Quizá muchos lectores se viesen sorprendidos el día que publicamos el artículo En casa de Benito Pérez Galdós. José María Carretero Novillo, alias "El Caballero Audaz", entrevistaba al insigne escritor una tarde de enero de 1914 y nos mostraba la figura de un hombre viejo, casi ciego; cansado y abatido por los años; posiblemente desencantado de la vejez que le tocaba vivir, cargada de esfuerzos y estrecheces.
Carretero Novillo solicitaba -o insinuaba- la posibilidad de que entre todos los españoles le proporcionasen un "bienestar decoroso". Al hacerlo lanzaba esta pregunta: "Y, ¿no podíamos hacer nada grande, nada digno de él, con el fin de evitar esto tan triste?..."
Episodios Nacionales
Comenzaba así la campaña periodística en pro de una pensión para el longevo novelista; y mientras se fomentaba, la Gaceta de Instrucción Pública y Bellas Artes [1] del 4 de febrero de 1914, en la Sección de información "Primera enseñanza", anunciaba:
La monumental obra de don Benito, "Episodios nacionales", ingresaba en las bibliotecas escolares como referente de una parte de nuestra historia, así como crecía en los diferentes estratos sociales la firme proposición de recompensar a Pérez Galdós por esa y todas sus obras, legado que enriquecerá la literatura española.
Impresiones
La Prensa publicaba casi a diario alguna columna dedicada a Benito Pérez Galdós y sus circunstancias. En unas se ensalzaba la figura del escritor y sus recientes éxitos teatrales; en otras, de contenido lacrimoso, se le retrataba como un viejo mendigo desamparado. Había defensores y detractores de la propuesta lanzada por Carretero Novillo; y amigos y enemigos del escritor.
Transcribía El Siglo Futuro del viernes 23 de enero de 1914 una cita del periódico A B C que contenía un poco de todo lo citado. Comenzaba diciendo:
"D. Benito Pérez Galdós merece como escritor los mayores respetos y las más altas consideraciones. La obra literaria que ha realizado será perennemente un monumento del habla española.
Los que quisieron convertir en bandera de su política al gran escritor, le hicieron un gravísimo daño, pues no sólo empequeñecieron su figura, sino que le expusieron a malquistarse con una parte de la opinión, que sólo quería ver en él a un gran novelista, al primer novelista de la España actual."
Añadía un poco más abajo:
"Por patriotismo y por admiración, debemos todos, en efecto, buscar el modo de constituir una renta vitalicia que asegure los últimos años del maestro insigne y le permita vivir con bienestar y con decoro. Es un deber del que no puede excusarse la intelectualidad española. A los varios medios que con seguro resultado podrían llevarse a la práctica, cree ABC que podría añadirse, y desde luego nosotros estamos dispuestos a hacerlo, que los principales periódicos y revistas de España publicaran un número extraordinario dedicado al gran escritor y le entregaran el producto íntegro de la venta y la publicidad, o que las Empresas editoriales se suscribieran con una cuota mínima de 5.000 pesetas."
Y sentenciaba al final:
"Por nuestra parte, lamentando profundamente el triste estado de fondos de D. Benito Pérez Galdós, recordamos únicamente que a la pluma de este escritor, de quien tan fervoroso partidario se declara A B C, se ha debido en estos tiempos la más cruda persecución a la Iglesia desde la novela y el teatro, bastando recordar a Doña Perfecta, novela tendenciosa por todos conceptos, y a Electra, que tanto contribuyó a levantar los ánimos del populacho contra las Ordenes religiosas."
Por su parte, Mariano de Cávia, en portada de El Imparcial del 29 de enero del mismo año, en una columna titulada "Entre Galdós y un tití", habla de la pensión vitalicia para Galdós poniendo como ejemplo una posible reencarnación del escritor en mono tití:
"Si son ciertas las doctrinas orientales que tantas adeptos cuentan ya en el Occidente donde habitamos, ¿no pudiera ser, verbigracia, que Miguel de Cervantes Saavedra, constante 'rigor de las desdichas' en aquella su vida anterior, estuviese hoy reencarnado en el tití, a quien tan suntuosa y agradable vida proporciona la opulenta dama yanqui?
Mientras se confirma con datos fehacientes aquello de que
Amigo Don Benito, infatigable Pérez, glorioso Galdós: trabajemos mientras podamos, fallezcamos en la forma menos deseada y molesta que nos permitan la Naturaleza y los médicos, y para descansar, con setenta y cinco mil francos anuales de gasto, esperemos a revivir en un bienaventurado tití, que caiga en manos, de una yanqui mutimillonaria y caprichosa.
También la Madre España, sin cuatro cuartos para sus buenos hijos, mantiene espléndidamente a más de cuatro titíes.
Quizás estos grotescos, ruines y costosos cuadrumanos fueron en otra vida hombres honrados, útiles, laboriosos, geniales y sin ventura.
¡Es la ley de las compensaciones!"
Carretero Novillo solicitaba -o insinuaba- la posibilidad de que entre todos los españoles le proporcionasen un "bienestar decoroso". Al hacerlo lanzaba esta pregunta: "Y, ¿no podíamos hacer nada grande, nada digno de él, con el fin de evitar esto tan triste?..."
Episodios Nacionales
Comenzaba así la campaña periodística en pro de una pensión para el longevo novelista; y mientras se fomentaba, la Gaceta de Instrucción Pública y Bellas Artes [1] del 4 de febrero de 1914, en la Sección de información "Primera enseñanza", anunciaba:
La monumental obra de don Benito, "Episodios nacionales", ingresaba en las bibliotecas escolares como referente de una parte de nuestra historia, así como crecía en los diferentes estratos sociales la firme proposición de recompensar a Pérez Galdós por esa y todas sus obras, legado que enriquecerá la literatura española.
