El 20 de marzo de 1957 José Valero y Amparo García contraían matrimonio en la iglesia de Santa Teresa y Santa Isabel de Chamberí. Después de un austero convite y festejo familiar, los recién casados se dirigieron al emblemático Hotel Nacional.
Inaugurado en febrero de 1925 gracias a la iniciativa de D. Ramón Carnicer, reputado industrial, presidente de la Sociedad Anónima de Calzados La Imperial y entonces teniente de alcalde de nuestra ciudad, el Hotel Nacional daba la bienvenida y cobijo al viajero que entraba por la estación del Mediodía.
Nueve años atrás había adquirido los terrenos para construir un edificio que albergase almacenes y oficinas de La Imperial en sótano y primer piso; en el resto del inmueble, de diez plantas, se dedicaría a Hotel Meublé. Pronto se dará cuenta el Sr. Carnicer del error que cometía; situado en zona tan estratégica, con el antiguo Salón del Prado y la importante calle de Atocha en sus vértices; en plena Glorieta de Atocha y enfrentado a la estación de ferrocarril, el hotel debía ser único y moderno.
Así nacerá el edificio que hoy todos conocemos.
Curiosidades
Inundación, incendio y robo
El día previo a su inauguración el hotel sufrió una inundación, habían estallado los depósitos de agua de pisos superiores; el agua bajaba por las escaleras e inundaba la planta baja. Se acabó de achicar el líquido elemento a las tres de la madrugada, hora en que un paseante entró en el establecimiento para advertir que había fuego en una habitación; se trataba del despacho donde se guardaba la documentación del hotel. Sofocado rápidamente con los sistemas de incendio de los que disponían, aún faltaba otra sorpresa: un robo.
En un primer momento se pensó en Pórtoles, famoso ladrón de hoteles y otros sitios de robar, mas las pesquisas policiales, aunque lentas, fueron efectivas; un año después del robo era detenido en Berlín un polaco que la noche previa al robo se había registrado en el Nacional con el nombre de Charles Sprage.
Estampas del Nacional
Describir las características arquitectónicas y de servicios que ofrecía el hotel nos llevaría un tiempo que queremos ocupar en el motivo del título del presente artículo: “Curiosa factura del Hotel Nacional. Madrid, 1957.” Aún así, ofrecemos estas preciosas fotografías de la fisonomía del edificio e instalaciones tres años después de su inauguración.
Corresponden a la revista “Viajes por España” y no se indica autor de las imágenes.
Inaugurado en febrero de 1925 gracias a la iniciativa de D. Ramón Carnicer, reputado industrial, presidente de la Sociedad Anónima de Calzados La Imperial y entonces teniente de alcalde de nuestra ciudad, el Hotel Nacional daba la bienvenida y cobijo al viajero que entraba por la estación del Mediodía.
Nueve años atrás había adquirido los terrenos para construir un edificio que albergase almacenes y oficinas de La Imperial en sótano y primer piso; en el resto del inmueble, de diez plantas, se dedicaría a Hotel Meublé. Pronto se dará cuenta el Sr. Carnicer del error que cometía; situado en zona tan estratégica, con el antiguo Salón del Prado y la importante calle de Atocha en sus vértices; en plena Glorieta de Atocha y enfrentado a la estación de ferrocarril, el hotel debía ser único y moderno.
Así nacerá el edificio que hoy todos conocemos.
Curiosidades
Inundación, incendio y robo
El día previo a su inauguración el hotel sufrió una inundación, habían estallado los depósitos de agua de pisos superiores; el agua bajaba por las escaleras e inundaba la planta baja. Se acabó de achicar el líquido elemento a las tres de la madrugada, hora en que un paseante entró en el establecimiento para advertir que había fuego en una habitación; se trataba del despacho donde se guardaba la documentación del hotel. Sofocado rápidamente con los sistemas de incendio de los que disponían, aún faltaba otra sorpresa: un robo.
En un primer momento se pensó en Pórtoles, famoso ladrón de hoteles y otros sitios de robar, mas las pesquisas policiales, aunque lentas, fueron efectivas; un año después del robo era detenido en Berlín un polaco que la noche previa al robo se había registrado en el Nacional con el nombre de Charles Sprage.
Estampas del Nacional
Describir las características arquitectónicas y de servicios que ofrecía el hotel nos llevaría un tiempo que queremos ocupar en el motivo del título del presente artículo: “Curiosa factura del Hotel Nacional. Madrid, 1957.” Aún así, ofrecemos estas preciosas fotografías de la fisonomía del edificio e instalaciones tres años después de su inauguración.
