jueves, 17 de enero de 2019

La efímera Puerta de Alcalá de Antonio Mingote. Madrid, 1992

Siguiendo con la conmemoración del Centenario del nacimiento de Antonio Mingote, recordamos una de sus obras efímeras; aquella que llenó de colorido y humor la plaza de la Independencia durante la celebración de Madrid como Capital Europea de la Cultura.




Hemos conocido detalles históricos sobre los trampantojos que engalanan los balcones ciegos del edificio de la calle de la Sal, representativos del Madrid galdosiano, romántico, burgués y bohemio. Perviven otros ejemplos del arte de Mingote repartidos por la ciudad, entre ellos, los alegres carillones de la plaza de las Cortes o el relojero de la Antigua Relojería. También los preciosos dibujos que decoran la fachada del edificio de la plaza de Cristino Martos.

Pero en este artículo cuento la historia de la efímera Puerta de Alcalá diseñada por Mingote. Obra que ha quedado grabada en nuestra memoria y en las fotos que recuerdan que en 1992 fuimos Capital Europea de la Cultura.
«Pese a que a mi edad pocas cosas me ilusionan ya, el que mis dibujos estén expuestos en un lugar tan estratégico, me halaga»
Antonio Mingote, 1992





La efímera Puerta de Alcalá de Mingote
Primeras noticias
En mi libro Historia de Madrid en pildoritas, dedico un breve capítulo a ese Madrid’92 que para algunos madrileños pasó sin pena ni gloria, porque toda la atención estuvo puesta en dos grandes rivales: La Exposición Universal de Sevilla y las Olimpiadas de Barcelona.
«Madrid’92, ciudad cultural de las Europas, dependerá del Con-sorcio Madrid’92, creado para tal fin en noviembre de 1989 bajo las directrices de una comisión ejecutiva representada por el Mi-nisterio de Cultura, la Comunidad y el Ayuntamiento (…) Mingote crea una Puerta de Alcalá dibujada, en plena construcción, con el propio Carlos III presentándola y rodeada de tipos madrileños de todos los tiempos. Las graciosas y preciosas ilustraciones recubrirán la verdadera puerta en sus cuatro lados.» [1]
Fue un año de muchas inauguraciones y también de limpieza y restauración de la Puerta de Alcalá, obras que debían haber comenzado en la Navidad de 1991 pero fueron retrasadas por un cambio en el proyecto original.

El concejal de Obras, Enrique Villoria, anunciaba a la prensa que, si bien en un principio se limpiarían los paramentos del conjunto arquitectónico con ácido y se procedería a la sustitución de la cubierta de plomo, se sumaba al proyecto la limpieza de las zonas de piedra caliza blanda. Además, lanzaba la primicia sobre la intervención de Mingote: «El primer paso de la operación (…) consistirá en cubrir el monumento con unos toldos provisionales, que serán decorados con motivos alusivos a la Capitalidad Europea de la Cultura por el humorista Antonio Mingote.» [2]


La restauración de la puerta
El entonces diputado de la Asamblea de Madrid, Pío García-Escudero Márquez, en su calidad de arquitecto-restaurador, será quien dirija las obras. La experiencia de García-Escudero era visible en la restauración de otros monumentos, entre ellos el Colegio del Pilar de Madrid, el Palacio de Monterrey de Salamanca y la fachada de la Universidad de dicha ciudad, así como la de la Universidad de Valladolid.

En un reportaje al Diario ABC, el arquitecto matizaba sobre algunos aspectos de la obra y anunciaba que el resultado sería una sorpresa. Indicaba que la piedra estaba muy oscura y se debía conseguir el color blanco de la piedra caliza de Colmenar y el gris del granito. Sobre esto, advertía «Aunque los dos materiales con los que está construida la Puerta de Alcalá son muy resistentes y, por lo tanto, se han conservado muy bien; la dificultad de los trabajos reside en encontrar la tonalidad que tiene que quedar» (Sánchez 1992) [3]

También habló del estado en que se encontraba la cubierta de plomo, cuya sustitución era imprescindible al estar muy deteriorada por los efectos climatológicos. Sería remplazado por plomo de choque de 3 milímetros de espesor. Además, apuntó que no se completarían las piezas que faltaban en los grupos escultóricos.

Las obras, en las que trabajarían tres equipos que constituían un total de veinte obreros y especialistas, tuvieron un coste de 43 millones de pesetas, absorbidos íntegramente por El Corte Inglés.


Los bocetos de Mingote
Para febrero ya estaban realizados los bocetos que conformaban la lona que cubriría la puerta durante su restauración. El propio Mingote hacía una breve descripción de los decorados al ser entrevistado por F. J. Palomeque: «En una cara está Carlos III, con unas cosas y personajes de su época, y las otras tres caras contienen motivos humorísticos, cómicos y madrileños (…) Me parece que contribuye a adornar la ciudad y evitar esas cosas feas de los andamios tapando una casa». [4]

Del alcalde José María Álvarez del Manzano partía la idea, consensuada con Mingote, de cubrir el andamiaje con los originales y cómicos dibujos del humorista. Permanecerían poco tiempo -a penas unos meses-, pero representarían una nota de originalidad.

