domingo, 6 de marzo de 2016

Historia de un fiasco. El monumento a Cervantes. Segunda parte (Junio - Diciembre, 1914)

Continuamos y ponemos fin a la parte segunda de “Historia de un fiasco. El monumento a Cervantes” que comprende ahora los meses de junio a diciembre de 1914.
Si nos ha sorprendido la parte que trata de los meses de enero a mayo, ésta no será menos interesante.
“Por algo en vida y «post mortem» ha sido siempre Cervantes el rigor de las desdichas.”
Mariano de Cávia, 1914


Monumento a Cervantes
CONTENIDO: PRIMERA PARTE (1905-1913) - SEGUNDA PARTE (Enero-Mayo, 1914) - (Junio-Diciembre, 1914) - TERCERA PARTE: Concurso de anteproyectos (1915) - Los elegidos (1915) - CUARTA PARTE: Cien años del monumento nunca inaugurado (1916-2016)

Reconocemos que es una historia pesada, tediosa por momentos, pero cargada de anécdotas y hechos históricos que demuestran la falta de interés, o al menos la mermada importancia que se ha venido dando al bueno de Cervantes.


Segunda parte (Junio-Diciembre, 1914)
Como hoy con los cuestionamientos sobre su fisonomía, o esa amnesia intencionada ai referirse a un lugar de La Mancha –además de revolver sus polvos, es decir: restos-, el Príncipe de los ingenios antaño también fue víctima de los iluminados que buscaron fama y ser tan laureados como él a fuerza de elucubraciones.

Junio
Del Cervantes cordobés
Como habíamos comentado en el artículo anterior, se decía que Cervantes era cordobés.
Pues bien, el eminente cervantista Francisco Rodríguez Marín, en la memoria titulada “Cervantes y la ciudad de Córdoba”, llegará a las siguientes conclusiones:



Conferencia en el Ateneo
El 3 de junio, a las siete de la tarde, comenzaba la conferencia del Sr. Baldomero Villegas que llevaba por título “Cervantes, el centenario y el clericalismo”.

Villegas era un estudioso de la obra y figura de Cervantes, además de entendido en las enseñanzas del orden religioso, jurídico, militar y político. Amalgamadas todas esas cosas, le llevaban a asegurar que el Quijote había sido escrito por Cervantes con fines patrióticos, “para corregir los errores que padecía la sociedad de su tiempo y demostrar la manera de regenerarla”.

Luego relacionaba todo con el clericalismo, alegando que era la causa de los males de la patria y el peor enemigo que tuvo el libro de Cervantes y el propio autor. Sus conclusiones eran que las doctrinas cervantinas se mantenían vigentes y debían regenerar a la sociedad española.

Decía Villegas que esa doctrina del Quijote llevaba un siglo revolucionando, pero no acababa de revolucionar. ¡Qué fuerte!, ¿no?

Por otra parte, recordando que la celebración del centenario de la publicación del Quijote en 1905 había sido un fracaso y vaticinando que lo mismo ocurriría con el centenario de Cervantes de 1916, instaba a que no se cometiese el mismo error.


Una colección de obras de Cervantes
En El Imparcial de 8 de junio, en su columna “Revista literaria”, el periodista E. Gómez de Baquero anunciaba la publicación de la que después se convertiría en una de las grandes colecciones dedicadas a Cervantes. Se trataba de los dos primeros tomos de “Obras completas de Cervantes”, del docto profesor Adolfo Bonilla y San Martín y su colega de la Universidad de California, Rudolph Schevill.

En la dedicatoria aparecía una dama norteamericana, Mss. Phoebe Apperson Hearts, mecenas de la obra dedicada al creador del Quijote.
Así describía Gómez de Baquero estos dos primeros volúmenes:


Anecdotario: Roosevelt recuerda a Cervantes
En junio estuvo de visita por Madrid Mr. Theodore Roosevelt. Se alojó en la embajada de los Estados Unidos, que estaba en la calle Zurbano, número 5.

El día 9 de ese mes estuvo el ex presidente “yanqui” recorriendo El Escorial y comiendo con Alfonso XIII en La Granja. Y ese mismo día, por la tarde, recibió a un grupo de periodistas en la embajada. Roosevelt había comentado a los periodistas que del rey no iba a opinar, pues no estaba acostumbrado a emitir juicios sobre las personas.

Sí hablo sobre el monasterio, añadiendo:
Esta tarde en El Escorial, el recuerdo del fundador del Monasterio y de su constructor me llevó á recorrer la historia de los españoles en los siglos XVI y XVII, tan gloriosa como dudo exista otra, y al nombre de Lepanto asocié el inmortal de Cervantes, que llena el mundo.” [1]

Monumento y Ayuntamiento
En sesión del Ayuntamiento del día 20 se reúne la Comisión municipal de monumentos, integrada por los señores Bellido, Antón, Dorado, Carnicero, Saint-Aubín y Alcántara.
Entre las medidas acordadas figurará señalar para el emplazamiento del monumento a Cervantes el centro de la gran plaza de España. Quedó aprobado en sesión del 11 de julio.