Impresiones
La Prensa publicaba casi a diario alguna columna dedicada a Benito Pérez Galdós y sus circunstancias. En unas se ensalzaba la figura del escritor y sus recientes éxitos teatrales; en otras, de contenido lacrimoso, se le retrataba como un viejo mendigo desamparado. Había defensores y detractores de la propuesta lanzada por Carretero Novillo; y amigos y enemigos del escritor.
Transcribía El Siglo Futuro del viernes 23 de enero de 1914 una cita del periódico A B C que contenía un poco de todo lo citado. Comenzaba diciendo:
"D. Benito Pérez Galdós merece como escritor los mayores respetos y las más altas consideraciones. La obra literaria que ha realizado será perennemente un monumento del habla española.
Los que quisieron convertir en bandera de su política al gran escritor, le hicieron un gravísimo daño, pues no sólo empequeñecieron su figura, sino que le expusieron a malquistarse con una parte de la opinión, que sólo quería ver en él a un gran novelista, al primer novelista de la España actual."
Añadía un poco más abajo:
"Por patriotismo y por admiración, debemos todos, en efecto, buscar el modo de constituir una renta vitalicia que asegure los últimos años del maestro insigne y le permita vivir con bienestar y con decoro. Es un deber del que no puede excusarse la intelectualidad española. A los varios medios que con seguro resultado podrían llevarse a la práctica, cree ABC que podría añadirse, y desde luego nosotros estamos dispuestos a hacerlo, que los principales periódicos y revistas de España publicaran un número extraordinario dedicado al gran escritor y le entregaran el producto íntegro de la venta y la publicidad, o que las Empresas editoriales se suscribieran con una cuota mínima de 5.000 pesetas."
Y sentenciaba al final:
"Por nuestra parte, lamentando profundamente el triste estado de fondos de D. Benito Pérez Galdós, recordamos únicamente que a la pluma de este escritor, de quien tan fervoroso partidario se declara A B C, se ha debido en estos tiempos la más cruda persecución a la Iglesia desde la novela y el teatro, bastando recordar a Doña Perfecta, novela tendenciosa por todos conceptos, y a Electra, que tanto contribuyó a levantar los ánimos del populacho contra las Ordenes religiosas."
Por su parte, Mariano de Cávia, en portada de El Imparcial del 29 de enero del mismo año, en una columna titulada "Entre Galdós y un tití", habla de la pensión vitalicia para Galdós poniendo como ejemplo una posible reencarnación del escritor en mono tití:
"Si son ciertas las doctrinas orientales que tantas adeptos cuentan ya en el Occidente donde habitamos, ¿no pudiera ser, verbigracia, que Miguel de Cervantes Saavedra, constante 'rigor de las desdichas' en aquella su vida anterior, estuviese hoy reencarnado en el tití, a quien tan suntuosa y agradable vida proporciona la opulenta dama yanqui?
Mientras se confirma con datos fehacientes aquello de que
'la parte principal volóse al cielo',
como dijo fray Luis de León, confiemos en que la parte secundaria, la visible y palpable, tendría las debidas compensaciones de seguridad amable y de comodidad lujosa.
También la Madre España, sin cuatro cuartos para sus buenos hijos, mantiene espléndidamente a más de cuatro titíes.
Quizás estos grotescos, ruines y costosos cuadrumanos fueron en otra vida hombres honrados, útiles, laboriosos, geniales y sin ventura.
¡Es la ley de las compensaciones!"
Más acertadas son las palabras de otras personalidades de la política, el periodismo y la literatura. En la revista Nuevo Mundo del jueves 5 de febrero de 1914 dejaran su firma el presidente del Consejo de ministros del momento, Sr. Eduardo Dato, el conde de Romanones, Benavente y Francos Rodríguez, entre otros.
"Ante todo he de decirles que admiro profundamente a don Benito Pérez Galdós, como espíritu español, como escritor insigne. Le admiro, porque es el cerebro privilegiado, la voluntad tenaz, digna de imitación, y le venero, porque fuera de España, es uno de nuestros genios, rinden homenaje al genio de nuestra raza.
Este cariño y este entusiasmo que siento por el glorioso maestro de las letras castellanas, me obligan en lo que pueda oficialmente, a hacer cuanto esté de mi parte en su favor, por ser de justicia.
Creo que es un deber contribuir al bienestar de los artistas que llevan fuera de las fronteras el nombre de la patria, y que hacen que nos enorgullezcamos una vez más de pertenecer a ella.
Ya que las condiciones de la vida son ásperas para los que cultivan el Arte, todos debemos, por gratitud y por respeto a su obra, ayudarles, sobre todo en el ocaso, evitándoles en lo posible molestias y amarguras. Por lo tanto, después de estudiar en favor de Galdós la fórmula que mejor se crea, tendrá mi apoyo más decidido."
"A los grandes hombres está obligada la patria, no solamente a honrarles en la muerte, sino a guardarles consideraciones en la vida. Por eso la idea iniciada de conceder una pensión a Pérez Galdós, me parece justicia que por todos debe ser aplaudida, y entiendo que, además de lo que haga el Estado, por suscripción nacional se le debiera asegurar la tranquilidad de los últimos años de su existencia."
"Hace tiempo hice saber mi manera de pensar en este asunto. En El Imparcial y en el mismo periódico de ustedes, en NUEVO MUNDO, dije que nada habríamos de hacer más honrado ni más justo que premiar a Galdós. Un hombro como él, que ha tremolado nuestro prestigio literario por el mundo entero, es digno de todo.
Si para ello es necesario nuestro esfuerzo, con alma y vida lo debemos hacer.
La paz y el bienestar del ilustre anciano, debe ser obra nuestra. Pero la iniciativa debe partir del Estado.
El Estado lo hace todo mejor más pronto que nadie. Pensar en otra cosa, sería una quimera. No creo en el esfuerzo particular de las gentes, ¡Dios nos libre de las comisiones!
