sábado, 15 de agosto de 2015

El año de la verbena de la Paloma. Madrid, 1894

En agosto renace el sentimiento del pueblo madrileño hacia su popular patrona y el de los barrios castizos por la devoción a sus santos. ¡Madrid se viste de verbena! Vuelven las viejas costumbres y tradiciones unidas a la modernidad.




Historia Urbana de Madrid se traslada hoy a los tiempos de la Restauración española; exactamente 121 años atrás, cuando en Madrid una reina regente, doña María Cristina, guardaba con celo la Corona de su hijo, el muy joven Alfonso XIII, y los partidos políticos se turnaban para gobernar salvaguardando la monarquía.

En la España decimonónica, con la Villa y Corte como foco de todo, el pueblo madrileño, sediento de alegrías, será el que favorezca el nacimiento del género chico para orgullo del teatro español. Así, se crearán "La Gran Vía", "La Revoltosa" y, entre otras grandes obras de la zarzuela, la propia "Verbena de la Paloma", hoy protagonista en el blog.

En honor a la venerada imagen de Nuestra Señora de la Soledad, y como homenaje a los madrileños de antaño, recordamos esta obra del género chico que mejor refleja la idiosincrasia de nuestro pueblo en aquellos tiempos.




El año de la verbena de la Paloma
Tres años ocupan este especial dedicado al sainete de Ricardo de la Vega y Tomás Bretón. Comenzamos en el año 1893, con las primeras noticias sobre la obra.
Un inciso nos remontará a 1873, año de inauguración del teatro Apolo.
Finalmente regresaremos a 1894, año en que se estrena La verbena de la Paloma en dicho teatro.


1893
Gestación de La verbena de la Paloma, etc., etc.
Estos fueron algunos de los sucesos acontecidos en el año de 1893:
  • El 16 de enero se estrena en el Teatro de la Comedia la obra de Benito Pérez Galdós "La loca de la casa", con María Guerrero, Emilio Mariano y Emilio Thuillier. El éxito fue apoteósico.
  • El 23 de enero muere en su domicilio de la calle Santa Teresa (Madrid), el poeta y dramaturgo José Zorrilla.
  • El 4 de febrero fallece en Vigo la ilustrísima socióloga y escritora Concepción Arenal.
  • El 20 de abril nace en Barcelona el pintor Joan Miró.
  • A finales de noviembre comienzan, en el Teatro Apolo, los ensayos de La verbena de la Paloma o el boticario y las chulapas y los celos mal reprimidos, sainete en prosa, en un acto y tres cuadros, de Ricardo de la Vega y Ruperto Chapí.
  • El 25 de noviembre de 1893, La Correspondencia de España publica la siguiente noticia:



Como podéis apreciar, la noticia cita a Ruperto Chapí como autor de la música. En esa época Chapí era casi compositor oficial del Teatro Apolo por la gran producción de obras musicales que proveía al citado teatro de la calle de Alcalá. Sin embrargo será el insigne maestro Tomás Bretón quien componga la música.

Aclara este tema D. José María Gómez Labad en su libro "El Madrid de la Zarzuela":
"Algunos autores han pretendido hacer creer, porque ellos así lo han creído, que Chapí llegó a componer algunos números para dicho sainete y que Ricardo de la Vega al escucharlos le había retirado la obra, por no gustarle aquella música, que según dijeron la había puesto luego en El tambor de Granaderos, de Emilio Sánchez Pastor. Nada más lejos de la verdad que esta versión. Lo cierto es que Chapí, hombre de confianza de los empresarios de Apolo, señores Arregui y Aruej, perdió la misma cuando comenzó a luchar por la creación de la Sociedad de Autores, por lo que tuvo que irse con sus obras al teatro Eslava, donde estrenó el famoso 'Tambor' y a la vez dignificó para el género chico este teatro." [1]
Pueden existir otras versiones, pero utilizamos la de Gómez Labad como válida y nos preguntamos ¿Cómo hubiese sonado esta obra en la música de Ruperto Chapí?.


