martes, 27 de julio de 2010

jueves, 15 de julio de 2010

Panteón de los Hombres Ilustres. 'Nigra sum, sed formosa'



Nigra sum, sed formosa
Del concurso publicado para la construcción de un Panteón Nacional se aprueba en 1890 el proyecto titulado "Nigra sum, sed formosa" ¹. En nuestro anterior artículo hacíamos referencia al color de la imagen de la Virgen, que inspirará el título del proyecto.

Proyecto de Iglesia y Panteón aprobado por la Reina Regente sobre la ilustración de Fernando Arbós y Tremanti titulada 'Nigra sum, sed formosa'

¹ Nigra sum, sed formosa ('Cantar de los Cantares' - Ct 1,5; 1,6)
1:5 Soy negra, pero hermosa,
hijas de Jerusalén,
como los campamentos de Quedar,
como las carpas de Salmá.
1:6 No se fijen en mi tez morena:
he sido tostada por el sol.
Los hijos de mi madre se irritaron contra mí,
me pusieron a cuidar las viñas,
¡y a mi propia viña no la pude cuidar!".

Su autor es Fernando Arbós y Tremanti, arquitecto conocido en la Villa y Corte por el proyecto del edificio del Monte de Piedad y Caja de Ahorros, realizado conjuntamente con José María Aguilar y Vela.
La imagen inferior muestra un grabado de aquel edificio construido entre 1871 y 1875.



Panteón de los Hombres Ilustres
El carácter de originalidad que se revela en la obra de Fernando Arbós y Tremanti queda magnificado en este proyecto.

Tanto en la iglesia como en el Panteón, el arquitecto ofrece una muestra de su gusto artístico, combinando, con gran acierto y armoniosamente, el neobizantino con el gótico y otros estilos de países orientales.

Destacan el Campanil, de 55 metros de altura, inspirado en el célebre San Marcos de Venecia, en el que se instalaron cuatro relojes de esfera, uno por cada lado del campanil, y el diseño del Panteón, cuyos enterramientos fueron dispuestos en tres galerías con arcadas y dos cúpulas semiesféricas en las esquinas.

Sobre la puerta de entrada se colocó un frontón. En el interior  se proyectó un jardín donde está ubicado el mausoleo conjunto, al que se puede acceder por las puertas centrales ubicadas en cada galería.

Los grandes ventanales, mezcla de románico español y gótico, cumplían una función estética y de salubridad.
Todo el conjunto está rodeado por una verja de hierro, con patio central, rodeada al exterior de jardines.

En 1901 el importe de las obras del Panteón ascendían a 522.000 pesetas, y las del campanil a 317.000; la cerca, verja, e ingreso de sus majestades 248.000 pesetas, y el alcantarillado exterior 50.000. El presupuesto total ascendía a tres millones de pesetas.

La magnitud del proyecto y la falta de recursos económicos hicieron que ese año se paralizaran las obras, cuando prácticamente estaba concluido el Panteón, pero faltando todavía gran parte de las obras de la nueva Basílica.

En 1924, olvidado el proyecto original de Arbós, se comenzará la construcción de la nueva iglesia de los dominicos, cediendo los terrenos el rey Alfonso XIII y encomendando a la comunidad el cuidado del Campanil y del Panteón.
Las obras de la nueva Basílica de Nuestra Señora de Atocha no finalizarán hasta el año 1926.

En la fotografía aérea publicada en 'La Esfera' del 3 de marzo de 1928 se puede apreciar el estado de los terrenos, destacando el Campanil (abajo a la derecha) y los edificios de la Compañía Ferroviaria de la Av. Ciudad de Barcelona.



Nacimiento del Panteón de los Hombres Ilustres
Este recorrido visual nos muestra el nacimiento del proyecto desde sus planos hasta las fotografías tomadas en 1901, cuando el Panteón estaba casi acabado.

El soporte audiovisual ha sido posible gracias a la colaboración del personal y agentes de Patrimonio Nacional

Datos biográficos
Fernando Arbós y Tremanti
Era hijo del pintor y grabador Manuel Arbós, que era corresponsal de la Academia de San Fernando en Roma cuando nace el futuro arquitecto.
Fernando realizará estudios en la Escuela Especial de Bellas Artes de París entre 1862 y 1865. Acabará su formación graduándose en la Escuela de Madrid en 1869.