—¡Ah! y hagan ustedes saber que, desde hace mucho tiempo, tengo en mi poder cien pesetas que me fueron enviadas por una persona, que guarda el incógnito, para cualquier obra en favor de Galdós. Aquí están a disposición del que inicie el movimiento generoso."
"Es honrar a don Benito Pérez Galdós, 'deuda a que obligados nacen' cuantos sienten cariño por España. La ha glorificado con su pluma el insigne maestro, y los que enaltecen a la madre, deben ser para los hijos motivo de las más singulares atenciones y preferencias.
Conceder al epilogo de la vida de Galdós la dulzura y la esplendidez a que tiene derecho, es obra que incumbe, no sólo a la representación nacional, sino a los esfuerzos personales de todos los ciudadanos."
La Junta Nacional de homenaje a Pérez Galdós
Entre febrero y marzo quedará formada la Junta Nacional de homenaje a Pérez Galdós. Fueron sus integrantes los señores Eduardo Dato; José de Echegaray; Marqués de Estella; Conde de Romanones; Melquíades Álvarez; Duque de Alba; Gustavo Baüer; Miguel Moya; Jacinto Benavente; Mariano de Cávia, y Tomás Romero.
El miércoles 11 de marzo de 1914 la revista Mundo Gráfico, en su sección Artes, Ciencias y Letras, publica el artículo titulado "Pro Galdós. Los que faltan y los que sobran". Lo firma el ya conocido Caballero Audaz. Decía el periodista:
"Estamos desdichadamente en el país de las incongruencias y de las paradojas. También tenemos mucho de ineducados. Yo no quería creerlo, pero me he convencido con motivo del proyectado homenaje en honor de Galdós. Veamos y juzguemos."
Hacía referencia a su artículo de La Esfera, el que hemos nombrado al inicio de este post, y cómo había llamado la atención de algunos periodistas, entre los que se encontraban Moya, Dicenta, Luca de Tena, Cávia. Dicenta valoraba la idea y proponía instituir el Premio España con el que todos los escritores contribuyesen en el homenaje a Galdós, más en el "premio" no aparecía el óbolo caritativo.
Habla sobre la creación de un dudoso Comité organizador de una colecta nacional:
"Unos queridos diarios acogieron esta idea; otros propusieron algo más complicado; alguno tuvo la noble inocencia de llamar a las puertas del Estado; pero todos alentaron con entusiasmo nuestra iniciativa.
Y, en efecto; después de mes y medio sale a escena un comité nombrado, no sabemos por acuerdo de quiénes, ni con beneplácito de que votación. Cualquiera diría que se habían nombrado a sí mismos cada uno de los miembros; y todos de común acuerdo entre sí. En este espontáneo comité que, repito, surge a espaldas de la prensa y de los literatos—pues por periodistas nos tenemos y no sabíamos una palabra—figuran, para honra y prez del autor de Celia en los infiernos los nombres de Dato, Baüer, Romanones, duque de Alba y otros varios señores suficientemente conocidos y garantizados; pero, vamos, que en este guiso no había para qué ofrecerles cucharada. Los nombres de Moya, Melquíades, Cávia y Romero también entran en la comisión, y esto muy acertadamente, aunque entre magnates como Baüer parece que llevan la representación de la clase menesterosa."
"Este Comité de magnates del oro y de la política ha acordado organizar una colecta nacional en beneficio de Galdós. ¡Para ese viaje no necesitábamos alforjas! Porque, ¿no os parece que es sencillamente cómico que, Dato, Romanónes, Baüer y el duque de Alba—¡no es nada!—pidan al resto de los pobrecitos españoles que depositen un miserable óbolo, en sus poderosas y pedigüeñas manos, para traspasárselo al maestro Galdós?...
Esto lo podemos hacer nosotros los periodistas, que no tenemos más haber que lo que nos trae la punta de la pluma; pero quien como Baüer tiene doce mil duros de renta diarios, no se comprende que se tome la molestia de pedirnos una peseta... Les resultaría a estos señores más cómodo que contar la recaudación conseguida, volver la mano a sus nutridas cajas y tirar de ciento cincuenta billetes de mil pesetas, con lo cual ya estaba resuelto el problema." El Caballero Audaz nos muestra el retrato de una clase que parece no haber cambiado y, si cabe, es aún más escatimadora.
Concluye el artículo con este pensamiento:
"El Estado y la política ya tuvieron tiempo de saber que Galdós tenía que dictar cuartillas para vivir. Pero el Estado no ha hecho nada por él, y la política no ha hecho más que ponerle en ridículo. Y ahora, por lo que vemos, hasta en este asunto tan solemne trata de continuar el mismo camino. Figuraos que se proyecta una corridita de toros a beneficio del insigne autor de Electra. ¡Por pudor, señores!... ¿Qué dirán en las vecindades de nosotros?..."
Pero el poder político finalmente movió ficha. La noche del viernes 3 de abril de 1914 se reúne en el Senado la Junta Nacional organizadora del homenaje a Galdós, llamado "Comité" por el Caballero Audaz.
El Imparcial del sábado 4 de abril publica el resultado de aquella reunión.
Las cuartillas encargadas por Eduardo Dato a Jacinto Benavente, en las que quedaba expresado el pensamiento de la Junta, no se hicieron esperar. Reproducimos la publicada en el diario La Época del sábado 11 de abril de hace cien años, donde se formalizaba y quedaba abierta la Suscripción en homenaje a Galdós. ¡A recaudar dinerillos!
Y así se fue confeccionando la lista de suscriptores, encabezaba por el rey Alfonso XIII, quien donó a la noble causa la pingüe cantidad de 10.000 pesetas.
La cuestación
El lunes 13 de abril de 1914, los periódicos publican la cuantía de donaciones y sus benefactores. Esta es la aparecida en El Liberal.
