estampas del Madrid pueblo de principios del siglo XX en el punzante humor del dibujante Sileno (Pedro Antonio Villahermosa Borao).
"El caricaturista político por excelencia" -según palabras de José Francés-, critica con gran maestría las elecciones municipales del año 1909 en las filosóficas divagaciones de su personaje Gedeón.

LAS ELECCIONES MUNICIPALES
GEDEÓN.-La lucha entre los dos bloques será terrible. Yo no sé qué resultará del choque...
CALÍNEZ.-¿Del choque de bloques? ¡Tal vez unos cuantos adoquines!

Ciento seis años casi han pasado desde aquellas elecciones municipales y los dos grandes bloques siguen existiendo, con sus adoquines y algún que otro pedrusco. La erosión producida por el tiempo -y lo que no es tiempo-, ha generado alrededor otras piedras. Todas ellas quieren ser preciosas gemas, y se esfuerzan por resplandecer, superando la turbia atmósfera. 



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lunes, 11 de mayo de 2015

Noche gótica en el Museo del Romanticismo

Con motivo de la celebración del Día y la Noche de los Museos 2015, el entrañable Museo del Romanticismo ha preparado para el próxima sábado 16 de mayo una velada gótica con un protagonista de lujo, el genio del terror decimonónico, Edgar Allan Poe.


Cuadernos de literatura infantil.AÑO XXII. NUM, 228.
Ilustración Luis Scafati"El gato negro"
Libros del Zorro Rojo, 2005
El salón de actos del Museo del Romanticismo albergará esa noche el escalofriante espectáculo teatral "Yo amé a Edgar Allan Poe".

Lo sobrenatural, lo macabro y lo misterioso se dan la mano, para aproximarnos al universo creativo del genio de Poe.

El público se sobrecogerá con la representación de tres de sus relatos más angustiosos - El gato negro, El corazón delator y Berenice - adaptados por la actriz y directora teatral Pilar Massa en una propuesta escénica que hará las delicias de los amantes del género gótico.

Esta actividad es para adultos, con entrada gratuita. El acceso es libre hasta completar aforo (se entregarán las entradas 30 minutos antes de cada uno de los pases y únicamente para ese pase).


Auditorio del Museo del Romanticismo
Acceso por C/ Beneficencia, 14.
Dos pases horarios: 21.00 y 22.30 hrs.
Actividad para adultos. Entrada gratuita.
No es necesaria reserva previa.
Acceso libre hasta completar aforo


Apertura extraordinaria nocturna
En esta velada gótica, el museo permanecerá abierto hasta las doce y en sus salas habrá preparadas algunas sorpresas tenebrosas que podrán desvelar sólo aquellos que lo visiten.

Además, quienes lo deseen podrán conocer los trabajos sobre relatos de terror del siglo XIX realizados por los jóvenes artistas participantes en las últimas ediciones del Curso de Ilustración, que el Museo del Romanticismo organiza anualmente, acompañados de una obra muy especial en torno a la figura de Edgar A. Poe elaborada por una de estas jóvenes colaboradoras.


Museo del Romanticismo.
C/ San Mateo, 13
Apertura extraordinaria nocturna: 20.30 – 24.00 h.
Entrada gratuita.
Acceso libre hasta completar aforo.


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domingo, 10 de mayo de 2015

10 y 11 de mayo de 1931 y la iglesia de San Francisco de Borja

El lunes 11 de mayo de 1931, a las diez de la mañana, un gran número de manifestantes, en su mayoría jóvenes que se dirigían a la Plaza de España, se detuvieron frente a la iglesia del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja y comenzaron a proferir amenazas y gritos; momentos después, el templo comenzaba a arder. A éste le seguirán otros templos, en un día de revueltas y desmanes propiciados por una ofensa.

El periódico La Libertad del 12 de mayo publicaba el siguiente titular:


De las doce páginas que componían el número de aquel día, las ocho primeras estuvieron dedicadas a relatar los sucesos que, a tenor de las siguientes palabras, eran de esperar:
"Nuestra advertencia fué hecha a tiempo, y hoy, ante los sucesos iniciados el domingo y que ayer tuvieron un impresionante desarrollo, nos parece oportuno el recuerdo de lo que dijimos en un editorial apenas instaurada la República. Afirmábamos entonces que este nuevo régimen que el Pueblo había traído pacíficamemte, por cauces jurídicos, sin otras armas que la de sus votos, con un extremado prurito de legalidad, por el Pueblo sería defendido en la violencia a la más pequeña insinuación de ataque, al más leve peligro de verlo malogrado.
Y no nos equivocábamos.
A una insensata provocación monárquica ha respondido el pueblo de Madrid ratificando virilmente su voluntad de mantener, pese a quien pese y caiga quien caiga, en la legalidad o por la violencla, la Democracia que conquistó e impuso, en su convencimiento de que sólo en ella puede hallar el máximo desarrollo progresivo la España empobrecida y desangrada por los Austrias y los Borbones.
De aquella advertencia nuestra ha hecho el pueblo madrileño una dura lección. Nada hubiera ocurrido sin las locas provocaciones de unos monárquicos incomprensivos, en peligrosa comunicación con Londres y París; [...]"