El miércoles 4 de marzo, por la mañana, alcalde y dibujante presentaban la maqueta con los bocetos, copia exacta de los trasladados a las lonas. En la siguiente fotografía podemos ver a Mingote explicando detalles sobre la composición de la maqueta.


©DIARIO ABC S.L. PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN - Es propiedad bajo licencia (Ref.: 20591713)
Descripción: «MINGOTE "VESTIRÁ" LA PUERTA DE ALCALÁ CON SUS DIBUJOS MIENTRAS DUREN LAS OBRAS DE RESTAURACIÓN. EN LA IMAGEN, MINGOTE ANTE LA MAQUETA DE LOS DIBUJOS»

Lo cierto es que aquellos cuatro paneles cargados de color y el característico humor e ironía del polifacético Mingote, propiciaron una mayor afluencia de tráfico en rededor de la plaza de la Independencia. La dieciochesca puerta ahora sólo era un esbozo de su primitiva construcción, acompañada por multitud de personajes y personalidades de diferentes épocas.


La puerta de Mingote en detalle
Mingote aseguraba que no había seguido ningún parámetro para la concepción de los dibujos. Los iba plasmando tal y como se le ocurrían. Lo único que tuvo en cuenta fue representar dos épocas en las caras principales. Así, en una identificamos a Carlos III, promotor de su construcción, y una serie de personajes que participaron en ella, como canteros, albañiles y los propios andamios de la época. También estaba Goya y unos aristócratas de los que hablaré en las descripciones.




En la otra cara y las laterales quedaba representada la fauna y prolegómenos del Madrid de 1992.






Para la descripción en detalle utilizo el cartel con recortable que El Corte Inglés regalaba a sus clientes. Precioso tesoro con más de cinco lustros de antigüedad que conservo como recuerdo de aquella intervención de Mingote en el paisaje urbano.






Descripción
Las siguientes imágenes desgranan cuadro por cuadro la fabulosa pero efímera obra.

Encontraremos tipos madrileños de diferentes épocas que representan la idiosincrasia de nuestro pueblo a través de diferentes estratos sociales. Ningún detalle escapa a Mingote: la jarana; la riqueza y la pobreza; los enamorados; los despreocupados; los atascos; lo vulgar; la capitalidad cultural vista con ironía; el consumismo; y, cómo no, la llegada de la primavera a El Corte Inglés. 




1 - Carlos III es la figura predominante. Emulando al cuadro de Goya, el monarca aparece presentando al observador las obras de construcción de la nueva Plaza de Alcalá.
2 - Entre rudimentarios andamios y juegos de poleas, los obreros se afanan en izar la regia inscripción.
3 - Un escultor -homenaje de Mingote a Francisco Gutiérrez- da forma al escudo de armas, sostenido por la Fama y el Genio en forma de querubín.
4 - Un maestro mayor de obras ojea un plano en el que se representa, con sutil acierto, el logotipo de El Corte Inglés, único mecenas que costeará las obras de restauración del siglo XX.


1 - El propio Mingote reconocía que esa predominante pareja, dieciochesca y aristocrática, querían representar al alcalde Álvarez del Manzano y a su esposa.
2 - Personajes goyescos y taurinos cotillean, quizá rememorando los antiguos mentideros de la villa.
3 - Un mendigo duerme apoyado en un saco de material, mientras un obrero está a punto de echarle agua para espantarle.
4 - Posible representación de un ciego de los que cantaban villancicos y pedían limosna. Un poco más arriba, un obrero echa un trago del tradicional botijo.


1 - Como no podía ser de otra manera, Mingote incluye a Goya retratando a Carlos III
2 - Sabatini indica a un obrero el lugar donde debe colocar una de las esculturas que coronan la puerta.
3 - Un señor lee el periódico, ajeno al peligro que corre su hijo al intentar rescatar el avión de papel que pende de una cornisa.
4 - Quevedo enarbola el logotipo de Madrid'92; parece satisfecho y orgulloso.
5 - El contrapunto al detalle 4 lo pone el señor que hace un grafiti con faltas de ortografía, mientras otro mira atónito y una señorita viene de hacer las compras en El Corte Inglés.
6 - Tampoco podía faltar la Lírica y el emblema madrileño, nuestro oso (osa) y el madroño.





1 - El músico se identifica con Mingote, aunque él lo negaba; decía: «Yo tengo más pelo y soy más guapo». Sin duda, rinde homenaje a la música madrileña, los conciertos, y a su padre.
2 - La primera se muestra alegre y florida volando por la plaza y atravesando los arcos de la puerta.
3 - Un joven toca la flauta mientras la muchacha de minifalda observa Madrid desde su privilegiada ubicación. Un turista se afana por conseguir la mejor instantánea.
4 - Homenaje a los pintores del parque de El Retiro; a los copistas del Prado, y a todos aquellos artistas que pintan la ciudad. En este caso, está retratando a la Cibeles, mientras unos turistas observan el monumento según las indicaciones del mapa. Es homenaje a Turismo de Madrid.


