Un día de semana en el Madrid de 1934. Mucha actividad en la zona comercial que rodea y da acceso a la Plaza Mayor de Felipe III.
Es la calle de la Sal, nombre que conserva desde muy antiguo por ser el sitio donde se expendía la sustancia blanca y cristalina. Algunos creen que se denominó también "Red de la Sal". Moderna en la fotografía, y aún así diferente a la de hoy, conforma una de las entradas que airean la popular plaza, cargada de vegetación en aquellos tiempos.
Antes de la famosa tienda de "El Gato Negro", establecida en esta calle en 1919, existió entre los números 2 al 8 un negocio llamado "La tacita de plata" que se dedicaba a la venta al por mayor y menor de vajillas, cristalería, loza, porcelanas y objetos para regalo. Lujoso establecimiento que abrió sus puertas el 19 de julio de 1913.
Más añeja es la tienda de relojes establecida el año 1880 en el número 2 de la calle que, con el nombre de "Antigua Relojería", aportó cierta categoría a la corta arteria. Hoy es parada obligada de turistas y vecinos que observan con atención al autómata relojero diseñado por Mingote que repara un reloj al son del tintineo del carrillón.
Y si de Mingote hablamos, una herencia más ha dejado en esta calle. Representación mural de los tipos y costumbres madrileños con el humor y estilo característicos del que fuese I marqués de Daroca. Figuras de escenas galdosianas o simplemente zarzueleras que se muestran al Madrid del siglo XXI desde unas ventanas ciegas.
Volviendo al pasado, en papeles más antiguos, aquellos que trazó don Pedro Texeira en 1656, bien delimitada y con su quiebro aparece la citada calle.
En el "Plano de la Villa y Corte de Madrid" de Fausto Martínez de la Torre y Josef Asensio de la edición de 1800, la calle de la Sal queda integrada en la lámina nº 5, que corresponde al "Barrio de la Panadería".
En 1876 A. Fernández de los Ríos anota en su "Guía de Madrid, manual del madrileño y del forastero", que la calle de la Sal tiene su principio en la de Postas y concluye en la Plaza de la Constitución, que es como se llamaba entonces la Plaza Mayor. Que comprende los números 1 a 5 y 2 a 8, con una longitud de 28 metros lineales y 7 de ancho. Que corresponde al Barrio de Constitución del distrito de Audiencia.
Del presente que fue una vez hemos viajado al pasado, y desde allí al presente de hoy que mañana será historia. Así hemos recordado este rincón madrileño a través de papeles viejos. Calleja muy transitada desde tiempos de los Austrias, cuando se decía que sólo Madrid era corte.
Antes de la famosa tienda de "El Gato Negro", establecida en esta calle en 1919, existió entre los números 2 al 8 un negocio llamado "La tacita de plata" que se dedicaba a la venta al por mayor y menor de vajillas, cristalería, loza, porcelanas y objetos para regalo. Lujoso establecimiento que abrió sus puertas el 19 de julio de 1913.
Más añeja es la tienda de relojes establecida el año 1880 en el número 2 de la calle que, con el nombre de "Antigua Relojería", aportó cierta categoría a la corta arteria. Hoy es parada obligada de turistas y vecinos que observan con atención al autómata relojero diseñado por Mingote que repara un reloj al son del tintineo del carrillón.
© Historia Urbana de Madrid |
Y si de Mingote hablamos, una herencia más ha dejado en esta calle. Representación mural de los tipos y costumbres madrileños con el humor y estilo característicos del que fuese I marqués de Daroca. Figuras de escenas galdosianas o simplemente zarzueleras que se muestran al Madrid del siglo XXI desde unas ventanas ciegas.
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Volviendo al pasado, en papeles más antiguos, aquellos que trazó don Pedro Texeira en 1656, bien delimitada y con su quiebro aparece la citada calle.
En el "Plano de la Villa y Corte de Madrid" de Fausto Martínez de la Torre y Josef Asensio de la edición de 1800, la calle de la Sal queda integrada en la lámina nº 5, que corresponde al "Barrio de la Panadería".
En 1876 A. Fernández de los Ríos anota en su "Guía de Madrid, manual del madrileño y del forastero", que la calle de la Sal tiene su principio en la de Postas y concluye en la Plaza de la Constitución, que es como se llamaba entonces la Plaza Mayor. Que comprende los números 1 a 5 y 2 a 8, con una longitud de 28 metros lineales y 7 de ancho. Que corresponde al Barrio de Constitución del distrito de Audiencia.
Del presente que fue una vez hemos viajado al pasado, y desde allí al presente de hoy que mañana será historia. Así hemos recordado este rincón madrileño a través de papeles viejos. Calleja muy transitada desde tiempos de los Austrias, cuando se decía que sólo Madrid era corte.
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© 2013 Eduardo Valero García - HUM 013-024 RECUPAPEL
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