lunes, 24 de enero de 2011

XVII marqués de Cerralbo

Enrique, siendo conde de Villalobos, recibirá el título de XVII marqués de Cerralbo a la muerte de su abuelo, don José de Aguilera y Contreras.

Don José, XVI marqués de Cerralbo, ostentaba además los títulos de Alcudia (con Grandeza), Almarza, Flores Dávila, Alba de Yeltes, Campofuerte, Casasola, Foncalada, Fuenrubia y Oliva de Gaytan.

Había nacido en 1787 y fallece en 1872, sobrevive a sus hijos y deja como sucesor en la línea hereditaria a su nieto Enrique de Aguilera y Gamboa. (ver 'Genealogía de un marqués')

Enrique será entonces el XVII de los marqueses de la Casa Cerralbo y dos veces grande de España; primero por parte de su padre y después por la herencia de su abuelo.

En enero de 1894 fallece la madre de Cerralbo, doña María Luisa de Gamboa y López de León. Su padre, don Francisco de Asís de Aguilera y Becerril, conde de Villalobos e hijo del XVI marqués de Cerralbo, había fallecido el 1 de julio de 1867.

En el año 1871, contando con 26 años, contraerá matrimonio con doña Inocencia Serrano y Cerver, de 55 años de edad, viuda de Antonio María del Valle y madre de Antonio del Valle, amigo de Cerralbo en tiempos de sus estudios en la Universidad de Madrid.

El matrimonio no tendrá hijos, pero el marqués adoptará a los dos de la viuda, el mentado amigo y su hermana, Amelia del Valle y Serrano (Marquesa de Villa-Huerta), figura relevante en el destino  del patrimonio del Museo Cerralbo.


Dos grandes pérdidas sufrirá el marqués. Primero la muerte de su esposa, Inocencia Serrano y Cerver, marquesa de Cerralbo, fallecida el 21 de junio de 1896. Más tarde fallecerá su hijastro y amigo, Antonio del Valle, marqués de Villa Huerta, literato distinguido y hombre de vasta ilustración.


Esto hará que el Palacio Cerralbo permanezca cerrado ocho largos años y el histórico blasón labrado en piedra de la fachada oculto bajo un paño negro en señal de duelo.

Pero Cerralbo no se dejará amedrentar por estos y otros infortunios, y el palacio volverá a reunir a las personalidades de la política, la cultura y la alta sociedad como lo hiciera en sus mejores tiempos. También continuará dedicado a conservar los tesoros que durante años supo coleccionar y custodiar.

Sus dotes como hombre de política han quedado reflejadas en su participación activa en el partido Tradicionalista y en su estrecha vinculación con el pretendiente a la corona de España Carlos VII. Pero Cerralbo destacará aún más por su implicación en las ciencias, las letras y las artes.

Junta del Partido Tradicionalista reunida en el Palacio de Cerralbo - 1913 (X) Marqués de Cerralbo

También destacará en un aspecto menos conocido, la cría caballar:

La yeguada de Santa María de Huertas
Cerralbo consagró parte de su vida a la crianza caballar, tratando de conseguir un tipo especial de caballo. Y logró un caballo mezcla de pura raza inglesa y española.

Su yeguada de Santa María de Huertas (Soria) tuvo mucha fama, alcanzando en el año 1882 el Primer Premio de la Exposición de Madrid. En 1902 presentará su nuevo ejemplar-tipo que ganará los primeros premios de Madrid y Barcelona.


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3 comentarios:

  1. Me ha encantado la visita al museo,.Es una joya de valor incalculable .
    Repetiré la visitas con familiares y amigos pues merece la pena.....

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  2. Fui con mi familia, me llamó la atención el matrimonio de casi 30 años de diferencia ella 55 y el 26!, el palacete es una joya donada al Estado de valor incalculable. Supongo que habrá algún descendiente de Antonio María o Amelia del Valle???...me encantaría conocerlos!...

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    1. Efectivamente, es un palacio precioso y muy bien conservado. A pesar de sus años de abandono, la dirección supo recuperarlo al estado original y mantener todo tal y como lo tenía colocado el marqués. En esto tuvo mucho que ver el legado de Amelia del Valle, quien cumplió en su testamento con la idea de su padrastro para la creación del Museo.
      Creo que Amelia ni su hermano Antonio tuvieron descendencia; de hecho, el título del marquesado de Villa-Huerta continúa vacante.
      En cuanto a la edad de Inocencia y Enrique, pues sí, una gran diferencia. Esto era habitual en aquellos tiempos y clases sociales, pero a la inversa, el de mayor edad era el hombre.
      Un saludo y gracias por dedicar su tiempo a leer mis artículos.

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