1 - La Cibeles avanza en su carro, no se muestra estática; levantan polvo sus ruedas y va echando chorros de agua, bien recibidos por el acalorado viandante.
2 - Vuelan con la primavera las señoras, los señores y las parejas, porque «¡Ya es primavera en El Corte Inglés!».
3 - En todo este lado quedan representados el turista curioso; las parejas atrevidas; el sempiterno lector de periódicos y la parejita de la Movida madrileña.


1 - Homenaje al vendedor ambulante, presente en todas las verbenas y en el día a día de la urbe.
2 - La maja del siglo XX, con su mantilla y abanico, se apoya sobre el característico mantón de Manila. Su marido, atónito, como le ocurre algunos cuando comienzan las verbenas.
3 - Un niño muestra sutilmente el logotipo de El Corte Inglés, mientras su abuelo -prototipo de don Hilarión- sujeta la pierna de la rubia moderna. Cruzando el arco, Julián. Homenaje al género chico en todo su esplendor.
4 - Las constantes obras municipales y el accidente provocado por ir pendiente de la lectura. Quien tropieza va ensimismado en la lectura de un libro, hoy lo hemos sustituido por el móvil.


1 - Atascos en Madrid; más que homenaje, una irónica crítica de las que Mingote nos tenía acostumbrados.
2 - El deportista intrépido que escala la puerta, como si aquella no fuese patrimonio.
3 - ¡Más parejas de enamorados! Mingote era un enamorado. En este caso, dos parejas intentan coger un ramo de flores. Venga, a lo gratis.
4 - Entre el desquicio del atasco, un señor alegre pregona: ¡Ya es primavera!, ¿dónde?... en El Corte Inglés.


Las coloridas lonas
El jueves 5 de marzo los madrileños despertábamos con la nueva, dinámica y colorida Puerta de Alcalá construida por la imaginación de Mingote. Nada hacía suponer que debajo de aquella obra de arte se estaba restaurando el emblemático monumento.

Bajo el título “«Traje» para la puerta”, el columnista Luis Prado de la Plaza decía de las lonas:
«La mejor demostración de respeto a los paisajes urbanos -en especial, cuando son significativos- acaba de producirse en la Puerta de Alcalá. Se demuestra, de esta manera, que toda la necesidad de las obras no son incompatibles con las naturales previsiones. Hubiera sido un desaliño, en pleno año cultural europeo, adornar el monumento precisado de restauración de toda suerte de materiales y andamiajes que acompañan los trabajos de este tipo» [5]


Decorador oficial de Madrid
En 1994, cuando le encargaron las cuatro lonas que cubrirían la monumental fuente de Neptuno, el dibujante había ironizado diciendo que quería «hacer méritos» para que el Ayuntamiento le concediera «el título de decorador oficial de Madrid». [6]


Retirada de las lonas
El lunes 11 de mayo comenzaba la retirada de las maquinarias, herramientas y materiales utilizados en la restauración. También se desmontaban los andamios de la obra y la estructura que sostenía a las lonas. Las monumentales y bellísimas ilustraciones de Mingote -obra efímera- se desvanecían poco a poco y desaparecían del horizonte madrileño.

Los bocetos fueron expuestos en el antiguo Museo Municipal (hoy Museo de historia de Madrid).
Con respecto a las lonas, el alcalde Álvarez del Manzano había manifestado que serían utilizadas para cubrir medianeras deterioradas.





Inauguración de la puerta restaurada
El 15 de mayo, coincidiendo con las Fiestas de San Isidro, el alcalde, en compañía de Mingote, las esposas de ambos, personalidades municipales y el gerente de Relaciones públicas de El Corte Inglés, inauguraban la remozada Puerta de Alcalá. Acto seguido se dirigieron a la pradera del santo, en un ambiente de capitalidad europea de la cultura. O eso se pretendía.



Finaliza aquí el recuerdo a esa obra de Mingote que ya no podemos ver. Como la mayoría de las obras efímeras que se acostumbraba a construir para recibir a reyes o cualquier otra celebración -predominando las de carácter monárquico- los reporteros gráficos y fotógrafos aficionados dieron testimonio de su existencia. Queda el agradecimiento a todos ellos.




