En la postrimería del mes de marzo, con la recién estrenada primavera, dos grandes se unen para idolatrar a la maja madrileña.
Un desplegable del dibujante Federico Ribas ilustra los atributos y belleza de la desnuda dama. Mantilla y medias a la usanza cubren el marfil de la estilizada fémina. Prototipo de mujer de los años 20, con pelo atenazado, boquita de pitiminí y ojos de kohol.
Don Ramón Gómez de La Serna la describe y relata la intención de un joven artista enamorado. Cuento mínimo, cargado de erotismo y resultado insospechado.
"No era un ladrón, pero por la escala del pararrayos se introdujo aquella noche en el Museo el joven artista Iluminado.
Su sueño era poderse encontrar de noche con la maja desnuda, delicioso cuerpo inverosímil, desnudo delicado de madrileña con muchas caderas, cabos finos y senos firmes, aunque la mayor firmeza de aquellos senos, el secreto de su erección estaba en que tenía al mismo tiempo cruzados los brazos detrás de la cabeza, tirando así de sus senos hacia arriba con coquetería cautivante y sabia. En las enormes alcobas de asilo que resultaban los grandes salones del Museo en la noche, Iluminado se sentía como en la iglesia de cuyo altar se va a robar la joya de oro...
¿Respondería a sus requerimientos la maja en la discreción de la soledad oscura del Museo? Tenía cara maliciosa y transigente y se cimbreaba con voluptuosidad.
Iluminado creyó ver que le sonreía, que estaba colocada de otra manera, que estaba más despeinada.
Iluminado entonces, atreviéndose a todo en medio de la gran impunidad del museo nocturnal, se lo propuso.
Ella hizo un gesto de imposibilidad, y entonces comprendió Iluminado el absurdo del Arte, que hace impenetrables a las mujeres desnudas.
¡Ah! Pero... Y entonces Iluminado cometió la profanación más terrible, ya que la maja ofrecía un frente tan hermético."
El erotismo, lo sensual y sugerente dejaban de ser temas tabú y pasaban a formaba parte del "Libro de estilo" de la época. Los ángulos de enfoque y la luz en las fotografías; las poses, miradas y expresiones; los motivos representados; la vestimenta y modelos; los títulos y narraciones; las ilustraciones estilizadas, y todos los detalles que hoy han dejado de sorprender, fueron seña de identidad de la década de 1930 que convertirán la figura femenina en una expresión artística.
Lejos de interpretaciones vejatorias, discriminatorias y/o que puedan ofender a la mujer, las fotografías, ilustraciones y publicidad que aquí aparecerán corresponden a una época en que las féminas comenzaban a tener mayor protagonismo, perdían esa absurda condición de "sexo débil" y recibían no pocas alabanzas. Por desgracia, y durante mucho tiempo, aquel ideal fue truncado una vez finalizada la Guerra Civil.
Un desplegable del dibujante Federico Ribas ilustra los atributos y belleza de la desnuda dama. Mantilla y medias a la usanza cubren el marfil de la estilizada fémina. Prototipo de mujer de los años 20, con pelo atenazado, boquita de pitiminí y ojos de kohol.
Don Ramón Gómez de La Serna la describe y relata la intención de un joven artista enamorado. Cuento mínimo, cargado de erotismo y resultado insospechado.
"No era un ladrón, pero por la escala del pararrayos se introdujo aquella noche en el Museo el joven artista Iluminado.
Su sueño era poderse encontrar de noche con la maja desnuda, delicioso cuerpo inverosímil, desnudo delicado de madrileña con muchas caderas, cabos finos y senos firmes, aunque la mayor firmeza de aquellos senos, el secreto de su erección estaba en que tenía al mismo tiempo cruzados los brazos detrás de la cabeza, tirando así de sus senos hacia arriba con coquetería cautivante y sabia. En las enormes alcobas de asilo que resultaban los grandes salones del Museo en la noche, Iluminado se sentía como en la iglesia de cuyo altar se va a robar la joya de oro...
¿Respondería a sus requerimientos la maja en la discreción de la soledad oscura del Museo? Tenía cara maliciosa y transigente y se cimbreaba con voluptuosidad.
Iluminado creyó ver que le sonreía, que estaba colocada de otra manera, que estaba más despeinada.
Iluminado entonces, atreviéndose a todo en medio de la gran impunidad del museo nocturnal, se lo propuso.
Ella hizo un gesto de imposibilidad, y entonces comprendió Iluminado el absurdo del Arte, que hace impenetrables a las mujeres desnudas.
¡Ah! Pero... Y entonces Iluminado cometió la profanación más terrible, ya que la maja ofrecía un frente tan hermético."
RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA
Humor
Por, Abela
-¿Es decir, señor doctor, que mi curación está en mi mano? -Sí, y la enfermedad también. |
El erotismo, lo sensual y sugerente dejaban de ser temas tabú y pasaban a formaba parte del "Libro de estilo" de la época. Los ángulos de enfoque y la luz en las fotografías; las poses, miradas y expresiones; los motivos representados; la vestimenta y modelos; los títulos y narraciones; las ilustraciones estilizadas, y todos los detalles que hoy han dejado de sorprender, fueron seña de identidad de la década de 1930 que convertirán la figura femenina en una expresión artística.
Lejos de interpretaciones vejatorias, discriminatorias y/o que puedan ofender a la mujer, las fotografías, ilustraciones y publicidad que aquí aparecerán corresponden a una época en que las féminas comenzaban a tener mayor protagonismo, perdían esa absurda condición de "sexo débil" y recibían no pocas alabanzas. Por desgracia, y durante mucho tiempo, aquel ideal fue truncado una vez finalizada la Guerra Civil.
© 2014 Eduardo Valero García - HUM 014-010 MADEROT
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