Un inciso 
1873 
La República federal española 
Viajamos por un instante al año de 1873 para conocer alguno de los sucesos acontecidos:
  • El 29 de enero nace en Madrid Luis Amadeo de Saboya, hijo del reinante Amadeo I de España. 
  • El 10 de febrero se celebra Consejo de ministros en Palacio, presidido por Amadeo I, en el que anuncia su firme decisión de renunciar a la corona. 
  • El día 11 de febrero se reúnen las dos Cámaras en Asamblea Nacional y acuerdan aceptar la renuncia del rey Amadeo I. Será don Emilio Castelar quien redacte el documento en respuesta al discurso del rey. Esa misma tarde, a las tres, el Congreso y el Senado proclamarán la República por 258 votos contra 32. Deja a las Cortes Constituyentes la organización de esta forma de gobierno.  
  • El 12 de febrero Amadeo I y su familia abandonan Madrid por el Campo del Moro en dirección a la estación del Norte. No habrá guardia de honor ni el Gobierno asistirá a despedirles. Partirán rumbo a Portugal. 
  • El domingo 8 de junio queda proclamada la República federal española, bajo la presidencia de Francisco Pi y Margall. 
  • D. Benito Pérez Galdós comienza a escribir los Episodios Nacionales. Primero será Trafalgar (Enero-febrero); le seguirán La Corte de Carlos IV (Marzo-abril), El 19 de marzo y el 2 de mayo (Julio) y Bailén (Octubre-noviembre). 
  • El 8 de junio nace en Monóvar (Alicante) el escritor José Martínez Ruiz "Azorín". 
  • El 18 de julio, tras la dimisión de Pi y Margall, es nombrado presidente del Poder Ejecutivo don Nicolás Salmerón. 
  • El 7 de septiembre Nicolás Salmerón presenta la dimisión por negarse a firmar las condenas a muerte de unos militares que habían participado en la revolución cantonal. Le sucederá D. Emilio Castelar.
  • El 13 de septiembre fallece en Madrid el pintor Eduardo Rosales. 
  • El 23 de octubre nace en Madrid el músico Ricardo Villa, primer director de la Banda Municipal madrileña.




Sobre el Teatro de Apolo
Inauguración
El nombre con que el teatro fue bautizado tuvo sus detractores, ya que algunos lo consideraban cursi y poco literario, prefiriendo en tal caso que hubiese llevado por nombre el de Bretón de los Herreros.

La inauguración del lujoso teatro se verificó la noche del lunes 24 de noviembre de 1873; a ella asistió lo más selecto de la política, la literatura, la belleza y la elegancia.

Así se anunciaba en la columna de espectáculos de La Época el domingo 23 de noviembre:


Ese mismo domingo se celebró la inauguración en privado del nuevo teatro. Una pequeña noticia publicada en La Correspondencia de España del 24 de noviembre así lo hacía saber:
"Anoche se verifico la inauguración privada del nuevo teatro de Apolo. Todas las clases de la sociedad estuvieron representadas, viéndose entre la concurrencia, que llenaba el salón, elegantes damas, artistas, escritores y hombres políticos de todos conocidos.
El teatro presentaba un bellísimo golpe de vista, y tanto el decorado como la riqueza y elegancia desplegadas en todas las dependencias, llamaron mucho la atención. [...] Tanto las decoraciones como el telón de boca son del mejor gusto.
"

La noticia relataba también cómo se había desarrollado el espectáculo, que fue un calco del verificado la noche del estreno oficial. A este último nos referimos a continuación.

A las ocho y media comenzaba la función inaugural con la orquesta a telón corrido interpretando una sinfonía del maestro Lázaro Núñez Robres. Se presentó después toda la Compañía del teatro y el señor Manuel Catalina, empresario del mismo, leyó un prólogo escrito por Gaspar Núñez de Arce. Hubo aplausos y alabanzas para todos los citados. [Puedes descargar el prólogo desde AQUÍ]

Calmados los vítores, continuó la fiesta de inauguración con la representación de la comedia de Calderón "Casa con dos puertas, mala es de guardar". Por último, la pieza "Ella es él", de Bretón de los Herreros, ponía broche de oro al espectáculo, que finalizó a las doce y media de la noche.

El grabado que vemos a continuación, de Pellicer y Capuz, publicado en la revista La Ilustración Española y Americana, corresponde a la inauguración en privado del día 23 de noviembre y no a la del día 24, como indican algunos autores.