Bibliografía y Cibergrafía

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

[1] VALERO GARCÍA, Eduardo. Historia de Madrid en pildoritas, Madrid, 2018, Editorial Sargantana ISBN: 978-84-16900-81-7

[2] SERVIMEDIA, 1992. La restauración de la Puerta de Alcalá comenzará en febrero. ABC. 29 de enero, p. 41 - Madrid

[3] SÁNCHEZ, Esther, 1992. En dos meses devolverán el color original a la Puerta de Alcalá. ABC. 11 de febrero, p. 42 - Madrid

[4] PALOMEQUE, F., 1992. La Puerta de Alcalá se cubre hoy con dibujos de Mingote. ABC. 4 de marzo, p. 39 - Madrid

[5] EFE, 1994. Mingote quiere ser el decorador oficial. EL PAÍS. 11 de noviembre


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En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2018) "La efímera Puerta de Alcalá de Antonio Mingote. Madrid, 1992", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325

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© 2019 Eduardo Valero García - HUM 019-001 MINGOTE CENTENARIO
Historia Urbana de Madrid
ISSN 2444-1325


jueves, 10 de enero de 2019

Los trampantojos galdosianos de Mingote en la calle de la Sal. Madrid, 2001

Primer artículo de 2019 que cuenta la historia de los pintorecos trampantojos creados por Antonio Mingotela para engalanar un edificio de calle de la Sal, arteria de acceso a la Plaza Mayor y zona muy representativa del Madrid galdosiano.



«Don Baldomero Santa Cruz era hijo de otro D. Baldomero Santa Cruz que en el siglo pasado tuvo ya tienda de paños del Reino en la calle de la Sal, en el mismo local que después ocupó D. Mauro Requejo.»

Así comienza el segundo capítulo de la primera parte de Fortunata y Jacinta (dos historias de casadas), magistral novela de Benito Pérez Galdós en cuyas páginas queda representada la Plaza Mayor y zonas aledañas.

El escritor hace referencia a la muy antigua calle de la Sal (también conocida como “Red de la Sal”), antesala de la plaza y arteria que hoy nos ocupa por existir en ella unos preciosos trampantojos creados por Don Antonio Mingote Barrachina.

«Todavía hoy, al pasar por las calles de este “Madrid de Galdós”-Postas, Sal, San Cristóbal, soportales de la plaza Mayor-, me parece que de cualquiera de las tiendecitas actuales puede salir el inefable don Plácido Estupiñá, el sempiterno hablador que, por su incontenible pasión de hablar sin tasa ni medida, se arruinó en una tienda de bayetas y paños del Reino que tuvo en la plaza Mayor.»
Juan Antonio Cabezas, 1971

Prescindimos de la historia antigua de esta calle, así como la de la plaza, para centrarnos en dos momentos más recientes que culminarán con la creación de los trampantojos y su posterior inauguración.


Necesario homenaje a Mingote
Antes de comenzar, permítame el lector que rinda homenaje a Antonio Mingote Barrachina, dibujante, escritor, periodista, académico de la lengua, alcalde honorario de El Retiro y marqués de Daroca.

Este año de 2019 celebraremos el centenario de su nacimiento (Sitges, 17 de enero de 1919) y este artículo, relacionado con su obra y el Madrid galdosiano, quiere ser sincero homenaje a su persona y su maestría en el arte de hacernos sonreír.


Fotografía de una noticia de EL PAÍS (2015)

Dicho esto, comienzo a relatar esta historia que nos llevará a la inauguración de los trampantojos de la calle de la Sal. Lo hago de forma cronológica para conocer porqué están allí y el motivo que llevó a su ejecución.


El aparcamiento de la Plaza Mayor
Desde 1949 se venían construyendo en Madrid Estacionamientos Públicos Subterráneos, siendo el primero el de la plaza Vázquez de Mella (en la actualidad, Plaza de Pedro Zerolo).

En mayo de 1967 se anunciaba la adjudicación de los trabajos de tráfico, proyecto y control a Viales y Estacionamientos, Sociedad Anónima (VIESA), y a la empresa Huarte y Cía., S. A. para la construcción del aparcamiento de la Plaza Mayor.

Las siguientes fotografías muestran la fisonomía de la plaza durante el vaciado, cimentación y pavimentación.





El aparcamiento tendría entrada desde la calle Mayor por la de Felipe III y desde la calle Atocha por la de Gerona. Además, un túnel por la calle de Toledo pasaría por el estacionamiento y por debajo de la calle Mayor, con dos salidas por la plaza de Herradores. La otra salida estaría ubicada en la calle de la Sal hacia la de Postas.

© Consejo Superior de Investigaciones.
Informes de la Construcción Vol. 21, nº 207. Enero, febrero de 1969
IETccCSIC. Vol 51, nº 465 (2000)


La tarde del martes 12 de noviembre de 1968, en un acto simbólico celebrado en la Plaza Mayor, el alcalde de entonces, Carlos Arias Navarro, inauguraba el aparcamiento de esta plaza y los de Recoletos y plaza de Salamanca.

Para la realización de la monumental obra fue necesario retirar la estatua ecuestre de Felipe III. Así lo muestra esta fotografía de Torremocha de septiembre de 1967.