Como contrapunto, la revista La Hormiga de Oro, de ideología católica y carlista, contaba cómo había sido asaltada la iglesia de los jesuitas en un artículo escrito por José Rico de Estasen:
"Los más exaltados arrancaron tablas de las vallas de los solares inmediatos y formaron con ellas un montón ante la puerta principal del edificio, prendiéndole fuego acto seguido. El espectáculo se repetía poco después en las dos puertas laterales de la fachada. Las puertas del convento habían comenzado a arder y las llamas lamían toda la fachada.
Fué avisado el servicio de incendios, pero al llegar el parque de la Dirección, fué recibido a pedradas. Una de ellas rompió el parabrisas del coche.
Los bomberos se vieron imposibilitados de trabajar y se retiraron del lugar del suceso.
Mientras tanto, y en vista de que no se lograba que las llamas prendieran por la fachada principal de la iglesia, construida recientemente de hormigón y vigas de hierro, los grupos de revoltosos dieron la vuelta al edificio para ganar la fachada de la calle de Isabel la Católica que corresponde a la parte más vieja de la finca. Con maderas y piedras saltaron las puertas. Los revoltosos penetraron en el interior del edificio y alumbraron hogueras que fueron alimentando con cuanto había dentro de la finca, lo mismo en la iglesia que en la residencia. Los muebles de las celdas, armarios, cómodas de pino, una mesa de billar, libros y papeles fueron arrojados a las llamas... 
Alrededor de las doce, las llamas coronaban por completo el edificio, hasta el extremo de que la imponente masa humana, que contemplaba la acción destructora, tuvo que retirarse, no obstante lo ancho de la Gran Vía, ganando las calles inmediatas, porque el calor era insoportable. A las doce y media el edificio era una inmensa hoguera. A la una pudimos convencernos de que era imposible salvar nada del inmueble..."

En el artículo "El 3 de mayo de 1915 y la iglesia de San Francisco de Borja", comentamos que debido a la necesidad de ensanchar el tercer tramo de Gran Vía en 10 metros, la iglesia se vio sometida a expediente de expropiación en 1926. En 1931, encontrándose el expediente sin resolución, los sucesos del día 11 dieron carpetazo al asunto.
Así lo cuenta José del Corral en su libro "Gran Vía: historia de una calle", donde dice que "con gran satisfacción", el alcalde del Madrid republicano, don Pedro Rico, "pudo firmar el «archívese» del expediente, sin explicaciones."


Narración gráfica
Los fotógrafos Díaz Casariego, Cortés, y Marín, entre otros, fueron testigos directos de los sucesos ocurridos en Madrid entre el domingo 10 y lunes 11 de mayo de 1931. La tarde de ese negro lunes se declaraba el Estado de Guerra.

La residencia de los Podres Jesuítas, enclavada en pleno corazón de Madrid, en la Gran Via, fué incendiada en las primeras horas del lunes último. El espectáculo era impresionante, y a lo largo de todo el día se estuvo viendo sobre el cielo de Madrid el gigantesco penacho de humo desprendido por la gron hoguera en que se mezclaban muros, muebles, imágenes, cuadros y libros. NUEVO MUNDO, 1931

Arde el TEMPLO de San Francisco de Borja desde las diez de la mañana. Madrid entero lo sabe a los pocos momentos, y miles y miles de personas se lanzan a la calle para contemplar el incendio. Por la Gran Vía, por la calle de la Princesa, afluye incesantemente la multitud. La humareda que sale del templo incendiado nubla el sol. La mañana tiene una luz triste, y en las calles a que da la iglesia, los muebles, los libros y los objetos de culto forman pequeñas hogueras en torno a la gran hoguera que está destruyendo el edificio. NUEVO MUNDO, 1931

Los manifestantes cogen maderas de los voltos cercanos y los arrojan como combustible o las hogueras encendidas en la iglesia de los Jesuitas. NUEVO MUNDO, 1931



A finales de mayo, valorados los destrozos, se da por perdido el templo de San Francisco de Borja, edificio construido en 1892.




