lunes, 25 de marzo de 2013

Madrid Erótico. Carne de fieras


En una anterior entrega de Madrid Erótico, titulada "Cartas agoreras" descubrimos el cine erótico de finales del siglo XIX y principios del XX a través de la censura. Hoy conoceremos un desnudo cinematográfico de finales de los años 30.

Imaginemos antes una Matha Hari danzando como Dios la trajo al mundo, desprovista de sus famosas perlas; acariciando sus curvas tan sólo con un gran pañuelo frente al público de aquellos tiempos anteriores a la Gran Guerra. Una pena que tremenda belleza acabara fusilada, después de haber sido también "carne de fieras".

Matha Hari



Carne de fieras
Imaginemos ahora un espectáculo circense que muestra el desnudo casi integral de una bella señorita enfrentada a los leones. Este era uno de los principales reclamos del film español "Carne de fieras", del director Armand Guerra.


"Carne de fieras" es denominado un "film maldito". Comenzará a rodarse el 16 de julio de 1936, pero debido a la sublevación militar en España la filmación se interrumpirá durante algún tiempo. Producida por Arturo Carballo, el rodaje concluye en el mismo año, pero la película no verá a la luz hasta 1992, tras un gran trabajo de reconstrucción promovida por el Patronato Municipal Filmoteca de Zaragoza y realizada por Ferrán Alberich.


Marlène Grey
Fotografías
Marlène Grey, artista francesa, es la protagonista de la arriesgada actuación que realiza en "Carne de fieras". Escenas que repite una y otra vez en el circo, junto al domador Georges Marck.
Un portento de mujer que cosechaba varios éxitos; entre ellos el primer premio a la bañista más bella y mejor presentada en "maillot". ¡No era para menos!









El arte de la fotografía
"El último velo"
Estudio, por Manassé 

Sólo un velo, el último; después... carne de fieras



Lápiz y pincel
"El desparpajo de Cibeles"
por Reguera
Sugerente diosa Cibeles que se despereza y estira las piernas ajena al tumulto de Alcalá, que la mira, y los paseos, que la atraviesan. Minimalistas trazos del dibujante Reguera bosquejando la griega silueta, intuida aún estando vestida.  



Homenaje
"La chiquita piconera"
por Julio Romero de Torres
Una de las tantas obras del genio cordobés que, sin ser un desnudo, es mucho más erótico y sensual que si estuviese sin ropa. Aquella joven de mirada asustadiza y anatomía perfecta en los cánones de mujer española del siglo XX era doña María Teresa López, quien falleció el 23 de marzo de 2013, a los 89 años. 



Sólo para ellas
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El erotismo, lo sensual y sugerente dejaban de ser temas tabú y pasaban a formaba parte del "Libro de estilo" de la época. Los ángulos de enfoque y la luz en las fotografías; las poses, miradas y expresiones; los motivos representados; la vestimenta y modelos; los títulos y narraciones; las ilustraciones estilizadas, y todos los detalles que hoy han dejado de sorprender, fueron seña de identidad de la década de 1930 que convertirán la figura femenina en una expresión artística.

Lejos de interpretaciones vejatorias, discriminatorias y/o que puedan ofender a la mujer, las fotografías, ilustraciones y publicidad que aquí aparecerán corresponden a una época en que las féminas comenzaban a tener mayor protagonismo, perdían esa absurda condición de "sexo débil" y recibían no pocas alabanzas. Por desgracia, y durante mucho tiempo, aquel ideal fue truncado una vez finalizada la Guerra Civil.


© 2013 Eduardo Valero García - HUM 013-005 MADEROT

2 comentarios:

  1. Fantástico artículo, Eduardo.
    Me ha sorprendido el documento "Carne de fieras", no tenía ni idea.
    Por cierto, las piernas de "La chiquita piconera" eran de mi abuela, María Nieto.
    Buen trabajo.
    Un saludo.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias Manuel!
      Yo tampoco tenía ni idea, descubrí "Carne de fieras" en un documental de Canal Historia sobre el cine de la República. Quedé tan sorprendido como tú. Este film, más los desnudos de "Crónica", de los que tenía conocimiento desde mis épocas mozas, me llevaron a crear Madrid Erótico.
      Con respecto a "La chiquita piconera", conocí a doña María Teresa en los años 80 y tantos, pero no sabía que el cuadro era un puzzle de partes femeninas. Conocer ahora que tu abuela ofreció sus piernas para tan maravillosa obra es otro motivo de sorpresa.
      Y entre sorpresa y sorpresa vamos recuperando historias perdidas, unas, y anónimas otras.
      Un saludo!

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