Casualmente, y lo citamos como hecho histórico, en esa misma sesión rogaban al alcalde, vizconde de Eza, agilizase el expediente de adquisición de la portada de la Platería Martínez y la gestión de cesión de la del antiguo hospital de La Latina, para utilizarlas en la edificación de grupos escolares.


Otro monumento a Cervantes
En el salón Cervantes de Alcalá de Henares se reunía el día 25 un grupo de personas principales para solicitar de los Poderes públicos el emplazamiento de un gran monumento a Cervantes en la entrada de la población. Para su construcción se sugería abrir una suscripción “mundial” e inaugurarlo en el año del tricentenario.

La idea era construir un soberbio parque que llamarían de Don Quijote o de Nuestro Señor Don Quijote, con el monumento a Cervantes en el centro y acompañado de figuras en piedra representando personajes y escenas del Quijote. Eso sonaba mucho a plaza de España… sin saberlo.



Julio
Curiosidad: Las minas de Cervantes
En el Boletín oficial de la zona de influencia española en Marruecos [2] encontramos a la Sociedad anónima “Morocco Minerals Sindicate Limited”, de Londres, que solicitaba permiso a la Comisión arbitral para investigar unas minas, entre ellas las siguientes:
Mina Cervantes – 22.000 hectáreas- Kabila Gomara.
Mina Dulcinea del Toboso – 39.000 hectáreas –Kabila Beni-Sahid y Beni-Hassan
El Quijote – 67.500 hectáreas – Kabila Beni-Hozmar y Beni-Hassan
Sancho Panza – 44.500 hectáreas – Kabila El Fahhz (Tánger)


El Cervantes de Alcázar de San Juan
Partida de nacimiento
Un artículo de La Ilustración Artística [3], firmado por la condesa de Pardo Bazán, habla del rifirrafe que se traían eruditos e investigadores sobre el lugar de nacimiento de Cervantes.

Comentaba Pardo Bazán que en un número de la Revista Religiosa, que dirigían padres Trinitarios descalzos, el señor D. Antonio Castellanos hacía un examen comparativo de dos partidas de nacimiento de Miguel de Cervantes Saavedra, la de Alcalá de Henares y la de Alcázar de San Juan, asegurando casi que la primera era apócrifa.

A doña Emilia le sonaba mal lo de apócrifa y apuntaba a que esa partida era auténtica, pero que los defensores de Alcázar de San Juan aseguraban que era de otro alcalaíno que se llamaba parecido.

Escudo
Lo cierto es que en su afán de triunfar en su propósito, Antonio Castellanos había averiguado tantas cosas que hasta descubrió en Consuegra el único escudo del linaje de los Cervantes existente en España.
Dos ciervas en campo verde,
La una pace, la otra duerme;
La que pace paz augura,
Y a la que duerme asegura.

Sofisma
Castellanos tenía propuesto dar conferencias, escribir a los periódicos, editar libros, y todo para asegurar que Alcalá de Henares como cuna de Cervantes era un sofisma.

Pardo Bazán, quien decía que tanto Cervantes como Saavedra eran apellidos gallegos, no dudaba que el príncipe de los ingenios fuese alcalaíno y remataba diciendo que el Quijote no sería menos de suponer que don Miguel fuese alcazareño.


Primera Guerra Mundial
El 28 de julio comenzaba la Gran Guerra, terrible suceso que sería utilizado dos años más tarde como excusa por el conde de Romanones, y refrendado por Alfonso XIII, para suspender por tiempo indeterminado la celebración del tercer centenario de la muerte de Cervantes. [Ver Madrid, cien años atrás. Centenario de Cervantes postergado. Enero, 1916]

© BNE
Ilustración de Alonso.
Caras y Caretas. (Portada)
Buenos Aires, 1914. Año XVII Nº 827
ARCHIVO HUM
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-004 CERVANTES IV CENTENARIO
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


Octubre
Parece algo premonitorio, porque hasta octubre no se volvió a hablar del pobre Cervantes. Sin ir más lejos, el cervantista Rodríguez Marín había escrito en una misiva:
¿No cree usted que la bárbara guerra europea traerá consigo, entre los mil fieros males de su cortejo, el de hacer imposible en España toda seria y digna celebración del tercer Centenario de la muerte de Cervantes?