Además del citado edificio del Monte de Piedad, Arbós rea­lizará, también en Madrid, las sucursales de la calle de Eloy Gonzalo en 1911 y de la ronda de Valencia (Casa Encendida) entre 1880-1913.
Gran experto en arquitectura religiosa, proyectará la Necrópolis del Este (1877-1878) y la iglesia de San Manuel y San Benito (1902-1911).
También estará vinculado al Museo del Prado, en el que realizará varias reformas entre 1893 y 1916, año de su fallecimiento.

Noticias sobre Fernando Arbós y Tremanti
El periódico 'La Correspondencia de España' publica el 11 de junio de 1898 el ingreso de Arbós en la Real Academia de San Fernando.


El 18 de diciembre de 1916 fallece el arquitecto Arbós y Tremanti. Será sustituido en la Academia de San Fernando por el arquitecto Sr. Lampérez, quien ensalzará la persona de su colega en un emotivo discurso que hoy recuperamos:


Noticia sobre el fallecimiento de Arbós y Tremanti en la revista 'La Lectura Dominical' del 23 de diciembre de 1916.





Bibliografía

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2015) "Madrid y Galdós. Discurso y la novela en el tranvía", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/

• Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
• En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

© 2010-2015 Eduardo Valero García - HUM 015-003 PANTEON
ISSN 2444-1325

Panteón de los Hombres Ilustres. Nuestra Señora de Atocha



Nuestra Señora de Atocha


Esta iniciativa de la Reina regenta Dña. María Cristina de derribar lo poco que quedaba de la Iglesia de Atocha y construir en aquel páramo una nueva basílica para venerar a la Virgen no era casual.

La iglesia de Atocha fue durante siglos un templo dedicado al culto de esta Virgen  madrileña que más tarde se convertiría en Real Iglesia, siendo sus principales benefactores la Casa de Borbón.


El 12 de noviembre de 1863 fue elevada a la dignidad de Basílica a petición de la Reina Isabel II, otorgándole esa gracia el Papa Pío IX.

Pero el pueblo madrileño ya veneraba a la Virgen desde el confín de los tiempos.
La imagen de la purísima, de oscura tonalidad, que sujeta en su brazo al niño y en la otra mano una manzana, tenía una pequeña ermita en época de los Romanos en el sitio denominado de la Vega.
Cuando Madrid se entregó a los árabes el pueblo pudo conservar extramuros las Iglesias de San Martín, San Ginés, Santa Cruz y la de Nuestra Señora de Atocha.

Cuentan las leyendas que D. Gracián Ramírez, gran devoto de la Virgen, vio que faltaba su imagen en la ermita. La buscó y dio con ella entre hierbas llamadas tochas o atochales, en un lugar denominado de Santiago el Verde.

Será Carlos I el que construya una iglesia, de estilo frío y severo, para el culto a la Virgen. Los monarcas sucesivos continuarán la obra del Emperador.

Felipe III se reservará el patronato de la imagen el 10 de octubre de 1602, establecerá una Capilla Real y ordenará que se cante una salve solemne todos los domingos.
Felipe IV agrega a su patrimonio el convento que, por escritura del 14 de junio de 1648, le ceden los fráiles dominicos. Ampliará entonces la Capilla cubriendo su cúpula y paredes con admirables frescos de Herrera de Mozo y Lucas Jordán.

La dinastía de los Borbones heredará de los Austrias la devoción a la Virgen de Atocha.
Felipe V hará construir el camarín de la Virgen y Fernando VII trasladará a los sábados la salve solemne de los domingos.

La imagen de Nuestra Señora de Atocha será trasladada al convento de Santo Tomás durante la toma del de Atocha por las tropas francesas. Luego volverá a su actual emplazamiento.

En las imágenes inferiores podemos ver la fachada y el claustro del convento, conocido también por los madrileños como 'Casa de Predicadores'.
El incendio declarado el día 13 de abril de 1873 borró de la geografía urbana de Madrid este magnífico edificio cuya portada era obra de los hijos de Churriguera y estaba bajo el protectorado del Conde-Duque de Olivares.



La Basílica de Nuestra Señora de Atocha fue protagonista de grandes sucesos. El pueblo de Madrid se congregaba allí para las solemnes misas y otros eventos dedicados a la Corona y a la propia Virgen.

