martes, 21 de enero de 2014

Madrid, 19 y 20 de enero de 1914


Continuaba nevando en Madrid. A las 8 de la mañana comenzó a nevar, y lo hizo casi de forma continuada durante doce horas. El frío era intenso y la temperatura no estuvo por encima de los cero grados en toda la jornada, con una sensación térmica de -11º en el suelo y -9º en el aire. Para complicar más las cosas, de madrugada cayó una fuerte granizada que congeló el suelo.

Los tejados y torre de la Central de teléfonos de Puerta del Sol estaban bien poblados de nieve, como lo muestra la fotografía de Alfonso publicada en portada del Heraldo de Madrid del día de la fecha.


Hoy sumamos dos días de efemérides en los que no sólo la nieve y el frío fueron protagonistas.


Hace cien años en Madrid...

Lunes 19
NIEVE
Máxima   -3,2º
Mínima   -5,8º


La nevada en Madrid 
Todos los periódicos daban cuenta de la situación que vivía Madrid. Temperaturas bajo cero y potentes nevadas que mantenían a la ciudad en constante alerta.
Para el Heraldo de Madrid, el fotógrafo Alfonso tomaba esta instantánea en la que vemos barrenderos limpiando de lodo y nieve la Puerta del Sol. Los obreros municipales no daban a basto; en cuanto finalizaban la tarea, la nieve volvía a caer en gruesos copos.


En esta otra fotografía, Alfonso retrata desde el Viaducto los tejados nevados de las casas madrileñas. El frío era intenso y la nieve helaba las viviendas de pocos recursos.


Imaginarse el Madrid de hace cien años, tan falto de infraestructuras contra los fenómenos meteorológicos, resulta casi imposible. Como hemos visto, desde que días atrás comenzara la nevada, palas y escobas eran las únicas herramientas para despejar calles y plazas. A esto se sumaba el tema social; muchas personas se encontraban en estado de precariedad y el crudo invierno no hacía otra cosa que agravar su situación, llevándoles, incluso, a la muerte.


NOTA: El Cerro del Pimiento, o Cerropimiento, era el montículo donde en la
actualidad se erige el Colegio Mayor San Pablo. El hoy Paseo de San Francisco
de Sales bordeaba el cerro, que quedó partido al abrirse la calle de Isaac Peral.
Dicho paseo era el antiguo camino de Aceiteros.


Pero había otros efectos producidos por la nieve, la congelación de las tuberías y el oportunismo de los corazones gélidos.

"La Correspondencia de España"
20 de enero de 1914


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Accidentes en las calles madrileñas
Era un auténtico peligro transitar por las calles de Madrid. Un periodista comentó con sorna que antes de salir del portal había redactado su testamento. Y es que había que tomárselo con humor porque ciertamente hubo no pocos accidentes provocados por la nieve.

Uno de los mayores peligros que ofrecían las calles de la ciudad estribaba en las planchas metálicas de los registros de alcantarillas, electricidad, riegos, etc., adosados en las aceras. Pisar una de esas placas implicaba, irremediablemente, resbalar y caer al suelo. Se criticaba que el alcalde, vizconde de Eza, hubiese publicado un bando dando órdenes a porteros y comerciantes para mantener limpias de nieve y lodo las principales calles, omitiendo la necesidad de echar serrín o paja sobre las dichosas planchas.

Así, los periódicos utilizaban las caídas como noticias relevantes. Al día de la fecha, hubo más de 280 lesionados.



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La circulación
Sólo circularon por Madrid los tranvías y los automóviles, únicos carruajes que pudieron contrarrestar los efectos de la nieve. Para que pudieran funcionar los primeros tuvieron los limpiavías que recorrer las líneas durante toda la madrugada, haciendo saltar el hielo que había borrado el surco de los rieles. Los automóviles circularon con menor velocidad que de costumbre, no sin cierto peligro, y a fuerza de gastar gasolina.
Los coches y carros tirados por fuerza animal no pudieron salir a la calle por el grave peligro que suponía para las caballerías, que resbalaban y caían a cada paso.