Los suscriptores
En la lista figuraba doña Emilia Pardo Bazán, condesa de Pardo-Bazán, quien había enviado una carta al presidente de la Junta Nacional para el Homenaje a Galdós. La sentida misiva también fue publicada en todos los periódicos:
«Excmo. Sr. D. Eduardo Dato.
Mi ilustre amigo: Abierta ya la suscripción para el homenaje a D. Benito Pérez Galdós, envío á usted esa insignificante contribución, que quisiera fuese de millones.
He tenido el gusto de abogar, en varias crónicas para la Habana y Buenos Aires, por la idea que usted tan gallardamente realiza, y á la cual desea un resultado á la altura del fin su amiga verdadera,
El 15 de abril se reúne el Comité ejecutivo de la Junta en el palacio del conde de Romanones para acordar dirigirse a todas las Corporaciones y personalidades "cuyo probado amor á las glorias de nuestra literatura aseguren una eficaz cooperación a los altos fines que la Junta Nacional persigue."
Del mismo modo se resolvió invitar a todas las Empresas teatrales para que rindiesen a Galdós el testimonio de su admiración y afecto, dedicando las representaciones de un día al homenaje de insigne autor.
Por último se acordó publicar el documento enviado al presidente de la Asociación de la Prensa, D. Miguel Moya, por las Corporaciones más importantes de la gran colonia española en Montevideo (R. O. del Uruguay), que se adherían al homenaje a Pérez Gáldos. Figuraban y firmaban el documento los representantes del Club Español; la Cámara de Comercio, Industria y Navegación; la Sociedad Hospital Sanatorio Español; Orfeón Español; Centro Unión Hispanouriguayo; el periódico "El Diario Español"; Asociación española de Socorros Mutuos; Centro Gallego; Centre Catalá; Centro Asturiano; Sociedad Coral Catalunya Nova; Centro Euskaro Español; Círculo Lucense; Orfeo Catalá y "La Tribuna Popular".
La suscripción nacional comenzó a tener un cariz similar al de las masivas cuestaciones televisivas de hoy en día. Hace cien años no existía este medio de comunicación llamado "caja tonta", por tanto las dadivosas donaciones se pregonaban en los periódicos. ¡El Ayuntamiento de Santander, 5.000 pesetas! ¡El de Linares, 1.000 pesetas y el nombre de Galdós a una calle! ¡El de Tarrasa abre lista de suscripción y la encabeza con 150 pesetas! ¡El de Jerez, 250 pesetas y dar el nombre de Galdós a la calle de Armas! ¡El alcalde de Murcia, pronunció un discurso en la Casa Consistorial! Y así infinidad de adhesiones y donaciones.
En Madrid
El 1 de mayo el Heraldo de Madrid nos decía que el Consistorio madrileño, reunido en Sesión ordinaria de 30 de abril, aún no se ponía de acuerdo en si aportaba o no el óbolo para la causa.
Sin embrago, en la Sesión del día 1 de mayo, el Sr. Cortés Munera se ratifica en su proposición de que el Ayuntamiento contribuya a la suscripción. El Sr. Blanco Soria propone que se determine una cantidad para contribuir y va más lejos, solicita se nombre a Pérez Galdós hijo adoptivo de Madrid y se celebre una fiesta en su honor.
Dos meses más tarde, en Sesión del 3 de julio, reunidos el Sr. alcalde y los concejales se aprueba el dictamen proponiendo la contribución de 5.000 pesetas. El Sr. Bellido, continuando en su línea, pide que los mil duros salgan de los bolsillos de los concejales. Así lo relata el Heraldo de Madrid
Las listas de suscriptores
En los primeros días de junio se publica la cuarta lista de suscriptores y la cantidad dineraria recaudada que sumaba un total de 95.003,42 pesetas. En la lista anterior la cifra ascendía a 89.147,07 pesetas (¡A saber quien aportó los siete céntimos!).
El 22 de junio El País publica una nueva lista donde el resultado de la cuestación asciende a 113.570,65 pesetas.
La Junta Nacional había fijado el 15 de julio como fecha de cierre de la suscripción. Según balance del 10 de agosto la suma recaudada era de 152.685,87 pesetas. Lejos quedaba el objetivo fijado por Miguel Moya, que era el de 500.000 pesetas.
La suscripción se prorrogó por un mes más sin mejores resultados, y en 1916 fueron recaudadas 101.694,73 que correspondían a cantidades atrasadas. Hay que tener en cuenta que sólo en Madrid se habían abierto oficinas de recaudación, algunas no llegaron a funcionar nunca y sólo quedó la del Ateneo; por consiguiente, las cantidades recaudadas en provincias llegaron tarde, mal y nunca.
El inicio de la Gran Guerra, acontecido el 28 de julio de 1914, propició que el auge de la suscripción quedase relegado y tapado por el interés de las noticias sobre el conflicto. En resumidas cuentas, la tan sonada propuesta de homenaje y su cuestación fue un absoluto fracaso.
Un fiasco
Jean François Botrel, en Benito Pérez Galdós ¿escritor nacional?, hace un análisis de la repercusión que tuvo la suscripción a nivel mundial.
"El análisis de los resultados según criterios geográficos (procedencia de las cantidades anunciadas, cuando se pudo localizar), muestra a todas luces, que España entera no rindió tributo ni homenaje a Galdós.
Razonando sobre el total de las cantidades anunciadas y sacando la importancia relativa de las contribuciones anunciadas por provincias, con exclusión de Madrid, claro está, vemos que las cantidades anunciadas por las provincias de Barcelona, Canarias, Oviedo, Santander y Sevilla representan el 63 por 100 del total de las cantidades anunciadas por las provincias, entre las que las de Pontevedra y Soria no se han dado aparentemente por enteradas, y otras como Badajoz, Baleares, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Gerona, Granada, Guadalajara, León, Orense, Tarragona, Teruel, Toledo y Zamora han contribuido con cantidades iguales o inferiores a 100 pesetas, en la mayoría de los casos debidas a uno o dos Ayuntamientos o círculos y algún particular que otro.