El periodismo del  Siglo XIX se hacía eco de aquellos acontecimientos y los dejaba reflejados en sus páginas con noticias e ilustraciones que recuerdan una Villa y Corte muy distinta a la que hoy conocemos.


Estos grabados muestran escenas de los funerales del General Prim, asesinado el 27 de diciembre de 1870.

'LA ILUSTRACIÓN MODERNA Y AMERICANA' del 8 de julio de 1874. El dibujo muestra la conducción del cadáver del General Concha a la Basílica de Atocha. (Ilustración de Ríos tomada desde la Carrera de San Jerónimo)

'LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA' del 30 de marzo de 1876. El grabado reproduce el momento de la llegada del Rey Alfonso XII para sisitir al Te Deum en homenaje al ejército vencedor de la Tercera Guerra Carlista.
'LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA' del 8 de julio de 1878. Dibujo del natural de Perea que muestra la última visita realizada por  S. M. la Reina María de las Mercedes a la Basílica poco antes de fallecer.

'LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA' del 8 de noviembre de 1880.  El dibujo del natural de Ferrant muestra la presentación de S. A. R. la Infanta Heredera a Nuestra Señora de Atocha

Esta ha sido la breve reseña histórica que sobre la Basílica de Nuestra Señora de Atocha quisimos contar, por su estrecha vinculación con el Panteón de los Hombres Ilustres, y en especial por el título del proyecto ganador que hace referencia a la Virgen de Atocha.



Bibliografía

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2015) "Madrid y Galdós. Discurso y la novela en el tranvía", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/

• Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
• En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

© 2010-2015 Eduardo Valero García - HUM 015-002 PANTEON
ISSN 2444-1325

Panteón de los Hombres Ilustres. Antecedentes históricos


Madrid, ciudad en constante crecimiento, atesora una gran cantidad de edificios y monumentos que son herencia del trabajo y la ilusión de personas que pertenecen al pasado histórico de nuestra ciudad y de toda España.
Esos tesoros, de incalculable valor arquitectónico, permanecen gracias a la labor y el esfuerzo de Patrimonio Nacional, que, conjuntamente con otras instituciones oficiales, preservan su identidad para conocimiento y disfrute de todos los ciudadanos.
Historia Urbana de Madrid, con el apoyo de Patrimonio Nacional, ha elegido el Panteón de los Hombres Ilustres como uno de esos tesoros dignos de ser visitados.

Panteón de los Hombres Ilustres


Hablar de este legado es concentrar en un mismo espacio el ingenio de los artistas españoles, el tesón de las personalidades de la política, la creatividad en la arquitectura y el respeto y agradecimiento de la sociedad hacia los hombres que hicieron posible nuestras libertades.

Cercano a la estación de Atocha, por el Paseo de la Reina Cristina, (Barrio de Pacífico) y adosado a la basílica de Nuestra Señora de Atocha, se encuentra este monumento dedicado a preservar la memoria de ilustres hombres, donde mausoleos de incalculable valor artístico guardan sus restos en una atmósfera tranquila, rodeada de jardines y cobijados por una estructura que mezcla diversos estilos arquitectónicos en perfecta armonía.

Antes de comenzar a relatar los detalles del Panteón de los Hombres Ilustres es necesario, y de interés, conocer los hechos históricos previos a su construcción.

Antecedentes históricos
Del templo de Atocha a la Iglesia de San Francisco el Grande
Finalizada la Guerra de Independencia española (1808-1814), el convento de Nuestra Señora de Atocha se encontraba en un estado deplorable tras haber sido ocupado por las tropas francesas en 1808.
El convento pertenecía a la orden de los dominicos, que fueron exclaustrados en la desamortización del año 1834, dejando el edificio prácticamente en ruinas.





Posteriormente fue utilizado como cuartel de inválidos, encontrándose enterrados en aquel templo los restos mortales de algunos de sus directores y personalidades de la política.

Así lo cuenta Dionisio Chaulié en la 'Revista Contemporánea' de julio-agosto de 1883, en el artículo titulado 'Memorias íntimas' del apartado 'Cosas de Madrid':
-

El 6 de noviembre de 1837 las Cortes Generales votan un proyecto para hacer de la Iglesia de San Francisco el Grande un Panteón Nacional.
En 1841 la Real Academia de la Historia creará una lista de próceres y, por fin, en 1869, serán trasladados al ex convento de San Francisco el Grande las personalidades cuyos restos pudieron ser localizados.