Corresponden a la revista “Viajes por España” y no se indica autor de las imágenes.
Escalera principal |
Detalle del Hall |
Cafetería |
Restaurante |
Azotea y jardín |
Pasillo |
Habitación |
Habitación |
Salón particular |
Baño |
Curiosa factura del Hotel Nacional
Como hemos comentado al principio de este artículo, el 20 de marzo de 1957 contraían matrimonio José y Amparo, padres del autor/editor de Historia Urbana de Madrid, y pasaban la noche de bodas en el Hotel Nacional.
Lo curioso de la factura, además de ser diferente a las conocidas en internet, es el número de habitación y el coste de la misma.
El matrimonio ocupó la habitación 236, cuyo precio era de 156 pesetas. Por el desayuno pagaron 50 pesetas y 30 por la póliza de turismo. El total de la factura ascendía a 236 pesetas, número idéntico al de la habitación.
COLECCIÓN VALERO GARCÍA Signatura: VALGAR_DOC_001_JVH-002 © 2017 Eduardo Valero García-HUM 017-001 HOTEL NACIONAL © 2017 HISTORIA URBANA DE MADRID ISSN 2444-1325a |
Ahora me permito la licencia de hablar en singular.
En 1998, dos años después de la reinauguración del hotel, que había estado abandonado por casi 20 años, mi padre hizo esta fotografía.
COLECCIÓN VALERO GARCÍA Signatura: VALGAR_FOT_1543-98_JVH-002 © 2017 Eduardo Valero García-HUM 017-001 HOTEL NACIONAL © 2017 HISTORIA URBANA DE MADRID ISSN 2444-1325 |
Entramos al hotel con la esperanza de poder visitar aquella habitación, pero la distribución del edificio había cambiado y fue imposible. Aún así, mi padre recibió elogios por parte de la gerencia del hotel.
Sesenta años se cumplen hoy de aquella boda que mi madre celebra en silencio. Hace dos días, el 18, recordábamos los ocho meses del fallecimiento de José (Pepe para todo el mundo).
Sirva el recuerdo para homenajear a este manchego, madrileño por adopción, que vivió en el barrio de Argüelles y luego en el de Chamberí, hasta que las vicisitudes de la vida le obligaron a emigrar a Marruecos y luego a Argentina, de donde regresó en el año 2002.
Bibliografía
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Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor. En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2017) "Curiosa factura del Hotel Nacional. Madrid, 1957", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"] • Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
• En todas las citas se ha conservado la ortografía original.
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© 2017 Eduardo Valero García - HUM 017-001 HOTEL NACIONAL
Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325
Mi tío abuelo Fernando Abras Sanmiquel, que luego fue notario de Sardañola, estuvo hospedado en 1930 en este hotel, en el que, con motivo de celebración de la correspondiente oposición, estaba alojada la promoción de notarios de toda España de aquel año.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario, Joaquín. Una historia muy interesante la que cuentas. Un saludo
EliminarQue maravilla de anécdota!!! Te he encontrado porque tengo un cuaderno de mi bisabuelo nazario donde prepara la boda de su hija Julia en 1922 y le paga la "Comida en el Nacional", 523 pesetas
ResponderEliminarPero veo que el hotel nacional es de 1925... será otro local...
Muchas gracias por tu comentario, farala. Seguramente tu bisabuelo Nazario se estaba refiriendo al Café Nacional de la calle Toledo, número 19, donde era muy frecuente celebrar grandes banquetes. Un saludo
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarMi padre siempre contaba que su primer empleo, con once años, fue como botones en el Hotel Nacional. A ver si la próxima vez que vaya a Madrid puedo alojarme allí.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario! Once añitos y trabajando; esa es la instrahistoria que da sentido al crecimiento de Madrid, la historia de su gente. Un saludo
EliminarLe parecerá una tontería, pero me ha emocionado su respuesta. Hace una año y medio que falleció, pero estas pequeñas cosas todavía me hacen soltar el lagrimón. Mi padre tenía muchas historias sobre Madrid, desde su pánico ante los bombardeos cuando era un niño muy pequeño hasta sus juergas de soltero en los 50. Era muy buen narrador.
EliminarA mí también me ha emocionado su comentario. Sin conocer a su padre, lo que me cuenta me aproxima a él. Lamento la perdida y aplaudo el homenaje que le ha hecho con estos recuerdos. Esa es la esencia de Historia urbana de Madrid, la de que no se pierda la memoria de quienes nos precedieron. Un abrazo
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