Emplazamiento del monumento
El 11 de ese mes se reúnen presidente y secretario de la Junta ejecutiva del centenario de Cervantes con el Jefe del Gobierno, Sr. Eduardo Dato Iradier.
Después de tratar asuntos sobre cómo agilizar la labor de la Junta, los ínclitos cambian pareceres sobre el emplazamiento del monumento.

Como sabemos, el monumento ya tenía lugar de destino, el centro de la Plaza de España; pero como su adecuación se aletargaba, los de la Junta pensaron en un nuevo sitio. Sería en el centro del salón del Prado, donde la estatua de Apolo, a la que buscarían otro destino.

"MADRID- Salón del Prado con la Fuente de las cuatro estaciones [ó de Apolo]"
© mcu-IPCE-FPH
Archivo RUIZ VERNACCI - VN-03089
(Entre 1860 y 1886)
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-004 CERVANTES IV CENTENARIO
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La brillante idea (había que justificar el sentido que tenía la Junta ejecutiva) colocaría a Cervantes cerca de la Academia de las Letras, y muy próximo a la casa donde había vivido y al convento de las Trinitarias, donde estaba sepultado.



Pedro de Répide en su momento también había sugerido otro emplazamiento para el monumento, la aireada y aristocrática zona del Paseo de Rosales.

Mariano de Cávia no tardó en reaccionar. En un artículo de El Imparcial titulado “¡Quieto Apolo!” [4], repartía con finura a diestra y siniestra:



Día de la raza
En la Unión-Iberoamericana se celebra una fiesta para conmemorar el descubrimiento de América. Asistió al evento el ministro del Estado, marqués de Lema.
El jurista, escritor y periodista José María Ortega y Morejón leyó un erudito trabajo del ya conocido cervantista Rodríguez Marín. Se titulaba “Cervantes y su célebre soneto ante el túmulo de Felipe II”; daba a conocer otro admirable soneto, encontrado por el ilustre biógrafo, y cuya autoría adjudicaba al Príncipe de los ingenios.

Había dicho Rodríguez Marín:
Pero si no el Quijote, ¿cuál es entre todas las de Cervantes la obra más conocida y vulgar? Una que lo es tanto, que muchos millones de españoles la saben de coro, como el padrenuestro; una que no habrá pueblo en la nación, por chico que sea, donde falte quien la conozca y recite; una, y ya será harto ciego que no vea por tela de cedazo, una que tiene, contados y por juntos, hasta diez y siete renglones.

Y se refería a:
“¡Voto a Dios, que me espanta esta grandeza
y que diera un doblón por describilla!;
porque ¿a quién no suspende y maravilla
esta máquina insigne, esta braveza?
“¡Por Jesucristo Vivo! Cada pieza
vale más que un millón, y que es mancilla
que esto no dure un siglo, ¡oh, gran Sevilla!,
Roma triunfante en ánimo y riqueza!
“Apostaré que la ánima del muerto
por gozar este sitio, hoy ha dejado
el cielo, de que goza eternamente”.
Esto oyó un valentón y dijo: “Es cierto
lo que dice voacé, seor soldado,
y quien dijere lo contrario, miente”.
Y luego, encontinente,
caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese y no hubo nada.”


Otra vez el emplazamiento del monumento
El día 16 se reúnen los miembros de la Junta en el Ministerio de Gracia y Justicia con el presidente del Consejo de ministros, D. Eduardo Dato Iradier.
Se decide entonces –una vez más–, la ubicación del monumento en la Plaza de España, abandonando la idea del Paseo del Prado.

Eduardo Dato descartaba así la estrambótica idea de la Junta ejecutiva, de la que decía buenas cosas a pesar de todo. Aseguraba el Jefe de Estado que aquella Junta se reuniría nuevamente una vez acondicionada la plaza, y demolido en Ministerio de Marina, después de terminada la Gran Vía.
También dijo que tocaba reunirse con la Junta directiva, de la que era miembro D. Mariano de Cávia.

En el semanario local independiente El Norte de Madrid (Chamberí), de 25 de octubre, decía Ramón Pulido:



No cabe duda que Eduardo Dato no iba a echar por tierra el magnífico proyecto del arquitecto municipal D. Jesús Carrasco, quien en 1910 había diseñado una plaza bonita, bonita.

