domingo, 10 de marzo de 2013

Madrid erótico. Cartas agoreras



En los años 20 la censura actuaba sobre cualquier imagen o situación erótica, calificándola de pornografía. Una mirada o una pose sugerente; bailes desenfadados; escotes pronunciados o bikinis; minifaldas; piernas descubiertas por encima de los talones; actitudes amorosas que hoy resultan inocentes, y cualquier otra situación donde la figura femenina mostrara algo más de lo políticamente correcto, sucumbía bajo la tijera del censor.

A finales del siglo XIX y principios del XX, las películas de cine erótico eran de uso privado. El rey Alfonso XIII fue aficionado a este tipo de filmes y, aunque la tijera no llegó a seccionarlos, sí que permanecieron ocultos durante muchos años.

En la recopilación de escenas que veréis a continuación se muestran ejemplos de lo dicho. Por eso en los años 30, ya liberados de aquel tabú, para muchos las fotografías y dibujos que se publican en Madrid erótico eran eso, erotismo puro y duro, por no llamarle material pornográfico.

La Censura
Año 1920


¿Pornografía?
Siglos XIX y XX





El arte en la fotografía
Cartas agoreras
Estudio, por Manassé

Las mil y una noches
Estudio, por Manassé


Lápiz y pincel
"Bailando, siempre"
por Fernando Bosch
Cómo se ha festejado la entrada del Ano Nuevo desde los tiempos de la pavana hasta los días del chárleston.
Bailando, siempre... Bailando pavanas solemnes y ceremoniosos minués... Bailando valses románticos y mazurcas agitadas. Bailando matchichas brasileñas y furlanas italianas. Bailando schimmys y fox-trots anglo-sajones... Y bailando tangos argentinos y black-bottons y chárlestons yanquinegros, para volver, al cabo, a bailar el Vals. La cosa es dar pasos y vueltas, tejiendo el nudo de infinito en que todo comienza, todo acaba y todo resurge en la eterna rotación.

"En el baile"
por roberto.




Cinematógrafo
Music hall


¡Girls! Rubias, morenas y pelirrojas. Quince admirables señoritas, de edad comprendida entre los quince y los dieciocho años, seleccionadas para coro de los musicales de la Metro Goldwyn en Hollywood.




Sólo para ellas
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El erotismo, lo sensual y sugerente dejaban de ser temas tabú y pasaban a formaba parte del "Libro de estilo" de la época. Los ángulos de enfoque y la luz en las fotografías; las poses, miradas y expresiones; los motivos representados; la vestimenta y modelos; los títulos y narraciones; las ilustraciones estilizadas, y todos los detalles que hoy han dejado de sorprender, fueron seña de identidad de la década de 1930 que convertirán la figura femenina en una expresión artística.

Lejos de interpretaciones vejatorias, discriminatorias y/o que puedan ofender a la mujer, las fotografías, ilustraciones y publicidad que aquí aparecerán corresponden a una época en que las féminas comenzaban a tener mayor protagonismo, perdían esa absurda condición de "sexo débil" y recibían no pocas alabanzas. Por desgracia, y durante mucho tiempo, aquel ideal fue truncado una vez finalizada la Guerra Civil.


© 2013 Eduardo Valero García - HUM 013-003 MADEROT


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