martes, 1 de noviembre de 2016

Día de todos los Santos, con coplillas. Madrid, 1916

Hoy es el día de todos los Santos. A ellos se rinde homenaje en las necrópolis de Madrid, como se viene haciendo desde siempre, e Historia Urbana de Madrid lo hace rememorando lo que se hacía y decía en 1916.

Como preámbulo, esta fotografía de Marín y Ortiz que lleva por título "Camino del Este", es decir, hacia la necrópolis del Este, conocida entonces como cementerio civil.

ARCHIVO HUM
Fotografía: Marin y Ortiz
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

Recuerde el lector lo que siempre decimos sobre que en cien años "no hemos cambiado tanto". En algunos aspectos sí lo hemos hecho; muchas costumbres han cambiado y otras se han perdido en el olvido; mas las cuestiones socioeconómicas y políticas apenas se ven transformadas, marcando-claro está-las diferencias en modas y modismos a lo largo de una centuria.

Si en 1916 la política era un desastre y la situación social y laboral otro tanto, en nada nos debe sorprender lo que hoy vivimos; porque si el hemiciclo del Congreso era un símil del Circo Parish, hoy lo es del Price... que es lo mismo.

Y si en algo nos confundimos, o si alguien se siente ofendido, como Pilatos nos lavamos las manos (que está de moda), y nos remitimos a una coplilla de Luis de Tapia. Lleva por título "Por los difuntos" y fue publicada en El Imparcial de hace cien años menos un día:


Por los que reposan, con sus cuerpos yertos,
rezo estos motivos...
Por los que se fueron... Por todos los muertos...
Por algunos ricos...

Por todo el que en vida nos causó algún daño
y ya no se mueve...
Por Maura y La Cierva, muertos desde el año
novecientos nueve...

Por ciertos alcaldes, cuyo gran descuido
fué su único móvil...
Por los infinitos niños que han caído
bajo el automóvil...

Por ciertos proyectos, cuyos funerales
aun cantar no puedo...
Por ciertos ministros... Por los liberales,
muertos hoy de miedo...

Por los miserables muertos de trabajo
y sin pan bendito...
Por el pueblo humilde... Por el pueblo bajo...
Muertos de apetito...

Por los que esperaron felices edades
para gobernar...
Por los reformistas y por don Melquíades,
muertos de esperar...

Por los que en la guerra yacen enterrados
en sangrientos lodos...
Por los alemanes... Por los aliados...
Por los hombres todos...

Por todo lo muerto... Por los corazones
y las almas yertas...
Por mis esperanzas y mis ilusiones,
hace tiempo muertas...

Por cuanta semilla la Pálida siembra
en los camposantos
rezo esta plegaria al nacer noviembre,
que nace entre llantos...


ARCHIVO HUM
Ilustración de TITO
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

A quien con sorna se tomaba este sagrado día de Difuntos, de los Muertos, y también de todos los Santos, nada podemos reprocharle. ¿O es que hoy se hace más caso y se les rinde mayor respeto?
El virus extranjero llamado "Halloween" ha infectado nuestras tradiciones y-amén de los que llevan flores a camposanto-el resto, desde párvulos, se disfrazan de espantajos.

Si eso ya chirría, más lo hace el haber suplantado los villancicos-que redituaban cuartos-, por el "trick-or-treat" o su igual en lengua castellana: "truco o trato"; el que, lejos de beneficiarnos, nos produce caries y hasta empachos.

Desconocida esa pandemia en el Madrid de cien años atrás, era costumbre, y continúa siéndolo, la de adornar las tumbas de nuestros muertos. A esto sumemos la que había de lucir capa, ver el Tenorio en el Novedades o el Español, y comer castañas y buñuelos.
Y si de Tenorio hablamos, aquel año de 1916 la obra de Zorrilla se representó también, y con gran lujo, en el teatro Eslava.

ARCHIVO HUM
Fotografía de Salazar
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325



1º de noviembre de 1916
El día de todos los Santos de hace cien años cayó en miércoles y fue uno de esos días que hoy llamamos "veroño" o "verotoño". "Jamás lució tanto el sol en día tan triste", decía la crónica del diario católico Siglo Futuro. Y añadía:
"Hizo un tiempo excepcional. Los primeros fríos del Invierno no se dejaron sentir como otros años y tal vez esto contribuyera á que los camposantos se vieran concurridísimos."
En efecto, todos los cementerios de Madrid se vieron muy concurridos, especialmente la Almudena y el de San Isidro. Este último llamó la atención de la prensa por la cantidad de coronas que habían sido depositadas en las tumbas del dramaturgo D. José Eghegaray y la del II duque de Ahumada, D. Francisco Javier Girón, fundador de la Guardia Civil.