En 1971, cuando el Ayuntamiento ya había comenzado el plan de conservación del Madrid antiguo y el cierre de la plaza al tráfico de vehículos, la estatua aún permanecía arrumbada en los almacenes municipales. La presión popular logró que el alcalde la repusiera en el mes de junio de aquel año.
 
Por otra parte, en 1982, el Ayuntamiento iniciaría las obras de restauración de cimentación en la Casa de la Panadería. Las obras del aparcamiento subterráneo, cuyo nivel de vaciado rebasaba los cimientos, además del pésimo estado de la red de saneamiento, ponían en peligro este edificio principal de la plaza.

Las grietas y humedades de los sótanos amenazaban la pérdida de gran parte de documentos de la historia de Madrid. Recordemos que allí estuvo instalado el Archivo de la Villa hasta su traslado a Conde Duque.

A finales de 1983 -y como muchos recordaréis-, la fisonomía de la plaza y Casa de la Panadería era como la de esta fotografía de Pastor, donde se aprecia un depósito de materiales que el gracejo madrileño quiso bautizar con el pintoresco nombre de “el cohete”.





La salida por la calle de la Sal
Muchos lectores tendrán en su memoria aquella salida del aparcamiento que existía en esa calle hasta no hace mucho. Los automóviles tomaban la calle de Postas para salir a la de Mayor, algo que limitaba el tráfico de transeúntes por una de las entradas principales a la plaza.

Las siguientes fotografías son representativas de lo que comento. La primera, de finales de la década de los 60, muestra en detalle la recién estrenada salida de automóviles.




En la segunda, de 1986, queda evidenciada la estrechez de esa acera, donde es visible el emblemático local de El Gato Negro. Resulta curioso el grafiti con la leyenda «Toreros asesinos», cercano a la plaza donde tantas corridas se habían celebrado. Como veis, la lucha antitaurina no es cosa nueva.




En 1988 se reunirá la Empresa municipal de la Vivienda con la Fundación Villa y Corte para estudiar las medidas urgentes de restauración en la Plaza Mayor. Participarán en la reunión arquitectos, cronistas, catedráticos, académicos, expertos en restauraciones monumentales, pintores muralistas y críticos de arquitectura.

Entre todos los temas tratados, algunos eran de gran relevancia, como la eliminación o sustitución de las pinturas murales de la Casa de la Panadería, el color de las fachadas y la supresión de la rampa de salida del aparcamiento en la calle de la Sal.

Según habían informado los expertos, no se trataba de un simple lavado de cara, sino la forma de solucionar de modo global todos los problemas existentes, como la rehabilitación de las viviendas de la plaza; la sustitución del pavimento, que ya estaba muy deteriorado, y la restauración y adecentamiento de los locales comerciales, entre otros asuntos técnicos. [1]

Muchos de estos trabajos de rehabilitación se fueron realizando, pero los concernientes a la calle de la Sal y la salida del aparcamiento subterráneo no se comenzarán hasta las postrimerías del siglo XX.


Reformas de la calle de la Sal y Postas
Por fin, el 28 de junio de 1999 se ponían en marcha las obras de remodelación de las calles de la Sal y Postas, establecido en la Fase II del Programa de Rehabilitación Preferente del Casco Histórico de Madrid.

Este programa, contaba con un presupuesto total de 52.359,6 millones de pesetas (313.530.530€), fruto de los “Convenios para la Rehabilitación del Patrimonio Edificado Residencial y Urbano” firmado por las tres administraciones (Ministerio de Fomento, Ayuntamiento y Comunidad de Madrid). Parte de los fondos venían de la Unión Europea y entidades financieras.


Cuadro de distribución de las invesriones.
lnformes de la Construcci6n, Vol. 51 n° 465, enero/febrero 2000.
IETcc-CSIC ISSN-E 1988-3234


La Fase II contemplaba la rehabilitación entorno a la Plaza Mayor, con una nueva canalización, pavimentación y peatonalización de Sal y Postas, y la instalación de un equipo eléctrico que potenciaría la energía de la zona. Este generador de Unión Fenosa quedaría ubicado en el espacio que ocupaba hasta entonces la salida del aparcamiento.

Además, se estudiaba la inclusión de algún elemento decorativo relacionado con Benito Pérez Galdós. Hasta ese momento se contemplaba varias alternativas, entre ellas, una estatua de Galdós a la entrada de la calle Postas por la Puerta del Sol o la instalación de una placa con referencias a Fortunata y Jacinta en el edificio de la esquina de Sal con Postas.

La siguiente fotografía, de Yolanda Cardo para ABC, muestra la fisonomía de la calle de la Sal en marzo del 2000, después de finalizadas las obras de eliminación de la salida del aparcamiento. Sin lugar a duda, una remodelación muy bien recibida por los comerciantes de esa zona y los viandantes.





Los trampantojos de Mingote
El primer boceto
En marzo de 2000 se conocía la noticia sobre los trampantojos que se pintarían en el edificio esquinero de la calle de la Sal. Lo anunciaba a la Agencia Efe el concejal de Vivienda y Rehabilitación Urbana, señor Sigfrido Herráez.