La importancia relativa de las cinco provincias citadas -de hecho, cuatro, ya que las cantidades anunciadas por Canarias no fueron remitidas (según consta en balance de 1916)-, respecto al total de las proporciones: 61,30 por 100, que se descomponen de la siguiente manera: Barcelona, 24,7 por 100; Oviedo, 3,2 por 100; Santander, 21,3 por 100; Sevilla, 12,1 por 100.
Estas cifras permiten ver que la suscripción-homenaje a Galdós alcanzó -fuera de Madrid- cantidades absolutas de alguna importancia, donde periódicos como el Cantábrico de Santander o El Liberal de Sevilla actuaron como activos propagandistas de la suscripción y como junta Provincial, que diríamos, además de la popularidad de que podía gozar Galdós en Santander, por ejemplo. En Barcelona, donde, por lo visto, El Liberal de Barcelona no abrió suscripción (sólo contribuyó con 100 pesetas), la importancia de las cantidades remitidas se debe esencialmente al Ayuntamiento de la ciudad, que, a proposición del señor Rocha, votó un crédito de 5000 pesetas, al Consejo de la Mancomunidad Catalana (1000) y a otras entidades culturales, como el Círculo del Liceo Ecuestre (500 cada uno), esto es, la casi totalidad de las 7220,18 pesetas remitidas. En Cataluña, pues tampoco se puede hablar de adhesión general, a pesar de la cantidad por la que queda representada, y es que no corresponde del todo el índice de movilización en pro del homenaje con la importancia de la suma: más movilización y mayor sacrificio suponen las cinco pesetas de Joaquín Peinado de Ronda o las 20 de un leonés patriota y republicano que las 5000 del Banco de España o las 10000 del Rey.
En otras provincias como Alicante y Murcia, en las que se abrieron suscripciones regionales, o en Huelva, parece que hubo más entusiasmo, aun cuando los resultados medidos en términos financieros (los que interesaban directamente a Galdós y la Junta Nacional) no lo dicen. En Alicante, por ejemplo, 180 particulares se suscribieron por una cantidad de 581 pesetas en total, lo que representa el mayor número absoluto de adhesiones de tipo individual en este homenaje, en el que la característica mayor es la ausencia de adhesión de tipo popular.
En efecto, si analizamos ahora la repartición de las cantidades suscritas por categorías o grupos, nos encontramos con que el 45,2 por 100 de las cantidades anunciadas lo han sido por Ayuntamientos, Diputaciones Provinciales y otros cuerpos oficiales; el 14,3 por 100, por personalidades y próceres; 9,8 por 100, por sociedades culturales; 8,7 por 100, por sociedades comerciales, entre las que el Banco de España, la Unión Española de Explosivos, la Compañía Arrendataria de Tabacos, la Española de Construcción Naval y el Banco Hispano Americano contribuyeron por más del 84 por 100, y luego la Prensa, por suscripción propia o por suscripción abierta (3,9 por 100), América (1,8 por 100), liberales, republicanos y reformistas (1,45 por 100) y escritores y artistas (0,9 por 100).
Para mayor claridad convendría, claro está, precisar, por ejemplo, en qué Ayuntamientos el adherirse al homenaje a Pérez Galdós pudo tener una significación de tipo ideológico, ya que en muchos casos, [...], el remitir una cantidad a la Junta Nacional supuso el triunfo de los concejales liberales o republicanos." [2]
"Realidad"
Este artículo, que de por sí es extenso, pudiera haberlo sido mucho más.
La América hispana y una porción de España se volcaron en arropar a la vieja gloria de las letras con billetes, discursos y homenajes. Quizá don Benito, ya sin el mismo ímpetu de lucha en la pluma y la palabra, recordase lo que dijo Federico en su novela Realidad:
"¡Oh, quién fuera uno de estos de conciencia ancha, que sólo miran su provecho! ¿Por qué hay en mi alma esta antipatía contra la protección, y esta invencible repugnancia de la generosidad ajena? Ciertos agradecimientos le sumergen a uno en la inferioridad servil, y le subordinan y le rebajan. No sé por qué, me inclino a detestar a los que quieren ampararme." [3]
"Ante todo he de decirles que admiro profundamente a don Benito Pérez Galdós, como espíritu español, como escritor insigne. Le admiro, porque es el cerebro privilegiado, la voluntad tenaz, digna de imitación, y le venero, porque fuera de España, es uno de nuestros genios, rinden homenaje al genio de nuestra raza.
Este cariño y este entusiasmo que siento por el glorioso maestro de las letras castellanas, me obligan en lo que pueda oficialmente, a hacer cuanto esté de mi parte en su favor, por ser de justicia.
Creo que es un deber contribuir al bienestar de los artistas que llevan fuera de las fronteras el nombre de la patria, y que hacen que nos enorgullezcamos una vez más de pertenecer a ella.
Ya que las condiciones de la vida son ásperas para los que cultivan el Arte, todos debemos, por gratitud y por respeto a su obra, ayudarles, sobre todo en el ocaso, evitándoles en lo posible molestias y amarguras. Por lo tanto, después de estudiar en favor de Galdós la fórmula que mejor se crea, tendrá mi apoyo más decidido."
Eduardo Dato
"A los grandes hombres está obligada la patria, no solamente a honrarles en la muerte, sino a guardarles consideraciones en la vida. Por eso la idea iniciada de conceder una pensión a Pérez Galdós, me parece justicia que por todos debe ser aplaudida, y entiendo que, además de lo que haga el Estado, por suscripción nacional se le debiera asegurar la tranquilidad de los últimos años de su existencia."
