Antes de que el ferrocarril extendiese sus caminos de hierro por el vasto territorio español, la idea de comunicar Madrid con el Océano Atlántico, o viceversa, era sueño de reyes.
Felipe II fue el primero en intentarlo. Pretendía ensanchar el río Tajo desde Lisboa y hacerlo navegable hasta Madrid por la desembocadura del Jarama, y desde este hasta el Manzanares. Para tamaño proyecto contó con las buenas artes del ingeniero y arquitecto Juan Bautista Antonelli. Y para dar al traste con su sueño contó con la Armada Invencible, que quedó hecha añicos después de batallar contra los ingleses y las inclemencias del tiempo. Pero esa es otra historia.
Fernando VI incluirá este proyecto en la política de obras públicas, pero será Carlos III quien lo desarrolle plenamente y construya un canal navegable desde el Puente de Toledo hasta el río Jarama. Se concluyeron 10 km que llevaron por nombre Real Canal del Manzanares.
Durante el reinado del rey felón -es decir, Fernando VII- se retoman las obras del canal y se construyen cuatro kilómetros más en dirección hacia Vaciamadrid; incluían diez esclusas, ocho molinos de agua, un embarcadero, edificios para oficinas y hasta una capilla.
Pascual Madoz cita los "Paseos del Canal" en 1848 y los describe con detalle. Cita también la hermosa cabecera del Canal de Manzanares:
"La forma un bello cuerpo de arquitectura, compuesto de un zócalo de granito que recibe un pedestal, en el que se sienta un león de mármol con dos columnas dóricas de igual material, con el plus ultra en los fustes y coronas reales en los remates. A los lados hay escalinatas, y en el neto del espresado pedestal se lee la siguiente inscripción:
Cabecera del Real canal de Manzanares construida en el año 1819
Por bajo en la parte labrada de mampostería se ven dos bustos, y en el centro un bajo relieve con una esfera y otros objetos análogos al destino de la obra."
Barcos por Cibeles y Puerta del Sol
Recuerdos de papel que en somera introducción histórica relata los Regios sueños que quedaron inconclusos y a la postre desaparecidos. Grandes proyectos plausibles que hubiesen convertido la Villa y Corte en puerto marítimo, elevándola a mayor poderío y estatus. Pero no fue así.
Sin embargo, en el año de 1920, la Sociedad Española de Construcción Naval tuvo la osadía de ir más allá del sueño de reyes y encalló un acorazado llamado "España" sobre Cibeles.
¿Podéis imaginar terrible portento atravesando los Paseos del Prado y de Recoletos?
Proa y popa apuntando a la calle de Alcalá y su Puerta, en un despliegue de poderío de Armada Invencible mejorada.
Por no ser menos nuestra Puerta del Sol, allí se emplazó un barco rápido de pasaje de 18.000 toneladas, construido para la Compañía Trasatlántica por la misma Sociedad naval. Con popa en la calle Mayor y proa en el inicio de la Carrera de San Jerónimo, aparecía escorado sobre toda la plaza.
Dos montajes que fueron de gran éxito en el Congreso de Ingeniera celebrado aquel año, donde, además de estos inmensos buques, se presentaron otros en construcción y contratados. Todos ellos, puestos en fila desde la Puerta de Atocha al paseo de Ronda, alcanzaban una longitud de 5.659 metros, dando la vuelta al Hipódromo (Nuevos Ministerios) y terminando en la estatua del marqués del Duero. Sumaba aquella fila casi 74 buques y un total de 237.000 toneladas de desplazamiento.
Atrevido montaje el de los ingenieros de la Sociedad Española de Construcción Naval. Primitivo phothoshop realizado de forma artesanal con los medios propios de esos tiempos.
Tres años más tarde, el 26 de agosto de 1923, el acorazado España, que tan dignamente había navegado frente a la Cibeles, embarrancaba en el Cabo de Tres Forcas después de regresar de Alhucemas, donde había participado en el bombardeo de los poblados de Beniurriaguel.
Fernando VI incluirá este proyecto en la política de obras públicas, pero será Carlos III quien lo desarrolle plenamente y construya un canal navegable desde el Puente de Toledo hasta el río Jarama. Se concluyeron 10 km que llevaron por nombre Real Canal del Manzanares.