El concejal había comentado que «en los falsos vanos que hay en una de las fachadas de la calle de la Sal, hemos encargado a Antonio Mingote un proyecto que nos presentará próximamente, y que consiste en unos trampantojos que recrean los personajes de “Fortunata y Jacinta”, obra de Galdós que se desarrolla en estas calles». [2]

Antonio Mingote ya tenía las ideas claras, y también el primero de los bocetos. Se trataba del más representativo de la novela de Galdós, en el que quedaban retratados Fortunata, Jacinta, Juanito Santa Cruz y el propio don Benito.

Las diferencias con el trabajo final son evidentes, algo habitual en los artistas, como muestra la siguiente comparativa. Don Antonio Mingote, maestro de trazo inmediato y resolutivo en sus viñetas diarias, lo deja ver en el boceto; pero la ilustración definitiva tendrá tratamiento de fresco y el acabado propio de sus ilustraciones más refinadas.

© Fotografía: Divina Aparicio - www.biodiversidadvirtual.org


Mingote en la calle de la Sal
Aquel día de finales de marzo sería el preámbulo de una historia más de las tantas que ofrece Madrid en sus esquinas, y un artístico homenaje al insigne Pérez Galdós.

En la calle de la Sal se presentó Antonio Mingote acompañado por una comitiva municipal encabezada por el alcalde José María Álvarez del Manzano. Juntos observaron el boceto y lo proyectaron de forma imaginaria sobre la fachada. La fotógrafa Yolanda Cardo captó aquel instante para ABC.




El alcalde aseguró a la prensa que se había elegido a Mingote «porque es de esos madrileños típicos que han nacido fuera pero que han querido hacerse madrileños, y porque refleja muy bien la realidad de la ciudad y puede adornar con su gracia interna lo que es el conjunto, dándole vistosidad a unas paredes que quedan un tanto frías. (…) dejará reflejada con su ironía lo que ha sido la historia de la ciudad en cuatro huecos cerrados y sin utilidad». [3]

El 29 de marzo, Antonio Jiménez Barca ofrecerá más datos en un artículo para El País. El periodista entrevistaba al citado concejal de Vivienda y Rehabilitación Urbana sobre los cambios realizados en la Plaza Mayor y una de sus arterias de acceso principales, la calle de la Sal.

Sobre la idea de colocar los trampantojos galdosianos en dicha calle, el concejal había contestado que «para culminar la rehabilitación, nada mejor que animarla un poco con eso, en un espacio que, sin nada, queda mal: teóricamente, tendría que haber balcones, pero la estructura interior de la casa no lo permitió, así que se quedaron los huecos, que han estado ahí desde siempre, desde que se hizo la casa. (…) Mingote tendrá en cuenta que el que ya está casi diseñado irá en la primera planta, y los otros tres, en la segunda, tercera y cuarta, con lo que se verán menos». [4]

Al preguntar sobre el coste de los trampantojos, el concejal Sigfrido Herráez respondió que el valor se determinaría cuando Mingote calculase el tiempo empleado en realizar los diseños. En este sentido, el dibujante y el alcalde Álvarez del Manzano, coincidieron en precisar que sería “un precio simbólico”.

El concejal indicó que, una vez finalizados los dibujos, la Empresa Municipal de la Vivienda adjudicaría los trabajos de reproducción de estos en la fachada. Y añadió: «Eso costará cerca de 50 o 60 millones y estarán colocados, espero, durante el próximo verano.» [5]

El escritor Rafael Flórez, en un artículo para ABC del 16 de mayo, comentaba que Mingote aún no había definido el diseño de los balcones, pero que estos representarían personajes «típicamente galdosianos y también históricamente madrileños». [6]

Flórez añadía: «Lo que será un aliciente público para mucha gente de hoy descubriendo la novela y al novelista, leyéndole por primera vez. Y para otros, releerlo de nuevo, refrescándose en la relectura, ejercicio saludable éste de volver a lecturas pasadas, recreándose en lo ya conocido, volviendo a revivir». [7]

Palabras éstas que hago propias por el entusiasmo renacido hacia la figura de Galdós en el 175 aniversario de su nacimiento (2018) y en el bicentenario que estamos a punto de celebrar (2019-2020).


Los cuatro bocetos y su comparativa
Por fin los madrileños conocerán los bocetos definitivos con los personajes que ocuparían cada balcón. El diario ABC los publicará el día 4 de septiembre del 2000 en un reportaje firmado por la periodista Sara Medialdea.

Al no corresponder a la edición en papel del periódico, los bocetos aparecen en grises, por tal motivo, he preparado las siguientes comparativas con el trabajo final a color.





Mariano Aguirre, actor, dramaturgo y productor teatral, escribió en 2012 un interesantísimo artículo -al que yo llamaría biografía-, sobre Mingote, su vida y su arte. Lo titula: Antonio Mingote, caballero de mesura.