"MADRID. Inauguración del teatro de Apolo, en la noche del 23 de Noviembre"
Grabado de Pellicer y Capuz.
LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA. AÑO XVII - NÚM. XLV
© 2015 Eduardo Valero García-HUM 015-009 RECUPAPEL
© 2015 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


El Apolo y la calle de Alcalá.
La fotografía de J. Laurent que vemos a continuación retrata la calle de Alcalá en tiempos del Teatro de Apolo. Visibles son los callejones y edificios ya desaparecidos, como la casa del ataúd, la del párroco de San José o el palacio del duque de Sevillano, entre otros.

"La calle de Alcalá"
Fotografía de J. Laurent
Archivo RUIZ VERNACCI - VN-02882
© Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
© 2015 Eduardo Valero García-HUM 015-009 RECUPAPEL
© 2015 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

 

1894
El año de la verbena de la Paloma
A partir de enero de 1894 los periódicos y revistas comienzan a dedicar sendas columnas y páginas a la esperada obra que iba a estrenarse en el Apolo, teatro bautizado por los madrileños como la "Catedral del género chico."

"Retratos. Las ¿Pascallonas? [delante del teatro Apolo]"
Fotografía: Polentinos, Aurelio de Colmenares y Orgaz, conde de.
Archivo CONDE DE POLENTINOS - DCP-D-0266
© Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
© 2015 Eduardo Valero García-HUM 015-009 RECUPAPEL
© 2015 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

El primer día del año, el periódico El Día, en su extraordinario de Año Nuevo, publica la primera imagen de la tan anunciada y esperada zarzuela. Se trataba del decorado del segundo cuadro, obra de los escenógrafos Busato y Amalio.



Chapí y Bretón
El Imparcial del 10 de enero de aquel año aclarará en una breve nota lo que hemos citado sobre la intervención de Chapí en la composición de la música de La verbena de la Paloma:


Once días más tarde, el domingo 21 de enero, las noticias ya hablan de Tomás Bretón como compositor de la obra. Dice el periódico El Día que Bretón se proponía terminar el trabajo a finales de ese mes debido a la urgencia con la que había recibido el encargo.
Bretón escribe la primera nota en la partitura el día 20 de enero, el 2 de febrero entrega el último número. Una empresa complicada pero de la que el maestro obtuvo resultados más que conocidos: la maravillosa zarzuela que viene sonando en los más variados escenarios desde hace 120 años.

Noticia de sensación
que a Chapí pone en un brete
la música del saynete
la escribe Tomás Bretón.
[Llicenciat Vidrieras. La Tomasa, Setmanari Catala. Barcelona, 26 enero 1894]


A medida que pasaban los días, la Prensa añadía más detalles sobre el esperado estreno en el Apolo, incluyendo sinopsis, resúmenes de cada cuadro y características de los personajes, que, como sabéis los que conocéis esta zarzuela, no son pocos.



Barbieri y Ricardo de la Vega
Don Francisco Asenjo Barbieri había salido a la calle por última vez el 23 de noviembre de 1893, fecha en que sufrió un primer ataque de disnea pocas horas después de salir de la Academia de San Fernando.

Dice Gómez Labad en el libro ya citado que, pocos días antes del fallecimiento del maestro Francisco Asenjo Barbieri, Ricardo de la Vega fue a visitarle. Ambos amigos y colaboradores mantuvieron una charla en la que se habló de la zarzuela que en pocos días se iba a estrenar en el Apolo.

Barbieri recriminó a de la Vega tanto por el extenso título de la zarzuela (algo que era costumbre en de la Vega), como por haber elegido a Bretón para componer la música. En palabras de Barbieri, Tomás Bretón no conocía Madrid ni la idiosincrasia de su pueblo; había exclamado: "Bretón no tié ropa".

Para Barbieri, Bretón era compositor de gran altura y no lo veía componiendo sainetes. "No lo entiendo. ¡Música sabia en un sainete tuyo!", dijo a de la Vega, y le preguntó que por qué no se la había encargado a Chueca.

Ricardo de la Vega lo había intentado acudiendo a la casa de don Federico Chueca, pero el maestro no estaba; entonces acudió al Círculo de Bellas Artes pensando que allí estaría, pero se topó con Bretón y comenzó esta historia.


Muerte de Barbieri
Desde el día 17 de febrero de 1894 los periódicos daban cuenta de la enfermedad de Barbieri y lo mucho que se había agravado en pocos días.

LA ÉPOCA, viernes 16 de febrero de 1894

A la una y cuarenta minutos de la madrugada del lunes 19 de febrero, a la edad de 70 años, fallecía en su casa de la plaza del Rey, número 6, el autor de grandes zarzuelas como "Jugar con fuego",  "Los diamantes de la corona", "Pan y toros" y "El barberillo de Lavapiés".