Conde de Romanones
"Hace tiempo hice saber mi manera de pensar en este asunto. En El Imparcial y en el mismo periódico de ustedes, en NUEVO MUNDO, dije que nada habríamos de hacer más honrado ni más justo que premiar a Galdós. Un hombro como él, que ha tremolado nuestro prestigio literario por el mundo entero, es digno de todo.
Si para ello es necesario nuestro esfuerzo, con alma y vida lo debemos hacer.
La paz y el bienestar del ilustre anciano, debe ser obra nuestra. Pero la iniciativa debe partir del Estado.
El Estado lo hace todo mejor más pronto que nadie. Pensar en otra cosa, sería una quimera. No creo en el esfuerzo particular de las gentes, ¡Dios nos libre de las comisiones!
—¡Ah! y hagan ustedes saber que, desde hace mucho tiempo, tengo en mi poder cien pesetas que me fueron enviadas por una persona, que guarda el incógnito, para cualquier obra en favor de Galdós. Aquí están a disposición del que inicie el movimiento generoso."
Jacinto Benavente
"Es honrar a don Benito Pérez Galdós, 'deuda a que obligados nacen' cuantos sienten cariño por España. La ha glorificado con su pluma el insigne maestro, y los que enaltecen a la madre, deben ser para los hijos motivo de las más singulares atenciones y preferencias.
Conceder al epilogo de la vida de Galdós la dulzura y la esplendidez a que tiene derecho, es obra que incumbe, no sólo a la representación nacional, sino a los esfuerzos personales de todos los ciudadanos."
José Francos Rodríguez
La Junta Nacional de homenaje a Pérez Galdós
Entre febrero y marzo quedará formada la Junta Nacional de homenaje a Pérez Galdós. Fueron sus integrantes los señores Eduardo Dato; José de Echegaray; Marqués de Estella; Conde de Romanones; Melquíades Álvarez; Duque de Alba; Gustavo Baüer; Miguel Moya; Jacinto Benavente; Mariano de Cávia, y Tomás Romero.
El Caballero Audaz |
"Estamos desdichadamente en el país de las incongruencias y de las paradojas. También tenemos mucho de ineducados. Yo no quería creerlo, pero me he convencido con motivo del proyectado homenaje en honor de Galdós. Veamos y juzguemos."
Hacía referencia a su artículo de La Esfera, el que hemos nombrado al inicio de este post, y cómo había llamado la atención de algunos periodistas, entre los que se encontraban Moya, Dicenta, Luca de Tena, Cávia. Dicenta valoraba la idea y proponía instituir el Premio España con el que todos los escritores contribuyesen en el homenaje a Galdós, más en el "premio" no aparecía el óbolo caritativo.
Habla sobre la creación de un dudoso Comité organizador de una colecta nacional:
"Unos queridos diarios acogieron esta idea; otros propusieron algo más complicado; alguno tuvo la noble inocencia de llamar a las puertas del Estado; pero todos alentaron con entusiasmo nuestra iniciativa.
Y, en efecto; después de mes y medio sale a escena un comité nombrado, no sabemos por acuerdo de quiénes, ni con beneplácito de que votación. Cualquiera diría que se habían nombrado a sí mismos cada uno de los miembros; y todos de común acuerdo entre sí. En este espontáneo comité que, repito, surge a espaldas de la prensa y de los literatos—pues por periodistas nos tenemos y no sabíamos una palabra—figuran, para honra y prez del autor de Celia en los infiernos los nombres de Dato, Baüer, Romanones, duque de Alba y otros varios señores suficientemente conocidos y garantizados; pero, vamos, que en este guiso no había para qué ofrecerles cucharada. Los nombres de Moya, Melquíades, Cávia y Romero también entran en la comisión, y esto muy acertadamente, aunque entre magnates como Baüer parece que llevan la representación de la clase menesterosa."
"Este Comité de magnates del oro y de la política ha acordado organizar una colecta nacional en beneficio de Galdós. ¡Para ese viaje no necesitábamos alforjas! Porque, ¿no os parece que es sencillamente cómico que, Dato, Romanónes, Baüer y el duque de Alba—¡no es nada!—pidan al resto de los pobrecitos españoles que depositen un miserable óbolo, en sus poderosas y pedigüeñas manos, para traspasárselo al maestro Galdós?...
Esto lo podemos hacer nosotros los periodistas, que no tenemos más haber que lo que nos trae la punta de la pluma; pero quien como Baüer tiene doce mil duros de renta diarios, no se comprende que se tome la molestia de pedirnos una peseta... Les resultaría a estos señores más cómodo que contar la recaudación conseguida, volver la mano a sus nutridas cajas y tirar de ciento cincuenta billetes de mil pesetas, con lo cual ya estaba resuelto el problema." El Caballero Audaz nos muestra el retrato de una clase que parece no haber cambiado y, si cabe, es aún más escatimadora.
Concluye el artículo con este pensamiento:
"El Estado y la política ya tuvieron tiempo de saber que Galdós tenía que dictar cuartillas para vivir. Pero el Estado no ha hecho nada por él, y la política no ha hecho más que ponerle en ridículo. Y ahora, por lo que vemos, hasta en este asunto tan solemne trata de continuar el mismo camino. Figuraos que se proyecta una corridita de toros a beneficio del insigne autor de Electra. ¡Por pudor, señores!... ¿Qué dirán en las vecindades de nosotros?..."
Pero el poder político finalmente movió ficha. La noche del viernes 3 de abril de 1914 se reúne en el Senado la Junta Nacional organizadora del homenaje a Galdós, llamado "Comité" por el Caballero Audaz.
El Imparcial del sábado 4 de abril publica el resultado de aquella reunión.
Las cuartillas encargadas por Eduardo Dato a Jacinto Benavente, en las que quedaba expresado el pensamiento de la Junta, no se hicieron esperar. Reproducimos la publicada en el diario La Época del sábado 11 de abril de hace cien años, donde se formalizaba y quedaba abierta la Suscripción en homenaje a Galdós. ¡A recaudar dinerillos!