En la revista 'La Ilustración Española y Americana' del 30 de octubre de 1915 se hace una reseña sobre el Panteón.


Los restos fueron depositados en la Iglesia de San Francisco, pero nunca llegó a construirse el Panteón, hasta que la Reina regenta Dña. María Cristina (viuda de Alfonso XII) decidiera derribar lo poco que quedaba de la Iglesia de Atocha y construir en aquel páramo una nueva basílica para venerar a la Virgen y un Panteón Nacional.



Bibliografía

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2015) "Madrid y Galdós. Discurso y la novela en el tranvía", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/

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lunes, 12 de julio de 2010

Aquellos veranos de Madrid en el Parque de Parisiana

Son muchas las historias urbanas de nuestra ciudad. Algunas tangibles; están ahí porque sobrevivieron al paso del tiempo. Otras sólo quedan en el recuerdo.

Hoy Historia Urbana de Madrid quiere revivir el esplendor de uno de los sitios más frecuentados por la alta sociedad madrileña y la propia Casa Real, nos referimos al lugar de recreo por excelencia:




El Parque de Parisiana


Nada queda de lo que fuese el sitio ideal para las noches estivales, para las fiestas caritativas organizadas por grandes damas de la alta sociedad o para disfrutar de los mejores conciertos y bailes.
Parisiana desapareció de aquel idílico emplazamiento que la ubicaba en Moncloa, cerca de lo que actualmente es el faro de Moncloa, casi frente al Parque del Oeste y lindando con el Asilo de Santa Cristina, también desaparecido.

Parisiana era comparado con el Gran Casino de San Sebastián. Sus instalaciones nada tenían que envidiar a los mejores sitios de recreo de España y el Extranjero. Su Parque y su Chalet, el Salón, el Bar, los Comedores, las Salas de fiestas y espectáculos, eran un conjunto de instalaciones de moderna hechura, símbolo de la fastuosa sociedad de principios del Siglo XX.
Había otros muchos Parisiana, en Zaragoza, Barcelona, Vitoria, etc., pero sólo comparables en nombre con el magnífico Parque de Recreo que los madrileños tuvieron en Moncloa en aquellos tiempos.

'La Voz' - 1920

Los inicios
La Sociedad Franco-Española de Grandes Hoteles y Viajes en España y Portugal, que tenía por objeto la explotación de hoteles y restaurantes, inició su actividad en 1905. Dotada de un Capital inicial de un millón de pesetas, al poco tiempo de su fundación adquirió en El Escorial la famosa "Villa Lemaur" y en 1906  se hará con 5.000 hectáreas de terreno en la entrada del Parque del Oeste, destinados para la construcción de la Parisiana.

'El Imparcial' - 7 de noviembre de 1906

El complejo, dotado de un confortable Chalet, estaba destinado a restaurante de lujo y Sala de fiestas, rodeado todo de hermosos jardines. A su inauguración, celebrada el 25 de mayo de 1907, asistieron D. Francos Rodríguez, los ex ministros Sres. Canalejas, D. Alberto Aguilera, el Vicepresidente del Senado Sr. conde de Peñalver, D. Rafael Gasset y otras personalidades de la política y la sociedad madrileña.

Las instalaciones
Ubicado en la falda de un pinar próximo a la estatua de los héroes Daoiz y Velarde, que estaba situada en la Avenida Arco de la Victoria, se levantaba este singular parque de recreo.
La construcción del edificio, de estilo modernista, estuvo a cargo del arquitecto francés Mr. Galerón y en su diseño se cuidaron todos los detalles. Así en invierno, gracias a un sistema de calefacción de vapor, los visitantes podían disfrutar de los espectáculos con todo confort.





Banquetes y suntuosas fiestas de beneficencia
Una contradicción que sigue imperando en la sociedad actual. Pomposas y costosas fiestas, en muchos casos con cena, baile y espectáculo,so pretexto de recaudar fondos para una causa justa.
Organizadas por Asociaciones, grupos de damas de alta alcurnia, Infantas y Reyes y demás personalidades de alto nivel económico, las "kermeses" de la Parisiana eran muy sonadas.
Los aristocráticos coches de los aristocráticos señores llenaban las explanadas del Parque y los salones se llenaban de espigadas o robustas señoras luciendo sus mejores galas y el sombrero a la última moda.