Ya en la segunda mitad del siglo XX se inaugura el nuevo templo que hoy conocemos como iglesia de San Francisco de Borja de la calle Serrano. Allí reposan los pocos restos del santo, que, junto al de otras dos personas, fueron recuperados de entre las cenizas del templo de la calle Flor Baja.


Después de la provocación monárquica del domingo 10 de mayo, el lunes se desató la cruenta manifestación en desagravio que dio por resultado grandes destrozos. Además del templo de los jesuitas, sufrieron graves daños la iglesia de Santa Teresa, de los Carmelitas, en la plaza de España; el convento y colegio del Sagrado Corazón, de Chamartín; el colegio de Nuestra Señora de las Maravillas, el convento de las salesianas de la calle Villamil y convento de Mercedarias de San Fernando, de Cuatro Caminos; también sufrieron daños otros inmuebles y quedó destruido el kiosco de "El Debate" de la calle de Alcalá, frente a las Calatravas.

Para finalizar, en recuerdo de aquellos tristes e irracionales sucesos, fruto de la falta de resignación del perdedor, presentamos el siguiente vídeo que muestran su magnitud.



© 2015 Eduardo Valero García - HUM 015-002 HIST

sábado, 9 de mayo de 2015

El 3 de mayo de 1915 y la iglesia de San Francisco de Borja

El pasado sábado celebrábamos los 207 años del levantamiento del pueblo madrileño contra los franceses. Hoy queremos recordar los acontecimientos del día 3 de mayo, inmortalizados en el famoso cuadro de Goya, que representa los fusilamientos en la Montaña de Príncipe Pío, y devolver por un instante a la geografía urbana madrileña un espacio que ya no existe.

Durante la madrugada del 2 al 3, y todo ese día trágico, sin juicio previo ni clemencia, se fusilaba al pueblo madrileño en diferentes puntos de la Villa y Corte.
¡Cuánta escena de muerte! ¡Cuánto estrago!
¡Cuántos ayes doquier! Despavorido,
Mirad ese infelice
Quejarse al adalid empedernido
De otra cuadrilla atroz. «¡Ah! ¿Qué te hice?
Exclama el triste en lágrimas deshecho:
«Mi pan y mi mansión partí contigo,
Te abrí mis brazos, te cedí mi lecho, y
Templé tu sed, y me llamé tu amigo;
¿Y ahora pagar podrás nuestro hospedaje
Sincero, franco, sin doblez ni engaño,
Con dura muerte y con indigno ultraje?»
¡Perdido suplicar! ¡Inútil ruego!
El monstruo infame á sus ministros mira,
Y con tremenda voz gritando: ¡fuego!
Tinto en su sangre el desgraciado espira.
                      Juan Nicasio Gallego, 1908.

No sorprenderá al pueblo madrileño de hoy lo que ocurrió el 2 y el 3 de mayo de 1915. Nada que no hubiese advertido Pérez Galdós en su artículo para El País, allá en el 1908, y que podéis leer en este enlace.


2 de mayo
Misa y desfile
Resumiremos diciendo que el día 2, el Gobierno tenía la intención de suspender todo acto cívico-religioso relacionado con tan épico día. El motivo, no herir la sensibilidad de francófilos y germanófilos a tenor de lo que en Europa estaba sucediendo: la Primera Guerra Mundial. Lo mismo había ocurrido con el controvertido Carnaval de aquel año.

Por fortuna se consiguió celebrar una misa y posterior desfile. El obispo de Madrid "no pudo acudir", por lo que la misa la dijo el vicario. Allí presentes, además del pueblo madrileño, estaban el alcalde y el teniente de alcalde del distrito de Congreso y varios concejales; una representación de la Diputación provincial; el Centro de Hijos de Madrid, y Comisiones militares.




Finalizado el acto religioso desfilaron ante el monumento fuerzas de Infantería del regimiento del Rey, caballería de Húsares de la Princesa, una batería de artillería y secciones de Intendencia, Ingenieros, Sanidad, etc. Por último desfilaron los Milicianos nacionales acompañados por los acordes del himno del Dos de Mayo.




Por la noche, a las diez y media, la "Orden de la Santa Cruz y Víctimas del 2 de Mayo de 1808" celebró una misa funeral en la iglesia de las Maravillas.