Y así se fue confeccionando la lista de suscriptores, encabezaba por el rey Alfonso XIII, quien donó a la noble causa la pingüe cantidad de 10.000 pesetas.
La cuestación
El lunes 13 de abril de 1914, los periódicos publican la cuantía de donaciones y sus benefactores. Esta es la aparecida en El Liberal.
Los suscriptores
En la lista figuraba doña Emilia Pardo Bazán, condesa de Pardo-Bazán, quien había enviado una carta al presidente de la Junta Nacional para el Homenaje a Galdós. La sentida misiva también fue publicada en todos los periódicos:
«Excmo. Sr. D. Eduardo Dato.
Mi ilustre amigo: Abierta ya la suscripción para el homenaje a D. Benito Pérez Galdós, envío á usted esa insignificante contribución, que quisiera fuese de millones.
He tenido el gusto de abogar, en varias crónicas para la Habana y Buenos Aires, por la idea que usted tan gallardamente realiza, y á la cual desea un resultado á la altura del fin su amiga verdadera,
LA CONDESA DE PARDO BAZÁN.»
El 15 de abril se reúne el Comité ejecutivo de la Junta en el palacio del conde de Romanones para acordar dirigirse a todas las Corporaciones y personalidades "cuyo probado amor á las glorias de nuestra literatura aseguren una eficaz cooperación a los altos fines que la Junta Nacional persigue."
Del mismo modo se resolvió invitar a todas las Empresas teatrales para que rindiesen a Galdós el testimonio de su admiración y afecto, dedicando las representaciones de un día al homenaje de insigne autor.
Por último se acordó publicar el documento enviado al presidente de la Asociación de la Prensa, D. Miguel Moya, por las Corporaciones más importantes de la gran colonia española en Montevideo (R. O. del Uruguay), que se adherían al homenaje a Pérez Gáldos. Figuraban y firmaban el documento los representantes del Club Español; la Cámara de Comercio, Industria y Navegación; la Sociedad Hospital Sanatorio Español; Orfeón Español; Centro Unión Hispanouriguayo; el periódico "El Diario Español"; Asociación española de Socorros Mutuos; Centro Gallego; Centre Catalá; Centro Asturiano; Sociedad Coral Catalunya Nova; Centro Euskaro Español; Círculo Lucense; Orfeo Catalá y "La Tribuna Popular".
La suscripción nacional comenzó a tener un cariz similar al de las masivas cuestaciones televisivas de hoy en día. Hace cien años no existía este medio de comunicación llamado "caja tonta", por tanto las dadivosas donaciones se pregonaban en los periódicos. ¡El Ayuntamiento de Santander, 5.000 pesetas! ¡El de Linares, 1.000 pesetas y el nombre de Galdós a una calle! ¡El de Tarrasa abre lista de suscripción y la encabeza con 150 pesetas! ¡El de Jerez, 250 pesetas y dar el nombre de Galdós a la calle de Armas! ¡El alcalde de Murcia, pronunció un discurso en la Casa Consistorial! Y así infinidad de adhesiones y donaciones.
En Madrid
El 1 de mayo el Heraldo de Madrid nos decía que el Consistorio madrileño, reunido en Sesión ordinaria de 30 de abril, aún no se ponía de acuerdo en si aportaba o no el óbolo para la causa.
Sin embrago, en la Sesión del día 1 de mayo, el Sr. Cortés Munera se ratifica en su proposición de que el Ayuntamiento contribuya a la suscripción. El Sr. Blanco Soria propone que se determine una cantidad para contribuir y va más lejos, solicita se nombre a Pérez Galdós hijo adoptivo de Madrid y se celebre una fiesta en su honor.
Dos meses más tarde, en Sesión del 3 de julio, reunidos el Sr. alcalde y los concejales se aprueba el dictamen proponiendo la contribución de 5.000 pesetas. El Sr. Bellido, continuando en su línea, pide que los mil duros salgan de los bolsillos de los concejales. Así lo relata el Heraldo de Madrid
Las listas de suscriptores
En los primeros días de junio se publica la cuarta lista de suscriptores y la cantidad dineraria recaudada que sumaba un total de 95.003,42 pesetas. En la lista anterior la cifra ascendía a 89.147,07 pesetas (¡A saber quien aportó los siete céntimos!).
El 22 de junio El País publica una nueva lista donde el resultado de la cuestación asciende a 113.570,65 pesetas.
La Junta Nacional había fijado el 15 de julio como fecha de cierre de la suscripción. Según balance del 10 de agosto la suma recaudada era de 152.685,87 pesetas. Lejos quedaba el objetivo fijado por Miguel Moya, que era el de 500.000 pesetas.
La suscripción se prorrogó por un mes más sin mejores resultados, y en 1916 fueron recaudadas 101.694,73 que correspondían a cantidades atrasadas. Hay que tener en cuenta que sólo en Madrid se habían abierto oficinas de recaudación, algunas no llegaron a funcionar nunca y sólo quedó la del Ateneo; por consiguiente, las cantidades recaudadas en provincias llegaron tarde, mal y nunca.
El inicio de la Gran Guerra, acontecido el 28 de julio de 1914, propició que el auge de la suscripción quedase relegado y tapado por el interés de las noticias sobre el conflicto. En resumidas cuentas, la tan sonada propuesta de homenaje y su cuestación fue un absoluto fracaso.
Un fiasco
Jean François Botrel, en Benito Pérez Galdós ¿escritor nacional?, hace un análisis de la repercusión que tuvo la suscripción a nivel mundial.
"El análisis de los resultados según criterios geográficos (procedencia de las cantidades anunciadas, cuando se pudo localizar), muestra a todas luces, que España entera no rindió tributo ni homenaje a Galdós.