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A propósito de la nieve
El Liberal del día de la fecha publica en su columna "Versos inéditos" los titulados "La efigie helada", del poeta modernista Luis de Otayza.

No hay flores ni hay arrullos
en parque. ¡Tristeza del invierno!...
Un sudario de nieve
cubre la tierra. Y veo
a los niños hacer con blancos copos
de escultura fantásticos Museos.

-

Al parque desolado
también he de tejar. También yo quiero,
con los copos de nieve,
delirios de esperanza, que murieron
ni frío de la vida,
hacer la blanca imagen de mis sueños.
Una hermosa figura
con las rítmicas de su cuerpo,
con las bellas facciones de su rostro,
con el alma de hielo.

-

De nieve haré la blanca
imagen de mis sueños,
para que al despertar de su letargo
la Tierra, cuando al beso
de luz se abran las flores,
brote en las ramas el retoño nuevo,
alegres cantos rimen los arroyos
y crucen mariposas por los cielos;
cuando todo sea amor, la helada efigie
en lágrimas se vaya deshaciendo.



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Oficina de colocación y fondo del paro del Ayuntamiento 
Dice El Liberal del día de la fecha:

"El alcalde de Madrid, [Sr. Luis de Marichalar y Monreal], vizconde de Eza, es un espíritu conservador, educado en las orientaciones de la moderna vida europea. Con esto queremos decir que, admitiendo lo substancial del régimen económico-social presente, considera compatibles con éste todas aquellas reformas que modifiquen y mejoren la situación de las clases obreras."

Con estas palabras el periodista Enrique Trompeta encabezaba la noticia titulada "DE MADRID. La colocación y el paro de los obreros", donde daba a conocer el problema capital de la vida madrileña, la cuestión económico-social, cuyas raíces estaban en el fondo de la miseria y se reflejaban en el hombre trabajador.

Para el vizconde la situación del obrero descollaba sobre otras, no por ser la más grave, sino por lo que tenía de dolorosa y cruel. Al respecto, decía: "... el obrero, dispuesto a emplear su esfuerzo, su trabajo, en provecho propio y en el de la sociedad en que vive, ve malogrado su deseo y quebrada su voluntad por falta de ocupación adecuada al oficio que ejerce."


Añadía el periodista:



En el preámbulo de su proyecto, decía el vizconde:
"Se proyecta la creación de un 'Fondo de paro', con objeto de estimular y favorecer a las Sociedades que concedan a sus individuos indemnizaciones con ocasión de la falta de trabajo. Ayudaos los unos á los otros —dice, el Ayuntamiento de Madrid—; asociaos para concederos mutuamente indemnización en caso de paro, y entonces— añade el Ayuntamiento—, os daré una cantidad que venga á aumentar esa indemnización."

Si bien era cierto que la situación de la economía mundial sufría una aguda crisis, y en particular la de Europa con sus guerras, en el caso de la economía española, en el orden del régimen financiero, obedecía a causas "accidentales" que debían mejorarse con urgencia.

Sobre esos problemas financieros a resolver y sobre el proyecto del alcalde, finalizaba diciendo el periodista de El Liberal:



Si bien era una alegría para el pueblo madrileño conocer la propuesta de un alcalde comprometido con el obrero, parece que en otros aspectos había ciertas molestias. Así, pues... nuestro gozo en un pozo... en las efemérides del día 20 de enero habrá otras noticias.


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Inauguración del Salón "Abadal"
Este gélido día de hace cien años quedaba inaugurado el esplendido Salón donde se instalaba la Exposición de automóviles Abadal, nueva marca española que había debutado en el "Salón del automóvil" de París.
El local, que exhibía un torpedo carrozado en "sport" y un lujoso "landault", estaba ubicado en la Plaza de las Cortes, número 8, contrastando su elegancia con la del Palace Hotel.




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El día 20 de enero de hace cien años Madrid amaneció con una mejoría considerable en lo que a meteorología se refiere. El sol, aunque salió por poco rato, ablandó la nieve caída durante aquellos días y las labores de limpieza pudieron realizarse con menor dificultad. Recordemos que las herramientas disponibles para la ardua tarea eran las palas y las escobas.