Las últimas horas de vida del compositor fueron de un dramatismo excepcional. Mientras él recibía los Santos Sacramentos, en otra estancia de la casa su esposa también los estaba recibiendo, ajena a la grave situación de su marido.





El funeral
El 20 de febrero, a las diez y media de la mañana, se verificó la conducción del cadáver del ilustre compositor desde su casa hasta la Sacramental de San Isidro. Desde temprano se agolpaba en la plaza del Rey y la calle de las Infantas un numeroso grupo de personas de todas las clases sociales.

A la citada hora se puso en marcha la comitiva, a la que precedían varias parejas de la Guardia civil de Caballería y fuerzas del Cuerpo de Seguridad. Le presidían el sobrino del finado, Sr. Rancés, el teniente cura de la parroquia de San José, el Sr. Darío Cordero, amigo íntimo de Barbieri, y el albacea testamentario, Sr. González Urrutia.
La esposa del compositor permanecía en el domicilio en estado muy grave.

Seguían porteros de las Reales Academias de la Lengua y de la de Bellas Artes de San Fernando, con hachas encendidas.
El féretro, de acero negro, había sido colocado en una carroza de ébano, arrastrada por ocho caballos empenachados, al lado de los cuales marchaban diez lacayos vestidos a la Federica.
Sobre el ataúd se apreciaba la muceta roja de la Sacramental de San Isidro y la banda de Isabel la Católica que ostentó el maestro.
Sólo colgaba una corona en el carruaje, la de la esposa del difunto, formada con hojas de laurel y cintas con los colores nacionales. El resto de coronas, todas hechas de flores naturales, iban en un landau descubierto.
Detrás marchaban a pie más de 2.000 personas y cerca de 100 coches.

Paso por el Teatro de Apolo
El cortejo se dirigió por la calle de las Infantas y de las Torres hasta la de Alcalá, deteniéndose frente al Teatro de Apolo, donde su orquesta, instalada en el vestíbulo, interpretó la marcha de "El Sargento Federico".
La Guardia civil tuvo que hacer grandes esfuerzos para que la carroza continuase la marcha, debido a la gran afluencia de gente que acudió para dar el último adiós al insigne compositor.
El cortejo siguió por las calles del Turco y de la Greda a la de Jovellanos.

En el Teatro de la Zarzuela
De los balcones del teatro colgaban crespones negros y en las puertas se habían colocado cortinas negras con flecos de oro. En la fachada, un retrato de Barbieri rodeado de laurel.
En el vestíbulo estaban la orquesta, que ejecutó la Marcha fúnebre do Chopín, y otras pocas obras de autores dramáticos y maestros compositores.
Las artistas de la Zarzuela arrojaron sobre el ataúd guirnaldas de laurel y ramos de flores.

Rumbo al Teatro Real
La comitiva continuó por la calle de Floridablanca hacia la Carrera de San Jerónimo.
Los balcones de la casa del editor de obras musicales Sr. Zozaya lucían colgaduras negras. El editor depositó en el coche una corona de laurel y siemprevivas, en forma de lira.

En la Puerta del Sol y calle del Arenal la concurrencia era extraordinaria.

En el Conservatorio
El cortejo siguió por la plaza de Isabel II y calle de la Biblioteca hasta el Conservatorio.
En la puerta del edificio no se hallaba más que un portero. Los balcones estaban solitarios y nadie hizo los honores al cadáver del ilustre músico.
Los profesores de la Escuela Nacional de Música y Declamación disculpaban lo ocurrido diciendo que no tenían conocimiento de que la carroza pasaría por aquel sitio.

En el Teatro Real
La fachada principal del Teatro Real ostentaba crespones negros en los balcones.
En el vestíbulo se encontraba la Sociedad de Conciertos de Madrid, que ejecutó la Marcha fúnebre de Chopín, y el coro de hombres, que cantó el Requiescat in pace.

Hacia la Sacramental de San Isidro
La comitiva continuó por las calles de Lepanto y Bailén a la cuesta de la Vega, donde los que formaban el duelo subieron a los coches, y desde allí emprendieron viaje hasta la última morada de D. Francisco Asenjo Barbieri.

