sábado, 23 de diciembre de 2017

Copla de felicitación para esta Nochebuena y Navidad 2017

Para todos los lectores y seguidores de Historia Urbana de Madrid y demás personas que nos han acompañado a lo largo de este singular año 2017, os felicitamos y regalamos una ilustración de Eduardo Valero, acompañada de la copla siempre graciosa del edil y madrileñista Antonio Casero.

La copla fue publicada en portada del Heraldo de Madrid del 27 de diciembre de 1920 en la columna “Coplas madrileñas” y lleva por título “El Belén de los chavales”.




EL BELÉN DE LOS CHAVALES
 Canta la gente joven
los villancicos
y alegres las panderetas
tocan los chicos
con gran contento
admirando el paisaje
del Nacimiento.

Por montañas y riscos
van los pastores
a adorar al Mesías;
por entre flores
van caminando
al portal donde el Niño
nació llorando.

A lo lejos montañas,
allá una aldea,
la cascada y, un río
que serpentea.
Bien colocado
el musgo, y sobre el musgo
todo nevado,

que la nieve es harina
que exactamente
da idea de que nieva
copiosamente.
Una tía Gila,
el tío de los pavos
y el de la esquila.

Son las aguas del río
limpios cristales:
las lavanderas lavan,
tienden pañales,
con gran cariño,
sobre flor de romero
para el Dios Niño;

al que ofrendan con mieles
de sus colmenas;
por quién dejan vacías
sus alacenas,
y al Niño adoran,
y le llevan ufanas,
cuanto atesoran.

Bailan junto a las migas
los pastorcillos,
y triscan junto a ellos
los corderinos,
en los rediles,
al son de los rabeles
y tamboriles.

Un mesón, y a la puerta
su mesonero
con candil; un molino
y un molinero,
y por un puente,
y en sus camellos, van los
Magos de Oriente.
Terminados los cantos
de villancicos,
y apagadas las luces,
se van los chicos,
casi gimiendo,
a dormir, que ya es tarde...
Ya están durmiendo...

Todo es paz en la casa;
no se oye un ruido,
y yo me voy quedando
también dormido.
Me vence el sueño,
y a los pocos segundos
ya soy un leño.
Aun era muy temprano
pues, todavía,
no entraban resplandores
del nuevo día,
se oyó un maullido;
como de un terremoto
se escuchó el ruido.

Me tiré de la cama
sobresaltado,
y diciendo: ¡Dios mío!
¿qué habrá pasado?;
busqué al momento,
y me encontré hecho añicos
el Nacimiento.

«Ravacho», que es el nombre
de mi felino,
destruyó aquella obra;
¡qué desatino!,
¡y qué de horrores!,
¡hechos polvo los magos,
y los pastores!

El mesón roto, y roto
su mesonero;
convertido en harina
el molinero;
busqué al morrongo,
¡y si llego a encontrarle,
como le pongo!...

Contemplé la hecatombe
del Nacimiento,
y, suspiré, y me dije
con sentimiento:
¡los españoles
hoy están dominados
por Ravacholes!

ANTONIO CASERO



¡Feliz Nochebuena
y
mejor Navidad!



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