3 de mayo
Grandes de España
Como decíamos al principio, el 3 de mayo de 1808 resonaban por todo Madrid los disparos del fusil que cercenaba vidas. Eco que se fue disipando con el tiempo y confundiendo en las celebraciones.

Ciento siete años más tarde, la Grandeza de España celebraba la fiesta de su patrono, San Francisco de Borja, en la desaparecida iglesia del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja de la calle de la Flor Baja.
A iniciativa del duque de Tamames, se premiaba en ese acto a aquellos sirvientes de casas aristocráticas que, después de muchos años de servicio, eran merecedores de ello.

Las fotos que veremos a continuación forman parte de la historia. Ese templo ha desaparecido de la geografía urbana de Madrid, y de su interior solo queda el recuerdo. La Congregación ya había sido "saqueada" en tiempos de Carlos III, pero sufrirá un expolio desmesurado e irracional en 1931.

El solemne acto
La misa había comenzado a las once de la mañana. Momentos antes, el alcalde, el Gobernador y miembros de los PP Jesuitas, recibían a los reyes en la entrada.

El templo estaba profusamente adornado con flores, escudos de la Grandeza y lujosos tapices; tampoco se había escatimado en el alumbrado.

Allí se congregaron todos los Grandes de España, luciendo uniforme; representaciones de las Órdenes militares y gran parte de la aristocracia. También estaban los sirvientes de las nobles casas y, por supuesto, los más longevos, para los que se celebraba el acto.

Se cantó una misa de Liszt, oficiada por el Padre Cerdión con la ayuda de monaguillos, que eran hijos de los aristócratas. En la Reserva se cantó el himno de San Francisco de Borja, y después del Evangelio pronunció unas palabras el Padre Coloma. El famoso jesuita Luis Coloma Roldán fallecerá un mes más tarde, el 10 de junio, a los 64 años de edad.

Finalizada la ceremonia religiosa, se premió la lealtad de diez mujeres y otros tantos hombres, todos ellos viejos sirvientes, con unas cartillas del Monte de Piedad, por valor de 500 pesetas. Estos sirvientes iban vestidos de negro, luciendo pelo cano y medalla en el pecho.




En la fotografía, marcado con una X, podemos ver al duque de Tamames posando junto a un grupo de sirvientes homenajeados y premiados aquel señalado día.


Así se desarrolló ese acto:
El secretario de la Diputación permanente de la Grandeza, Sr. Duque de la Vega, llegado el momento fue a buscar a estos sirvientes, quienes habían presenciado la misa desde un altar lateral del templo. Tras él pasaron ante el altar mayor, y allí, en presencia de los reyes y altezas, el presidente de la Corporación, Sr. duque de Tamames, con la venia de Alfonso XIII, hizo entrega de las cartillas, que los ancianos servidores recibieron llorando.

La familia Real felicitó a los agraciados, y todos los concurrentes hicieron luego lo propio.
El duque de Tamames, y los demás individuos de la Diputación de la Grandeza recibieron muchas enhorabuenas por la brillantez del acto, que finalizó con la retirada de los reyes.



Aquel día, pero de 1808, lo único que lucieron muchos madrileños en su pecho fue el certero disparo del pelotón de fusilamiento.

Dicho esto, recordaremos ahora la desaparecida iglesia del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja.

Iglesia del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja
Es nuestra intención ofrecer algunas imágenes del desaparecido templo y una breve reseña sobre su último emplazamiento y los sucesos de mayo de 1931.

La iglesia parroquial y casa Profesa de la Compañía de Jesús, denominada del "Sagrado Corazón (o Corazón de Jesús) y San Francisco de Borja", estuvo ubicado en la calle de la Flor Baja, números 1, 3 y 5, desde las postrimerías del siglo XIX.


Fragmento del plano de Emilio Valverde (1883)
donde se instalará en 1896 la nueva iglesia de San Francisco de Borja y Casa Profesa.


Breve historia
Por expreso deseo del duque de Lerma, nieto de Francisco de Borja por parte materna, se fundará en Madrid la Casa Profesa en la que reposarán los restos de su santo abuelo. Con ese objeto, el duque dona unas casas que tenía en la calle del Prado, donde, el 18 de diciembre de 1617, serán sepultados los restos. Al acto acudirá el rey Felipe III.

El 10 de mayo de 1627, en contra de los deseos del duque de Lerma, los Jesuitas se trasladan a un nuevo templo de la plazuela de Herradores. Allí, bajo su altar mayor, son depositados los restos. La nueva Casa Profesa y templo se ubicaban en la manzana comprendida por las calles de Hileras, Mayor y Bordadores, con entrada por la plazuela citada.