El recuerdo a Emilio Arrieta 
Aunque hemos prestado mayor atención a D. Asenjo Barbieri por su amistad con Ricardo de la Vega, no podemos dejar de recordar a D. Emilio Arrieta Corera.
El 6 de febrero de 1892 había sufrido una parálisis que sentenció su vida. Un segundo ataque, sufrido exactamente dos años después, el 6 de febrero de 1894, debilitó su salud a tal estremo que la madrugada del 11 de febrero fallecía a la edad de setenta años, después de una vida dedicada a la música.
Suman cincuenta sus composiciones de óperas y zarzuelas, siendo El Dominó azul la primera zarzuela, estrenada en el Teatro del Circo la noche del 19 de febrero de 1853.
La apoteosis llegó con la zarzuela San Franco de Sena, estrenada la noche del 27 de octubre de 1883 en el Teatro de Apolo.
Otra zarzuela, Marina, compuesta en 1855, fue estrenada en el Teatro Real como ópera en 1871.



Bretón y Galdós
Mientras la "verbena" estaba en pleno proceso de producción, D. Benito Pérez Galdós se preparaba para el estreno de su obra "La de San Quintín", verificado el sábado 27 de enero en el teatro de la Comedia.
Por su parte, la tarde del lunes 22 de enero, Tomás Bretón daba una audición al piano de la introducción y primer número de música del esperado sainete.

Decía el Diario Oficial de Avisos de Madrid:
"Dichos números, que duran diez minutos y empiezan antes de levantarse el telón, están formados con aires populares, entre los que sobresalen unas seguidillas."




Lo que acontecía en Madrid
El "Tragabuches"
Faltando pocos días para el estreno de La verbena de la Paloma, la Prensa hacía cundir el pánico en el pueblo madrileño al publicar una alarmante noticia. El Tragabuches, un caco bien conocido por la policía, andaba suelto por las calles de Madrid.
La mañana del martes 13 de febrero el Tragabuches había salido de la cárcel y esa misma noche puso al trabajo junto a otro "rata". La policía los sorprendió en la casa número 15 de la calle de la Cabeza, donde intentaban cometer un robo. Un agente de Vigilancia logró detenerle, pero su colega se dio a la fuga. Atado y custodiado por un policía y un guardia de Orden público fue llevado ante la justicia.
Como en esas épocas -y hasta los primeros años del siglo XX- la "pañosa" (capa) era vestimenta muy popular, el caco aprovechó que llevaba una para taparse las manos y así lograr quitarse las ligaduras. Al llegar al Juzgado de guardia, el Tragabuches soltó la capa y echó a correr.
Cual película de Chaplin, comenzó la persecución, pero el Tragabuches desapareció internándose en los jardincillos del Palacio de Justicia. El popular caco andaba suelto.


Retrato de la reina regente y Alfonsito
El miércoles 14 de febrero, faltando tres días para el sonado estreno de la "verbena", la reina regente, doña María Cristina de Habsburgo-Lorena, acude con el pequeño Alfonso XIII al estudio fotográfico de Fernando Debás, ubicado en la calle de Alcalá número 31.
El resultado de la visita fue este regio retrato.

Cortesía de todocoleccion.net


Los coches de punto
Una breve noticia del periódico La Época del 17 de febrero, día del estreno de "La verbena de la Paloma", nos ofrece una visión poco pintoresca sobre los carruajes públicos madrileños llamados "Coches de punto". Decía la noticia:
"Las autoridades encargadas del ramo de carruajes, o deben tener coche propio, o deben ir siempre a pie. Justo es [...] que protestemos una vez más contra este servicio, verdaderamente escandaloso en Madrid, con sus coches desvencijados y sus caballos escualidos."


La noche del estreno
Ecos de la Prensa
La noche del 17 de febrero se estrena en el mentado teatro La verbena de la Paloma o el boticario y las chulapas y los celos mal reprimidos. Si algo habían de criticar los periodistas era el extenso título de la obra, que por fortuna quedó reducido al que ya conocemos.
"El sainete estrenado anoche, y cuyo título nos guardaremos muy mucho de repetir, obtuvo excelente éxito y fue acogido con sumo agrado..." [El Liberal, 18 de febrero de 1894, pp. 3]
Las localidades se agotaron casi al momento de ponerse a la venta y muchos madrileños quedaron con las ganas de asistir al estreno.
Los revendedores, que ya existían en aquellos tiempos, hicieron cotizar al alza las codiciadas localidades.
"Según avanzaba la tarde, subía el papel más que nuestros cambios con Francia, y S.M. el Revendedor se daba más tono que el Sultán de Marruecos." [El Día, 18 de febrero de 1894, en portada.]

