martes, 16 de abril de 2013

Madrid, 16 de abril de 1913


Efemérides del 16 de abril de 1913


Miércoles 16
Máxima 20,8º
Mínima 10,9º
Santo Toribio y Santa Engracia



Contenido:
Los diputados provinciales liberales con Romanones - XII aniversario de la Fundación de vendedores ambulantes - Las tropas moras se marchan - Gran incendio en la calle Embajadores... muere un pájaro - El sexo nada débil - Más dulces de la bisabuela.


1913
ABRIL
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Los diputados provinciales liberales con Romanones
La noche del 15 en el Palace-Hotel con un banquete, y la tarde del 16 de abril, en el hotel del conde de Romanones, se reunieron los diputados liberales de las 49 provincias españolas.

Al banquete asistieron 667 diputados provinciales. Agregados loa 150 adheridos, resulta un total de 726.
La Diputación de Madrid entregó al presidente del Consejo de Ministros un artístico álbum con los nombres de todos los diputados provinciales de España.

El álbum llevaba la siguiente dedicatoria:
«Al Excmo. Sr. Conde de Romanones, recuerdo de amistad cariñosa y leal adhesión política.»

La Diputación de Jaén regaló la pluma de oro con que se había de firmar en el álbum.
A las ocho y media llegó el conde de Romanones, siendo acogido con grandes aplausos y algunos vivas al Jefe del partido liberal.
Era grande la expectación política que este acto había producido, pues se esperaban importantes declaraciones del Jefe del Gobierno.
Después de brindis y discursos llegó el momento del conde, que arrancó agradeciendo el homenaje; continuó con la reprobación del atentado contra el rey; exaltó la honorabilidad y lealtad del actual Gobierno; repartió en contra y a favor de los otros partidos; se despachó con el tema del Catecismo en las Escuelas; y remató con una sublime despedida:

"Señores Diputados provinciales: voy a terminar; cuando regreséis a vuestras casas, al hallaros en medio de vuestros amigos, decidles que aquel que hoy asume la responsabilidad del Gobierno recoge íntegra la tradición que le legaran los hombres que fundaron nuestro partido: Sagasta, Alonso Martínez, Montero Ríos, Moret y Canalejas y otros no menos ilustres (Grandes aplausos); que a falta de grandes condiciones, de las cuales carece os ofrece una firme, firmísima voluntad de consagrar su vida entera, después del servicio de la Patria, a sus correligionarios, á procurar que las organizaciones liberales acrecienten el prestigio, la fuerza y la autoridad que en todo momento tuvieron. No aspiro yo a jefaturas ni a consagraciones que no sean un movimiento espontáneo del partido todo; entiendo que las jefaturas no las da el Rey, no pueden solicitarse ni pueden ser resultado de maniobras ni de maquinaciones; las jefaturas se conquistan, y cuando la victoria es clara e indiscutida, entonces, sin ambages ni rodeos, sin vacilaciones ni hipocresías, se impone; así han surgido siempre los jefes; las jefaturas se ganan, no se mendigan. (Aplausos.) 
Yo soy sólo uno más en el partido liberal, que hoy ocupa la Presidencia del Consejo, que mañana puede desempeñar otro cargo o quedarse en su casa; pero uno cuya única aspiración consiste en ver a su partido poderoso y fuerte. Una vez en vuestras provincias, seguid atentamente el desarrollo de los sucesos políticos; no perdáis nada de lo que aquí ocurra y se produzca; observad cuanto nosotros realicemos, que de ello depende la vida del partido liberal; vosotros, jueces los más imparciales, cuando llegue la hora definitiva, habréis de juzgarnos a cada uno por las responsabilidades que hayamos contraído; yo acato de antemano vuestra sentencia.
Y, reunidos en un banquete, termino brindando por tres cosas, en cuyo amor fervoroso todos coincidimos: por la Patria, por el Rey, cuyo valor ejemplar constituye hoy blasón de gloria para España, y por el partido liberal."



XII Aniversario de la Fundación de vendedores ambulantes
A las tres de la tarde se celebró en el restaurante "La Puerta del Sol" (antiguo de Canuto), que estaba ubicado en la calle Bravo Murillo número 85, una ceremonia con la que la Sociedad de vendedores ambulantes celebraba el XII aniversario de su fundación.



Las tropas moras se marchan
A las cinco de la mañana se tocó diana en el campamento de las fuerzas indígenas de Carabanchel.
A las seis salió la caballería mora por la carretera, encaminándose directamente a la estación del Mediodía, donde procedieron al embarque del ganado.
La infantería indígena salió a las nueve del campamento, viniendo en tren hasta Madrid. Después desfiló por las calles de Bailén, Mayor, Carrera de San Jerónimo y paseo del Prado hasta la estación.
A los balcones de Palacio se asomaron, para presenciar el desfile de las fuerzas indígenas los reyes y el conde de Romanones, que en aquel momento se encontraba en Palacio despachando con S. M.
El paso de los moros por las calles fue presenciado por numerosos curiosos.
En la estación so hallaba el infante don Femando, el general Luque, el capitán general, muchos generales v buen golpe de jefes y oficiales. Los moros embarcaron, con la más correcta disciplina en dos trenes, el segundo de los cuales conducía á su jefe, el coronel Berenguer.


Gran incendio en la calle Embajadores... muere un pájaro
A las once y media de la noche, los vecinos de la casa número 66 de la calle de Embajadores, en la que habitan más de cuarenta familias, observaron que de la casa número 64, almacén y talleres de muebles y molduras, propiedad de D. Fernando Arellano, salía enorme cantidad de humo, sobre todo de la parte destinada a almacenar los muebles ya confeccionados.
La alarma cundió en aquel vecindario, que comenzó a dar voces en demanda de auxilio.