Las fotografías de Marin y Ortiz recuerdan aquel instante. En la primera podemos ver al general Tovar, director del Cuerpo en 1916, acompañado de otros miembros de la Benemérita.

ARCHIVO HUM
Fotografía de Marin y Ortiz
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-019 EFEMERIDES 1916
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

La segunda fotografía muestra la tumba de Echegaray atestada de coronas y adornos florales.

ARCHIVO HUM
Fotografía de Marin y Ortiz
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-019 EFEMERIDES 1916
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

Las calles de Toledo, Alcalá y Segovia-vías que conducían a los camposantos-, estuvieron muy concurridas desde primera hora de la mañana, con mayor aglomeración de gente por la tarde; eran los que iban a alumbrar a sus muertos, seguidos de muchos curiosos. Hasta altas horas de la noche duraron las visitas.
Aquel día sólo se registraron pequeños incidentes motivados por incendio de coronas. Y es que en las tumbas, además de adornos florales, se colocaban vistosos farolillos encendidos.

El elocuente don Juan Pérez Zúñiga escribe en su columna "Cosquillas" del Heraldo de Madrid una coplilla sobre la profusa decoración, haciendo alusión a un diálogo que había "pescado ayer".

—Petrilla, ¿qué estás haciendo?
—Estoy metiendo en la cesta
cuatro cosas pa mis padres
que en gloria estén.
—Asi sea.
—Si, chico; como mañana
son las ánimas, quisiera
llevarles al camposanto,
a más de estas cuatro velas,
esta corona de flores...
cordiales, «u» lo que sean,
y este par de farolitos
con palmas y calaveras
pintadas en los cristales
por el hijo de la Pepa,
que pinta mejor que el «Gallo».
—¡Como que estudia «pa» albéitar!
¿Y cuándo vas a llevarles
los chirimbolos, princesa?
—Pues esta tarde, sin falta;
porque los pobres lo esperan
«tos» los años... ¿Tú eres hombre
«pa ir ande» ellos con tu nena
y ayudarla a colocarles
encima estas frioleras
con un «pitafio» que dice:
«A sus pobres padres, Petra»?
—¡Hombre, mentira parece
que así le juzques a menda,
sabiendo que hace por «tigo»
cuanto le mandas y ordenas.
Yo que me ando el «papamundis»
y la esfera, ¿oyes?, la esfera,
y llego a los «antiporras»,
como dicen en la escuela,
sin rechistar y a pie enjuto,
si «oservo» que lo deseas,
¿voy a achicarme, pichona,
por salir fuera de puertas
y acompañarte al «tumulto»
donde tus padres «requiescan»?...
Es más; «pa» que tú te enteres
de que no soy un cualquiera,
tomamos un coche abierto
de par en par, y nos lleva...
-¿Donde mis padres?
—Por ellos
me gasto yo dos pesetas,
pero con «muchismo» gusto;
másime más si uno piensa
que es «pa» verlos en el fondo
de la tumba sempiterna,
—Bueno; pues alza, que es tarde
y sabes que el tren no espera.
—¿Eh?... ¿Pues en qué cementerio descansan?
—En el de Cuenca.
Conque... ¿andandito?
—¡Un demonio!
¡Que te acompañe tu agüela!
—¿Pues y la «esfera» que has dicho?...
—¡¡Es que eso no está en la esfera!!


Finalizamos nuestro artículo con un fragmento de "El diario de un difunto", pequeña colaboración de Emilio Carrere en la revista Nuevo Mundo del 2 de noviembre de 1916:
"Me molestan mucho estas visitas que nos hacen los vivos en estos días. Más parecen cosa de teatro que de íntima devoción. Las coronas, las luminarias y los llantos enfadan a los difuntos tan modestos como yo, que ya en vida odiaba el rebullicio. Mi pariente, el notario, me ha obsequiado este año con una redondilla que ha mandado labrar sobre mi piedra funeraria. Este hombre es implacable, no se conforma con haberme heredado; su rencor me persigue más allá de la tumba."



Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Día de todos los Santos, con coplillas. Madrid, 1916", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.
De las imágenes:
Muchas de las fotografías y otras imágenes contenidas en este artículo son de dominio público y correspondientes a los archivos de la Biblioteca Nacional de España, Ministerio de Cultura, Archivos municipales y otras bibliotecas y archivos extranjeros. En varios casos corresponden a los archivos personales del autor-editor de Historia Urbana de Madrid. La inclusión de la leyenda "Archivo HUM", y otros datos, identifican las imágenes como fruto de las investigaciones y recopilaciones realizadas para los contenidos de Historia Urbana de Madrid, salvaguardando así ese trabajo y su difusión en la red. Ha sido necesario incorporar estos datos para evitar el abuso de copia de contenido sin citar las fuentes de origen de consulta.

© 2016 Eduardo Valero García - HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

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