Durante el reinado del rey felón -es decir, Fernando VII- se retoman las obras del canal y se construyen cuatro kilómetros más en dirección hacia Vaciamadrid; incluían diez esclusas, ocho molinos de agua, un embarcadero, edificios para oficinas y hasta una capilla.
Pascual Madoz cita los "Paseos del Canal" en 1848 y los describe con detalle. Cita también la hermosa cabecera del Canal de Manzanares:
"La forma un bello cuerpo de arquitectura, compuesto de un zócalo de granito que recibe un pedestal, en el que se sienta un león de mármol con dos columnas dóricas de igual material, con el plus ultra en los fustes y coronas reales en los remates. A los lados hay escalinatas, y en el neto del espresado pedestal se lee la siguiente inscripción:
Cabecera del Real canal de Manzanares construida en el año 1819
Por bajo en la parte labrada de mampostería se ven dos bustos, y en el centro un bajo relieve con una esfera y otros objetos análogos al destino de la obra."
CABECERA DEL CANAL Grabado del libro "Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico Madrid" Pascual Madoz, 1848 |
Barcos por Cibeles y Puerta del Sol
Recuerdos de papel que en somera introducción histórica relata los Regios sueños que quedaron inconclusos y a la postre desaparecidos. Grandes proyectos plausibles que hubiesen convertido la Villa y Corte en puerto marítimo, elevándola a mayor poderío y estatus. Pero no fue así.
Sin embargo, en el año de 1920, la Sociedad Española de Construcción Naval tuvo la osadía de ir más allá del sueño de reyes y encalló un acorazado llamado "España" sobre Cibeles.
¿Podéis imaginar terrible portento atravesando los Paseos del Prado y de Recoletos?
Proa y popa apuntando a la calle de Alcalá y su Puerta, en un despliegue de poderío de Armada Invencible mejorada.
Por no ser menos nuestra Puerta del Sol, allí se emplazó un barco rápido de pasaje de 18.000 toneladas, construido para la Compañía Trasatlántica por la misma Sociedad naval. Con popa en la calle Mayor y proa en el inicio de la Carrera de San Jerónimo, aparecía escorado sobre toda la plaza.
Dos montajes que fueron de gran éxito en el Congreso de Ingeniera celebrado aquel año, donde, además de estos inmensos buques, se presentaron otros en construcción y contratados. Todos ellos, puestos en fila desde la Puerta de Atocha al paseo de Ronda, alcanzaban una longitud de 5.659 metros, dando la vuelta al Hipódromo (Nuevos Ministerios) y terminando en la estatua del marqués del Duero. Sumaba aquella fila casi 74 buques y un total de 237.000 toneladas de desplazamiento.
Atrevido montaje el de los ingenieros de la Sociedad Española de Construcción Naval. Primitivo phothoshop realizado de forma artesanal con los medios propios de esos tiempos.
Tres años más tarde, el 26 de agosto de 1923, el acorazado España, que tan dignamente había navegado frente a la Cibeles, embarrancaba en el Cabo de Tres Forcas después de regresar de Alhucemas, donde había participado en el bombardeo de los poblados de Beniurriaguel.
© 2014 Eduardo Valero García - HUM 014-024 RECUPAPEL
Buenos días:
ResponderEliminarEnhorabuena por la publicación y la investigación.
Desearía saber la procedencia de las imágenes de la Sociedad de Construcción Naval.
Muchas gracias
Saludos,
Paco
Gracias por el comentario, Paco Carreño. El artículo es antiguo, de los tiempos en que pinchando en la imagen se veía la signatura. Tendré que buscar en mis archivos pero creo recordar que se publicaron en un periódico de la época. Saludos
EliminarBuenas noches!
ResponderEliminarEstuve mirando ayudado por las bibliotecarias de la Fundación Juanelo Turriano, pero no damos con la publicación. Al parecer se usaron en un congreso de ingeniería, pero no es fácil. Hemos localizado una publicación relacionada con ese congreso pero no están las imágenes ni se mencionan
Muchas gracias
Saludos
Buenas noches, Paco Carreño. Por favor, envíeme un correo a madridblog@gmail.com, he recuperado la publicación donde aparecen las imágenes. Responderé a su correo adjuntando el pdf. Muchas gracias. Saludos
Eliminar