El sereno y una pareja del Cuerpo de Seguridad comenzaron a llamar en la casa mencionada, que consta de planta baja y un solo piso superior, en la que habita el Sr. Arellano, su esposa y sus once hijos, cuya edad oscila de dos años a diez y seis.
El edificio tenía dos partes: la tienda, donde también trabajaban los operarios, y luego el almacén en la parte interior, separados ambos por un amplio patio.
La clase de trabajo que allí se realizaba era de ebanistería fina, especialmente bureaux americanos, cajas de relojería y muebles de sala.
En el patio de la casa núm. 66, pegado al tabique del almacén de muebles, había una pequeña habitación, donde dormían dos niños de diez y once años, respectivamente, llamados Antonio y Enrique, hijos de un carnicero establecido en esta casa, llamado Antonio Luna.
En esta habitación, solos, dormían los pequeños, y el carnicero, en su tienda.
En la pared, que es medianera con el local incendiado, había una ventana de medio metro en cuadro.
Por allí entraban ya las llamas y enorme cantidad de humo.
El carnicero echó la puerta abajo con una piqueta, sacando a sus hijos, que si hubieran tardado más en ser extraídos, hubieran perecido asfixiados; como le ocurrió al pájaro que estaba en una jaula colgada en la alcoba.

Los bomberos
Acudieron inmediatamente que fueran avisados el auto de la Dirección de Incendios, las bombas de vapor, y los parques tercero y cuarto, mandados por el jefe de zona, señor López Coca, que trabajaron con heroísmo, logrando que, merced a su esfuerzo, no ocurrieron desgracias personales.
A las cuatro de la madrugada sólo quedaban los escombros del almacén interior, cuya techumbre se derribaba con estrépito.

Las pérdidas materiales
Según el Sr. Arellano, las pérdidas ocasionadas por el fuego ascendían a 25.000 duros.
En aquellos días se le había acumulado el trabajo, y el número de muebles almacenados era mayor que el de costumbre.
Tenía asegurado solamente el almacén en unas cuarenta mil pesetas.

En la fotografía, del famoso Alfonso, vemos a los Bomberos de Madrid realizando un simulacro de incendio.




Misceláneos del 13
El sexo nada débil
Las sufragistas inglesas colocaron una bomba delante de la verja del Banco de Inglaterra.
Por fortuna, un policía observó el hecho y corrió a apagar la mecha. El aparato explosivo era de un modelo muy moderno e ingenioso. De haber estallado, los daños hubieran sido muy importantes.
Frustrado este intento, las féminas incendiaron la casa de un diputado, de la que quedaron únicamente las paredes. Al parecer la casa no estaba ocupada en ese momento.
Las pérdidas ascendieron a muchos miles de libras esterlinas.
No contentas con eso cortaron las sufragistas varios cables telegráficos y telefónicos.



Humor centenario



Las fotos
La "troupe" de diputados provinciales que visitaron en Madrid al conde de Romanones



Recetas de la bisabuela

HUEVOS A LA NIEVE
Se baten las claras de cinco huevos, y cuando están bien huecas se juntan con cuatro onzas de azúcar y se sigue batiéndolas hasta que estén bien mezcladas.
Se hace hervir dos- cuartillos y medio de leche con vainilla y se van echando cucharadas de clara grandes que forme un huevo de gallina: después que han cocido durante algunos minutos por un lado, se vuelven, y cuando estén se van echando en una fuente, y se sigue la misma operación hasta que se concluye la clara. Luego se cuela la misma leche en que han hervido las claras, y juntas con las cinco yemas y azúcar se hace una crema clarita, que se echa por encima de las Claras. Se sirven fríos.

DULCE DE PERAS
Se mondan las peras y se dividen en cuatro partes, se ponen a hervir en una vasija con agua como 10 minutos, luego se separan, y en esa agua que se han hervido se hace el almíbar, poniendo media libra de azúcar por cada libra de fruta: después de purificado el almíbar se deja hervir un rato más hasta que era pieza a espesar, que se echará la fruta y un pedazo de canela; se deja hervir a fuego lento hasta que tome buen punto.

PUDÍN DE MANZANA
Se hace un dulce de manzana que quede con poco almíbar, se cogen bizcochos y se deshace todo muy bien; se le ponen dos yemas de huevo y una clara; se pone en un molde con mantequilla al horno. Este pudín puede, hacerse también de pera.

GELATINA DE HUEVO
Para medio porrón de leche se echan seis yemas de huevo; estas yemas, trabajadas muy bien con azúcar, cuando está la leche tibia se le pone cola de pescado blanca (para esa cantidad de leche cinco hojas); cuando está bien deshecha se quita la leche del fuego y se deja enfriar, y bien fría se une con aquellas yemas que se tienen trabajadas con el azúcar, se le añade vainilla entera, que luego debe quitarse, y se pone todo al fuego, se bate del mismo modo que se hace la crema, luego se pone en un molde y se sirve frío.

YEMAS DE REINA
Se baten las yemas que se quieran muy bien batidas y se ponen en una lata al horno; en caso que no hubiese horno se hacen al baño María: cuando están doradas se cortan a pedazos y se echan en almíbar' caliente hasta que se hinchan, que se sacan y se les echa un poco de almíbar por encima. Se sirven frías.



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© 2013 Eduardo Valero García - HUM 013-093 EFEMERIDES1913


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