Razonando sobre el total de las cantidades anunciadas y sacando la importancia relativa de las contribuciones anunciadas por provincias, con exclusión de Madrid, claro está, vemos que las cantidades anunciadas por las provincias de Barcelona, Canarias, Oviedo, Santander y Sevilla representan el 63 por 100 del total de las cantidades anunciadas por las provincias, entre las que las de Pontevedra y Soria no se han dado aparentemente por enteradas, y otras como Badajoz, Baleares, Cáceres, Córdoba, Cuenca, Gerona, Granada, Guadalajara, León, Orense, Tarragona, Teruel, Toledo y Zamora han contribuido con cantidades iguales o inferiores a 100 pesetas, en la mayoría de los casos debidas a uno o dos Ayuntamientos o círculos y algún particular que otro.
La importancia relativa de las cinco provincias citadas -de hecho, cuatro, ya que las cantidades anunciadas por Canarias no fueron remitidas (según consta en balance de 1916)-, respecto al total de las proporciones: 61,30 por 100, que se descomponen de la siguiente manera: Barcelona, 24,7 por 100; Oviedo, 3,2 por 100; Santander, 21,3 por 100; Sevilla, 12,1 por 100.
Estas cifras permiten ver que la suscripción-homenaje a Galdós alcanzó -fuera de Madrid- cantidades absolutas de alguna importancia, donde periódicos como el Cantábrico de Santander o El Liberal de Sevilla actuaron como activos propagandistas de la suscripción y como junta Provincial, que diríamos, además de la popularidad de que podía gozar Galdós en Santander, por ejemplo. En Barcelona, donde, por lo visto, El Liberal de Barcelona no abrió suscripción (sólo contribuyó con 100 pesetas), la importancia de las cantidades remitidas se debe esencialmente al Ayuntamiento de la ciudad, que, a proposición del señor Rocha, votó un crédito de 5000 pesetas, al Consejo de la Mancomunidad Catalana (1000) y a otras entidades culturales, como el Círculo del Liceo Ecuestre (500 cada uno), esto es, la casi totalidad de las 7220,18 pesetas remitidas. En Cataluña, pues tampoco se puede hablar de adhesión general, a pesar de la cantidad por la que queda representada, y es que no corresponde del todo el índice de movilización en pro del homenaje con la importancia de la suma: más movilización y mayor sacrificio suponen las cinco pesetas de Joaquín Peinado de Ronda o las 20 de un leonés patriota y republicano que las 5000 del Banco de España o las 10000 del Rey.
En otras provincias como Alicante y Murcia, en las que se abrieron suscripciones regionales, o en Huelva, parece que hubo más entusiasmo, aun cuando los resultados medidos en términos financieros (los que interesaban directamente a Galdós y la Junta Nacional) no lo dicen. En Alicante, por ejemplo, 180 particulares se suscribieron por una cantidad de 581 pesetas en total, lo que representa el mayor número absoluto de adhesiones de tipo individual en este homenaje, en el que la característica mayor es la ausencia de adhesión de tipo popular.
En efecto, si analizamos ahora la repartición de las cantidades suscritas por categorías o grupos, nos encontramos con que el 45,2 por 100 de las cantidades anunciadas lo han sido por Ayuntamientos, Diputaciones Provinciales y otros cuerpos oficiales; el 14,3 por 100, por personalidades y próceres; 9,8 por 100, por sociedades culturales; 8,7 por 100, por sociedades comerciales, entre las que el Banco de España, la Unión Española de Explosivos, la Compañía Arrendataria de Tabacos, la Española de Construcción Naval y el Banco Hispano Americano contribuyeron por más del 84 por 100, y luego la Prensa, por suscripción propia o por suscripción abierta (3,9 por 100), América (1,8 por 100), liberales, republicanos y reformistas (1,45 por 100) y escritores y artistas (0,9 por 100).
Para mayor claridad convendría, claro está, precisar, por ejemplo, en qué Ayuntamientos el adherirse al homenaje a Pérez Galdós pudo tener una significación de tipo ideológico, ya que en muchos casos, [...], el remitir una cantidad a la Junta Nacional supuso el triunfo de los concejales liberales o republicanos." [2]
"Realidad"
Este artículo, que de por sí es extenso, pudiera haberlo sido mucho más.
La América hispana y una porción de España se volcaron en arropar a la vieja gloria de las letras con billetes, discursos y homenajes. Quizá don Benito, ya sin el mismo ímpetu de lucha en la pluma y la palabra, recordase lo que dijo Federico en su novela Realidad:
"¡Oh, quién fuera uno de estos de conciencia ancha, que sólo miran su provecho! ¿Por qué hay en mi alma esta antipatía contra la protección, y esta invencible repugnancia de la generosidad ajena? Ciertos agradecimientos le sumergen a uno en la inferioridad servil, y le subordinan y le rebajan. No sé por qué, me inclino a detestar a los que quieren ampararme." [3]
Retrato de Benito Pérez Galdós realizado por Alfonso y publicado en portada de El Liberal el 21 de abril de 1914. |
Bibliografía | ||||||
[1] Gaceta de Instrucción Pública y Bellas Artes. Sección de información-Primera enseñanza. Año XXVI, Núm. 1.235. Miércoles 4 de febrero de 1914. Imp. de la viuda de Alvarez. pp. 76 [2] Botrel, Jean François. Benito Pérez Galdós ¿escritor nacional?. Publicación: Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2003. Notas de reproducción original: Otra ed.: Actas del primer Congreso Internacional de Estudios Galdosianos , Las Palmas : Cabildo Insular de Gran Canaria, 1977, pp. 60-79. [3] Pérez Galdós, Benito. (1890) Realidad: novela en cinco jornadas. Madrid: Ed. La Guirnalda. Jornada IV, Escena XII: FEDERICO, solo, vagando por las calles, en estado de vivísima agitación. pp. 323 · Citas de noticias de periódicos en la publicación |
© 2014 Eduardo Valero García - HUM 014-004 MADGALDOS
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