martes, 19 de abril de 2011

Una única Procesión en la Semana Santa de 1805

Eran aquellos tiempos en que Carlos IV ostentaba la corona de España y Napoleón Bonaparte revoloteaba amenazante sobre Europa.

Era el año en que la flota española se fue a pique junto a la francesa en la Batalla de Trafalgar. Poco antes de aquel acontecimiento, en abril de 1805, Madrid tuvo una única Procesión de Semana Santa.

"Procesión de disciplinantes" Pintado por Francisco de Goya entre 1812 y 1919 - Real Academia de B. A. de San Fernando, Madrid

La única que se salvó fue la Procesión de la iglesia de Santo Tomás de Padres Domínicos, pero con una condición: “...y que haya de salir precisamente a las quatro de la tarde, para que pueda retirarse a la misma iglesia antes de que haya acabado de anochecer”.

Estas son las imágenes –o “Efigies”- que participaron en aquella única Procesión:
  • La de “La Oración del Huerto”, del gremio de hortelanos, “que existe en la Capilla de Santa María de Gracia, en la plazuela de la Cebada.
  • La de “Jesús atado a la columna, de la Congregación de los Porteros de Vara de la Sala de Alcaldes, que se venera en la Iglesia de Carmelitas Calzados”
  • La de “Jesús Nazareno del Convento de Trinitarios Descalzos”
  • La del “Santísimo Cristo de la Fe de la Iglesia Parroquial de S. Sebastián”
  • La de “El Santo Sepulcro del Convento de Santo Tomás”
  • La de “la Soledad de María Santísima de la Capilla del Convento de Padres Mínimos de S. Francisco de Paula”

El Diario de Madrid del Domingo de Ramos -7 de abril de 1805, Día de San Epifanio- anunciaba la curiosa noticia.


La Real Resolución fue firmada en Madrid el 4 de abril de 1805 siendo Secretario de Cámara del Rey el Sr. D. Ignacio Antonio Martínez y Gobernador de la Sala el Sr. D. Bartolomé Muñoz.

Pero la Resolución no quedaba en esa reducción. Existieron muchas indicaciones y prohibiciones que desmembraban por completo las tradicionales y devotas Procesiones. Así, por ejemplo, la Real Resolución expresaba en el punto 3º que no se permitía llevar en la Procesión “Efigies duplicadas”, es decir, aquellas que representaban un mismo Misterio o que fuesen relativas a objeto de devoción no autorizados por la “Santa Madre Iglesia”.

El punto 5º era radical: “Que no se permita el uso de Palio alguno” y el punto 13º dejaba claro que a la Procesión asistiría una Compañía de Granaderos que “...además de que servirá para mantener el buen orden, aumentará en gran manera el decoro y gravedad de este acto de religión, llevando consigo este Cuerpo de tropa la música lúgubre de sordinas correspondiente a aquel día".

El punto 10º establece que aquellos que quieran ir en la Procesión alumbrando, a excepción de los militares y otros con uniforme concedido por el Rey, lo hagan vestidos de negro, y “...sin que se permita la concurrencia de mujer alguna...”

El punto 14º, último de la Real Resolución, destaca la importancia de que “...se divida la concurrencia del pueblo en muchos puntos...”, para lo que establece el siguiente recorrido:

 
 
Al menos, parece que aquel día no llovió en la villa y corte.


-

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por tu visita! En cuanto pueda contestaré a tu comentario. Saludos!