Y se levantó el telón
"¡Bravo! ¡Que salga el autor!" gritaba el público mucho antes de acabar la representación. Aclamaban a D. Ricardo de la Vega, quien había puesto en el título de aquella ópera chica todo el sentir de la popular verbena madrileña, "la verbena de la Paloma". Seguía el carácter cómico en "el boticario y las chulapas", alegría verbenera y situación picante que daba paso a "los celos mal reprimidos", representados en el cajista Julián y la costurera Susana. Todo un compendio de la vida madrileña de aquellos tiempos.

Por su parte, D. Tomás Bretón amalgamaba en la partitura las tradiciones, costumbres y sentimientos, convirtiendo el sainete en una ópera y transformando el teatro por horas en un triunfal coliseo.
Decía en portada El Día del 18 de febrero:

"Es la reproducción de la chulapería madrileña, con todo su aquel y sus circunstancias, en una fiesta tan solemne como la verbena de la Virgen de la Paloma.
Si la obra no tuviese ya título largo, se podía añadir á lo de la verbena y el boticario y los celos, el pañolón de Manila ó la polka bien bailada, porque aquéllo es un apoteosis del espléndido manto que allá en el Asia bordan para que lo luzcan con garbo nuestras barbianas, y hay una polka bailada por las señoritas Campos y Alba que da el opio, como puede decir cualquier personaje del sainete."

No vamos a contar el libreto de la zarzuela, ni ahondaremos más en las repercusiones que tuvo su estreno; mejor es tomarse su tiempo y disfrutar cada uno de sus cuadros.





"Actualidades. La revista ilustrada de 1894", publicada en 1895, dedica nada menos que 13 páginas a la obra, incluyendo, además de una extensa crónica, partituras y fotografías.
"Cuando llega en Agosto la fiesta magna de la Virgen madrileña, hay verbena y... ¡poquito que tiene que ver y oír una verbena de los barrios bajos; Ricardo de la Vega ha buscado en ella las figuras y el asunto de su última producción dramática; ha dado á la parte lírica una extraordinaria intervención, ha copiado tipos y costumbres, poniendo unos y otras sobre el escenario de La verbena de la Paloma es decir, sobre el escenario de las calles típicas y estrechas del Madrid viejo, y del salón de baile iluminado y decorado con los últimos adelantos del siglo, y es claro, le ha resultado un sainete popular, madrileño por los cuatro costados, lleno de vida, de animación, de movimiento, colmado de aromas nacionales, y lleno de ruidos clásicos como las canciones del café, el piano de manubrio, la voz de los serenos y el crugido de las enaguas almidonadas de nuestras chulapas."

Para finalizar, ofrecemos unas fotografías correspondientes al estreno del sainete en el Teatro Eldorado de Barcelona. Fueron tomadas por Audouard para La Esquella de la Torratxa, e iban acompañadas de textos al pie.


1. -Maldita sea la...

2. -¡Porque sí señó, porque me gustó!

3. -¡.....!

4. -Ya me llaman... ¡Que placer!

5. -¡......!

6. -Tú, cuando hablabas con la Rubia ¿sabías comprimirte?

7. -¡.....!

8. -¿Dónde vas con mantón de Manila?

9. -Esto se arremató, esto se ha arrematao...

10. -Ni usté toca aquí el pito, ni usté aquí toca ná

11. -¿Qué has de matar tú? ¡Canalla, guripa, chulapo!...

12. -¡Viejo canalla!...

Y aquí dejamos esta historia, que pudo ser más extensa, pero estamos de verbena y hay que disfrutarla; nosotros en la Plaza de la Paja, con la rica limoná de la agrupación castiza El orgullo de Madrid.



Bibliografía
[1] Gómez Labad, José María (1983) El Madrid de la Zarzuela. Madrid. Juan Piñeiro G., editor, pp., 237-252

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor. 
En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2015) "El año de la verbena de la Paloma. Madrid, 1894", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/

· Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. 
· En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

© 2015 Eduardo Valero García - HUM 015-009 RECUPAPEL
Historia urbana de Madrid ISSN 2444-1325
 

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