De los días pasados quedaban vestigios de los improvisados escultores que de la nieve habían obtenido bellas figuras artísticas. Poco a poco se irían derritiendo y desaparecerían como el recuerdo de aquella nevada de hace cien años. Hoy vuelven a nosotros desde los papeles viejos que consulta Historia Urbana de Madrid.

Estatua de nieve en la calle de Sacramento.
Fotografía de Alfonso



Martes 20
Máxima   7,2º
Mínima   0,4º


Dimisión del alcalde, vizconde de Eza
Como anticipamos en la noticia "Oficina de colocación y fondo del paro del Ayuntamiento", no todo iban a ser alegrías. El alcalde, amargado por los chistes y chascarrillos hechos por los periódicos con motivo de la nevada y limpieza de las calles, presentó al ministro de Gobernación la dimisión de su cargo, con carácter de irrevocable.
Manifestó el vizconde de Eza que nadie como él estaba dispuesto a escuchar opiniones de todos, cuando éstas fuesen fundamentadas debidamente; pero que su independencia y "buen deseo de trabajar no me permite seguir ocupando un puesto cuya gestión se toma a chacota, en lugar de indicar soluciones prácticas, que hubiese atendido con gusto."

El Gobernador civil, marqués de Portago, estaba intentando persuadir al alcalde de su intención de dimitir. Pero eso es lo único que podemos contar de este día.


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Madrid después de la nevada
Si bien la situación había mejorado y se había limpiado de nieve las principales calles de la ciudad, barrios como el de Segovia, Toledo, Ventas del Espíritu Santo, Vallecas, Guindalera y Prosperidad, y en la Castellana, aún continuaban incomunicados.
Las pérdidas producidas por el temporal eran enormes, puesto que a los jornales de los que no pudieron trabajar había que sumar otros daños importantes. El gremio de cocheros perdió en aquellos tres días 40.000 duros. En la estación del Norte estaban depositadas grandes cantidades de pescado que no pudieron ser transportados a la población. Otro tanto ocurrió en la estación del Mediodía, donde además de pescado, se acumuló una importante carga de verduras, hortalizas, y otros alimentos.

Gracias al deshielo y la limpieza de las calles, comenzaron a transitar los coches de punto, carros de transporte y el servicio fúnebre. Sí, los cadáveres no fueron transportados a los cementerios durante tres días. El humor ácido del dibujante Sileno así lo refleja

Diálogo:
EL CHAUFFEUR.-¿A la Cuesta de las Perdices?
EL PARROQUIANO.-¡Pasando por Nuestra Señora de la Almudena!


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Incendio en la Diputación provincial
A las ocho y veinte de la noche se produjo un incendio en el edificio de la Diputación provincial, originado por prenderse el hollín de una de las chimeneas. El fuego prendió en una de las habitaciones de la última planta, extendiéndose hasta el techo y quemando todo el maderamen.
Los bomberos tuvieron serias dificultades para extinguir el incendio debido a la inestabilidad del suelo; la nieve derretida había convertido la tierra en lodo.
A las diez de la noche quedó sofocado el incendio, aunque para ello fue preciso derribar un trozo de fachada.


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Humor centenario

Diálogo:
-¡Qué lástima, se está descongelando!


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Las fotos
De París llega esta fotografía. Se trata del regreso de "La Gioconda" después de haber estado expuesta en Roma y en Milán. La famosa obra de Leonardo Da Vinci había llegado a París el 31 de diciembre de 1913 bajo fuertes medidas de seguridad.

La Gioconda en el vestíbulo de la Escuela de Bellas Artes de París
Fotografía de Chusseau-Flaviens
"La ilustración artística"
12 de enero de 1914


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Bibliografía

· Citas de noticias de periódicos en la publicación
· Citas de fotografías y artículos de revistas y periódicos en la publicación




© 2014 Eduardo Valero García - HUM 014-007/008 EFEMERIDES1914




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