Al referirse a las decoraciones urbanas realizadas por Mingote, repartidas por diversos espacios de la ciudad, dice de estos trampantojos:
«En la muy céntrica calle de la Sal, que arranca de la Plaza Mayor, la técnica es la del fresco. Inspirándose en “El balcón” de Manet, Mingote da vida a unos personajes decimonónicos, de rotundos volúmenes, insertos en unos apretados, equilibrados y redondos conjuntos, con unos colores fieles al tema y a la época, muy acertados. ¡Qué gran poesía emana de los fingidos balcones! Qué detalle tan donoso también el del ficticio trampantojo -trampantojo de trampantojo, podríamos decir- de la jaula con su canario. El trabajo de Mingote es aquí de una gran belleza y eficacia y revela una gran maestría de la técnica del fresco, que remite a los grandes maestros del género.» (Aguirre, 2012)  [8]


Mingote y el Madrid galdosiano
Antonio Mingote supo representar con trazo irónico el Madrid recreado por Benito Pérez Galdós en sus novelas. Nada de aquella sociedad decimonónica escapa a los dos maestros.

Galdós y Mingote fueron grandes observadores de la ciudad y protagonistas de los cambios que en ella se manifestaron; más acusados en el segundo, pero igual de significativos para ambos.

Galdós ve crecer esta villa y corte a lo ancho; del mismo modo que va añadiendo nuevos escenarios a sus personajes.

Mingote la ve crecer a lo alto, adecuándose a la modernidad, pero sin perder ese casticismo que impregna en sus viñetas. Así, en los trampantojos de la calle de la Sal, no obvia ningún detalle.

Como lo hiciera Galdós, retratando una sociedad de marcados estratos, Mingote sabe encajar esas dramáticas diferencias sociales en los cuatro balcones ciegos.

Siguiendo la elitista configuración de la vivienda burguesa del siglo XIX, va escalonando de mayor a menor, y de abajo a arriba, la importancia de los personajes según su categoría. Digamos que la burguesía, por comodidad y apariencias, establece un sistema piramidal invertido, donde el que está más arriba es el que menos posibles tiene.

Con la llegada del ascensor esto cambiará, pero, hasta entonces, el dueño de la propiedad habitará la planta principal (primer piso) y la servidumbre, o inquilinos con escasos recursos, vivirán en la última planta o bohardilla.

La planta baja se destina a locales comerciales, entrada de carruajes y portería. En ocasiones, el dueño de la propiedad tenía allí su comercio.

Los siguientes cuadros explican lo dicho, utilizando para cada ejemplo los trampantojos de Mingote fotografiados por Divina Aparicio.






El Madrid bohemio, el romántico y el burgués, amalgamados en el Madrid galdosiano, quedan perfectamente identificados en escenarios costumbristas cuyo motivo principal gira entorno a Fortunata y Jacinta (dos historias de casadas).

Pero no todas las casas eran burguesas. Galdós hace una minuciosa descripción de las viviendas habitadas por las clases menos favorecidas cuando habla de Barbarita Arnaiz. Casas que también se encontraban en los aledaños de la plaza, incluso aquellas que formaban sus muros.
«Nació Barbarita Arnaiz en la calle de Postas, esquina al callejón de San Cristóbal, en uno de aquellos oprimidos edificios que parecen estuches o casas de muñecas. Los techos se cogían con la mano; las escaleras había que subirlas con el credo en la boca, y las habitaciones parecían destinadas a la premeditación de algún crimen. Había moradas de estas, a las cuales se entraba por la cocina. Otras tenían los pisos en declive, y en todas ellas oíase hasta el respirar de los vecinos. En algunas se veían mezquinos arcos de fábrica para sostener el entramado de las escaleras, y abundaba tanto el yeso en la construcción como escaseaban el hierro y la madera. Eran comunes las puertas de cuarterones, los baldosines polvorosos, los cerrojos imposibles de manejar y las vidrieras emplomadas. Mucho de esto ha desaparecido en las renovaciones de estos últimos veinte años; pero la estrechez de las viviendas subsiste.»
Fortunata y Jacinta. Parte primera. Cap. II, 2

Otra referencia del estado de esas casas la tenemos en la parte cuarta (Cap. III, 7), cuando Fortunata acuerda con su tía vivir en casa de ésta.
«El cuarto que entonces tenía Segunda en aquella casa era uno de los más altos. Estaba sobre el de Estupiñá. (...) Fortunata vio el cuarto. ¡Ay, Dios, qué malo era, y qué sucio y qué feo! Las puertas parecía qué tenían un dedo de mugre, el papel era todo manchas, los pisos desiguales. La cocina causaba horror. Indudablemente la joven se había adecentado mucho y adquirido hábitos de señora, porque la vivienda aquella se le presentaba inferior a su categoría, a sus hábitos y a sus gustos. Hizo propósito de lavar las puertas y aun de pintarlas, y de adecentar aquel basurero lo más posible, sin perjuicio de buscar casa más a la moderna, quisiera o no Segunda vivir en su compañía. El gabinetito que ella había de ocupar tenía, como la sala, una gran reja para la Plaza Mayor. (...) Era menester blanquear la cocina, tapar con yeso algunos agujeros y enormes grietas que por todas partes había, empapelar el gabinete, que iba a ser su alcoba, y pintar las puertas.» 