Espectáculos
También lo eran los espectáculos de nivel que allí se presentaban. Grandes figuras del panorama artístico más actual pasaban por los escenarios y salones de la Parisiana. Los periódicos de la época los anunciaban como si se tratasen de estrenos cinematográficos.

'El Mentidero' - 1914




El periódico 'El Imparcial' del 11 de agosto de 1915 anunciaba: "Diariamente, de diez de la noche a una de la madrugada, baile de artistas con espectáculos de varietés. Entrada, una peseta"

'La Voz' - 1920


El buen yantar
El comedor de la Parisiana, que estaba ubicado en el edificio principal, cumplía con todos los preceptos de higiene y estaba suntuosamente decorado. Tenía capacidad para 300 comensales.
Al frente de la cocina 'Parisiana' estaba Mr. Escafie, muy conocido por los gourmets madrileños por haber estado a cargo del restaurante de la Exposición del Automóvil.

'La Correspondencia de España' - 1909

Los últimos tiempos
Un artículo de M. Fernández-Conde, aparecido en el periódico 'La Libertad' del 20 de febrero de 1924 habla de la caída en picado de los grandes espacios de recreo de Madrid, llamados 'Casinos', como el 'Rosales', 'Ciudad Lineal', 'Turo-Park' y el propio 'Parisiana'.



Lo cierto es que no se sabe con exactitud cuándo desapareció Parisiana. Encontrarse en pleno frente durante la Guerra Civil  ocasionó muchos daños a las edificaciones de la zona de Moncloa.
Ese fue el final de Parisiana, como también del Asilo de Santa Cristina. Un hecho que podemos imaginar viendo las imágenes inferiores que corresponden al Palacio de Moncloa y la Ciudad Universitaria al finalizar la guerra.



Bibliografía

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.
En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2010) "Aquellos veranos de Madrid en el Parque de Parisiana", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.


© 2010 Eduardo Valero García - HUM 010-001 PARISIANA
ISSN 2444-1325

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miércoles, 7 de julio de 2010

Don Quijote por las fachadas del Paseo de las Acacias

Existe en el Paseo de las Acacias un edificio levantado en la década de los treinta.
Sobre su portal hay un cartel, ya casi oxidado, que anuncia: 

"MINISTERIO DE TRABAJO
ESTA CASA ESTA ACOGIDA A LOS BENEFICIOS DE LA LEY DE PARO 
DE 25 DE JUNIO DE 1933"

'Ilustración Artística', 1895
El edificio, ubicado en el número 59 del Paseo, en sí no tiene un atractivo muy particular. Construido con modestos materiales y poca pompa en su fachada, algo llama la atención del paseante cuando se acerca.
Don Quijote, Sancho Panza, Dulcinea, y el propio Cervantes, asoman al Paseo y relatan las aventuras del hidalgo personaje.

Una gran variedad de azulejos pintados, de diversos tamaños y formas, recorren toda la fachada del edificio  ilustrando las aventuras de Don Quijote y su fiel compañero Sancho Panza.

Un detalle que engrandece estas viviendas de alquiler y comercios, demostrando que los escasos recursos y el drama social de aquellos años no lograban amedrentar el ánimo y el entusiasmo de los madrileños.


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Referencias sobre la Ley de Paro
Algunos artículos de periódicos de la época que hablan de aquella ley y la situación de los obreros.

Remediar el paro obrero? 'Mundo Gráfico' 20 de junio de 1934

La Ley para remediar el Paro Obrero 'La Construcción Moderna' de 15 de julio de 1935



martes, 6 de julio de 2010

El Paseo de las Acacias a principios del siglo XX

El Paseo de las Acacias es la continuación de la Ronda de Valencia, hacia el Oeste; arteria de Madrid que baja al Manzanares y es, y era, propicia para los baños de sol.

La Esfera, "El Concurso del Vestido de cuatro pesetas" 1934
En esa zona, correspondiente al Distrito de La Inclusa, se establecían gran cantidad de industrias, entre ellas la fábrica de Gas, fundiciones de sebo, fábricas de curtidos y de papelas pintados, fábricas de papel continuo y cartón, almacenes de madera, fundición de hierro y metales y construcción de máquinas del Sr. Noriega. También estaban allí la gran factoría de la Sociedad Española de construcciones metálicas y La Papelera Madrileña.