©Archivo VILLA-MdM
"Ángulo superior izquierdo: "PERSPECTIVA / GENERAL /ESCALA 1:1000
Ángulo superior derecho: "PLAZA DE ESPAÑA"
Ángulo inferior izquierdo: "MADRID 8 de SEPTIEMBRE DE 1910/ EL ARQUITECTO MUNICIPAL/ Jesús Carrasco” Fdo. Y rubricado.
59 x 143 cm"
Signatura: 069-32-2/2
ARCHIVO HUM
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-004 CERVANTES IV CENTENARIO
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

© Archivo VILLA-MdM
"Ángulo superior izquierdo: "PLANO GENERAL /ESCALA 1:1000
Ángulo superior derecho: "PLAZA DE ESPAÑA"
Ángulo inferior izquierdo: "MADRID 8 de SEPTIEMBRE DE 1910/ EL ARQUITECTO MUNICIPAL/ Jesús Carrasco” Fdo. Y rubricado.
62 x 86 cm"
Signatura: 069-32-2/1
ARCHIVO HUM
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-004 CERVANTES IV CENTENARIO
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


Conferencia en el Ateneo de Madrid
El retrato de Cervantes
El 26 de octubre el Sr. Gómez Ocaña, catedrático de la Facultad de Medicina, da una conferencia en el Ateneo de Madrid bajo el título “El autor del Quijote; antecedentes de su genio”.
Gómez Ocaña hizo un estudio detallado del árbol genealógico de Cervantes, centrándose en las hermanas de éste. Habló también del desventurado matrimonio del insigne novelista.
Como broche de oro, disertó sobre el famoso retrato de Cervantes realizado por Juan Jáuregui, que es el que reproducimos al inicio de nuestros artículos.


Noviembre
Carta de Cervantes
Hasta el 9 de noviembre nadie se pronuncia sobre Cervantes, su obra, su retrato, ni su monumento. Será el Sr. Plácido Soria quien, en tono crítico, transcriba en El País el contenido de un “cable” recibido de Ultratumba.[5]

Cervantes, de puño y letra, redactaba una misiva. En ella agradecía que se acordasen del manco de Lepanto y que le hiciesen un monumento, más no le importaba el sitio mientras fuese al lado de su Quijote.
Pedía que se acordasen de los escritores españoles, que como él morían tan pobres, y que levantasen un albergue para ellos y en la puerta situar el monumento. Le parecía bien la Plaza de España, porque habría allí metros suficientes para la "Casa de Cervantes" y el monumento.

A propósito de este asunto, nos adelantamos un poco en el tiempo para recordar una de nuestras efemérides de Madrid, cien años atrás. Avanzamos hasta el 11 de enero de 1916 para conocer la idea de la creación de esto que pedía Cervantes, una "Casa de Salud y para la Vejez" que llevaría por nombre Instituto Cervantes.



Diciembre
Una obra de Mateo de Brizuela.
En la Academia de la Historia se lee un documento biográfico e histórico para la vida de Cervantes, que decían era “completamente desconocido”. Se trataba del romance “Aqui se contiene un traslado de una carta muy dolorosa, embiada por Melchior de Padilla captivo en la ciudad de Argel a su padre Diego de Padilla, vezino de la villa de Xiro, donde le cuenta sus trabajos, dende el dia que le captiuvaron hasta la ora que esta escrive.”, de Mateo de Brizuela (1576).

Entendemos que no se atribuía este romance a Cervantes sino que era una narración similar a la que aparece en el capítulo XXXIX de la primera parte del Quijote (“Donde el cautivo cuenta su vida y sucesos”)

*******

Y acabó el año de 1914 sin más novedades sobre el monumento a Cervantes. Y es que, independientemente del conato para cambio de ubicación, mucho se habló del famoso manco pero poco se hizo.

Como colofón, las últimas palabras enviadas desde Ultratumba por Cervantes en noviembre:

"Si esto hicieres, ¡con que gusto repetiré aquellos versos del gran Zorrilla, dedicados a mí en el apoteosis de D. Pedro Calderón de la Barca!:

La crítica
Cervantes, la misma, tierra
Qué ahora estatuas te da,
Miserable y calumniado
Te vio morir sin piedad.
Ni Shakespeare vigoroso
Ni Calderón...
Cervantes
Basta ya;
Mi patria es grande y no puede
Ni confundir ni olvidar."


Primera parte (1905-1913)

Bibliografía

[1] Hablando con Roosevelt. El Siglo Futuro. Madrid, 1914. VIII (2891), portada.
[2] Servicios de Minas. Boletín oficial de la zona de influencia española en Marruecos. Madrid, 1914. II (31), p. 61
[3] Pardo Bazán, Emilia (Condesa de). La vida contemporánea. La Ilustración Artística. Barcelona, 1914. XXXIII (1.699)
[4] Cávia, Mariano de. ¡Quieto Apolo!. Madrid, 1914. El Imparcial. XLVIII (17.121), p. 1
[5] Soria Plácido. La danza de la estatua. El País. Madrid, 1914. XXVIII (9.988) Charlas matritenses, p. 4

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Historia de un fiasco. El monumento a Cervantes. Segunda parte (Junio-Diciembre, 1914)", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

© 2016 Eduardo Valero García - HUM 016-004 CERVANTES IV CENTENARIO
ISSN 2444-1325

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