Ayer, domingo 28 de diciembre de 2014, celebramos el día de los inocentes. Poco hubo de festejo, aún sabiendo que de inocentes tenemos mucho y que inocentadas nos han colado todo el año los telediarios y politiqueros.
Hasta no hace mucho era costumbre recortar un muñequito y adosarlo a la chepa de algún incauto. Hoy no lo recortamos, que de recortes vamos sobrados.
En 1914 -es decir, hace cien años-, el creador de estas coplas del domingo recuerda en un diálogo de matrimonio cómo eran las inocentadas de aquellos tiempos. La copla, titulada "
¡Ojo con los inocentes!", se publicó el domingo 27 de diciembre en la página 4 del
Heraldo de Madrid. La mañana de ese día, a las once, se inauguraba en el Paseo de Recoletos el monumento a Mesonero Romanos. Don Antonio Casero estuvo presente y dio lectura a unas cuartillas que había escrito Benito Pérez Galdós, que también asistió. [
Ver información sobre el monumento]
Coplas del domingo, por Antonio Casero
¡OJO CON LOS INOCENTES!
—Mia que tu eres un lila perdió;
ten cuidao, Sinforoso, mañana,
no te tomen por un inocente
y la diñes con la inocentada;
mía c'hay gente mu chusca en el barrio
y saldrán tempranito a la caza
de panolis por sus callejas;
ten cuidao, porque tú eres un rana,
que aunque ties pasaporte de vivo
y la das de postín y de raspa,
eres un bibelote sin pizca
de experencia, pupila ú pestaña,
y te entregas a na que lo dicen,
y estoy viendo que sales de casa,
y al llegar al portal, va y te fila
un marchoso que, al verte, te para,
y te suelta un suspiro profundo,
y te cuenta una historia de magia,
te convence, le das dos pesetas
y se ríe a tu costa unas miajas;
luego vas al taller y repite
cualesquier compañero la guasa,
y se busca un pretexto, y le diñas
pa fumar u pa tres de cazalla;
mía que yo sé quién eres un rato;
mía que luego te vas a la tasca
y te juegas al tute el almuerzo,
y por menos de na t'hacen trampas,
y t'acusan con sota y caballo
las cuarenta, y encima te fallan
el as d'oros; que tú eres un primo;
ten cuidao con lo c'haces, no vayas
a que luego se ría la gente
y se crean que vienes de Babia.
Si te dicen cualquier chirigota
u te cuentan alguna patraña,
no me seas tú de esos que creen
que los burros también usan alas;
porque tú, en un concurso de tontos,
te podias ganar la medalla.
Mia que tú eres un lila perdió;
ten cuidao, Sinforoso, mañana,
y aunque sea tu madre, ni en broma
des un real; te lo dice la Paca,
tu mujer, que chanela del mundo
y que sabe del mundo unas miajas;
haste el lila, y si alguno te pide,
dale coba al marchoso que salga
con el timo y te largue el sablazo;
ya lo sabes, ni un real, aunque te hagan
mil cachitos; no sueltes la mosca
ni a tu agüela; no olvides mi plática;
y a to esto, charlando, charlando,
ya mu pronto vendrá la mañana;
son las tres, a dormir, que ya es tarde;
¿has cobrao en el taller?
—Sí, mi alma;
—Pos entrega el jornal.
—No t'ocupes.
—Vamos, traíle.
—¡Que no!
—¿por qué causa?
—Porque yo te respeto, morena.
—Güeno, sí; pero suelta la «pasta».
—No, mujer; tú lo has dicho endenantes,
que mu pronto vendrá la mañana
y ya es día de los inocentes;
tú lo has dicho, estas son tus palabras:
«Aunque sea a tu madre, ni en broma
des un real; te lo dice la Paca,
tu mujer, que chanela del mundo
y que sabe del mundo unas miajas.»
De manera que no te molestes,
que hoy no ves el jornal ni con gafas.
ANTONIO CASERO
|
© 2015 Eduardo Valero García (GARCIVAL) - HUM 014-008 ILUST
|
© 2014 Eduardo Valero García - HUM 014-008 COPLAS AC
ISSN 2444-1325