Copla dominguera de Antonio Casero publicada el 15 de julio de 1917 en portada del Heraldo de Madrid. Está relacionada con la Verbena de Chamberí y el calor que tal día como hoy padecieron los madrileños cien años atrás.
Se nota en el ánimo de don Antonio los efectos del calor y la imposibilidad de dormir por el jaleo verbenero. Quizá por eso la titula “Al amanecer”, momento en que las temperaturas son más soportables, el seso se aviva y el humor fluye con mesura, porque esta no es la copla más graciosa pero sí muy descriptiva. Con ella el madrileño de hoy puede hacerse una idea del ambiente festivo de hace un siglo y compararlo con el actual, que difiere sólo en detalles.
Y es que calor hizo a pesar de la tenue brisa que sopló aquel año de 1917. Dentro de lo malo no fue el peor día, aunque las temperaturas alcanzaron los 41º al sol, que eran 36º a la sombra. Esto como pico máximo a las seis de la tarde, en contrapunto con los 20,6º de las seis de la mañana. A las tres habían marcado 32º.
El tiempo también andaba loco por aquellos años, porque, alcanzando –y a veces sobrepasando- los 43º al sol (40º a la sombra), la temperatura podía descender por debajo de cero según el caso, marcando una diferencia de hasta 60º. Así lo indicaba el columnista Ridel, quien añadía: “Pero se sostienen sin oscilar gran cosa, altas las temperaturas y… a morir los madrileños.” [1]
Aquella noche de verbena, a las once, hubo fuegos artificiales entre la calle Ponzano y la Glorieta de la Iglesia. Al día siguiente, a las doce de la noche, una traca valenciana en la calle Santa Engracia.
Los días verbeneros se continuaron hasta el domingo 22 con fuegos artificiales en la Plaza de Olavide, como broche final de los festejos.
Revista La Gatera de la Villa
Os recordamos que las coplas de Antonio Casero también se publican en esta magnífica revista muy conocida entre los madrileños y forasteros.
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Se nota en el ánimo de don Antonio los efectos del calor y la imposibilidad de dormir por el jaleo verbenero. Quizá por eso la titula “Al amanecer”, momento en que las temperaturas son más soportables, el seso se aviva y el humor fluye con mesura, porque esta no es la copla más graciosa pero sí muy descriptiva. Con ella el madrileño de hoy puede hacerse una idea del ambiente festivo de hace un siglo y compararlo con el actual, que difiere sólo en detalles.
Y es que calor hizo a pesar de la tenue brisa que sopló aquel año de 1917. Dentro de lo malo no fue el peor día, aunque las temperaturas alcanzaron los 41º al sol, que eran 36º a la sombra. Esto como pico máximo a las seis de la tarde, en contrapunto con los 20,6º de las seis de la mañana. A las tres habían marcado 32º.
El tiempo también andaba loco por aquellos años, porque, alcanzando –y a veces sobrepasando- los 43º al sol (40º a la sombra), la temperatura podía descender por debajo de cero según el caso, marcando una diferencia de hasta 60º. Así lo indicaba el columnista Ridel, quien añadía: “Pero se sostienen sin oscilar gran cosa, altas las temperaturas y… a morir los madrileños.” [1]
Aquella noche de verbena, a las once, hubo fuegos artificiales entre la calle Ponzano y la Glorieta de la Iglesia. Al día siguiente, a las doce de la noche, una traca valenciana en la calle Santa Engracia.
Los días verbeneros se continuaron hasta el domingo 22 con fuegos artificiales en la Plaza de Olavide, como broche final de los festejos.
COPLAS DEL DOMINGO
AL AMANECER
A la que el día amanece
Desfilan los verbeneros;
la noche fué calurosa;
Chamberí queda en silencio;
ya el piano do manubrio
lo enfundó el organillero,
y no queda ni una gota
de «limoná» en el barreño
que para los parraquianos
hizo Luis el tabernero;
los del Orden, en la esquina,
filosofan en silencio;
un chaval riñe a su moza,
impulsado por los celos,
y porque bailó dos bailes
con un mozo pinturero
que la daba de bonito
en un «salón» de Quevedo;
a la luz del nuevo día
se ven las caritas de sueño
de los feriantes, rendidos
de pregonar; allá lejos
se escucha una malagueña
al compás del palmoteo:
es una mujer que canta
con estilo y sentimiento;
¡más que pregonando juerga
va pregonando lamentos!
En una «manuela» bajan
dos señoritos flamencos,
con unas cuantas mocitas
que acabaron por los suelos
el honor; ríen y fuman;
le jalean al cochero,
y en una buñolería
compran churros y buñuelos;
se paran en la taberna,
y, por fin, se alejan luego
rendidos y paseando
por las calles su descrédito.
Al señor pepe «el Tranquilo»,
Honrado chamberilero,
papelista y bebedor
en las fuentes del progreso,
y en las tascas más decentes
del barrio, entre dos serenos
lo llevan a su morada,
algo bebido por dentro,
a que lo ponga «morado»
su esposa, que dirá al verlo:
«¡Misté que llamar tranquilo
a esta borracho perpetuo!»
………………………………
Todo pasó; ya no queda
en el barrio un verbenero;
la noche fué calurosa;
Chamberí queda en silencio,
y el Sol entra en mi despacho
para decirme: «¡Coplero,
termina ya tu tarea,
que voy a repartir fuego ;
descansa y duerme!...»... Lector,
perdona; lo manda Febo,
y con un calor lo manda,
que hay que respetarle presto.
Ahí tienes de la verbena
unos apuntes modestos,
unas malas coplas más
y una verbenita menos.
ANTONIO CASERO
Revista La Gatera de la Villa
Os recordamos que las coplas de Antonio Casero también se publican en esta magnífica revista muy conocida entre los madrileños y forasteros.
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Bibliografía | ||||||
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor. [1] Heraldo de Madrid XXVIII (9.722) 15071917, p. 3 En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2017) "Coplas del domingo. El calor y la Verbena de Chamberí. Madrid, 1917", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ Historia urbana de Madrid ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"] • Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. • En todas las citas se ha conservado la ortografía original. • De las imágenes:Muchas de las fotografías y otras imágenes contenidas en los artículos son de dominio público y correspondientes a los archivos de la Biblioteca Nacional de España, Ministerio de Cultura, Archivos municipales y otras bibliotecas y archivos extranjeros. En varios casos corresponden a los archivos personales del autor-editor de Historia urbana de Madrid. La inclusión de la leyenda "Archivo HUM", y otros datos, identifican las imágenes como fruto de las investigaciones y recopilaciones realizadas para los contenidos de Historia urbana de Madrid, salvaguardando así ese trabajo y su difusión en la red. Ha sido necesario incorporar estos datos para evitar el abuso de copia de contenido sin citar las fuentes de origen de consulta. |
© 2017 Eduardo Valero García - HUM 017-003 COPLAS AC
Historia urbana de Madrid ISSN 2444-1325
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