En el número 2 del Paseo estaba la Fábrica de Gas, que ocupaba una gran extensión de terreno, llegando por el Paseo de los Olmos hasta el de las Acacias, y saliendo a la ronda por la calle del Gasómetro.

En otros tiempos el Rastro tenía principio en la plaza de Cascorro, seguía por la Ribera de Curtidores, cruzaba la ronda de Toledo y finalizaba en el Paseo de las Acacias. Este último tramo era una línea de covachas o puestos que conformaban el 'Bazar Americano'.

En la revista 'Madrid Cómico' del año 1902 se hace referencia al Paseo de las Acacias al hablar de los floridos nombres de algunas calles madrileñas:


Fue en el siglo XVIII cuando se plantaron los árboles que dieron nombre al Paseo.


Pero la cosa no era tan florida en las postrimerías del XIX y principios del XX. Allí había sucias tabernas donde se reunían gentes de baja ralea, ladrones y mangantes.

En la fotografía de la izquierda, del fotógrafo Benitez-Casaux, podemos ver una de esas penosas tabernas, medio prefabricada y sostenida por su propia mugre. Los personajes que aparecen son el periodista Ignacio Carral y el dibujante Rivero Gil, que preparaban una entrevista para La Estampa sobre los delincuentes que paraban en aquella zona. (ver entrevista del año 1930)

De las fábricas que mencionábamos, una era la de carbón  mineral alquitranado y de bencinas, propiedad de D. Felipe Ruano (hermano de D. Francisco Ruano, secretario del Ayuntamiento). Por desgracia un incendio acabó con aquella empresa el 29 de junio de 1918.
Tal fue la magnitud de aquel trágico suceso que el propio Alfonso XIII se interesó por los detalles del siniestro.
Las fotografías inferiores muestran el incendio de la fábrica, que al Poniente lindaba con La Papelera Madrileña, al Norte con la fábrica de gas y al Sur por los almacenes de la Alhóndiga y los de la estación de Las Pulgas.



Parece que los incendios eran frecuentes en el Paseo. En 1931 quedó consumida por el fuego una fábrica de juguetes; ocurrió la noche del 5 al 6 de enero de aquel año.


El tranvía
No podía faltar en el Paseo un tranvía. En 1903 se solicitaba la prolongación de la línea que llegaba a la Ronda de Valencia hasta la Glorieta del Puente de Toledo por el Paseo de las Acacias.
En las imágenes inferiores vemos algunas noticias relacionadas con el tranvía de esta zona.


'Gaceta de los Caminos de Hierro', 16 de mayo de 1903


PINCHA SOBRE EL TEXTO

'La Libertad', 11 de agosto de 1931


Las Escuelas Reformadas
Contra la voluntad de Pepe Botella, "que no tenía tiempo para ocuparse del a b c", España logró hacer de la enseñanza un pilar fundamental. Este empeño, fruto del trabajo del Ministerio de Instrucción Pública y el propio Ayuntamiento de Madrid, consolidó la enseñanza primaria como factor primero entre todos los factores de la vida social.
Así nacerán en el Paseo las Escuelas Reformadas, más tarde denominados Grupos Escolares.
De estos, destacamos el G. E. Legado Crespo, la primer Granja Escolar que funcionará en España, y que se inaugurará el 14 de abril de 1936.


El Montecarlo madrileño
De todas las cosas que hemos nombrado que había en el Paseo de las Acacias destaca una, el 'Montecarlo' madrileño.
Lugar lúdico por excelencia, los días de fiesta el pueblo rendía culto a la diosa Fortuna con un bombo de alambre que sustituía a la ruleta, los cartones numerados a los paños y las piedras a las fichas.
Al grito de ¡Y va bola! daba comienzo el sorteo. Los jugadores, cartón en mano, iban colocando piedrecillas en los números cantados con la esperanza de llenar el cartón.



Hasta aquí nuestro recorrido por una pequeña parte de la historia del Paseo de las Acacias. Muchas más quedan por contar de este pintoresco Madrid.



© 2010-2015 Eduardo Valero García - HUM 015-001 ACACIAS
ISSN 2444-1325