En 1767, por Real Orden de Carlos III, los Jesuitas son expulsados y el edificio es cedido dos años después a la Real Congregación del Oratorio de San Felipe Neri. Allí estarán hasta 1836.
Posteriormente, la Casa Profesa y templo serán derribados para dar paso a un mercado con galería acristalada, imitación de los famosos pasajes parisinos*, que denominarán de San Felipe.
Finalmente, en el siglo XX, esa edificación también desaparecerá para dar paso a la calle de San Felipe Neri.

El domingo 19 de enero de 1896 se inauguraba el nuevo templo de los Padres Jesuitas, bajo advocación del Sagrado Corazón de Jesús y San Francisco de Borja en la calle de la Flor Baja, sobre los terrenos que había ocupado el Teatro del Recreo, y que antes había sido iglesia del Rosario, perteneciente a los Padres dominicos.


Decía El Siglo Futuro del 18 de enero de 1896, al dar la noticia sobre la inauguración del templo:
"Los planos del nuevo templo se deben al conocido arquitecto D. Francisco Rabanaz.
La base afecta la forma de una cruz latina.
Sobre la parez se destaca, en el altar mayor, un cuadro al óleo representando el Corazón de Jesús adorado por los ángeles,su autor es el Sr. Gómez Moreno.
En dos hornacinas, y en sus respectivos altares, se colocarán las efigies de San José y San Ignacio.
A la derecha del altar mayor está la capilla de San Francisco de Borja, y á la cual se trasladarán probablemente los restos del santo, que hoy se guardan en la iglesia de Jesús. A la izquierda existe una espaciosa capilla que se llamará de Congregaciones.
El coro está sobre la puerta de entrada.
En el crucero se eleva una gran bóveda ó cimborrio por donde entra la luz zenital. Las vidrieras proceden de la fábrica real de Baviera.
La iglesia no tiene torre. Las campanas se instalarán en una espadaña que no estará á la vista de los fieles."

Por su parte, La Lectura Dominical del día 26 publicaba


Los restos de San Francisco de Borja, custodiados en la iglesia de Jesús, fueron trasladados al nuevo templo en el año 1901. Allí estuvieron, junto a otros santos, en la capilla dedicada a su veneración, situada a la derecha del altar mayor.


Como si un mal sino acompañase a los templos levantados para advocar al santo jesuita-ya hemos visto los diferentes domicilios que tuvo-, la Casa Profesa e iglesia de la calle de la Flor Baja también estuvo destinada a desaparecer. En esta ocasión será debido a la construcción del tercer tramo de la Gran Vía.
En Cien años de Gran Vía, otro blog de mi autoría, hago referencia a este hecho al referirme al tercer tramo de Gran Vía, o Avenida A, o de Eduardo Dato:
"En 1928 poco se había avanzado en las obras.
Quedaban muchas casas por derribar, y seguía en trámite el expediente para aumentar su anchura de 25 a 35 metros, con lo cual, como ya se había construido la primera casa por la alineación de la derecha, había que ganar los 10 metros por la izquierda.
Esta situación obligaba a expropiar varias fincas de ese lado, entre ellas la iglesia de los Padres Jesuitas (Convento de la Compañía de Jesús) en la calle de la Flor, que con el trazado del proyecto en ejecución se había logrado salvar." [enlace]

El expediente sobre la expropiación de la iglesia se había iniciado en 1926 y fue sumando legajos durante años, hasta la proclamación de la República.

El 11 de mayo de 1931, sin planos de trazados ni piqueta, el templo del Sagrado Corazón y San Francisco de Borja sucumbía al poder de las llamas en un Madrid convulsionado.


Tres sucesos: los fusilamientos del tres de mayo de 1808; las medallas a los siervos de la Grandeza de España en 1915; la destrucción del templo de la Compañía de Jesús en 1931. Tres historias conectadas a un mismo eje, los madrileños de otros tiempos.



Bibliografía
Fuentes consultadas:
· Sánchez López, Andrés. "La Casa de los Jesuitas en Madrid..." Archivo Español de Arte, LXXX, 2007, 275-288, ISSN: 0004-0428
· Madoz, Pascual. Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico... "Madrid" (1848)
· De Répide, Pedro. Las calles de Madrid (1971) Madrid. Editorial Afrodisio Aguado, S.A

· Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. 
· En todas las citas se ha conservado la ortografía original.


© 2015 Eduardo Valero García - HUM 015-001 HIST
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