Inauguración de la obra
El 30 de noviembre de 2001, después de una gran expectativa, quedaban inaugurados los cuatro trampantojos.

Antonio Mingote, a sus casi 83 años, montaba en una grúa para dejar su impronta en los fabulosos dibujos. Le acompañaban el alcalde José María Álvarez del Manzano y algunos concejales, cumpliendo así el compromiso municipal de embellecer los muros de nuestra ciudad; esa bonita idea nacida en tiempos de otro alcalde, don Enrique Tierno Galván.

El fotógrafo Julián de Domingo inmortalizó el emotivo momento en que Mingote, pincel en mano, rubricaba los trampantojos; los que hoy rememoran, llenos de vida y color, otros tiempos y otras personas; sean éstas fruto de la imaginación del insigne Galdós o copia exacta de las que conoció.




Fotografía: © Julíán de Domingo para ABC (2001)

Con esta imagen de Mingote y la noticia de la inauguración, concluye el presente trabajo que espero haya sido de vuestro agrado. Historia cercana, a caballo entre el siglo XX y el XXI, que sumo a las ofrecidas por Historia urbana de Madrid en el Bicentenario galdosiano.


Y ahora, un inciso...


Sobre las fotografías:
Agradecimiento
Para la realización de este trabajo se han utilizado fotografías de diversos autores, cuyos nombres se citan en los textos o en las imágenes.

Pero hago este inciso para manifestar mi agradecimiento a la fotógrafa Divina Aparicio, quien, a través de la plataforma www.biodiversidadvirtual.org, ha dado consentimiento para la utilización de las cuatro fotografías que conforman el mural galdosiano. Estas pueden verse a mayor tamaño desde las signaturas que enlazan la citada plataforma:



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También el agradecimiento a biodiversidadvirtual por su buen hacer en la gestión para la obtención de los permisos.


Otro homenaje
Por otra parte, rindo homenaje al querido Carlos Viñas-Valle, quien supo fotografiar cada rincón de esta villa al detalle y con sentimiento.

Periodista y estudioso de la historia de Madrid, Carlos nos abandonó en abril del año 2018 dejando un importante legado fotográfico e interesante artículos en su blog.

Carlos Viñas-Valle, como Benito Pérez Galdós, Antonio Mingote, y quien suscribe, no nació en Madrid, pero sí fue adoptado por ella; porque esta ciudad nos abraza nada más vernos, y nos hace quererla y respetarla tanto, que destinamos parte de nuestras vidas en ofrecerle lo que sabemos hacer: fotografiarla, novelarla, dibujarla, relatarla.


Eduardo Valero García



ARTÍCULOS RELACIONADOS:

- Recuerdos de papel. Calle de la Sal

- Madrid, 19 de julio de 1913 [Ver: La tacita de plata]

- Plano Monumental de Madrid con motivo del IV Centenario de la Capitalidad. Madrid, 1961

- Fondas antiguas de Madrid. Jornadas Madrileñas de Novela Histórica. [Ver: Posada del Peine]



Bibliografía y Cibergrafía

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

[1] RAMIREZ DE LUCAS, Juan, 1988. La urgente reparación de la Plaza Mayor. Diario ABC (Madrid). 10 de marzo, p. 133 - Arquitectura

[2] Columna sin autor, 2000. Mingote pintará trampantojos galdosianos en la calle de la Sal. Diario ABC (Madrid). 26 de marzo, p. 6 - Sociedad.

[3] MEDIALDEA, Sara, 2000. La calle de Postas y de la Sal estrenan un sistema de peatonalización que se extenderá a decenas de vías. Diario ABC (Madrid). 29 de marzo, p. 13 - Reportaje

[4] JIMÉNEZ BARCA, Antonio, 2000. Mingote pondrá cuatro dibujos en una fachada junto a la Plaza Mayor. EL PAÍS. 29 de marzo, p. 17

[5] Ibídem, p. 17

[6] FLÓREZ, Rafael, 2000. A Galdós por Mingote. Diario ABC (Madrid). 16 de mayo, p. 12 - Madrid.

[7] Idídem, p. 12

[8] Aguirre, Mariano (2012) "Antonio Mingote, caballero de mesura", en tv.dokult.com [en línea]. Disponible en: http://tv.dokult.com/blog/2012/06/antonio-mingote-caballero-de-mesura/ [Consulta: 01 noviembre 2019]


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En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2018) "Los trampantojos galdosianos de Mingote en la calle de la Sal. Madrid, 2001", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325
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